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Introducción El Tabernáculo

Dios siempre ha querido relacionarse con la humanidad y les habló a figuras como Adán, Noé y Abraham. Libró a los israelitas de la esclavitud en Egipto y los guió al desierto, donde les pidió que construyeran el Tabernáculo para que Él pudiera habitar entre Su pueblo. El Tabernáculo siguió un diseño divino y contenía varios elementos que apuntaban a Cristo y Su obra de redención.
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Introducción El Tabernáculo

Dios siempre ha querido relacionarse con la humanidad y les habló a figuras como Adán, Noé y Abraham. Libró a los israelitas de la esclavitud en Egipto y los guió al desierto, donde les pidió que construyeran el Tabernáculo para que Él pudiera habitar entre Su pueblo. El Tabernáculo siguió un diseño divino y contenía varios elementos que apuntaban a Cristo y Su obra de redención.
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Es una gran bendición lograr entender que Dios siempre quiere

relacionarse con nosotros, con Su creación, con Su Pueblo y lo hace


siempre en base a las promesas de Su pacto, y aunque nosotros no
siempre somos fieles, El es fiel y justo para cumplir Sus promesas y
a través de nuestra oración y Su Palabra eterna, nos habla a diario.
Y esto ocurre desde los inicios de los tiempos, la Palabra dice que
Jehová hablaba con Adán, lo mismo con Noé… y luego podemos
leer que se dirigía individualmente a ciertos hombres. Por ejemplo
a Abraham y luego con Moisés. Y hoy se sigue relacionando con
cada uno de nosotros por medio del Espíritu Santo, y es por eso la
importancia de que podamos estar preparados para discernir
cuando es Dios quien nos habla.
Hubo un momento en que Dios quiso formar un pueblo aquí en la
tierra y habitar en medio de ellos.
En Éxodo se nos presenta a los Israelitas en servidumbre y no
tenían lugar específico en donde podrían estar a la presencia de
Dios con total libertad. Eran esclavos y prácticamente vivían sin
Dios. Aun así, El los amaba y fue fiel a Su promesa de sacarlos de la
esclavitud.
Entonces, fiel a Su promesa, Israel fue sacado de Egipto con la
finalidad de estar a solas con Dios. Y es ahí donde se revela como
aquel que desea habitar en medio de Su pueblo.
Dios los libró:
- Del poder de Faraón, de la esclavitud que estaban sometidos en
Egipto.
- Del juicio de Dios por medio de la sangre del cordero que les pidió
que cada familia sacrificara, antes de la liberación del ángel de la
muerte (la última plaga), que se llevó la vida de todos los
primogénitos, exceptuando quienes vivieran en las casas con los
dinteles untadas en sangre de cordero. Mandato de Dios (Ex. 12).
- Lo separó del Egipto para siempre (así como a nosotros nos separa
del mundo). Y el mar Rojo fue el sello de la separación de este
pueblo de su esclavitud. Se abrió delante de ellos para dejarlos salir
del poder de Egipto, y se cerró detrás de ellos para guardarlos fuera
de allí para siempre.
Entonces, el Tabernáculo fue la primera morada de Dios sobre la
tierra. La Palabra de Dios nos dice que El andaba en la compañía de
Adán en el Edén (Gn. 3:8-9). Se puede leer que camino con Noé (Gn
6:9), que Visitaba a Abraham en Mamre (Gn. 18:1), pero esta vez,en
el desierto, Dios baja para habitar con sus redimidos, y desde
entonces hasta ahora Él siempre ha tenido una morada en la tierra.
a). El Tabernáculo (Ex. 40:34-35).
b). El Templo de Salomón (2 Cro. 5:13-14).
c). Cristo (Jn. 2:21; 2 Cor. 5:19).
d). La Iglesia (1 Ti. 3:15).
e). La Nueva Jerusalén (Ap. 21:22).
f). La Nueva Tierra (Ap. 21:3).
Disposición del tabernáculo
El tabernáculo estaba en el centro de las doce tribus de Israel. Las
doce tribus estaban reunidas al rededor, cada una en su lugar
divinamente mandado y ordenado por Dios. Los levitas fueron
repartidos de tal forma que rodeaban el tabernáculo, estando ellos
al cargo de la organización del mismo.

Ahora, me gustaría que pudiésemos preparar nuestras mentes y


nuestros corazones para lograr comprender, solo por medio de la
revelación del Señor, que significa el tabernáculo para nosotros,
hoy. Y que con reverencia espiritual podamos entrar a los Atrios,
con nuestra imaginación purificada, y lograr contemplar cada
detalle que había allí dentro.
Sabemos que El Tabernáculo señala a Cristo. La gloria de Su persona
y obra están estampadas en todas las partes de este, desde el arca
del testimonio en el lugar santísimo, hasta el más pequeño clavo,
del atrio afuera (He. 9:23-24).
Todo aquí tiene su significado.
Es por esa preciosa razón que el Tabernáculo no podía ser edificado
según pensamientos humanos. Debía ser edificado según el exacto
modelo de Dios, porque este era el deseo de Dios.
Él mismo mostró el proyecto a Moisés cuando estuvo en el monte
Sinaí durante 40 días (Ex. 24:18).
Materiales:
Oro, plata, cobre, azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras,
pieles de carneros teñidas de rojo, pieles de tejones, madera de
acacia, aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la
unción y para el incienso aromático, piedras de ónice, y piedra de
engaste para el efod y para el pectoral (Ex. 25:3-7)
Cada uno de estos materiales nos hablan de Dios, de Cristo y del
Espíritu Santo. La Trinidad involucrada en la redención del hombre.
Como lo podemos entender en la lectura de Ef. 5:2 que nos dice:
Y andad en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí
mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.
Refiriendo a las ofrendas que entregaba el pueblo, en aquellos
tiempos, a Jehová.
El camino del Tabernáculo
Este es el camino que se debía seguir para llegar al lugar santísimo.
a). La puerta del atrio(Ex. 27:16)
b). El altar del sacrificio (Ex. 27:1)
c). La fuente o lavacro (Ex.30:17)
d). La puerta del Tabernáculo (Ex. 26:36-37)
e). El lugar Santo (Ex. 26:35)
f). La puerta del lugar Santísimo o el velo (Ex. 26:31)
g). El lugar Santísimo (Ex. 26:33-35)
Y es este el orden en el que vamos a ir estudiando en las próximas
escuelas dominicales, para así estudiar, de forma sencilla pero
específica, el tabernáculo en su plenitud.
De esta forma, al recorrer este camino, nos encontramos con tres
puertas consecutivas:
La puerta del atrio, donde sólo la podían pasar los judíos con un
sacrificio; La
puerta del tabernáculo donde sólo la podían pasar los sacerdotes
para ministrar; Y la puerta o velo del lugar Santísimo, donde sólo la
podía pasar el sumo sacerdote una vez al año y con la sangre del
sacrificio presentado a Jehová.
Todo esto es muy propio para figurar, y en el día de hoy hacernos
recordar el camino que tuvo que recorrer Jesús, para finalmente
rasgar, espiritualmente el velo que nos separa del lugar Santísimo,
donde habita la misma presencia de Dios.
¡¡¡Dios les bendiga!!!

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