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Efesios CapII

El documento habla sobre la oración de Pablo en Efesios 1:15-23 para que los creyentes tengan entendimiento espiritual y conozcan las riquezas de su herencia y llamamiento en Cristo. También describe cómo Cristo resucitó a los creyentes y los hizo sentar en lugares celestiales, dándoles vida espiritual y reconciliándolos con Dios.
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Efesios CapII

El documento habla sobre la oración de Pablo en Efesios 1:15-23 para que los creyentes tengan entendimiento espiritual y conozcan las riquezas de su herencia y llamamiento en Cristo. También describe cómo Cristo resucitó a los creyentes y los hizo sentar en lugares celestiales, dándoles vida espiritual y reconciliándolos con Dios.
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IV. Oración por entendimiento (1.15–23) ¿He
entendido zel misterio de Dios y sus bendiciones?
Hay dos oraciones en Efesios: (1) «que ustedes puedan conocer»,
1.15–23; y (2) «que ustedes puedan ser», 3.13–21. La primera
oración es por entendimiento, la segunda por capacitación. Pablo
ora primero para que entendamos lo que Cristo ha hecho por
nosotros; luego para que vivamos a la altura de estas maravillosas
bendiciones y las pongamos en obra cada día. Nótese las
peticiones de Pablo:
A. Que Dios les diera entendimiento espiritual (vv. 17–18a).
Las verdades espirituales deben discernirse espiritualmente (1 Co
2.9–16), y este entendimiento viene sólo del Espíritu. Él escribió la
Palabra; Él es el único que puede enseñarnos lo que ella dice.
Siguen las peticiones de Pablo B. Que conocieran la esperanza de su
llamamiento (v. 18b).
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Debido a que Dios nos escogió en Cristo antes de la fundación del


mundo tenemos una bendita esperanza por toda la eternidad, que
no depende de nuestra bondad, sino en su gracia. El cristiano que
no conoce su supremo llamamiento (Flp 3.14), su llamamiento santo
(2 Ti 1.9), y su llamamiento celestial (Heb 3.1), nunca será capaz de
andar como es digno de ese llamamiento (Ef 4.1, en donde
«vocación» es «llamamiento»).
C. Que conocieran las riquezas de su herencia (v. 18c).
No sólo tenemos una herencia en Cristo, sino que somos una
herencia para Cristo (véase v. 11). La palabra «riquezas» aparece
con frecuencia en Efesios, sugiriendo que nada falta, nada más de
lo que necesitamos. Los cristianos maduran en el Señor cuando
aprenden cuánto significan para Cristo y entonces empiezan a vivir
Siguen las peticiones de Pablo B. Que conocieran la esperanza de su
llamamiento (v. 18b).
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D. Que conocieran su poder (vv. 19–23).


El mismo poder que resucitó a Jesús de los muertos está a nuestra
disposición cada día. Cristo ya ha ganado la victoria sobre el
pecado, la muerte, el mundo y Satanás. El pueblo de Dios no lucha
por victoria, sino ¡desde la victoria! Estamos sentados con Él en
lugares celestiales, donde hay poder, paz y victoria.
Por supuesto, todas estas bendiciones son únicamente para
quienes reúnen las condiciones estipuladas en los versículos
1–2. Nótese que Pablo escribe a santos vivos (no muertos),
gente que ha puesto su fe en Cristo.
¿Cuánto sabemos de su poder?
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Somos retados a la lealtad, servicio,
Como no estar agradecido con un Dios que me amó
siendo su enemigo.
Despreciar las bendiciones de Dios nos vuelve
como los animales.

Ellos viven sin propósitos


¿Estoy viviendo para el propósito de Dios?
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z
La cabeza es la autoridad máxima
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¿Cómo crecer en el conocimiento de Dios?
z
¿Quéz hace que se reconozca que somos iglesia?

 Como ser lo que debe ser en la práctica a los ojos


de los hombres.
 El tema de Pablo es Cristo y la Iglesia, el eterno
plan de Dios para reunir todas las cosas en Cristo
 La carta empieza con la eternidad del pasado y nos
lleva a la eternidad del futuro.
 Esta sección se llama las riquezas en Cristo
Nuestra posición en Cristo (2)
1. Resucitados
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y sentados en el trono (2.1–10)
Antes estuvimos muertos 1-3 2 Y él os dio vida a
vosotros, cuando estabais muertos en vuestros
delitos y pecados, 2 en los cuales anduvisteis en otro
tiempo, siguiendo la corriente de este mundo,
conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu
que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3 entre
los cuales también todos nosotros vivimos en otro
tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la
voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos
por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
Lo que el Señor hizo 4-9. 4 Pero Dios, que es rico en
misericordia, por su gran amor con que nos amó, 5
aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio
vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), 6
y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo
sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, 7
para mostrar en los siglos venideros las abundantes
riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros
en Cristo Jesús. 8 Porque por gracia sois salvos por
medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de
Dios; 9 no por obras, para que nadie se gloríe. 10
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús
para buenas obras, las cuales Dios preparó de
antemano para que anduviésemos en ellas.
I. Nos resucitó y nos hizo sentar en el trono (2.1–10 A. Lo que éramos (vv. 1–3)
¡Qué cuadro del pecador perdido! Para empezar, los pecadores están muertos espiritualmente; o sea, el hombre interior está muerto a las cosas espirituales y no puede responder a
ellas. Los Evangelios escriben cómo Jesús resucitó a tres personas:

(1)
(2)
Una z Un
muchacha de
joven,
doce años,
Lucas
Lucas 8.49–55.
7.12–15.
(3) Un hombre adulto, Juan 11.
Cada uno estaba muerto; la única diferencia era su estado de descomposición. ¡Lázaro hedía ya!, hacía cuatro días que lo habían sepultado.
Si practico el pecado ¿Puedo ser hijo de Dios y
z
recibir esta herencia?
¿Qué logra el pecado en la vida del hombre?
z

Pero Él me ha resucitado
Me esclaviza
B. Lo que hizo Dios (vv. 4–9).
z
 «Pero Dios». Estas palabras están entre las más
grandiosas de la Biblia. Dios pudo dejarnos seguir en
el pecado y vivir eternamente con el diablo en el
infierno, pero en lugar de eso Él decidió salvarnos.
Nos dio vida (movimiento), nos resucitó de la tumba
del pecado y ¡nos sacó del cementerio! Más que eso,
¡nos hizo miembros de Cristo! Nos dio vida, nos
resucitó y nos hizo sentar juntamente con Él en los
lugares celestiales.
Diferencia entre gracia y misericordia
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La historia de Meffiboset 2 Sam 9:1-13
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z
C. Lo que somos ahora (v. 10).
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 Somos hechura suya, su nueva creación (2 Co 5.17). Lea Filipenses
2.12, 13 y ¡atrévase a creer que Dios obra en usted! ¿Qué nos
depara el futuro? No lo sabemos, pero sí sabemos quién tiene el
futuro en sus manos. El mismo Padre amante que me escogió, me
llamó y me salvó, ¡también ha trazado un plan maravilloso para mi
vida! «¡Oh, qué deudor a la gracia a diario debo ser!»
 II. Nos reconcilio y nos dejó pasar al lugar santísimo.
(2.11-22)
 En la primera parte de este capítulo Pablo nos ha dicho lo que Dios
ha hecho por los pecadores en general; ahora habla de los judíos y
gentiles en particular. Dios no ha hecho ningún pacto mesiánico
con los gentiles, sino que Dios les ha prometido a los judíos un
reino. ¿Cuál es la situación de judíos y gentiles en el programa
actual de Dios?
 A. Lo zque eran los gentiles (vv. 11–12).
Dios hace una distinción entre judíos y gentiles (1 Co 10.32) como
raza no así como individuos (Ro 10.11–13). Los gentiles estaban sin
Cristo; o sea, no tenían la promesa de un Mesías. No eran parte de
la nación de Israel; es más, las leyes del AT ponían un gran abismo
entre judíos y gentiles. En lugar de ser «el pueblo de Dios», los
gentiles eran extraños. Eran extranjeros, sin esperanza y sin el
verdadero Dios en el mundo. Contraste esta triste situación con la
posición privilegiada de Israel que se describe en Romanos 9.4, 5.

El versículos 13 resume en dos palabras la condición de los


gentiles: «estaban lejos». En tanto que el problema de los
pecadores en general (vv. 1–10) era la muerte espiritual, el de los
gentiles en particular era su distancia espiritual de Dios y sus
bendiciones. Nótese en los Evangelios que siempre que Cristo
ayudó a un gentil, lo hizo a distancia (Mt 8.5–13; 15.22–28).

 Derribó también la pared espiritual y acercó a los
gentiles
z que estaban «lejos» (v. 13). Destruyó la
pared legal porque cumplió la Ley y dio término
al reinado de la Ley Mosaica que separaba a
judíos y gentiles (vv. 14–15).
 Cristo no sólo hizo la paz entre los pecadores y
Dios (Ro 5.1), sino también entre judíos y
gentiles. Tomó a los judíos pecadores y a los
gentiles pecadores y mediante su cruz hizo «un
nuevo hombre»: la Iglesia.
 C. Lo que son ahora los gentiles y los judíos (vv. 18–22).

 Ambos ztienen acceso al Padre en el Espíritu. Bajo el sistema


judío solamente el sumo sacerdote podía entrar a la
presencia de Dios y eso una vez al año. Pero en la nueva
creación todo creyente tiene el privilegio de entrar al Lugar
Santísimo (Heb 10.19–25).
 Tanto judíos como gentiles ahora pertenecen a la familia de
Dios, y el judío no puede tener privilegios mayores. Es
mediante la fe en su sangre que judíos y gentiles son
justificados.
 Pablo finaliza describiendo a la iglesia como un templo
z
Cristo es nuestro Sumo Sacerdote
z
Dios moraba en el tabernáculo judío (Éx 40.34), en el templo de Salomón (2 Cr 7.1)
y en el templo del cuerpo de Cristo (Jn 1.14; 2.18–22), y hoy en el creyente (1 Co
6.19–20) z y en la iglesia (Ef 2.21,
22). ¡Qué privilegio ser la misma habitación de Dios a través del Espíritu!
z
¿ Estoy viviendo de acuerdo a mi llamado?
Conocer, Amar, Servir ¿Quién soy yo?
y vivir en Cristo
z

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