Ética y actividad psicológica
Frente a una ética postiza y a una ética
idealista, hay que afirmar que lo ético está
intrínsecamente presente en toda actividad
profesional y, para el caso, en la actividad
psicológica. Esta presencia intrínseca abarca, por
tanto, la racionalidad científico-técnica de cada
profesión (aquí, de la psicología) así como las
determinaciones y aplicaciones concretas.
Ética y actividad psicológica
Actividad psicológica no significa aquí lo mismo
que actividad psíquica, es decir, los procesos
psíquicos del comportamiento humano y animal.
En ese sentido, toda acción tiene un necesario
carácter psíquico y, por tanto, habría que incluir en
este apartado todo tipo de actividad.
Ética y actividad psicológica
Cuando se habla aquí de actividad psicológica
nos referimos a todos aquellos procesos,
comportamientos y determinaciones que son
objeto de la ciencia de la psicología, tanto en su
vertiente teórica como en su vertiente práctica.
Ética y actividad psicológica
La actividad psicológica incluye, por tanto, dos
aspectos: (a) la ciencia de la psicología, lo que
normalmente llamamos “la psicología”; y (b) el
trabajo del psicólogo en cuanto tal ya sea en a
investigación, ya sea en cualquier área de la
profesión.
Ética y actividad psicológica
(a) La actividad psicológica incluye, ante todo,
aquellos procesos por los que se constituye la
ciencia de la psicología –suponiendo que se pueda
hablar con propiedad de una ciencia de la
psicología. Esta vertiente de la actividad
psicológica perseguiría la comprensión, cada vez
más adecuada, de la acción humana, según una
coherencia y racionalidad propias.
Ética y actividad psicológica
(b) Por actividad psicológica hemos entendido
también la actividad práctica del psicólogo. La
práctica psicológica es orientada y guiada por la
intencionalidad intrínseca de la ciencia psicológica,
encaminada al conocimiento, comprensión,
orientación y cambio de la acción personal e
interpersonal.
Ética y actividad psicológica
Lo que primariamente interesa a la ética
psicológica no es la intencionalidad propia e
individual de cada psicólogo, sino la
intencionalidad del proceso mismo de la psicología.
Este es un punto crucial. Al examinar una actividad
psicológica concreta, podemos considerar por un
lado lo que el psicólogo pretende realizar y
conseguir, es decir, sus fines subjetivos.
Ética y actividad psicológica
Entendemos por ética “una praxis iluminada
teóricamente, que pretende la transformación del
hombre, de la sociedad y de la historia” (Ellacuría).
La ética tiene así un momento teórico, pero es
fundamentalmente una actividad.
Ética y actividad psicológica
La psicología se introduce en todos estos
campos como un intento expreso de humanización,
de crecimiento humano y cultural: se trata de
comprender mejor a la persona, de entender más a
fondo todos aquellos aspectos que permiten a los
seres humanos lograr una vida mejor, de
profundizar en el planteamiento más adecuado de
aquellos problemas que enfrentan los individuos y
los grupos y les impiden su desarrollo y plenitud.
Ética y actividad psicológica
Cuando la psicología acierta en sus esfuerzos,
produce el bien: evita el sufrimiento, resuelve los
conflictos, potencia el crecimiento y la felicidad;
cuando la psicología yerra, produce el mal:
incrementa el padecimiento, agudiza los conflictos,
entorpece la madurez y bloquea la libertad y la
plenitud humanas.