El ensayo de Miguel Ángel Miranda Hernández analiza la relación entre religiones y corrupción en el contexto boliviano, explorando cómo las estructuras religiosas pueden influir en la legitimación y crítica al poder político. Destaca la complejidad de esta relación, donde las religiones pueden tanto contribuir al fortalecimiento de una sociedad civil crítica como ser funcionales a los intereses del poder hegemónico, lo que a su vez alimenta la corrupción. A lo largo del texto, se discuten factores estructurales que obstaculizan el papel crítico de las religiones y su interacción con la corrupción política en Bolivia.