El esqueleto humano está formado por 208 huesos de diferentes tamaños y formas que cumplen funciones vitales como sostener el cuerpo, proteger órganos internos y permitir el movimiento. Los huesos se clasifican en largos, cortos y planos y se agrupan en la cabeza, tronco y extremidades. Juntos, los huesos y articulaciones forman una estructura sólida pero flexible gracias a la cual el cuerpo puede mantenerse erguido y realizar diversas acciones.