El documento examina la práctica de las colectas en la iglesia de Cristo, argumentando en favor de un único modelo de ofrenda semanal basado en 1 Corintios 16:1-2. Se critica la recolección de múltiples colectas como contraria a la enseñanza bíblica y se enfatiza que cada miembro debe contribuir de manera voluntaria y planificada. Además, se alerta sobre las presiones que generan las colectas especiales, que pueden llevar a decisiones impulsivas en lugar de una donación reflexiva.