El documento analiza la responsabilidad de ofrendar en la iglesia local, afirmando que los miembros deben cumplir con su deber de ofrendar donde son miembros, incluso si visitan otra congregación. Se enfatiza que ofrendar en otra iglesia sin cumplir con la ofrenda en la iglesia local puede perjudicar la obra de esta. La intención detrás del mandamiento de ofrendar es asegurar fondos para las obras de la iglesia local y no simplemente cumplir con un acto ritual.