La monitoría materno-fetal implica el registro continuo de la frecuencia cardiaca fetal y contracciones uterinas para evaluar el bienestar fetal en gestantes de alto riesgo. Se utilizan equipos como el tocodinamómetro y ultrasonido Doppler, y se siguen diversas recomendaciones durante su aplicación. Existen dos tipos principales de monitoría: la prueba sin estrés (NST) y la prueba de tolerancia a las contracciones (PTC), cada una con procedimientos específicos y requisitos previos.