Siri y Mateo eran niños que podían cambiar de forma a animales cuando los adultos no los veían. Pasaron las vacaciones de verano en la granja de su tía Antonieta, donde descubrieron que ella también podía convertirse en "otro" igual que ellos. Su tía les enseñó hechizos que convirtieron a Siri en gata y a Mateo en perro.