El documento habla sobre corregir y reprender a los que se ama para que se conviertan y escuchen la voz de Dios. Quien escuche la voz de Dios y le abra la puerta, comerá con él y se sentará a su lado en el trono, así como Jesús se sentó junto a Dios después de vencer. El mensaje es para las iglesias que tengan oídos para escuchar.