El documento discute que ser profesional no se trata de tener títulos universitarios, sino de tres factores: 1) la capacidad de cumplir metas y resolver problemas, 2) la capacidad de innovar constantemente, y 3) amar lo que se hace. Aunque los títulos son importantes, lo que realmente importa son las habilidades, destrezas, aptitudes y actitudes de una persona. Las universidades deben enfocarse en formar profesionales competentes con sensibilidad social.