La vía intramuscular es una vía parenteral para administrar fármacos directamente en los músculos. Requiere materiales como jeringas, agujas y antisépticos. Los medicamentos se inyectan en los glúteos, deltoides o muslos. Ofrece una absorción rápida pero puede ser dolorosa si no se aplica correctamente. Es útil para medicamentos que se absorben mal por vía oral o que se degradan en el estómago.