El documento explora la relación entre antropología y educación, destacando la importancia de comprender al ser humano desde diversas dimensiones para una educación integral. Discute la evolución de la pedagogía y las ciencias de la educación, así como las limitaciones que presenta el positivismo al abordar la complejidad de la persona humana. Finalmente, resalta la necesidad de un enfoque humanista y multidimensional en la educación que contemple no solo aspectos científicos, sino también filosóficos y éticos.