Este documento compara la vestimenta original provista para Adán y Eva en el Jardín del Edén con la que adoptaron después de pecar. Originalmente, Adán y Eva estaban vestidos con una envoltura de luz divina, pero después de desobedecer a Dios, se sintieron avergonzados y se cubrieron con delantales de hojas. Más tarde, Dios les proveyó túnicas de pieles para cubrir su desnudez, prefigurando la vestidura de justicia que Cristo provee a través de su sacrificio.