Un ecosistema consiste en un biotopo (el entorno físico como el suelo, rocas, agua, aire y clima) y una biocenosis (los seres vivos que habitan en él). Los seres vivos de un ecosistema, como delfines, tiburones, ballenas y tortugas en el ecosistema marino, tienen adaptaciones que les permiten sobrevivir en las condiciones del biotopo y relacionarse con otros seres vivos.