Dios dirige la historia humana hacia un objetivo final. Aunque los humanos tienen libre albedrío, Dios conoce el futuro y usa la historia para revelarse a sí mismo. Los profetas bíblicos predijeron eventos históricos con precisión. La profecía de Daniel sobre los imperios mundiales muestra que Dios controla la historia a pesar de la libertad humana. La historia se enmarca en la gran controversia entre Cristo y Satanás, pero terminará con la victoria de Dios.