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100 POETAS
ESPAÑOLES
Selección:
© Julio Pollino Tamayo
cinelacion@yahoo.es
2
3
Remigio González “Adares”
1
Estoy en mí casi sin conocerme.
Contraigo culpas y relleno sombras.
Me debo a las urgencias que ahora me rodean
en este vago comedor sin vasos.
La vieja cerradura me guarda esta aventura
con otra foto que no es real
si no palomas verdes.
Los objetos que me miran no me saben ver
ni en el atisbo de su propio respeto.
Los pasos que me siguen son del cuerpo
y me dirigen hacia la tormenta.
Todo lo que me calla grita,
todo lo que me grita me cambia de lugar
y me acongoja recibir cariño.
La distancia que me adeuda es reducida.
Hablo sólo y no quiero morir lleno de horas.
Me secan las paredes y quiero vivir suelto.
Estoy en mí casi sin conocerme
pero al cielo le da igual que yo sea
de la tierra.
Quebrándose, un reloj casi me estorba.
2
Es mirando hacia atrás como se queda
el hombre, y allá donde no hay nadie
le ponen una cruz.
4
Rafael Alberti
1
Yo era un tonto y lo que he visto
me ha hecho dos tontos.
2
-Niño, un vasito de agua,
que tengo locos los labios.
3
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!
4
Tú tenías a la fuerza que haber nacido solo y sufrido sin gloria
para decirme:
Hace ya treinta años que ni leo los periódicos: mañana hará buen tiempo.
5
¡Castellanos de Castilla,
nunca habéis visto la mar!
¡Alerta, que en estos ojos
del sur y en este cantar
yo os traigo toda la mar!
¡Miradme, que pasa el mar!
5
Vicente Aleixandre
1
Un pájaro de papel en el pecho
dice que el tiempo de los besos no ha llegado.
2
Porque era el último amor. ¿No lo sabes?
Era el último. Duérmete. Calla.
Era el último amor...
Y es de noche.
3
Nadie puede ignorar la presencia del que vive,
del que en pie en medio de las flechas gritadas,
muestra su pecho transparente que no impide mirar,
que nunca será cristal a pesar de su claridad,
porque si acercáis vuestras manos, podréis sentir la sangre.
4
Si me muero, dejadme. No me cantéis. Enterradme envuelto en la baraja que dejo, en
ese bello tesoro que sabrá pulsarme como una mano imponente. Sonaré como un
perfume del fondo, muy grave. Me levantaré hasta los oídos, y desde allí, hecho pura
vegetación me desmentiré a mí mismo, deshaciendo mi historia, mi trazado, hasta dar en
la boca entreabierta, en el Sueño que sorbe sin límites y que, como una careta de cartón,
me tragará sin toserse.
6
Julio Alejandro
Sí. Estoy abierto. Abierto a lo profundo
de las preguntas graves sin respuesta.
Mas preguntadme sólo lo que sepa
Y sé muy poco.
¿Cómo voy a decir es primavera
si no existen conciertos de colores
en el terrero coto donde vivo?
¿Cómo deletrear esa palabra tierna
que se escribe alegría
si hay cuchillo que hiela el pensamiento
más allá del silencio?
¿Cómo voy a calentar mis manos
al resol de una charla pueblerina
si el rescoldo discreto de la parla
pulveriza las tazas del café mañanero?
¿Cómo puedo esperar un correo de vientos
si unos muros de greda deshacen la esperanza?
¿Cómo ver madurar el durazno
si mis ojos se cubren de pústulas injustas?
No intento que ablanden metales mis respuestas
que la piedra y la delgada rama se comulguen.
No. No quiero compasión ni mentiras piadosas.
Debo tantas verdades al calor de la leña
que no me alcanza el pecho para tanta medalla.
Y sobre todo, ignorar apetencias del sol de mediodía
estar amurallado al ensoñar del sueño
y dormir despenado sobre la gris ceniza.
7
Dámaso Alonso
Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres
(según las últimas estadísticas).
A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo
en este nicho en el que hace 45 años que me pudro,
y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros,
o fluir blandamente la luz de la luna.
Y paso largas horas gimiendo como el huracán,
ladrando como un perro enfurecido,
fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.
Y paso largas horas preguntándole a Dios,
preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma,
por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad
de Madrid,
por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo.
Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?
¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día,
las tristes azucenas letales de tus noches?
8
Manuel Altolaguirre
1
Un silencio cercado de tinieblas
bajo una luz que no me pertenece.
Tus ojos vencedores
contra mi voz vencida.
2
Ya que no puedo ser libre
agrandaré mis prisiones.
Cambiaré los tristes muros
por alegres horizontes.
No pisaré ningún suelo
sino abismos de la noche.
Techos que a mí me cobijen
cielos serán los mejores.
Ya que no puedo ser libre
agrandaré mis prisiones.
9
Marcos Ana
1
Los dientes de una ballesta
me tienen clavado el vuelo.
Tengo el alma desgarrada
de tirar, pero no puedo
arrancarme estos cerrojos
que me atraviesan el pecho.
2
Mi vida,
os la puedo contar en dos palabras:
Un patio,
y un trocito de cielo por donde a veces pasan
una nube perdida,
y algún pájaro huyendo de sus alas.
3
Nieva,
La cárcel está blanca como una sepultura.
El cielo es una sombra fría.
Se oyen
caer diez campanadas en la nieve.
Por un muro del norte muge el viento
como un toro de hielo.
4
Socavón de Castilla. Lento espanto.
Catedral invertida hacia la tumba,
bajo una piel de piedra cancerosa.
10
Manuel Antonio
1
Humo de pipa Saudade
Noche Silencio Frío
Y quedamos nosotros solos
Sin el mar y sin el barco
nosotros.
2
Encontraremos en el puerto
las hojas evadidas
del calendario de nuestros sueños
Las nuevas calles de siempre
exhibirán el escaparate
de las mismas novias inéditas
Fumaremos en las pipas despectivas
todas las transeúntes
hostilidades mudas.
11
Antoniorrobles
1
Una calma de cocidito con garbanzos saltarines:
una calma de almorzar con las piernas estiradas a lo largo del suelo.
2
Con sus brazos de almohada.
3
La egolatría se queda con todas las pasiones que la rodean, y no devuelve ninguna.
12
Max Aub
1
La maté por no darle un disgusto.
2
Era tan feo el pobre, que cada vez que me lo encontraba,
parecía un insulto. Todo tiene su límite.
3
¡Que se declare en huelga ahora!
4
Mató a su hermanita la noche de Reyes para que
todos los juguetes fuesen para ella.
5
Lo maté porque no pensaba como yo.
6
A veces, me molesta tanta broma.
7
No hay manera.
13
Calderón de la Barca
1
Tuve amor y tengo honor.
Esto es cuanto sé de mí.
2
Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
14
Joaquín María Bartrina
1
Cree en Dios y en la mujer.
¡Es tan cómodo el creer!
2
Si quieres ser feliz, como me dices,
no analices, muchacho, no analices.
3
¡Vive para mí, Universo
que cuando mi vida acabe
tú morirás, y mi tumba
encerrará tu cadáver!
4
Si yo quisiera matar
a mi mayor enemigo,
me habría de suicidar.
5
Dios es un guardia civil.
15
Gustavo Adolfo Bécquer
1
Memorias y deseos
de cosas que no existen;
accesos de alegría,
impulsos de llorar.
2
Hoy la he visto..., la he visto y me ha mirado...
¡hoy creo en Dios!
3
Sobre la falda tenía
el libro abierto;
en mi mejilla tocaban
sus rizos negros;
no veíamos las letras
ninguno, creo;
mas guardábamos ambos
hondo silencio.
16
Felipe Benítez Reyes
1
SI alguna vez sufres -y lo harás-
por alguien que te amó y que te abandona,
no le guardes rencor ni le perdones:
deforma su memoria el rencoroso
y en amor el perdón es sólo una palabra
que no se aviene nunca a un sentimiento.
Soporta tu dolor en soledad,
porque el merecimiento aún de la adversidad mayor
está justificado si fuiste
desleal a tu conciencia, no apostando
sólo por el amor que te entregaba
su esplendor inocente, sus intocados mundos.
Así que cuando sufras -y lo harás-
por alguien que te amó, procura siempre
acusarte a ti mismo de su olvido
porque fuiste cobarde o quizá fuiste ingrato.
Y aprende que la vida tiene un precio
que no puedes pagar continuamente.
Y aprende dignidad en tu derrota
agradeciendo a quien te quiso
el regalo fugaz de su hermosura.
2
Nos hemos hecho daño
y el tiempo ya no pasa indiferente.
Por qué es tan alto el precio del olvido
no sabemos, y herimos
con una relajada displicencia
aun teniendo muy claro que algún día
alguien recordará el dolor que le causamos,
porque el dolor persiste en la memoria
con una obstinación insobornable,
y es fiel, y es rencoroso, y el perdón no le afecta.
Nos hemos hecho daño.
Y la juventud dorada era de nieve.
17
Juan Boscán
Quien dice que la ausencia causa olvido
merece ser de todos olvidado.
El verdadero y firme enamorado
está, cuando está ausente, más perdido.
Aviva la memoria su sentido;
la soledad levanta su cuidado;
hallarse de su bien tan apartado
hace su desear más encendido.
No sanan las heridas en él dadas,
aunque cese el mirar que las causó,
si quedan en el alma confirmadas.
Que si uno está con muchas cuchilladas,
porque huya de quien lo acuchilló,
no por eso serán mejor curadas.
18
Joan Brossa
1
Piedras las hay de todos los colores.
He encontrado una que quema como el fuego
y otra que nunca se calienta.
Yo busco una de color verde claro
porque dicen que cura la tristeza.
2
Lunes
martes
miércoles
jueves
viernes
zapato
domingo.
3
Para ser feliz, mortal, camina siempre
y olvida.
19
Luis Buñuel
1
Niñita, niñita mía
no sabes lo que es el mar;
si lo supieras mi vida
te echarías a rodar.
2
Creer y no creer son la misma cosa.
Si existe es como si no existiese.
3
Para llegar a toda belleza, tres condiciones me parecen siempre necesarias:
Esperanza, lucha y conquista.
20
José Manuel Caballero Bonald
1
Desde donde me vuelvo
a la pared, en medio de la noche,
desde donde estoy solo
cada noche, cautivo
bajo mi propia vigilancia, allí
me hallo según la fe que me fabrico
cada día.
Lavada está mi vida
en virtud de su asombro. Ayer, mañana,
viven juntos y fértiles, conforman
mi memoria conmigo.
Únicamente soy
mi libertad y mis palabras.
2
Comparto con la noche su premura
de tiempo, ese impaciente tránsito
circular de la sombra
que de otra sombra es víspera
o esa morosa voluntad de amarte
a partir de mañana, cuando
como a la luz te haya perdido
y sólo queda un último
plazo para esperarte
en la fugacidad del día siguiente.
21
Pedro Casariego Córdoba
1
porque besarte
es cortar hierba
hierba
hierba
olor a hierba
olor a hierba
recién cortada.
2
Eres río
eres río que llora
bajo mis abrazos de madera
3
Mi angustia
es el eco
de la risa de Dios.
4
pronto mataré
muy pronto
mataré esquinas de cielo
con mi guadaña de tierra
agua del tiempo
qué poco tiempo me queda
5
Me han cortado por la mitad.
Ayúdame a ser zurdo.
22
Cristobal de Castillejo
1
Tiempo bueno, tiempo bueno,
¿quién te me apartó de mí?
2
En el campo me metí
a lidiar con mi deseo;
contra mí mismo peleo:
defiéndame Dios de mí.
3
Aquí no hay
sino ver y desear;
aquí no veo
sino morir con deseo.
4
No pueden dormir mis ojos,
no pueden dormir.
5
Lo que quiero me es contrario.
6
Con esperanza de ver
al revés lo que deseo.
23
Camilo José Cela
1
Apoyo casi con violencia sus agudas palabras.
2
Luchemos cipote en ristre contra los mitos que atenazan al hombre.
3
La muerte no es una posibilidad, es una certeza que puede precipitarse
pero no es una posibilidad, la vida en cambio es una posibilidad,
sólo una posibilidad y no una certeza, la vida es posible pero jamás cierta.
4
Uno se ve en el espejo y se tutea incluso con confianza.
5
Vayámonos a dormir, debe ser ya muy tarde
y el corazón se fatiga de tanta necedad.
24
Gabriel Celaya
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.
Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.
25
Luis Cernuda
1
Te quiero.
Te lo he dicho con el viento,
jugueteando como animalillo en la arena
o iracundo como órgano tempestuoso;
Te lo he dicho con el sol,
que dora desnudos cuerpos juveniles
y sonríe en todas las cosas inocente;
Te lo he dicho con las nubes,
frentes melancólicas que sostienen el cielo,
tristezas fugitivas;
Te lo he dicho con el agua,
vida luminosa que vela un fondo de sombra;
te lo he dicho con el miedo,
te lo he dicho con la alegría,
con el hastío, con las terribles palabras.
Pero así no me basta:
más allá de la vida,
quiero decírtelo con la muerte;
más allá del amor,
quiero decírtelo con el olvido.
2
¿Cuántos siglos caben en la hora de un niño?
26
Miguel de Cervantes
Fuego soy apartado y espada puesta lejos.
A los que he enamorado con la vista he desengañado con las palabras.
27
Juan Eduardo Cirlot
1
Dentro del corazón está la muerte
como una runa blanca de ceniza.
2
Tal vez nada se pierde.
3
En medio de la nada está la espiga
como la flor en medio de la nieve.
La muerte es la mirada que, hacia dentro,
ve la vida.
4
Nunca te encontraré porque el encuentro
habría de ser fuera y estás dentro.
5
La claridad
de lo afilado baja hasta las flores.
Los relieves parecen sentimientos.
28
Alfonso Costafreda
1
Apuntes de una vida, indicios
de otra, si alguien me lee acaso
en este espejo torpe
verá su propio rostro.
2
Y si algún día el aire viene bueno
y todo se ilumina,
nada cabe esperar.
El propio corazón rehusa el vuelo,
el dolor pesa más que la alegría.
3
Ha muerto mi padre.
Se repite su ausencia cada día
en el hogar vacío.
Yo pregunto,
y además de la ausencia y además
de perder los caminos de esta tierra,
¿qué es la muerte?
Yo te pregunto, padre, ¿qué es la muerte?
¿Has hallado la paz que merecías?
¿Encontraste cobijo en nueva casa
o vas errante, y sufres bajo el frío
del invierno más grande, del total
desamor?
Yo te pregunto, padre, si son algo
los muertos, o si la muerte es sólo
una inmensa palabra que comprende
todo lo que no existe.
29
San Juan de la Cruz
Muéveme, en fin, tu amor y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo yo te amara
y aunque no hubiera infierno te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
que aunque lo que espero no esperara
lo mismo que te quiero te quisiera.
30
Eduardo Chillida
1
Siempre nunca diferentes, pero nunca siempre iguales.
2
El horizonte es una distancia entre tu punto de vista y el lugar en el
cual la tierra tiene la curvatura necesaria para que tú no puedas ver más
allá. Pero que si tú avanzas, él avanza también. Es decir, que acabaría
por cubrir en todos los sentidos toda la gran masa de la Tierra, y eso
me hizo pensar si no será el horizonte la patria de todos los hombres.
Vas a estar en el horizonte, sin alcanzarlo nunca pero metido dentro de
él.
3
El pasado y el futuro son contemporáneos,
la comunicación entre ellos acontece en el presente.
El presente es el límite entre el pasado y el futuro.
Pero no hay dimensión en el presente.
Es un límite, igual que existe en el espacio.
Un límite entre el espacio del contorno y la forma.
Todo lo referente al espacio acontece en el límite.
El límite es el verdadero protagonista del espacio,
como el presente es el verdadero protagonista del tiempo.
31
Miguel Delibes
1
Aurita es una buena chica, o a mí me parece una buena chica.
Creo que entre estos dos extremos no hay la menor diferencia.
Yo, de mí, sé decirte que estoy contento.
2
Yo he sido fiel a Valladolid porque lo necesito.
Si no tengo a Valladolid me quedo sin base.
3
Si el cielo de Castilla es tan alto es
porque lo levantaron los campesinos de tanto mirarlo.
32
Gerardo Diego
1
Por eso, Clementina,
por eso yo te espero
el veintitrés de enero
sobre mi hamaca gris...
2
Nuestro idioma es muy serio
nosotros somos nos y somos otros
y así sin salirnos del nos
somos también otros es decir vosotros.
No decimos no sentimos
nosunos y vosotros
sino nosotros
y por lo tanto sois vosunos.
Y esta sí que es la inmensa mayoría
hasta la totalía.
Y esta es mi fe y este es mi compromiso.
3
Entré en el desierto sin cerrar la puerta.
33
Juan del Encina
1
Querría no dessearos
y dessear no quereros,
mas si me aparto de veros
tanto me pena dexaros
que me olvido de olvidaros.
Si os demando galardón
en pago de mis servicios,
daisme vos por beneficios
pena, dolor y pasión
por más desconsolación.
Y no puedo desamaros
aunque me aparto de veros,
que si pienso en no quereros
tanto me pena dexaros
que me olvido de olvidaros.
2
Carcelero,
no te tardes, que me muero...
34
Vicente Escudero
1
Yo bailo con el corazón y sigo sus dictados tenga o no razón, pues
pienso que en arte es preciso decir algo sin que las palabras tengan arrugas.
2
Yo no anduve nunca a gatas porque nací derecho y con los brazos en alto.
3
Lo importante en el baile es saber dónde se pone la nariz.
35
Antonio Espina
1
¿Palabras?
No.
No sirven.
Mejor es dejarnos
ir
en la aguja de la llama.
¡ Qué delicia!
(Todo abruma.)
¡ Qué alegría!
(Todo cansa...)
2
Hace un frío frío
de frío muy frío.
3
Todo individuo gana en personalidad
detrás de una cortina.
Y aumenta más, si es una máscara.
Y más aún, si la cortina se mueve... sin
que nadie la mueva.
4
El sol es perseguido de cerca por el horizonte.
Envíen Guardia Civil.
Ya casi no queda tarde.
36
Vicent Andrés Estellés
Animal de recuerdos, lento y triste animal,
ya no vives, sólo recuerdas. Ya no vives, sólo recuerdas
haber vivido alguna vez en alguna parte.
Felicidad suprema, la hora de escribir los versos.
No los versos astillados, apresurados, que escribías,
sino los versos solemnes —¿solemnes?— del recuerdo.
Te permites recordar con un paisaje y todo:
las butacas del cine, el film que se proyectaba,
al que no hicisteis ningún caso, claro está;
y evocas la Albereda, las ranas del río,
las carcasas abriéndose en el cielo de la feria,
toda Valencia en llamas la noche de San José
mientras hacíais el amor en aquella terraza.
Animal de recuerdos, lento y triste animal,
ahora evocas y piensas en la carne fresca y suave
por donde tus manos o tus besos andaban,
la gloria de unas telas alegres y ligeras,
los caballetes de tejas enmohecidas, la maleza
que crecía, adorable, de pronto, entre unas tejas.
Animal de recuerdos, lento y triste animal.
37
León Felipe
1
-No andes errante
y busca tu camino...
-Dejadme,
ya vendrá un viento fuerte que me lleve a mi sitio.
2
El que decide… es el Viento.
3
Un signo... quiero un signo.
4
No esperes más a nadie...
Nadie te aguarda ni te busca...
Fuiste... el aborto de un sueño...
la semilla podrida de un sueño, que nunca germinó.
5
De aquí no se va nadie, nadie.
Ni el místico ni el suicida.
Y es inútil,
inútil toda huida.
38
Fernando Fernán Gómez
Sabemos que es mentira la juventud de los viejos.
Sabemos que nacieron viejos de repente.
Sabemos que no han estado encaramados en las banquetas de los bares.
Sabemos que no han enamorado a las chicas limpias de cintura imaginaria.
Sabemos que no han tenido bigotillos recortados.
Sabemos que no han llevado limpias las solapas.
Y es mentira lo del bastón de junco.
Y lo del borsalino.
Y lo del cosmético.
Han nacido viejos de pronto y por generación espontánea.
Sólo nosotros, los jóvenes, hemos nacido de madre
y crecido poco a poco.
Sólo nosotros sabemos de las chicas limpias de cintura imaginaria.
Y del enfriarse del alba en la cintura.
Y de los alegres caminos de la noche.
Es mentira el recuerdo de los viejos que conversan.
Es mentira esa foto remilgada del cadete con puro y aquel gorro.
Es mentira la foto de la boda.
Y aquella del ridículo automóvil.
Nacieron así, viejos, de repente,
para que nosotros sintiésemos más hondo el rebullir
de nuestra juventud inagotable.
Todos los viejos nacen así de viejos,
con un caudal de embustes a la espalda;
caudal que renuevan en sus sueños por la noche,
y que se va agotando poco a poco.
Mi abuela nació vieja y murió vieja.
Mirándome en sus ojos como uvas en aguardiente
aprendí que la vida es una larga vejez
llena de recuerdos;
que los hijos, con un cuchillo,
van cortando pedazos de sus padres lentamente;
van comiendo pedazos de sus padres lentamente.
39
José María Fonollosa
1
No hay nada bueno en ti. Por eso te amo.
2
Podemos elegir entre estar juntos
y hacernos mutuamente desgraciados.
O separarnos ahora y ser también
cada uno por su lado desgraciados.
3
Yo quiero que tú sufras lo que sufro:
aprenderé a rezar para lograrlo.
Yo quiero que te sientas tan inútil
como un vaso sin whisky entre las manos;
que sientas en el pecho el corazón
como si fuera el de otro y te doliese.
Yo quiero que te asomes a cada hora
como un preso aferrado a su ventana
y que sean las piedras de la calle
el único paisaje de tus ojos.
Yo deseo tu muerte donde estés.
Aprenderé a rezar para lograrlo.
4
Me he puesto una sonrisa. Todo es bello.
40
José María Gabriel y Galán
¡A mí n´amás me gusta
que dali gustu al cuerpu!
Si yo juera bien rico
jacía n´amás eso:
jechalme güenas siestas
embajo de los fresnos;
jartalmi de gazpachos
con huevos y poleos;
cascalmi güenos fritis
con bolas y pimientos;
mercal un buen caballo;
tenel un jornalero
que tó me lo jiciera,
pa estalmi yo bien quieto;
andal bien jateao;
jechal ca instanti medio;
fumal de nuevi perras,
y andalmi de paseo,
lo mesmo que los curas
lo mesmo que los médicos...
Si yo juera bien rico
jacía n´amás eso
¡Que a mí n´amás me gusta
que dali gustu al cuerpo!
41
Antonio Gamoneda
1
Mi manera de amarte es sencilla:
te aprieto a mí
como si hubiera un poco de justicia en mi corazón
y yo te la pudiese dar con el cuerpo.
Cuando revuelvo tus cabellos
algo hermoso se forma entre mis manos.
Y casi no sé más. Yo sólo aspiro
a estar contigo en paz y a estar en paz
con un deber desconocido
que a veces pesa también en mi corazón.
2
Estoy desnudo ante el agua inmóvil. He dejado mi ropa en el
silencio de las últimas ramas.
Esto era el destino:
llegar al borde y tener miedo de la quietud del agua.
42
Jomi García Ascot
1
España, sombra, España
garganta en que me nacen las palabras,
humo del llanto, España,
nudo del pecho
largo muro de cal del horizonte
fugitivo nivel de la mirada
caliente pan del sueño.
2
Todo comienza porque faltan palabras
porque hay demasiada vida
y no basta vivirla
porque hay demasiado mundo
y no basta estar en él como un árbol
que se estremece al más ligero soplo
ahogado de silencio y de memoria.
Cielo de mi ciudad, devuélveme la vida
que no puede volver,
dame otra vez el aire de tus tardes
si no puedes en pan, en la palabra.
3
Los años me van poblando como a un basto desván.
Soy un lugar de encuentros
donde queda la luz de los inviernos
empañada de sol, como oro viejo.
43
Federico García Lorca
1
Quiero llorar porque me da la gana,
como lloran los niños del último banco,
porque yo no soy un poeta,
ni un hombre, ni una hoja,
pero sí un pulso herido
que ronda las cosas del otro lado.
2
No preguntarme nada. He visto que las cosas
cuando buscan su curso encuentran su vacío.
Hay un dolor de huecos por el aire sin gente
y en mis ojos criaturas vestidas ¡sin desnudo!
3
¡Niñas,
corred las cortinas!
4
Quiero vivir sin verme.
5
Sólo el misterio nos hace vivir. Sólo el misterio.
6
Porque quiero, y porque puedo.
44
Luis García Montero
1
He aprendido a callarme cuando me quedo solo.
2
Ahora sé
que en aquella ciudad deshabitada
la gente andaba triste,
con una soledad definitiva
llena de abrigos largos y paraguas.
3
Yo bajé a la ciudad
en esa hora incierta,
presentida,
donde tiritan todos los semáforos,
en ese campo oscuro,
dibujado,
donde sopla la brida de los taxis
con su reflejo a musgo,
donde la luz oculta
las ojeras brillantes de los barrios,
poniendo en cada cuerpo
una mirada larga, una escena vacía.
4
Por mucho amor que guarde,
una carta encontrada boca abajo en la mesa
será siempre un cadáver.
45
Francisco García Pavón
1
Los padres deben morir jóvenes para no ver en sus hijos, en sus mayores
amores, las mismas frustraciones, las mismas angustias, las mismas penas.
Hay que dejar a los hijos en la flor. Cuando todavía creen que la vida es
como ellos piensan. Cuando nosotros mismos
llegamos a pensar que para ellos “puede ser diferente”.
2
El español tiene mucha imaginación para salvar el momento,
ninguna para variar el camino.
3
La guerra no produjo un millón de muertos. Dejó un millón de enterrados y
nadie sabe cuántos millones de muertos andando, agonizantes o sin
hombre dentro.
46
Pedro Garfias
1
¿Por qué no hablamos nunca, largamente,
tú y yo padre, cuando esto era posible,
como dos hombres, como dos amigos
o dos desconocidos que se encuentran
en el camino y echan un cigarrillo
y se sientan al borde de la vida
mirando pasar la tarde y el camino
y hablan, hablan y callan, pausas de humo,
miradas vagas, las palabras caen
y se quedan flotando en el silencio,
a veces dicen su verdad primera,
el origen, la fuente, y se desnudan,
las palabras desnudas amanecen,
por qué no hablamos nunca, solos, largo?…
2
Cuando me tiro de noche
en el ataúd del lecho
que es menos duro que el otro
porque ya sabe mis huesos,
me pongo a mirar arriba
los astros de mis recuerdos.
47
Juan Gil-Albert
Vivir es lo más íntimo del mundo.
Es sentir en la piel esa caricia
del aire circundante. Estar despierto.
Despierto de la muerte, estar en vivo.
Haber atravesado los confines
de la nada y venir a establecerse
a esta zona clemente del espacio
donde la enfermedad se llama vida.
Ser entonces lo vivo, lo precioso,
esta palpitación inesperada,
este ardor hecho sueño, este trastorno
de placidez, un canto, una plegaria.
Un entretenimiento delicioso
del que nunca sabremos a su hora
que fue, si fue, si era, si habrá sido.
48
Jaime Gil de Biedma
1
Mi recuerdo eran imágenes,
en el instante, de ti
esa expresión y un matiz
de los ojos, algo suave
en la inflexión de tu voz,
y tus bostezos furtivos
de lebrel que ha maldormido
la noche en mi habitación.
Volver, pasados los años,
hacia la felicidad
para verse y recordar
que yo también he cambiado.
2
Resolución de ser feliz
por encima de todo, contra todos
y contra mí, de nuevo
-por encima de todo, ser feliz-
vuelvo a tomar esa resolución.
Pero más que el propósito de enmienda
dura el dolor del corazón.
3
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
49
Helios Gómez
1
ante el cretino coronado
bailan los cuerpos
colgados...
y ríe la borbónica quijada
con risa amarilla
y colorada.
2
huye de la vida
el pueblo idiotizado
por la cruz,
ahogando en sus entrañas
la santa rebeldía
de la luz.
3
el pájaro negro
visita los pueblos
en horas de claudicación,
y con su pico de bayoneta
les va comiendo
el corazón.
50
Ángel González
1
Quien es el que está aquí, y dónde:
¿dentro o fuera?
¿Soy yo el que siente y el que da sentido
al mundo?
¿O es el secreto corazón del mundo
-remoto, inaccesible-
el que me da sentido a mí?
Qué lejos siempre entonces ya de todo,
incluso de mí mismo;
qué solo y qué perdido yo,
aquí o allí.
2
Adiós. Hasta otra vez o nunca.
Quién sabe que será,
y en qué lugar de niebla.
Si habremos de tocarnos para reconocernos.
Si sabremos besarnos por falta de tristeza.
51
José Agustín Goytisolo
Desde tu marcha nada cambió.
A veces, parecía
que estuvieras sentada entre nosotros.
(No entendimos, entonces, el regalo
total de tu presencia: ver, escuchar
una palabra sola.)
Y estábamos callados, girando
en el dolor, en el sencillo y cotidiano
recordarte entre el pan y los manteles.
52
Baltasar Gracián
1
¿Cuál puede ser una vida que comienza entre los gritos de la
madre que le da y los lloros del hijo que la recibe?
2
No hay que tomar a pechos lo que se puede echar a espaldas.
53
Jorge Guillén
1
Respiro,
y el aire en mis pulmones
ya es saber, ya es amor, ya es alegría,
alegría entrañada
que no se me revela
sino como un apego
jamás interrumpido
-de tan elemental-
a la gran sucesión de los instantes
en que voy respirando,
abrazándome a un poco
de la aireada claridad enorme.
Vivir, vivir, raptar –de vida a ritmo-
todo este mundo que me exhibe el aire,
ese –Dios sabe cómo- preexistente
más allá
que a la meseta de los tiempos alza
sus dones para mí porque respiro,
respiro instante a instante,
en contacto acertado
con esa realidad que me sostiene,
me encumbra,
y a través de estupendos equilibrios
me supera, me asombra, se me impone.
2
Amar, amar, amar,
ser más, ser más aún:
amar en el amor,
refulgir en la luz.
54
Alfonso Hernández Catá
Inutilidad, cansancio de estar quieto, y temor de moverme.
Fui lo bastante desdichado para ser tenido por las gentes por un niño feliz.
Ser resignado o ser rebelde sólo depende de la dirección en que se mire.
Para que una insurrección tome el nombre de revolución sólo necesita triunfar.
Ahora soy feliz, provisionalmente feliz.
Reír es ser feliz; sonreír equivale a tener conciencia de no serlo.
Si Dios no hubiese demostrado en casi todos sus actos rencor hacia los hombres,
podría deducirse con sólo recordar que ha creado al tigre con cuatro patas
y al pollo con dos.
La mayor parte de los consejos no son sino ejemplos abortados.
La lluvia es un elemento gubernamental.
La sinceridad limita por el sur con la candidez y por el norte con el cinismo.
La vanidad es la presunción de lo que no se tiene;
el orgullo, la conciencia de lo que se tiene... y de lo que falta.
El sueño es el aprendizaje de la muerte.
55
Miguel Hernández
Hoy estoy sin saber yo no sé cómo,
hoy estoy para penas solamente,
hoy no tengo amistad,
hoy solo tengo ansias
de arrancarme de cuajo el corazón
y ponerlo debajo de un zapato.
No puedo con mi estrella.
Y me busco la muerte por las manos
mirando con cariño las navajas,
y recuerdo aquel hacha compañera,
y pienso en los más altos campanarios
para un salto mortal serenamente.
Yo nací en mala luna.
Tengo la pena de una sola pena
que vale más que toda la alegría.
Me sobra corazón.
Hoy descorazonarme,
yo el más corazonado de los hombres,
y por el más, también el más amargo.
No sé por qué, no sé por qué ni cómo
me perdono la vida cada día.
56
José Hierro
1
Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.
Grito “¡Todo!”, y el eco dice “¡Nada!”.
Grito “¡Nada!”, y el eco dice “¡Todo!”.
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.
No queda nada de lo que fue nada
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada)
Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.
2
Esto, tan real y tan absurdo,
sucedió, pero sigue sucediendo.
Y no sé lo que significa.
57
Juan Ramón Jiménez
1
¿Cómo era, Dios mío, cómo era?
2
Dios está azul...
3
Toda la vida no es más que “mientras tanto”.
4
Hay que detener la vida,
obligarla a que nos lleve despacio.
5
España me parece un gran ataúd negro, todo lleno de sol poniente.
6
En amor no hay más que presente.
7
Luz y temple.
58
César Juarros
En amor es fácil ser feliz.
Todo el arte de lograrlo puede comprenderse en tres palabras:
OBEDECER AL INSTINTO.
España encarna la nación de los entusiasmos desarticulados,
imprevistos, esporádicos. Por eso representó siempre el país de
los grandes gestos, desatinadamente heroicos.
Amar es exclusión, monopolio, oligarquía sentimental.
El amor vaciado de su serrín lírico
queda convertido en muñeco flácido y arrugado.
El amor almidonado no es nunca amor, sino ficción de cretona y
pino.
El amor es fatal, uniforme, rectilíneo.
Cuando se percibe claramente que no se es amado,
sólo una actitud resulta sensata: retirarse.
La muerte no es aniquilamiento, sino tránsito.
Tenemos que resignarnos no sólo a vivir en lo incomprensible,
sino a alegrarnos de no salir de ello.
59
Mariano José de Larra
1
Ellos viven, porque ellos tienen paz;
ellos tienen libertad, la única libertad posible sobre la tierra,
la que da la muerte;
ellos no pagan contribuciones que no tienen;
ellos no serán alistados ni movilizados;
ellos no son presos ni denunciados;
ellos, en fin, no gimen bajo la jurisdicción del celador del cuartel;
ellos son los únicos que gozan de la libertad de imprenta, porque ellos hablan al mundo.
Hablan en voz bien alta, y que ningún jurado se atrevería a encausar y a condenar.
Ellos, en fin, no reconocen más que una ley, la imperiosa ley de la Naturaleza
que allí los puso, y ésa la obedecen.
2
Dios nos libre de caer en manos de héroes.
60
Juan Larrea
Sucesión de sonidos elocuentes movidos a resplandor, poema
es esto
y esto
y esto
Y esto que llega a mí en calidad de inocencia hoy,
que existe
porque existo
y porque el mundo existe
y porque los tres podemos dejar correctamente de existir.
61
Fray Luis de León
1
Veré distinto y junto
lo que es y lo que ha sido,
y su principio propio y escondido.
2
Morada de grandeza
Templo de claridad y hermosura
Mi alma que a tu alteza
nació ¿qué desventura,
la tiene en esta cárcel baja, oscura?
62
Antonio López
1
Lo grande de lo español es que tiene muy poco maquillaje. Es muy poco brillante. Es
muy áspero. El español tiene una capacidad para conectar con lo verdadero como
ningún pueblo. Pero tiene muy poco brillo. Esa forma de presentar las obras de una
manera tan abrupta, tan desnuda, tan brutal, a mí eso me impresiona. Pero claro, tiene
que ser muy bueno para que te la puedas tragar. Y si no tiene esa gran virtud, no hay
quien se la trague. Por eso lo español malo es horroroso, porque no tiene otras virtudes.
2
El arte español se caracteriza por el respeto a representar las cosas más cotidianas tal y
como son. El artista español, y yo también, por su sensibilidad no es barroco, sino
exaltado.
63
Leopoldo de Luis
1
Quiero vivir, aun a pesar de todo,
y no logro entender por qué motivo.
2
¿Quién va a cuadrar el círculo? Es redondo
y de él nadie nos saca. No sacamos
nada en limpio. Las vueltas que le damos
no lo vuelven más ancho. Sí más hondo.
3
El amar es un círculo cerrado.
Si nos precipitamos en su sima
del amar no nos saca ya ni todo lo odiado.
4
Nadie descansa nunca. Estás cansada,
lo sé. Y tu cansancio
me duele como mío.
Pero nunca seremos otra cosa.
5
Jamás tendré los ojos tan desnudos
que puedan ver las cosas simplemente.
64
Antonio Machado
1
Hoy es siempre todavía.
2
Estos días azules y este sol de la infancia.
3
Se canta lo que se pierde.
4
Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.
5
Un golpe de ataúd en tierra
es algo perfectamente serio.
6
Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar.
65
Jorge Manrique
Pues que vemos lo presente
cómo en un punto se es ido
y acabado,
si juzgamos sabiamente,
daremos lo no venido
por pasado.
No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera
más que duró lo que vio,
porque todo ha de pasar
por tal manera.
66
Joan Margarit
1
Te están echando en falta tantas cosas.
Así llenan los días
instantes hechos de esperar tus manos,
de echar de menos tus pequeñas manos,
que cogieron las mías tantas veces.
Hemos de acostumbrarnos a tu ausencia.
Ya ha pasado un verano sin tus ojos
y el mar también habrá de acostumbrarse.
Tu calle, aún durante mucho tiempo,
esperará, delante de tu puerta,
con paciencia, tus pasos.
No se cansará nunca de esperar:
nadie sabe esperar como una calle.
Y a mí me calma esta voluntad
de que me toques y de que me mires,
de que me digas qué hago con mi vida,
mientras los días van, con lluvia o cielo azul,
organizando ya la soledad.
2
Faltó muy poco para ser feliz.
67
Julio Mariscal
1
Aquí, donde los hombres se han tendido
para olvidarse dentro de su muerte,
tú sigues vertical, sin ofrecerte,
limpio y sonoro al último latido.
2
Al llegar a mi casa, mi madre, mis hermanos,
la vida recoleta de estancias soleadas,
el pan honrado, el irse muriendo oscuramente
dentro de las pequeñas cosillas inefables.
3
Eran las seis, cuando las nostalgias,
cuando el andar primero de las sombras,
y tú cruzabas y contigo el mundo
que mi madre quería para luego,
pero que yo llevaba entre los ojos...
4
Lo mejor es no pensar en nada,
hundirse en una mañana sin recuerdos
con espuelas que puedan al futuro.
Lo mejor es tenderse, entre los dedos
la margarita de este abril sin hojas,
y darse a la esperanza de lo ido
de lo no porvenir, aunque se agoste.
Busco palabras, frases sin sentido
para hallar lo que fui, no lo que soy
y me clavo las uñas para verme
con mi única verdad: este ahora mismo.
68
Miguel Mihura
1
Madrid,
tierra de gracejo
y de humor y de donaires.
Madrid,
que estás algo lejos
de Australia y de Buenos Aires.
Madrid,
donde yo he crecido
y poco a poco he engordado.
Madrid,
que tienes mujeres
con alma y con corazón;
con cabeza, con dos brazos,
veinte dedos, y esternón.
¡Madrid!...
¡Donde al abrir una puerta
siempre entra un poco de aire!...
2
El verdadero amigo es aquel que no te ataca por la espalda,
pero que se hace el distraído cuando te atacan los demás.
3
Unas pisadas leves de elefante resonaron en el piso superior.
La sangre se heló en sus venas, pero no dijo nada al elefante...
69
José Moreno Villa
No es afán de apartamiento
sino atención al secreto.
Soy yo mi medio.
No es orgullo ni desdén,
sino hambre de conocer.
Soy pico y pared.
La solución de los otros
no me basta; siendo asombro.
Soy mi piloto.
Quisiera morir habiendo
sido poeta, carpintero,
pintor, filósofo, amante y torero.
Ah! Y cantor negro
de un jazz que siento
a través de diez capas del suelo.
70
José Antonio Muñoz Rojas
1
Vivir no es otra cosa que un discurso,
una adición de sombras incesantes
a mil perplejidades por minuto,
de ternuras de pronto, de congojas
de siempre, de esperanzas de nunca,
un calor que se nos va, una pena
que se nos viene.
2
Señor que me has perdido las gafas,
por qué no me las encuentras?
Me paso la vida buscándomelas
y tú siempre perdiéndomelas.
Me has traído al mundo para esto,
para pasarme la vida buscando unas gafas
que están siempre perdiéndoseme?
Para que aparezca este tonto
que está siempre perdiendo sus gafas,
porque tú eres, Señor, el que me las pierde
y me haces ir por la vida a trompicones,
y nos das unos ojos y nos pierdes las gafas,
y así vamos por el mundo con unas gafas
que nos pierdes y unos ojos que nos das,
dando trompicones, buscando unas gafas
que nos pierdes y unos ojos que no nos sirven.
Y no vemos, Señor, no vemos,
no vemos, Señor.
3
Tú nunca para siempre.
71
Eugenio D´Ors
1
La libertad es un suspiro entre dos opresiones.
2
La Forma decide.
El exterior decide.
La actitud decide.
Cualquier gabán tratado como impermeable,
se vuelve impermeable.
3
Es inmoral cualquier pensamiento que no pueda ser dibujado.
4
Te apoyarás en tus prejuicios,
como el primer peldaño de una escalera.
Acaso más tarde descanses en ellos.
5
Sólo hay originalidad verdadera
cuando se está dentro de una tradición.
Todo lo que no es Tradición, es plagio.
6
No hay más que una manera de sentir: moverse.
No hay más que una manera de aprender: enseñar.
72
Miguel d´Ors
El lunes es el nombre de la lluvia
cuando la vida viene tan malintencionada
que parece la vida.
El martes es que lejos pasan trenes
en los que nunca vamos.
El miércoles es jueves, viernes, nada.
El sábado promete, el domingo no cumple
y aquí llega otra vez -o ni siquiera otra:
la misma vez- la lluvia de los lunes.
73
Juan Luis Panero
1
La larga, lenta lengua de la muerte
ha lamido la mano del que escribe,
lucidez o locura, nadie sabe:
sólo quedan palabras, palabras deshaciéndose.
2
Descubrir en otro
la palabra precisa,
la desolada materia del sueño,
inmóvil, fija sobre el papel.
Palabra que nombra fantasmas
pero también llamaradas de vida
y -al fondo- el eco del mar,
su perdurable presencia momentánea,
olas y horas, sílabas y símbolos.
Todo lo que nos queda, todo y nada:
juegos para aplazar la muerte.
74
Leopoldo Panero
Estamos siempre solos. Cae el viento
entre los encinares y la vega.
A nuestro corazón el ruido llega
del campo silencioso y polvoriento.
Alguien cuenta, sin voz, el viejo cuento
de nuestra infancia, y nuestra sombra juega
trágicamente a la gallina ciega;
y una mano nos coge el pensamiento.
Ángel, Ricardo, Juan, abuelo, abuela,
nos tocan levemente, y sin palabras
nos hablan, nos tropiezan, les tocamos.
¡Estamos siempre solos, siempre en vela,
esperando, Señor, a que nos abras
los ojos para ver, mientras jugamos!
75
Leopoldo María Panero
1
Al amanecer los niños montaron en sus triciclos y nunca regresaron.
2
Pilar,
machacaron tus ojos
en el yunque de la vida.
Lo que queda allí
acaso lo recuerde
la sombra en la pared
o el viento.
Lo que queda allí
ya no es de nadie
y todo tu ser es patrimonio del viento.
3
Quién anduvo en la sombra, como el viento
descalzo como si no anduviera
como si bajo la noche anduviera
contento con las estrellas
silencioso como el milagro
de existir aun, frente a las estrellas
y contra el milagro del aire.
76
Gabriel de Peralta
¡Quedito! No me toquéis,
entrañas mías:
que tenéis las manos frías.
Yo os doy mi fe que venís
esta noche tan helado,
que si vos no lo sentís,
de sentido estáis privado;
no toquéis en lo vedado,
entrañas mías,
que tenéis las manos frías.
77
Benito Pérez Galdós
1
¿Verdad que es divertido nacer español?
2
Adelante, siempre adelante.
3
Cada uno tiene sus cositas que llorar.
4
Este pueblo, donde es una profesión el pasearse.
5
El estilo es la mentira. La verdad mira y calla.
6
Con que mucha prudencia y cara de Pascua.
78
Luis Pimentel
1
Punteros de gaita
lo acompañaban.
Su padre de negro;
el mar, una vela
blanca.
Los amiguitos lo llevaban
no pesaba nada.
Abajo, el mar;
el camino en el aire
de la mañana.
Él iba de camisa limpia
y zuecos blancos.
Los amiguitos lo llevaban
No pesaba nada.
2
He cerrado mi casa:
todas las puertas y ventanas.
(Lo hago
como si le cerrase los ojos
a un muerto querido).
Luego me he sentado fuera
y he estado largo tiempo
contemplándola y meditando.
¿Qué harán mis cosas dentro
-las que siempre me acompañaron-,
ahora que están solas?
79
Francisco Pino
1
la muerte es gota de agua,
horada
hace el vacío
que el viento luego llena
si la luz no se atreve.
2
quizá de la basura de Dios nazca
esta noche con tanta nada,
con tan poca materia, para que sepa el ojo
que hasta aquello que Dios arroja es justo.
3
nadie muere,
van los muertos dulcemente
bajo tierra dando pasos
para que nazcan las frutas.
80
Jardiel Poncela
1
El camino más breve para concluir un libro es comenzarlo.
2
El mayor atractivo de las cosas y de las personas es no conocerlas.
3
Lo único que no se ve es lo que está al alcance de la vista.
4
Todo lo que tiene que suceder en la vida, sucede.
5
Morirse es un error.
6
Los muertos son gente fría.
7
Morirse da siempre pereza.
8
Un buen amigo os dirá siempre la verdad:
salvo en el caso de que la verdad sea agradable.
81
Francisco de Quevedo
1
¿Hasta cuándo, salud del mundo enfermo,
sordo estarás a los suspiros míos?
2
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;
mas no de esotra parte en la ribera,
dejará la memoria, en donde ardía;
nadar sabe mi llama el agua fría,
y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
medulas que han gloriosamente ardido,
su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrá sentido;
polvo serán, mas polvo enamorado.
3
Solamente
lo fugitivo permanece y dura.
82
Santiago Ramón y Cajal
1
Hay personas por todo extremo excelentes y respetuosas;
respetarán tu mujer, tu honra, tu fama y tu dinero, todo,
menos una cosa: tu tiempo.
2
¿Alardeas de carecer de enemigos? Veo que te calumnias.
¿Es que jamás tuviste la entereza de decir la verdad
o de realizar un acto de justicia?
3
Poco vales si tu muerte no es deseada por muchas personas.
4
Es difícil ser muy amigo de los amigos, sin ser algo enemigo de la justicia.
5
Felices los que saben negar, porque ellos vivirán tranquilos.
6
El silencio de los envidiosos es el mejor elogio a que puede aspirar un autor.
7
-Tengo una idea – decía un escritor demasiado reminiscente.
-¿De quién? – le atajó un amigo.
83
Dionisio Ridruejo
1
Los muertos están arriba
sobre el mar, en sus bancales
con muralla, enriqueciendo
pinos, cipreses y sauces,
romerales a tijera
y rosas en sus rosales.
Los jardines de los muertos
aireados y colgantes
ven tanto mar infinito
que la pena de dejarles
es como envidia. Los vivos
se van pudriendo en las calles,
vueltos hacia la montaña,
con humo y niebla en el valle.
2
Es necesario que haya niños. Nadie
sabe por qué, pero hacen falta. Nadie
está vivo sin niños.
3
El hombre se defiende en la quimera
de plumas del instante
volviendo al niño que ha dejado solo.
84
Claudio Rodríguez
Ahora necesito más que nunca
mirar al cielo. Ya sin fe y sin nadie
tras este seco mediodía, alzo
los ojos. Y es la misma verdad de antes,
aunque el testigo sea distinto. Riesgos
de una aventura sin leyendas ni ángeles,
ni siquiera ese azul que hay en mi patria.
Vale dinero respirar el aire,
alzar los ojos, ver sin recompensa,
aceptar una gracia que no cabe
en los sentidos pero les da nueva
salud, los aligera y puebla. Vale
por mi amor este don, esta hermosura
que no merezco ni merece nadie.
Hoy necesito el cielo más que nunca.
No me salve, sí que me acompañe.
85
Luis Rosales
1
No todo está en terminar
porque hay cosas que terminan
para volver a empezar,
y hay sueños que no se acaban
porque no tuvieron vida
donde quemarse las alas.
2
Mira que todo
es muy poco.
3
He caído tantas veces que el aire es mi maestro;
sólo puede acabarse lo que al vivir se olvida,
si nuestro amor fue siempre como una despedida,
cuando todo termine quedará lo más nuestro.
Ya he empezado a morir para aprender a verte
con los ojos cerrados, y pienso que es mejor,
para toda la vida no basta un solo amor,
tal vez el nuestro sea para toda la muerte.
4
El dinero sólo es dinero cuando se gasta.
5
Nadie es profeta en su espejo.
86
Pedro Salinas
1
Perdóname si tardo algunos años
todavía en dejarte.
2
Y mañana
al despertar, la vida
estará rasa, virgen,
rasa la luz, el gran silencio raso.
Con solo un monosílabo: “sí”,
temblar haremos
el tímpano del mundo, voz primera.
3
Hay que tener cuidado,
mucho cuidado: el mundo
está muy débil, hoy,
y este día es el punto
más frágil de la vida.
4
Siempre te volverás; es tu promesa.
Y aunque un día
no me hables, ni me mires, ni estés cerca,
aunque parezca que no existes ya,
esperaré que vuelvas, que te vuelvas.
5
No, no me basta, no.
87
Álvaro Salvador
1
Qué difícil va siendo amanecer unidos.
2
La calle está vacía.
Uno hace el ejercicio de dar a cada cosa
la atención que uno cree que le pide.
Los tejados de la mañana
tapan domingos dentro del domingo,
diferentes ideas de lo que es un domingo.
88
Tomás Segovia
Estoy más triste que un zapato ahogado
estoy más triste que el polvo bajo los petates
estoy más triste que el sudor de los enfermos
estoy triste como un niño de visita
como una puta desmaquillada
como el primer autobús al alba
como los calzoncillos de los notarios
triste triste triste de sonreír como un bobo desde los rincones
de ver tallar las cartas en redondo saltándome siempre a mí
de todo lo que se dicen y se dan y se mordisquean en mis narices
estoy harto de quedarme con el saludo en la boca
de salir bien dibujado entre la muchedumbre
para que me borre siempre el estropajo de su roce
de no estar nunca en foco para ningunos ojos
de tener tan desdentada la mirada
de navegar tras la línea del horizonte
con mis banderitas cómicamente izadas
no puedo más de no ser nunca nadie
de que no me dejen jamás probarme otra careta que la de ninguno
de no irrumpir de no alterar el oleaje
de no curvar jamás un tren de ondas
de no desviar a mis corrales la palabra suelta
de que nunca me caiga a mí la lotería de un vuelco visceral
De no poblar ni el más vago sueño ocioso
De saber que ningún mal pensamiento tendrá ya más mi rostro.
Estoy hasta aquí de la avaricia de los privilegiados
de que quieran para ellos solos toda la juventud
todos los influjos en las cosas del mundo
todo el favoritismo de la puta alegría
toda la iniciativa de renuevo y capricho
de que se apropien sin escrúpulos la plusvalía de calor y encuentros
todo el capital de risa y de coloquio
que repartido con justicia
alcanzaría de sobra para alimentarnos a todos
a todos los hambrientos de carne de comunión
y sedientos de vino de comunión
a todos los que están tristes
como faldones arrugados que les cuelgan a los otros
en fin estoy jibosamente desolado
de haber envejecido sin seguro de vida
sin seguro de nombre
sin cavar mi guarida en el espeso ahorro
de no haber cobrado el billete cuando la vida se asomaba a mirarme
de haber tirado siempre deudas al cesto sin mirarlas
y lo que quiero decir es que estoy a fin de cuentas
terriblemente triste de que no me hayáis perdonado.
89
Séneca
1
Debes conservar cuidadosamente lo que ignoras cuándo va a faltarte.
2
Un hombre sin pasiones está tan cerca de la estupidez que sólo le falta abrir la
boca para caer en ella.
3
No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles,
pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas.
4
El lenguaje de la verdad debe ser, sin duda alguna, simple y sin artificios.
90
Arturo Serrano Plaja
1
Hay muertos que asombran las ciudades
con el lívido silencio de sus pasos.
2
Estamos lejos, lejos.
Estamos todos solos.
Estamos asomados al borde de la pena
para volver a tiempo de escupiros a todos.
De mataros a todos.
De enterraros a todos.
De escupiros a todos
y enterraros a todos.
De borraros a todos de la triste memoria,
entrando y profanando, en vuestros muertos,
con sacrílegas manos encendidas,
el podrido linaje de vuestra turbia esencia,
la pena y la memoria de la pena,
la muerte y la memoria de la muerte.
3
No, no, no.
No basta la pasión.
El corazón no pesa suficiente
para elevarse al aire gravitando.
No basta el corazón.
No. No, no.
91
Jaime Siles
Como la página de un libro
movida por el viento ante los ojos
pasó el fantasma de nuestra juventud
y su realidad, que es lo que evoco
y que me lleva a un tiempo que soy yo,
que era yo, que he sido yo
en la perfecta agilidad del aire,
cuando todas las cosas tenían su interior
y se oía un movimiento oscuro
sonar en lo profundo de las hojas
y era sabia la luz y sabio el ser,
y el tiempo, un claroscuro
sin antiguos espejos reflejando su fondo.
Cuando todo tenía presencia y gracia,
misterio y solidez. Cuando
no se había instalado aún el mecanismo,
tan torpe como fiel, de la costumbre
y se veía el mundo como un todo sin nombre
y las cosas, como
la inexpresada música de agua
que era el exacto idioma
de aquella íntima y compacta relación
que ahora echo de menos y que busco.
92
Lorenzo Soler
1
No contaminarse es la consigna. Pero eso no se enseña,
se aprende en el camino
y se goza en la intimidad de los devotos.
Afirmo que me siento sustantivo con mis culpas sin culpa,
pronombre posesivo desnudo por delante, libérrimo, pájaro que vuela
tercamente
y que no me doy por aludido cuando los vendedores de espuma
me señalan la lista amarga de los confesos donde yo nunca inscribiré
mi nombre.
De eso estoy seguro.
Mas de otras cosas, no.
2
Decide tu episodio
-si es que aún no te han llamado a filas los verdugos
y aún te reconoces la osamenta.-
Dirime una guerra tenaz contra ti mismo,
tu modo de interjección:
Ser alta escultura de episodios
o un orificio insulso que nadie legitima.
3
Cómo se pierde la inocencia?
En realidad no hay manuales.
Sólo indicios.
Y el hecho.
4
Se vive del peso de tanta muerte acumulada.
5
Podrías llorar más cautamente
y dejar en paz los camposantos.
93
Jesús Tomé
De todo lo que fue nada se pierde:
del seno de lo eterno que se oculta
viene la viva luz de lo visible,
y regresa a lo eterno de su origen.
Lo que existió y ha de existirse
para siempre jamás. Por un momento
se hizo tiempo en el tiempo declinable;
pero será por siempre lo que ha sido.
Y yo seré por siempre, reintegrado
con todo lo que escapa del recuerdo,
con todo lo que amé, con lo invertido
en sueños esperanzas y deseos.
Todo me espera allí. Cuando regrese
seré lo que ahora soy, lo que ya he sido.
94
Miguel Unamuno
1
El hombre es tanto más hombre, esto es, tanto más divino,
cuanto más capacidad para el sufrimiento tiene, o mejor dicho,
para la congoja, tiene.
2
¿Es que puede conocerse algo sin amarlo?
3
El régimen político natural de España es lo arbitrario,
atemperado por arriba por el pronunciamiento y por abajo por la anarquía.
4
A falta de otra cosa,
el brillo enfático de barniz retórico
o la ingeniosidad de un batido delicuescente.
5
La inteligencia sola no hace más que comprender, es el Amor el único que crea.
6
Según y conforme.
7
¡Hay que dar al azar lo suyo!
95
Val del Omar
1
Buscamos el todo desde la óptica de nuestro ombligo.
2
Obedezco
obedezco
obedezco
obedezco
de la cabeza a los pies
las patadas de mi bestia.
3
Vemos desde nuestras cojeras.
4
Tonto! Dios está en ti
búscalo en tu cubo de basura.
5
El hombre es dos.
Yo y lo que amo.
6
Hacer es herir.
96
José Ángel Valente
1
Mientras pueda decir
no moriré.
Mientras empañe el hálito
las palabras escritas en la noche
no moriré.
Mientras la sombra de aquel vientre baje
hasta el vértice oscuro del encuentro
no moriré.
No moriré.
Ni tú conmigo.
2
Cuando ya no nos queda nada,
el vacío del no quedar
podía ser al cabo inútil y perfecto.
3
Y todas las cosas para llegar a ser se miran
en el vacío espejo de su nada.
97
Álvaro Valverde
Una ciudad es todas las ciudades.
Cruzas el mismo andén, las avenidas
iguales y lejanas, tan inhóspitas
como esos edificios que proyectan
su luz vítrea y opaca en el asfalto.
Una ciudad es sólo un sentimiento
de euforia o de catástrofe, un círculo
que es suma de otros círculos
igual de fantasmales.
Es un azar, una ciudad; un tramo
entre dos direcciones de ida y vuelta,
y un idéntico fin y un mismo origen.
Con la mirada hundida, el paso rápido,
recorres sin cesar las mismas calles
que desoladas cercan tu destino.
98
Lope de Vega
1
Siempre mañana y nunca mañanamos.
2
Amor, no te llame amor
el que no te corresponde,
pues no hay materia adonde
imprima forma el favor.
3
Ni me dejo forzar ni me defiendo;
darme quiero a entender sin decir nada:
entiéndame quien pueda; yo me entiendo.
4
Ven a alentar mi esperanza,
ya que no puedes la fe.
5
Miente quien camina a pie.
6
Quien me quisiere seguir
tome su cruz en el hombro.
99
Garcilaso de la Vega
1
Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma misma os quiero.
Cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir y por vos muero.
2
Escrito está en mi alma vuestro gesto,
y cuanto yo escrebir de vos deseo;
vos sola lo escrebistes, yo lo leo
tan solo, que aun de vos me guardo en esto.
En esto estoy y estaré siempre puesto;
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.
100
Francisco Villaespesa
1
-Caperucita, la más pequeña
de mis amigas, ¿en dónde está?
-Al viejo bosque se fue por leña,
por leña seca para quemar.
-Caperucita, di, ¿no ha venido?
¿Cómo tan tarde no regresó?
-Tras ella todos al bosque han ido
pero ninguno se la encontró.
-Decidme, niños, ¿qué es lo que os pasa?
¿Qué mala nueva llegó a la casa?
¿Por qué esos llantos? ¿Por qué esos gritos?
¿Caperucita no regresó?
-Sólo trajeron sus zapatitos...
Dicen que un lobo se la comió.
2
Recemos por las penas que sufrimos,
por las que sufriremos,
por los que ayer nosotros enterramos,
por los que asistirán a nuestro entierro...
por ti, por mí, por Dios, por todos juntos...
3
Mi sonrisa es tan triste que da miedo.
4
Esta pasión que ahora nos estremece, encierra
el hambre del gusano y la sed de la tierra.
Nuestro lecho de bodas es un sepulcro abierto,
y cuando se confunden nuestros labios, besamos
solamente la boca desdentada del muerto
que dentro de nosotros enterrado llevamos.
101
Fernando Villalón
1
Me gustan las mujeres que se quitan las medias a patadas.
2
El mundo se divide en dos: Sevilla y Cádiz.
3
Te vi y no te vi.
Por la mañana, “que no”,
y por la tarde, “que sí”.
-Que sí, que sí, que sí...
-¿Qué sí? –Que no, que sí.
-Ni te vi, ni no te vi.
Yo soy un pez de color
dentro de tu aguamanil.
102
Luis Felipe Vivanco
1
Lentamente viviendo pierdo mi
preferencia por la muerte.
2
Rayos de un sol de otoño, nuestros pasos
no nos quieren llevar fuera del tiempo.
Morir —o huido barco entre las olas—
no es estar muertos.
3
Aunque el campo esté lejos,
amor es fuego. El fuego
se enciende por las tardes,
dura toda la noche.
El fuego son imágenes,
silenciosos viajes...
Desde la lluvia oblicua de la acera
miramos las estampas
y pasamos las páginas
del fuego solitario:
sus llamas interiores.
Prontos obedeceres:
las luces que se encienden
en las calles estrechas,
y en los pisos cerrados
las fugas en los juegos
de los niños que han vuelto del colegio.
103
ÍNDICE
Dibujo portada: ©Julio Pollino Tamayo
1-Remigio González “Adares”...................................................3
2-Rafael Alberti...........................................................................4
3-Vicente Aleixandre..................................................................5
4-Julio Alejandro........................................................................6
5-Dámaso Alonso.........................................................................7
6-Manuel Altolaguirre................................................................8
7-Marcos Ana..............................................................................9
8-Manuel Antonio.....................................................................10
9-Antoniorrobles.......................................................................11
10-Max Aub...............................................................................12
11-Calderón de la Barca...........................................................13
12-Joaquín María Bartrina......................................................14
13-Gustavo Adolfo Bécquer.....................................................15
14-Felipe Benítez Reyes............................................................16
15-Juan Boscán.........................................................................17
16-Joan Brossa..........................................................................18
17-Luis Buñuel..........................................................................19
18-José Manuel Caballero Bonald...........................................20
19-Pedro Casariego Córdoba...................................................21
20-Cristóbal de Castillejo.........................................................22
21-Camilo José Cela..................................................................23
22-Gabriel Celaya.....................................................................24
23-Luis Cernuda.......................................................................25
24-Miguel de Cervantes............................................................26
25-Juan Eduardo Cirlot...........................................................27
26-Alfonso Costafreda..............................................................28
27-San Juan de la Cruz............................................................29
28-Eduardo Chillida.................................................................30
29-Miguel Delibes......................................................................31
30-Gerardo Diego......................................................................32
31-Juan del Encina....................................................................33
32-Vicente Escudero.................................................................34
33-Antonio Espina.....................................................................35
104
34-Vicent Andrés Estellés.........................................................36
35-León Felipe...........................................................................37
36-Fernando Fernán Gómez....................................................38
37-José María Fonollosa...........................................................39
38-José María Gabriel y Galán................................................40
39-Antonio Gamoneda..............................................................41
40-Jomi García Ascot...............................................................42
41-Federico García Lorca........................................................43
42-Luis García Montero...........................................................44
43-Francisco García Pavón......................................................45
44-Pedro Garfias.......................................................................46
45-Juan Gil-Albert....................................................................47
46-Jaime Gil de Biedma............................................................48
47-Helios Gómez........................................................................49
48-Ángel González....................................................................50
49-José Agustín Goytisolo........................................................51
50-Baltasar Gracián.................................................................52
51-Jorge Guillén........................................................................53
52-Alfonso Hernández Catá.....................................................54
53-Miguel Hernández...............................................................55
54-José Hierro...........................................................................56
55-Juan Ramón Jiménez..........................................................57
56-César Juarros.......................................................................58
57-Mariano José de Larra........................................................59
58-Juan Larrea..........................................................................60
59-Fray Luis de León................................................................61
60-Antonio López......................................................................62
61-Leopoldo de Luis..................................................................63
62-Antonio Machado................................................................64
63-Jorge Manrique………..............……………..……………65
64-Joan Margarit......................................................................66
65-Julio Mariscal…………........………………...……...…….67
66-Miguel Mihura.....................................................................68
67-José Moreno Villa................................................................69
68-José Antonio Muñoz Rojas.................................................70
69-Eugenio D´Ors......................................................................71
70-Miguel d´Ors........................................................................72
71-Juan Luis Panero.................................................................73
105
72-Leopoldo Panero..................................................................74
73-Leopoldo María Panero......................................................75
74-Gabriel de Peralta................................................................76
75-Benito Pérez Galdós.............................................................77
76-Luis Pimentel........................................................................78
77-Francisco Pino......................................................................79
78-Jardiel Poncela.....................................................................80
79-Francisco de Quevedo.........................................................81
80-Santiago Ramón y Cajal.....................................................82
81-Dionisio Ridruejo.................................................................83
82-Claudio Rodríguez...............................................................84
83-Luis Rosales..........................................................................85
84-Pedro Salinas........................................................................86
85-Álvaro Salvador...................................................................87
86-Tomás Segovia......................................................................88
87-Séneca...................................................................................89
88-Arturo Serrano Plaja...........................................................90
89-Jaime Siles............................................................................91
90-Lorenzo Soler…...................……..………………..............92
91-Jesús Tomé...........................................................................93
92-Miguel Unamuno.................................................................94
93-José Val del Omar................................................................95
94-José Ángel Valente...............................................................96
95-Álvaro Valverde...................................................................97
96-Lope de Vega........................................................................98
97-Garcilaso de la Vega............................................................99
98-Francisco Villaespesa........................................................100
99-Fernando Villalón..............................................................101
100-Luis Felipe Vivanco.........................................................102
106
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100 POETAS ESPAÑOLES (Antología)

  • 2. 2
  • 3. 3 Remigio González “Adares” 1 Estoy en mí casi sin conocerme. Contraigo culpas y relleno sombras. Me debo a las urgencias que ahora me rodean en este vago comedor sin vasos. La vieja cerradura me guarda esta aventura con otra foto que no es real si no palomas verdes. Los objetos que me miran no me saben ver ni en el atisbo de su propio respeto. Los pasos que me siguen son del cuerpo y me dirigen hacia la tormenta. Todo lo que me calla grita, todo lo que me grita me cambia de lugar y me acongoja recibir cariño. La distancia que me adeuda es reducida. Hablo sólo y no quiero morir lleno de horas. Me secan las paredes y quiero vivir suelto. Estoy en mí casi sin conocerme pero al cielo le da igual que yo sea de la tierra. Quebrándose, un reloj casi me estorba. 2 Es mirando hacia atrás como se queda el hombre, y allá donde no hay nadie le ponen una cruz.
  • 4. 4 Rafael Alberti 1 Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos. 2 -Niño, un vasito de agua, que tengo locos los labios. 3 ¡A galopar, a galopar, hasta enterrarlos en el mar! 4 Tú tenías a la fuerza que haber nacido solo y sufrido sin gloria para decirme: Hace ya treinta años que ni leo los periódicos: mañana hará buen tiempo. 5 ¡Castellanos de Castilla, nunca habéis visto la mar! ¡Alerta, que en estos ojos del sur y en este cantar yo os traigo toda la mar! ¡Miradme, que pasa el mar!
  • 5. 5 Vicente Aleixandre 1 Un pájaro de papel en el pecho dice que el tiempo de los besos no ha llegado. 2 Porque era el último amor. ¿No lo sabes? Era el último. Duérmete. Calla. Era el último amor... Y es de noche. 3 Nadie puede ignorar la presencia del que vive, del que en pie en medio de las flechas gritadas, muestra su pecho transparente que no impide mirar, que nunca será cristal a pesar de su claridad, porque si acercáis vuestras manos, podréis sentir la sangre. 4 Si me muero, dejadme. No me cantéis. Enterradme envuelto en la baraja que dejo, en ese bello tesoro que sabrá pulsarme como una mano imponente. Sonaré como un perfume del fondo, muy grave. Me levantaré hasta los oídos, y desde allí, hecho pura vegetación me desmentiré a mí mismo, deshaciendo mi historia, mi trazado, hasta dar en la boca entreabierta, en el Sueño que sorbe sin límites y que, como una careta de cartón, me tragará sin toserse.
  • 6. 6 Julio Alejandro Sí. Estoy abierto. Abierto a lo profundo de las preguntas graves sin respuesta. Mas preguntadme sólo lo que sepa Y sé muy poco. ¿Cómo voy a decir es primavera si no existen conciertos de colores en el terrero coto donde vivo? ¿Cómo deletrear esa palabra tierna que se escribe alegría si hay cuchillo que hiela el pensamiento más allá del silencio? ¿Cómo voy a calentar mis manos al resol de una charla pueblerina si el rescoldo discreto de la parla pulveriza las tazas del café mañanero? ¿Cómo puedo esperar un correo de vientos si unos muros de greda deshacen la esperanza? ¿Cómo ver madurar el durazno si mis ojos se cubren de pústulas injustas? No intento que ablanden metales mis respuestas que la piedra y la delgada rama se comulguen. No. No quiero compasión ni mentiras piadosas. Debo tantas verdades al calor de la leña que no me alcanza el pecho para tanta medalla. Y sobre todo, ignorar apetencias del sol de mediodía estar amurallado al ensoñar del sueño y dormir despenado sobre la gris ceniza.
  • 7. 7 Dámaso Alonso Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas). A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro, y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna. Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla. Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma, por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid, por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo. Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre? ¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día, las tristes azucenas letales de tus noches?
  • 8. 8 Manuel Altolaguirre 1 Un silencio cercado de tinieblas bajo una luz que no me pertenece. Tus ojos vencedores contra mi voz vencida. 2 Ya que no puedo ser libre agrandaré mis prisiones. Cambiaré los tristes muros por alegres horizontes. No pisaré ningún suelo sino abismos de la noche. Techos que a mí me cobijen cielos serán los mejores. Ya que no puedo ser libre agrandaré mis prisiones.
  • 9. 9 Marcos Ana 1 Los dientes de una ballesta me tienen clavado el vuelo. Tengo el alma desgarrada de tirar, pero no puedo arrancarme estos cerrojos que me atraviesan el pecho. 2 Mi vida, os la puedo contar en dos palabras: Un patio, y un trocito de cielo por donde a veces pasan una nube perdida, y algún pájaro huyendo de sus alas. 3 Nieva, La cárcel está blanca como una sepultura. El cielo es una sombra fría. Se oyen caer diez campanadas en la nieve. Por un muro del norte muge el viento como un toro de hielo. 4 Socavón de Castilla. Lento espanto. Catedral invertida hacia la tumba, bajo una piel de piedra cancerosa.
  • 10. 10 Manuel Antonio 1 Humo de pipa Saudade Noche Silencio Frío Y quedamos nosotros solos Sin el mar y sin el barco nosotros. 2 Encontraremos en el puerto las hojas evadidas del calendario de nuestros sueños Las nuevas calles de siempre exhibirán el escaparate de las mismas novias inéditas Fumaremos en las pipas despectivas todas las transeúntes hostilidades mudas.
  • 11. 11 Antoniorrobles 1 Una calma de cocidito con garbanzos saltarines: una calma de almorzar con las piernas estiradas a lo largo del suelo. 2 Con sus brazos de almohada. 3 La egolatría se queda con todas las pasiones que la rodean, y no devuelve ninguna.
  • 12. 12 Max Aub 1 La maté por no darle un disgusto. 2 Era tan feo el pobre, que cada vez que me lo encontraba, parecía un insulto. Todo tiene su límite. 3 ¡Que se declare en huelga ahora! 4 Mató a su hermanita la noche de Reyes para que todos los juguetes fuesen para ella. 5 Lo maté porque no pensaba como yo. 6 A veces, me molesta tanta broma. 7 No hay manera.
  • 13. 13 Calderón de la Barca 1 Tuve amor y tengo honor. Esto es cuanto sé de mí. 2 Yo sueño que estoy aquí destas prisiones cargado, y soñé que en otro estado más lisonjero me vi. ¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño: que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.
  • 14. 14 Joaquín María Bartrina 1 Cree en Dios y en la mujer. ¡Es tan cómodo el creer! 2 Si quieres ser feliz, como me dices, no analices, muchacho, no analices. 3 ¡Vive para mí, Universo que cuando mi vida acabe tú morirás, y mi tumba encerrará tu cadáver! 4 Si yo quisiera matar a mi mayor enemigo, me habría de suicidar. 5 Dios es un guardia civil.
  • 15. 15 Gustavo Adolfo Bécquer 1 Memorias y deseos de cosas que no existen; accesos de alegría, impulsos de llorar. 2 Hoy la he visto..., la he visto y me ha mirado... ¡hoy creo en Dios! 3 Sobre la falda tenía el libro abierto; en mi mejilla tocaban sus rizos negros; no veíamos las letras ninguno, creo; mas guardábamos ambos hondo silencio.
  • 16. 16 Felipe Benítez Reyes 1 SI alguna vez sufres -y lo harás- por alguien que te amó y que te abandona, no le guardes rencor ni le perdones: deforma su memoria el rencoroso y en amor el perdón es sólo una palabra que no se aviene nunca a un sentimiento. Soporta tu dolor en soledad, porque el merecimiento aún de la adversidad mayor está justificado si fuiste desleal a tu conciencia, no apostando sólo por el amor que te entregaba su esplendor inocente, sus intocados mundos. Así que cuando sufras -y lo harás- por alguien que te amó, procura siempre acusarte a ti mismo de su olvido porque fuiste cobarde o quizá fuiste ingrato. Y aprende que la vida tiene un precio que no puedes pagar continuamente. Y aprende dignidad en tu derrota agradeciendo a quien te quiso el regalo fugaz de su hermosura. 2 Nos hemos hecho daño y el tiempo ya no pasa indiferente. Por qué es tan alto el precio del olvido no sabemos, y herimos con una relajada displicencia aun teniendo muy claro que algún día alguien recordará el dolor que le causamos, porque el dolor persiste en la memoria con una obstinación insobornable, y es fiel, y es rencoroso, y el perdón no le afecta. Nos hemos hecho daño. Y la juventud dorada era de nieve.
  • 17. 17 Juan Boscán Quien dice que la ausencia causa olvido merece ser de todos olvidado. El verdadero y firme enamorado está, cuando está ausente, más perdido. Aviva la memoria su sentido; la soledad levanta su cuidado; hallarse de su bien tan apartado hace su desear más encendido. No sanan las heridas en él dadas, aunque cese el mirar que las causó, si quedan en el alma confirmadas. Que si uno está con muchas cuchilladas, porque huya de quien lo acuchilló, no por eso serán mejor curadas.
  • 18. 18 Joan Brossa 1 Piedras las hay de todos los colores. He encontrado una que quema como el fuego y otra que nunca se calienta. Yo busco una de color verde claro porque dicen que cura la tristeza. 2 Lunes martes miércoles jueves viernes zapato domingo. 3 Para ser feliz, mortal, camina siempre y olvida.
  • 19. 19 Luis Buñuel 1 Niñita, niñita mía no sabes lo que es el mar; si lo supieras mi vida te echarías a rodar. 2 Creer y no creer son la misma cosa. Si existe es como si no existiese. 3 Para llegar a toda belleza, tres condiciones me parecen siempre necesarias: Esperanza, lucha y conquista.
  • 20. 20 José Manuel Caballero Bonald 1 Desde donde me vuelvo a la pared, en medio de la noche, desde donde estoy solo cada noche, cautivo bajo mi propia vigilancia, allí me hallo según la fe que me fabrico cada día. Lavada está mi vida en virtud de su asombro. Ayer, mañana, viven juntos y fértiles, conforman mi memoria conmigo. Únicamente soy mi libertad y mis palabras. 2 Comparto con la noche su premura de tiempo, ese impaciente tránsito circular de la sombra que de otra sombra es víspera o esa morosa voluntad de amarte a partir de mañana, cuando como a la luz te haya perdido y sólo queda un último plazo para esperarte en la fugacidad del día siguiente.
  • 21. 21 Pedro Casariego Córdoba 1 porque besarte es cortar hierba hierba hierba olor a hierba olor a hierba recién cortada. 2 Eres río eres río que llora bajo mis abrazos de madera 3 Mi angustia es el eco de la risa de Dios. 4 pronto mataré muy pronto mataré esquinas de cielo con mi guadaña de tierra agua del tiempo qué poco tiempo me queda 5 Me han cortado por la mitad. Ayúdame a ser zurdo.
  • 22. 22 Cristobal de Castillejo 1 Tiempo bueno, tiempo bueno, ¿quién te me apartó de mí? 2 En el campo me metí a lidiar con mi deseo; contra mí mismo peleo: defiéndame Dios de mí. 3 Aquí no hay sino ver y desear; aquí no veo sino morir con deseo. 4 No pueden dormir mis ojos, no pueden dormir. 5 Lo que quiero me es contrario. 6 Con esperanza de ver al revés lo que deseo.
  • 23. 23 Camilo José Cela 1 Apoyo casi con violencia sus agudas palabras. 2 Luchemos cipote en ristre contra los mitos que atenazan al hombre. 3 La muerte no es una posibilidad, es una certeza que puede precipitarse pero no es una posibilidad, la vida en cambio es una posibilidad, sólo una posibilidad y no una certeza, la vida es posible pero jamás cierta. 4 Uno se ve en el espejo y se tutea incluso con confianza. 5 Vayámonos a dormir, debe ser ya muy tarde y el corazón se fatiga de tanta necedad.
  • 24. 24 Gabriel Celaya Cuando ya nada se espera personalmente exaltante, mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia, fieramente existiendo, ciegamente afirmado, como un pulso que golpea las tinieblas, cuando se miran de frente los vertiginosos ojos claros de la muerte, se dicen las verdades: las bárbaras, terribles, amorosas crueldades. Con la velocidad del instinto, con el rayo del prodigio, como mágica evidencia, lo real se nos convierte en lo idéntico a sí mismo. Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan decir que somos quien somos, nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno. Estamos tocando el fondo. Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren y canto respirando. Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas personales, me ensancho.
  • 25. 25 Luis Cernuda 1 Te quiero. Te lo he dicho con el viento, jugueteando como animalillo en la arena o iracundo como órgano tempestuoso; Te lo he dicho con el sol, que dora desnudos cuerpos juveniles y sonríe en todas las cosas inocente; Te lo he dicho con las nubes, frentes melancólicas que sostienen el cielo, tristezas fugitivas; Te lo he dicho con el agua, vida luminosa que vela un fondo de sombra; te lo he dicho con el miedo, te lo he dicho con la alegría, con el hastío, con las terribles palabras. Pero así no me basta: más allá de la vida, quiero decírtelo con la muerte; más allá del amor, quiero decírtelo con el olvido. 2 ¿Cuántos siglos caben en la hora de un niño?
  • 26. 26 Miguel de Cervantes Fuego soy apartado y espada puesta lejos. A los que he enamorado con la vista he desengañado con las palabras.
  • 27. 27 Juan Eduardo Cirlot 1 Dentro del corazón está la muerte como una runa blanca de ceniza. 2 Tal vez nada se pierde. 3 En medio de la nada está la espiga como la flor en medio de la nieve. La muerte es la mirada que, hacia dentro, ve la vida. 4 Nunca te encontraré porque el encuentro habría de ser fuera y estás dentro. 5 La claridad de lo afilado baja hasta las flores. Los relieves parecen sentimientos.
  • 28. 28 Alfonso Costafreda 1 Apuntes de una vida, indicios de otra, si alguien me lee acaso en este espejo torpe verá su propio rostro. 2 Y si algún día el aire viene bueno y todo se ilumina, nada cabe esperar. El propio corazón rehusa el vuelo, el dolor pesa más que la alegría. 3 Ha muerto mi padre. Se repite su ausencia cada día en el hogar vacío. Yo pregunto, y además de la ausencia y además de perder los caminos de esta tierra, ¿qué es la muerte? Yo te pregunto, padre, ¿qué es la muerte? ¿Has hallado la paz que merecías? ¿Encontraste cobijo en nueva casa o vas errante, y sufres bajo el frío del invierno más grande, del total desamor? Yo te pregunto, padre, si son algo los muertos, o si la muerte es sólo una inmensa palabra que comprende todo lo que no existe.
  • 29. 29 San Juan de la Cruz Muéveme, en fin, tu amor y en tal manera, que aunque no hubiera cielo yo te amara y aunque no hubiera infierno te temiera. No me tienes que dar porque te quiera, que aunque lo que espero no esperara lo mismo que te quiero te quisiera.
  • 30. 30 Eduardo Chillida 1 Siempre nunca diferentes, pero nunca siempre iguales. 2 El horizonte es una distancia entre tu punto de vista y el lugar en el cual la tierra tiene la curvatura necesaria para que tú no puedas ver más allá. Pero que si tú avanzas, él avanza también. Es decir, que acabaría por cubrir en todos los sentidos toda la gran masa de la Tierra, y eso me hizo pensar si no será el horizonte la patria de todos los hombres. Vas a estar en el horizonte, sin alcanzarlo nunca pero metido dentro de él. 3 El pasado y el futuro son contemporáneos, la comunicación entre ellos acontece en el presente. El presente es el límite entre el pasado y el futuro. Pero no hay dimensión en el presente. Es un límite, igual que existe en el espacio. Un límite entre el espacio del contorno y la forma. Todo lo referente al espacio acontece en el límite. El límite es el verdadero protagonista del espacio, como el presente es el verdadero protagonista del tiempo.
  • 31. 31 Miguel Delibes 1 Aurita es una buena chica, o a mí me parece una buena chica. Creo que entre estos dos extremos no hay la menor diferencia. Yo, de mí, sé decirte que estoy contento. 2 Yo he sido fiel a Valladolid porque lo necesito. Si no tengo a Valladolid me quedo sin base. 3 Si el cielo de Castilla es tan alto es porque lo levantaron los campesinos de tanto mirarlo.
  • 32. 32 Gerardo Diego 1 Por eso, Clementina, por eso yo te espero el veintitrés de enero sobre mi hamaca gris... 2 Nuestro idioma es muy serio nosotros somos nos y somos otros y así sin salirnos del nos somos también otros es decir vosotros. No decimos no sentimos nosunos y vosotros sino nosotros y por lo tanto sois vosunos. Y esta sí que es la inmensa mayoría hasta la totalía. Y esta es mi fe y este es mi compromiso. 3 Entré en el desierto sin cerrar la puerta.
  • 33. 33 Juan del Encina 1 Querría no dessearos y dessear no quereros, mas si me aparto de veros tanto me pena dexaros que me olvido de olvidaros. Si os demando galardón en pago de mis servicios, daisme vos por beneficios pena, dolor y pasión por más desconsolación. Y no puedo desamaros aunque me aparto de veros, que si pienso en no quereros tanto me pena dexaros que me olvido de olvidaros. 2 Carcelero, no te tardes, que me muero...
  • 34. 34 Vicente Escudero 1 Yo bailo con el corazón y sigo sus dictados tenga o no razón, pues pienso que en arte es preciso decir algo sin que las palabras tengan arrugas. 2 Yo no anduve nunca a gatas porque nací derecho y con los brazos en alto. 3 Lo importante en el baile es saber dónde se pone la nariz.
  • 35. 35 Antonio Espina 1 ¿Palabras? No. No sirven. Mejor es dejarnos ir en la aguja de la llama. ¡ Qué delicia! (Todo abruma.) ¡ Qué alegría! (Todo cansa...) 2 Hace un frío frío de frío muy frío. 3 Todo individuo gana en personalidad detrás de una cortina. Y aumenta más, si es una máscara. Y más aún, si la cortina se mueve... sin que nadie la mueva. 4 El sol es perseguido de cerca por el horizonte. Envíen Guardia Civil. Ya casi no queda tarde.
  • 36. 36 Vicent Andrés Estellés Animal de recuerdos, lento y triste animal, ya no vives, sólo recuerdas. Ya no vives, sólo recuerdas haber vivido alguna vez en alguna parte. Felicidad suprema, la hora de escribir los versos. No los versos astillados, apresurados, que escribías, sino los versos solemnes —¿solemnes?— del recuerdo. Te permites recordar con un paisaje y todo: las butacas del cine, el film que se proyectaba, al que no hicisteis ningún caso, claro está; y evocas la Albereda, las ranas del río, las carcasas abriéndose en el cielo de la feria, toda Valencia en llamas la noche de San José mientras hacíais el amor en aquella terraza. Animal de recuerdos, lento y triste animal, ahora evocas y piensas en la carne fresca y suave por donde tus manos o tus besos andaban, la gloria de unas telas alegres y ligeras, los caballetes de tejas enmohecidas, la maleza que crecía, adorable, de pronto, entre unas tejas. Animal de recuerdos, lento y triste animal.
  • 37. 37 León Felipe 1 -No andes errante y busca tu camino... -Dejadme, ya vendrá un viento fuerte que me lleve a mi sitio. 2 El que decide… es el Viento. 3 Un signo... quiero un signo. 4 No esperes más a nadie... Nadie te aguarda ni te busca... Fuiste... el aborto de un sueño... la semilla podrida de un sueño, que nunca germinó. 5 De aquí no se va nadie, nadie. Ni el místico ni el suicida. Y es inútil, inútil toda huida.
  • 38. 38 Fernando Fernán Gómez Sabemos que es mentira la juventud de los viejos. Sabemos que nacieron viejos de repente. Sabemos que no han estado encaramados en las banquetas de los bares. Sabemos que no han enamorado a las chicas limpias de cintura imaginaria. Sabemos que no han tenido bigotillos recortados. Sabemos que no han llevado limpias las solapas. Y es mentira lo del bastón de junco. Y lo del borsalino. Y lo del cosmético. Han nacido viejos de pronto y por generación espontánea. Sólo nosotros, los jóvenes, hemos nacido de madre y crecido poco a poco. Sólo nosotros sabemos de las chicas limpias de cintura imaginaria. Y del enfriarse del alba en la cintura. Y de los alegres caminos de la noche. Es mentira el recuerdo de los viejos que conversan. Es mentira esa foto remilgada del cadete con puro y aquel gorro. Es mentira la foto de la boda. Y aquella del ridículo automóvil. Nacieron así, viejos, de repente, para que nosotros sintiésemos más hondo el rebullir de nuestra juventud inagotable. Todos los viejos nacen así de viejos, con un caudal de embustes a la espalda; caudal que renuevan en sus sueños por la noche, y que se va agotando poco a poco. Mi abuela nació vieja y murió vieja. Mirándome en sus ojos como uvas en aguardiente aprendí que la vida es una larga vejez llena de recuerdos; que los hijos, con un cuchillo, van cortando pedazos de sus padres lentamente; van comiendo pedazos de sus padres lentamente.
  • 39. 39 José María Fonollosa 1 No hay nada bueno en ti. Por eso te amo. 2 Podemos elegir entre estar juntos y hacernos mutuamente desgraciados. O separarnos ahora y ser también cada uno por su lado desgraciados. 3 Yo quiero que tú sufras lo que sufro: aprenderé a rezar para lograrlo. Yo quiero que te sientas tan inútil como un vaso sin whisky entre las manos; que sientas en el pecho el corazón como si fuera el de otro y te doliese. Yo quiero que te asomes a cada hora como un preso aferrado a su ventana y que sean las piedras de la calle el único paisaje de tus ojos. Yo deseo tu muerte donde estés. Aprenderé a rezar para lograrlo. 4 Me he puesto una sonrisa. Todo es bello.
  • 40. 40 José María Gabriel y Galán ¡A mí n´amás me gusta que dali gustu al cuerpu! Si yo juera bien rico jacía n´amás eso: jechalme güenas siestas embajo de los fresnos; jartalmi de gazpachos con huevos y poleos; cascalmi güenos fritis con bolas y pimientos; mercal un buen caballo; tenel un jornalero que tó me lo jiciera, pa estalmi yo bien quieto; andal bien jateao; jechal ca instanti medio; fumal de nuevi perras, y andalmi de paseo, lo mesmo que los curas lo mesmo que los médicos... Si yo juera bien rico jacía n´amás eso ¡Que a mí n´amás me gusta que dali gustu al cuerpo!
  • 41. 41 Antonio Gamoneda 1 Mi manera de amarte es sencilla: te aprieto a mí como si hubiera un poco de justicia en mi corazón y yo te la pudiese dar con el cuerpo. Cuando revuelvo tus cabellos algo hermoso se forma entre mis manos. Y casi no sé más. Yo sólo aspiro a estar contigo en paz y a estar en paz con un deber desconocido que a veces pesa también en mi corazón. 2 Estoy desnudo ante el agua inmóvil. He dejado mi ropa en el silencio de las últimas ramas. Esto era el destino: llegar al borde y tener miedo de la quietud del agua.
  • 42. 42 Jomi García Ascot 1 España, sombra, España garganta en que me nacen las palabras, humo del llanto, España, nudo del pecho largo muro de cal del horizonte fugitivo nivel de la mirada caliente pan del sueño. 2 Todo comienza porque faltan palabras porque hay demasiada vida y no basta vivirla porque hay demasiado mundo y no basta estar en él como un árbol que se estremece al más ligero soplo ahogado de silencio y de memoria. Cielo de mi ciudad, devuélveme la vida que no puede volver, dame otra vez el aire de tus tardes si no puedes en pan, en la palabra. 3 Los años me van poblando como a un basto desván. Soy un lugar de encuentros donde queda la luz de los inviernos empañada de sol, como oro viejo.
  • 43. 43 Federico García Lorca 1 Quiero llorar porque me da la gana, como lloran los niños del último banco, porque yo no soy un poeta, ni un hombre, ni una hoja, pero sí un pulso herido que ronda las cosas del otro lado. 2 No preguntarme nada. He visto que las cosas cuando buscan su curso encuentran su vacío. Hay un dolor de huecos por el aire sin gente y en mis ojos criaturas vestidas ¡sin desnudo! 3 ¡Niñas, corred las cortinas! 4 Quiero vivir sin verme. 5 Sólo el misterio nos hace vivir. Sólo el misterio. 6 Porque quiero, y porque puedo.
  • 44. 44 Luis García Montero 1 He aprendido a callarme cuando me quedo solo. 2 Ahora sé que en aquella ciudad deshabitada la gente andaba triste, con una soledad definitiva llena de abrigos largos y paraguas. 3 Yo bajé a la ciudad en esa hora incierta, presentida, donde tiritan todos los semáforos, en ese campo oscuro, dibujado, donde sopla la brida de los taxis con su reflejo a musgo, donde la luz oculta las ojeras brillantes de los barrios, poniendo en cada cuerpo una mirada larga, una escena vacía. 4 Por mucho amor que guarde, una carta encontrada boca abajo en la mesa será siempre un cadáver.
  • 45. 45 Francisco García Pavón 1 Los padres deben morir jóvenes para no ver en sus hijos, en sus mayores amores, las mismas frustraciones, las mismas angustias, las mismas penas. Hay que dejar a los hijos en la flor. Cuando todavía creen que la vida es como ellos piensan. Cuando nosotros mismos llegamos a pensar que para ellos “puede ser diferente”. 2 El español tiene mucha imaginación para salvar el momento, ninguna para variar el camino. 3 La guerra no produjo un millón de muertos. Dejó un millón de enterrados y nadie sabe cuántos millones de muertos andando, agonizantes o sin hombre dentro.
  • 46. 46 Pedro Garfias 1 ¿Por qué no hablamos nunca, largamente, tú y yo padre, cuando esto era posible, como dos hombres, como dos amigos o dos desconocidos que se encuentran en el camino y echan un cigarrillo y se sientan al borde de la vida mirando pasar la tarde y el camino y hablan, hablan y callan, pausas de humo, miradas vagas, las palabras caen y se quedan flotando en el silencio, a veces dicen su verdad primera, el origen, la fuente, y se desnudan, las palabras desnudas amanecen, por qué no hablamos nunca, solos, largo?… 2 Cuando me tiro de noche en el ataúd del lecho que es menos duro que el otro porque ya sabe mis huesos, me pongo a mirar arriba los astros de mis recuerdos.
  • 47. 47 Juan Gil-Albert Vivir es lo más íntimo del mundo. Es sentir en la piel esa caricia del aire circundante. Estar despierto. Despierto de la muerte, estar en vivo. Haber atravesado los confines de la nada y venir a establecerse a esta zona clemente del espacio donde la enfermedad se llama vida. Ser entonces lo vivo, lo precioso, esta palpitación inesperada, este ardor hecho sueño, este trastorno de placidez, un canto, una plegaria. Un entretenimiento delicioso del que nunca sabremos a su hora que fue, si fue, si era, si habrá sido.
  • 48. 48 Jaime Gil de Biedma 1 Mi recuerdo eran imágenes, en el instante, de ti esa expresión y un matiz de los ojos, algo suave en la inflexión de tu voz, y tus bostezos furtivos de lebrel que ha maldormido la noche en mi habitación. Volver, pasados los años, hacia la felicidad para verse y recordar que yo también he cambiado. 2 Resolución de ser feliz por encima de todo, contra todos y contra mí, de nuevo -por encima de todo, ser feliz- vuelvo a tomar esa resolución. Pero más que el propósito de enmienda dura el dolor del corazón. 3 Que la vida iba en serio uno lo empieza a comprender más tarde -como todos los jóvenes, yo vine a llevarme la vida por delante.
  • 49. 49 Helios Gómez 1 ante el cretino coronado bailan los cuerpos colgados... y ríe la borbónica quijada con risa amarilla y colorada. 2 huye de la vida el pueblo idiotizado por la cruz, ahogando en sus entrañas la santa rebeldía de la luz. 3 el pájaro negro visita los pueblos en horas de claudicación, y con su pico de bayoneta les va comiendo el corazón.
  • 50. 50 Ángel González 1 Quien es el que está aquí, y dónde: ¿dentro o fuera? ¿Soy yo el que siente y el que da sentido al mundo? ¿O es el secreto corazón del mundo -remoto, inaccesible- el que me da sentido a mí? Qué lejos siempre entonces ya de todo, incluso de mí mismo; qué solo y qué perdido yo, aquí o allí. 2 Adiós. Hasta otra vez o nunca. Quién sabe que será, y en qué lugar de niebla. Si habremos de tocarnos para reconocernos. Si sabremos besarnos por falta de tristeza.
  • 51. 51 José Agustín Goytisolo Desde tu marcha nada cambió. A veces, parecía que estuvieras sentada entre nosotros. (No entendimos, entonces, el regalo total de tu presencia: ver, escuchar una palabra sola.) Y estábamos callados, girando en el dolor, en el sencillo y cotidiano recordarte entre el pan y los manteles.
  • 52. 52 Baltasar Gracián 1 ¿Cuál puede ser una vida que comienza entre los gritos de la madre que le da y los lloros del hijo que la recibe? 2 No hay que tomar a pechos lo que se puede echar a espaldas.
  • 53. 53 Jorge Guillén 1 Respiro, y el aire en mis pulmones ya es saber, ya es amor, ya es alegría, alegría entrañada que no se me revela sino como un apego jamás interrumpido -de tan elemental- a la gran sucesión de los instantes en que voy respirando, abrazándome a un poco de la aireada claridad enorme. Vivir, vivir, raptar –de vida a ritmo- todo este mundo que me exhibe el aire, ese –Dios sabe cómo- preexistente más allá que a la meseta de los tiempos alza sus dones para mí porque respiro, respiro instante a instante, en contacto acertado con esa realidad que me sostiene, me encumbra, y a través de estupendos equilibrios me supera, me asombra, se me impone. 2 Amar, amar, amar, ser más, ser más aún: amar en el amor, refulgir en la luz.
  • 54. 54 Alfonso Hernández Catá Inutilidad, cansancio de estar quieto, y temor de moverme. Fui lo bastante desdichado para ser tenido por las gentes por un niño feliz. Ser resignado o ser rebelde sólo depende de la dirección en que se mire. Para que una insurrección tome el nombre de revolución sólo necesita triunfar. Ahora soy feliz, provisionalmente feliz. Reír es ser feliz; sonreír equivale a tener conciencia de no serlo. Si Dios no hubiese demostrado en casi todos sus actos rencor hacia los hombres, podría deducirse con sólo recordar que ha creado al tigre con cuatro patas y al pollo con dos. La mayor parte de los consejos no son sino ejemplos abortados. La lluvia es un elemento gubernamental. La sinceridad limita por el sur con la candidez y por el norte con el cinismo. La vanidad es la presunción de lo que no se tiene; el orgullo, la conciencia de lo que se tiene... y de lo que falta. El sueño es el aprendizaje de la muerte.
  • 55. 55 Miguel Hernández Hoy estoy sin saber yo no sé cómo, hoy estoy para penas solamente, hoy no tengo amistad, hoy solo tengo ansias de arrancarme de cuajo el corazón y ponerlo debajo de un zapato. No puedo con mi estrella. Y me busco la muerte por las manos mirando con cariño las navajas, y recuerdo aquel hacha compañera, y pienso en los más altos campanarios para un salto mortal serenamente. Yo nací en mala luna. Tengo la pena de una sola pena que vale más que toda la alegría. Me sobra corazón. Hoy descorazonarme, yo el más corazonado de los hombres, y por el más, también el más amargo. No sé por qué, no sé por qué ni cómo me perdono la vida cada día.
  • 56. 56 José Hierro 1 Después de todo, todo ha sido nada, a pesar de que un día lo fue todo. Después de nada, o después de todo supe que todo no era más que nada. Grito “¡Todo!”, y el eco dice “¡Nada!”. Grito “¡Nada!”, y el eco dice “¡Todo!”. Ahora sé que la nada lo era todo, y todo era ceniza de la nada. No queda nada de lo que fue nada (Era ilusión lo que creía todo y que, en definitiva, era la nada) Qué más da que la nada fuera nada si más nada será, después de todo, después de tanto todo para nada. 2 Esto, tan real y tan absurdo, sucedió, pero sigue sucediendo. Y no sé lo que significa.
  • 57. 57 Juan Ramón Jiménez 1 ¿Cómo era, Dios mío, cómo era? 2 Dios está azul... 3 Toda la vida no es más que “mientras tanto”. 4 Hay que detener la vida, obligarla a que nos lleve despacio. 5 España me parece un gran ataúd negro, todo lleno de sol poniente. 6 En amor no hay más que presente. 7 Luz y temple.
  • 58. 58 César Juarros En amor es fácil ser feliz. Todo el arte de lograrlo puede comprenderse en tres palabras: OBEDECER AL INSTINTO. España encarna la nación de los entusiasmos desarticulados, imprevistos, esporádicos. Por eso representó siempre el país de los grandes gestos, desatinadamente heroicos. Amar es exclusión, monopolio, oligarquía sentimental. El amor vaciado de su serrín lírico queda convertido en muñeco flácido y arrugado. El amor almidonado no es nunca amor, sino ficción de cretona y pino. El amor es fatal, uniforme, rectilíneo. Cuando se percibe claramente que no se es amado, sólo una actitud resulta sensata: retirarse. La muerte no es aniquilamiento, sino tránsito. Tenemos que resignarnos no sólo a vivir en lo incomprensible, sino a alegrarnos de no salir de ello.
  • 59. 59 Mariano José de Larra 1 Ellos viven, porque ellos tienen paz; ellos tienen libertad, la única libertad posible sobre la tierra, la que da la muerte; ellos no pagan contribuciones que no tienen; ellos no serán alistados ni movilizados; ellos no son presos ni denunciados; ellos, en fin, no gimen bajo la jurisdicción del celador del cuartel; ellos son los únicos que gozan de la libertad de imprenta, porque ellos hablan al mundo. Hablan en voz bien alta, y que ningún jurado se atrevería a encausar y a condenar. Ellos, en fin, no reconocen más que una ley, la imperiosa ley de la Naturaleza que allí los puso, y ésa la obedecen. 2 Dios nos libre de caer en manos de héroes.
  • 60. 60 Juan Larrea Sucesión de sonidos elocuentes movidos a resplandor, poema es esto y esto y esto Y esto que llega a mí en calidad de inocencia hoy, que existe porque existo y porque el mundo existe y porque los tres podemos dejar correctamente de existir.
  • 61. 61 Fray Luis de León 1 Veré distinto y junto lo que es y lo que ha sido, y su principio propio y escondido. 2 Morada de grandeza Templo de claridad y hermosura Mi alma que a tu alteza nació ¿qué desventura, la tiene en esta cárcel baja, oscura?
  • 62. 62 Antonio López 1 Lo grande de lo español es que tiene muy poco maquillaje. Es muy poco brillante. Es muy áspero. El español tiene una capacidad para conectar con lo verdadero como ningún pueblo. Pero tiene muy poco brillo. Esa forma de presentar las obras de una manera tan abrupta, tan desnuda, tan brutal, a mí eso me impresiona. Pero claro, tiene que ser muy bueno para que te la puedas tragar. Y si no tiene esa gran virtud, no hay quien se la trague. Por eso lo español malo es horroroso, porque no tiene otras virtudes. 2 El arte español se caracteriza por el respeto a representar las cosas más cotidianas tal y como son. El artista español, y yo también, por su sensibilidad no es barroco, sino exaltado.
  • 63. 63 Leopoldo de Luis 1 Quiero vivir, aun a pesar de todo, y no logro entender por qué motivo. 2 ¿Quién va a cuadrar el círculo? Es redondo y de él nadie nos saca. No sacamos nada en limpio. Las vueltas que le damos no lo vuelven más ancho. Sí más hondo. 3 El amar es un círculo cerrado. Si nos precipitamos en su sima del amar no nos saca ya ni todo lo odiado. 4 Nadie descansa nunca. Estás cansada, lo sé. Y tu cansancio me duele como mío. Pero nunca seremos otra cosa. 5 Jamás tendré los ojos tan desnudos que puedan ver las cosas simplemente.
  • 64. 64 Antonio Machado 1 Hoy es siempre todavía. 2 Estos días azules y este sol de la infancia. 3 Se canta lo que se pierde. 4 Una tarde parda y fría de invierno. Los colegiales estudian. Monotonía de lluvia tras los cristales. 5 Un golpe de ataúd en tierra es algo perfectamente serio. 6 Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar.
  • 65. 65 Jorge Manrique Pues que vemos lo presente cómo en un punto se es ido y acabado, si juzgamos sabiamente, daremos lo no venido por pasado. No se engañe nadie, no, pensando que ha de durar lo que espera más que duró lo que vio, porque todo ha de pasar por tal manera.
  • 66. 66 Joan Margarit 1 Te están echando en falta tantas cosas. Así llenan los días instantes hechos de esperar tus manos, de echar de menos tus pequeñas manos, que cogieron las mías tantas veces. Hemos de acostumbrarnos a tu ausencia. Ya ha pasado un verano sin tus ojos y el mar también habrá de acostumbrarse. Tu calle, aún durante mucho tiempo, esperará, delante de tu puerta, con paciencia, tus pasos. No se cansará nunca de esperar: nadie sabe esperar como una calle. Y a mí me calma esta voluntad de que me toques y de que me mires, de que me digas qué hago con mi vida, mientras los días van, con lluvia o cielo azul, organizando ya la soledad. 2 Faltó muy poco para ser feliz.
  • 67. 67 Julio Mariscal 1 Aquí, donde los hombres se han tendido para olvidarse dentro de su muerte, tú sigues vertical, sin ofrecerte, limpio y sonoro al último latido. 2 Al llegar a mi casa, mi madre, mis hermanos, la vida recoleta de estancias soleadas, el pan honrado, el irse muriendo oscuramente dentro de las pequeñas cosillas inefables. 3 Eran las seis, cuando las nostalgias, cuando el andar primero de las sombras, y tú cruzabas y contigo el mundo que mi madre quería para luego, pero que yo llevaba entre los ojos... 4 Lo mejor es no pensar en nada, hundirse en una mañana sin recuerdos con espuelas que puedan al futuro. Lo mejor es tenderse, entre los dedos la margarita de este abril sin hojas, y darse a la esperanza de lo ido de lo no porvenir, aunque se agoste. Busco palabras, frases sin sentido para hallar lo que fui, no lo que soy y me clavo las uñas para verme con mi única verdad: este ahora mismo.
  • 68. 68 Miguel Mihura 1 Madrid, tierra de gracejo y de humor y de donaires. Madrid, que estás algo lejos de Australia y de Buenos Aires. Madrid, donde yo he crecido y poco a poco he engordado. Madrid, que tienes mujeres con alma y con corazón; con cabeza, con dos brazos, veinte dedos, y esternón. ¡Madrid!... ¡Donde al abrir una puerta siempre entra un poco de aire!... 2 El verdadero amigo es aquel que no te ataca por la espalda, pero que se hace el distraído cuando te atacan los demás. 3 Unas pisadas leves de elefante resonaron en el piso superior. La sangre se heló en sus venas, pero no dijo nada al elefante...
  • 69. 69 José Moreno Villa No es afán de apartamiento sino atención al secreto. Soy yo mi medio. No es orgullo ni desdén, sino hambre de conocer. Soy pico y pared. La solución de los otros no me basta; siendo asombro. Soy mi piloto. Quisiera morir habiendo sido poeta, carpintero, pintor, filósofo, amante y torero. Ah! Y cantor negro de un jazz que siento a través de diez capas del suelo.
  • 70. 70 José Antonio Muñoz Rojas 1 Vivir no es otra cosa que un discurso, una adición de sombras incesantes a mil perplejidades por minuto, de ternuras de pronto, de congojas de siempre, de esperanzas de nunca, un calor que se nos va, una pena que se nos viene. 2 Señor que me has perdido las gafas, por qué no me las encuentras? Me paso la vida buscándomelas y tú siempre perdiéndomelas. Me has traído al mundo para esto, para pasarme la vida buscando unas gafas que están siempre perdiéndoseme? Para que aparezca este tonto que está siempre perdiendo sus gafas, porque tú eres, Señor, el que me las pierde y me haces ir por la vida a trompicones, y nos das unos ojos y nos pierdes las gafas, y así vamos por el mundo con unas gafas que nos pierdes y unos ojos que nos das, dando trompicones, buscando unas gafas que nos pierdes y unos ojos que no nos sirven. Y no vemos, Señor, no vemos, no vemos, Señor. 3 Tú nunca para siempre.
  • 71. 71 Eugenio D´Ors 1 La libertad es un suspiro entre dos opresiones. 2 La Forma decide. El exterior decide. La actitud decide. Cualquier gabán tratado como impermeable, se vuelve impermeable. 3 Es inmoral cualquier pensamiento que no pueda ser dibujado. 4 Te apoyarás en tus prejuicios, como el primer peldaño de una escalera. Acaso más tarde descanses en ellos. 5 Sólo hay originalidad verdadera cuando se está dentro de una tradición. Todo lo que no es Tradición, es plagio. 6 No hay más que una manera de sentir: moverse. No hay más que una manera de aprender: enseñar.
  • 72. 72 Miguel d´Ors El lunes es el nombre de la lluvia cuando la vida viene tan malintencionada que parece la vida. El martes es que lejos pasan trenes en los que nunca vamos. El miércoles es jueves, viernes, nada. El sábado promete, el domingo no cumple y aquí llega otra vez -o ni siquiera otra: la misma vez- la lluvia de los lunes.
  • 73. 73 Juan Luis Panero 1 La larga, lenta lengua de la muerte ha lamido la mano del que escribe, lucidez o locura, nadie sabe: sólo quedan palabras, palabras deshaciéndose. 2 Descubrir en otro la palabra precisa, la desolada materia del sueño, inmóvil, fija sobre el papel. Palabra que nombra fantasmas pero también llamaradas de vida y -al fondo- el eco del mar, su perdurable presencia momentánea, olas y horas, sílabas y símbolos. Todo lo que nos queda, todo y nada: juegos para aplazar la muerte.
  • 74. 74 Leopoldo Panero Estamos siempre solos. Cae el viento entre los encinares y la vega. A nuestro corazón el ruido llega del campo silencioso y polvoriento. Alguien cuenta, sin voz, el viejo cuento de nuestra infancia, y nuestra sombra juega trágicamente a la gallina ciega; y una mano nos coge el pensamiento. Ángel, Ricardo, Juan, abuelo, abuela, nos tocan levemente, y sin palabras nos hablan, nos tropiezan, les tocamos. ¡Estamos siempre solos, siempre en vela, esperando, Señor, a que nos abras los ojos para ver, mientras jugamos!
  • 75. 75 Leopoldo María Panero 1 Al amanecer los niños montaron en sus triciclos y nunca regresaron. 2 Pilar, machacaron tus ojos en el yunque de la vida. Lo que queda allí acaso lo recuerde la sombra en la pared o el viento. Lo que queda allí ya no es de nadie y todo tu ser es patrimonio del viento. 3 Quién anduvo en la sombra, como el viento descalzo como si no anduviera como si bajo la noche anduviera contento con las estrellas silencioso como el milagro de existir aun, frente a las estrellas y contra el milagro del aire.
  • 76. 76 Gabriel de Peralta ¡Quedito! No me toquéis, entrañas mías: que tenéis las manos frías. Yo os doy mi fe que venís esta noche tan helado, que si vos no lo sentís, de sentido estáis privado; no toquéis en lo vedado, entrañas mías, que tenéis las manos frías.
  • 77. 77 Benito Pérez Galdós 1 ¿Verdad que es divertido nacer español? 2 Adelante, siempre adelante. 3 Cada uno tiene sus cositas que llorar. 4 Este pueblo, donde es una profesión el pasearse. 5 El estilo es la mentira. La verdad mira y calla. 6 Con que mucha prudencia y cara de Pascua.
  • 78. 78 Luis Pimentel 1 Punteros de gaita lo acompañaban. Su padre de negro; el mar, una vela blanca. Los amiguitos lo llevaban no pesaba nada. Abajo, el mar; el camino en el aire de la mañana. Él iba de camisa limpia y zuecos blancos. Los amiguitos lo llevaban No pesaba nada. 2 He cerrado mi casa: todas las puertas y ventanas. (Lo hago como si le cerrase los ojos a un muerto querido). Luego me he sentado fuera y he estado largo tiempo contemplándola y meditando. ¿Qué harán mis cosas dentro -las que siempre me acompañaron-, ahora que están solas?
  • 79. 79 Francisco Pino 1 la muerte es gota de agua, horada hace el vacío que el viento luego llena si la luz no se atreve. 2 quizá de la basura de Dios nazca esta noche con tanta nada, con tan poca materia, para que sepa el ojo que hasta aquello que Dios arroja es justo. 3 nadie muere, van los muertos dulcemente bajo tierra dando pasos para que nazcan las frutas.
  • 80. 80 Jardiel Poncela 1 El camino más breve para concluir un libro es comenzarlo. 2 El mayor atractivo de las cosas y de las personas es no conocerlas. 3 Lo único que no se ve es lo que está al alcance de la vista. 4 Todo lo que tiene que suceder en la vida, sucede. 5 Morirse es un error. 6 Los muertos son gente fría. 7 Morirse da siempre pereza. 8 Un buen amigo os dirá siempre la verdad: salvo en el caso de que la verdad sea agradable.
  • 81. 81 Francisco de Quevedo 1 ¿Hasta cuándo, salud del mundo enfermo, sordo estarás a los suspiros míos? 2 Cerrar podrá mis ojos la postrera sombra que me llevare el blanco día, y podrá desatar esta alma mía hora a su afán ansioso lisonjera; mas no de esotra parte en la ribera, dejará la memoria, en donde ardía; nadar sabe mi llama el agua fría, y perder el respeto a ley severa. Alma a quien todo un dios prisión ha sido, venas que humor a tanto fuego han dado, medulas que han gloriosamente ardido, su cuerpo dejará, no su cuidado; serán ceniza, mas tendrá sentido; polvo serán, mas polvo enamorado. 3 Solamente lo fugitivo permanece y dura.
  • 82. 82 Santiago Ramón y Cajal 1 Hay personas por todo extremo excelentes y respetuosas; respetarán tu mujer, tu honra, tu fama y tu dinero, todo, menos una cosa: tu tiempo. 2 ¿Alardeas de carecer de enemigos? Veo que te calumnias. ¿Es que jamás tuviste la entereza de decir la verdad o de realizar un acto de justicia? 3 Poco vales si tu muerte no es deseada por muchas personas. 4 Es difícil ser muy amigo de los amigos, sin ser algo enemigo de la justicia. 5 Felices los que saben negar, porque ellos vivirán tranquilos. 6 El silencio de los envidiosos es el mejor elogio a que puede aspirar un autor. 7 -Tengo una idea – decía un escritor demasiado reminiscente. -¿De quién? – le atajó un amigo.
  • 83. 83 Dionisio Ridruejo 1 Los muertos están arriba sobre el mar, en sus bancales con muralla, enriqueciendo pinos, cipreses y sauces, romerales a tijera y rosas en sus rosales. Los jardines de los muertos aireados y colgantes ven tanto mar infinito que la pena de dejarles es como envidia. Los vivos se van pudriendo en las calles, vueltos hacia la montaña, con humo y niebla en el valle. 2 Es necesario que haya niños. Nadie sabe por qué, pero hacen falta. Nadie está vivo sin niños. 3 El hombre se defiende en la quimera de plumas del instante volviendo al niño que ha dejado solo.
  • 84. 84 Claudio Rodríguez Ahora necesito más que nunca mirar al cielo. Ya sin fe y sin nadie tras este seco mediodía, alzo los ojos. Y es la misma verdad de antes, aunque el testigo sea distinto. Riesgos de una aventura sin leyendas ni ángeles, ni siquiera ese azul que hay en mi patria. Vale dinero respirar el aire, alzar los ojos, ver sin recompensa, aceptar una gracia que no cabe en los sentidos pero les da nueva salud, los aligera y puebla. Vale por mi amor este don, esta hermosura que no merezco ni merece nadie. Hoy necesito el cielo más que nunca. No me salve, sí que me acompañe.
  • 85. 85 Luis Rosales 1 No todo está en terminar porque hay cosas que terminan para volver a empezar, y hay sueños que no se acaban porque no tuvieron vida donde quemarse las alas. 2 Mira que todo es muy poco. 3 He caído tantas veces que el aire es mi maestro; sólo puede acabarse lo que al vivir se olvida, si nuestro amor fue siempre como una despedida, cuando todo termine quedará lo más nuestro. Ya he empezado a morir para aprender a verte con los ojos cerrados, y pienso que es mejor, para toda la vida no basta un solo amor, tal vez el nuestro sea para toda la muerte. 4 El dinero sólo es dinero cuando se gasta. 5 Nadie es profeta en su espejo.
  • 86. 86 Pedro Salinas 1 Perdóname si tardo algunos años todavía en dejarte. 2 Y mañana al despertar, la vida estará rasa, virgen, rasa la luz, el gran silencio raso. Con solo un monosílabo: “sí”, temblar haremos el tímpano del mundo, voz primera. 3 Hay que tener cuidado, mucho cuidado: el mundo está muy débil, hoy, y este día es el punto más frágil de la vida. 4 Siempre te volverás; es tu promesa. Y aunque un día no me hables, ni me mires, ni estés cerca, aunque parezca que no existes ya, esperaré que vuelvas, que te vuelvas. 5 No, no me basta, no.
  • 87. 87 Álvaro Salvador 1 Qué difícil va siendo amanecer unidos. 2 La calle está vacía. Uno hace el ejercicio de dar a cada cosa la atención que uno cree que le pide. Los tejados de la mañana tapan domingos dentro del domingo, diferentes ideas de lo que es un domingo.
  • 88. 88 Tomás Segovia Estoy más triste que un zapato ahogado estoy más triste que el polvo bajo los petates estoy más triste que el sudor de los enfermos estoy triste como un niño de visita como una puta desmaquillada como el primer autobús al alba como los calzoncillos de los notarios triste triste triste de sonreír como un bobo desde los rincones de ver tallar las cartas en redondo saltándome siempre a mí de todo lo que se dicen y se dan y se mordisquean en mis narices estoy harto de quedarme con el saludo en la boca de salir bien dibujado entre la muchedumbre para que me borre siempre el estropajo de su roce de no estar nunca en foco para ningunos ojos de tener tan desdentada la mirada de navegar tras la línea del horizonte con mis banderitas cómicamente izadas no puedo más de no ser nunca nadie de que no me dejen jamás probarme otra careta que la de ninguno de no irrumpir de no alterar el oleaje de no curvar jamás un tren de ondas de no desviar a mis corrales la palabra suelta de que nunca me caiga a mí la lotería de un vuelco visceral De no poblar ni el más vago sueño ocioso De saber que ningún mal pensamiento tendrá ya más mi rostro. Estoy hasta aquí de la avaricia de los privilegiados de que quieran para ellos solos toda la juventud todos los influjos en las cosas del mundo todo el favoritismo de la puta alegría toda la iniciativa de renuevo y capricho de que se apropien sin escrúpulos la plusvalía de calor y encuentros todo el capital de risa y de coloquio que repartido con justicia alcanzaría de sobra para alimentarnos a todos a todos los hambrientos de carne de comunión y sedientos de vino de comunión a todos los que están tristes como faldones arrugados que les cuelgan a los otros en fin estoy jibosamente desolado de haber envejecido sin seguro de vida sin seguro de nombre sin cavar mi guarida en el espeso ahorro de no haber cobrado el billete cuando la vida se asomaba a mirarme de haber tirado siempre deudas al cesto sin mirarlas y lo que quiero decir es que estoy a fin de cuentas terriblemente triste de que no me hayáis perdonado.
  • 89. 89 Séneca 1 Debes conservar cuidadosamente lo que ignoras cuándo va a faltarte. 2 Un hombre sin pasiones está tan cerca de la estupidez que sólo le falta abrir la boca para caer en ella. 3 No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas. 4 El lenguaje de la verdad debe ser, sin duda alguna, simple y sin artificios.
  • 90. 90 Arturo Serrano Plaja 1 Hay muertos que asombran las ciudades con el lívido silencio de sus pasos. 2 Estamos lejos, lejos. Estamos todos solos. Estamos asomados al borde de la pena para volver a tiempo de escupiros a todos. De mataros a todos. De enterraros a todos. De escupiros a todos y enterraros a todos. De borraros a todos de la triste memoria, entrando y profanando, en vuestros muertos, con sacrílegas manos encendidas, el podrido linaje de vuestra turbia esencia, la pena y la memoria de la pena, la muerte y la memoria de la muerte. 3 No, no, no. No basta la pasión. El corazón no pesa suficiente para elevarse al aire gravitando. No basta el corazón. No. No, no.
  • 91. 91 Jaime Siles Como la página de un libro movida por el viento ante los ojos pasó el fantasma de nuestra juventud y su realidad, que es lo que evoco y que me lleva a un tiempo que soy yo, que era yo, que he sido yo en la perfecta agilidad del aire, cuando todas las cosas tenían su interior y se oía un movimiento oscuro sonar en lo profundo de las hojas y era sabia la luz y sabio el ser, y el tiempo, un claroscuro sin antiguos espejos reflejando su fondo. Cuando todo tenía presencia y gracia, misterio y solidez. Cuando no se había instalado aún el mecanismo, tan torpe como fiel, de la costumbre y se veía el mundo como un todo sin nombre y las cosas, como la inexpresada música de agua que era el exacto idioma de aquella íntima y compacta relación que ahora echo de menos y que busco.
  • 92. 92 Lorenzo Soler 1 No contaminarse es la consigna. Pero eso no se enseña, se aprende en el camino y se goza en la intimidad de los devotos. Afirmo que me siento sustantivo con mis culpas sin culpa, pronombre posesivo desnudo por delante, libérrimo, pájaro que vuela tercamente y que no me doy por aludido cuando los vendedores de espuma me señalan la lista amarga de los confesos donde yo nunca inscribiré mi nombre. De eso estoy seguro. Mas de otras cosas, no. 2 Decide tu episodio -si es que aún no te han llamado a filas los verdugos y aún te reconoces la osamenta.- Dirime una guerra tenaz contra ti mismo, tu modo de interjección: Ser alta escultura de episodios o un orificio insulso que nadie legitima. 3 Cómo se pierde la inocencia? En realidad no hay manuales. Sólo indicios. Y el hecho. 4 Se vive del peso de tanta muerte acumulada. 5 Podrías llorar más cautamente y dejar en paz los camposantos.
  • 93. 93 Jesús Tomé De todo lo que fue nada se pierde: del seno de lo eterno que se oculta viene la viva luz de lo visible, y regresa a lo eterno de su origen. Lo que existió y ha de existirse para siempre jamás. Por un momento se hizo tiempo en el tiempo declinable; pero será por siempre lo que ha sido. Y yo seré por siempre, reintegrado con todo lo que escapa del recuerdo, con todo lo que amé, con lo invertido en sueños esperanzas y deseos. Todo me espera allí. Cuando regrese seré lo que ahora soy, lo que ya he sido.
  • 94. 94 Miguel Unamuno 1 El hombre es tanto más hombre, esto es, tanto más divino, cuanto más capacidad para el sufrimiento tiene, o mejor dicho, para la congoja, tiene. 2 ¿Es que puede conocerse algo sin amarlo? 3 El régimen político natural de España es lo arbitrario, atemperado por arriba por el pronunciamiento y por abajo por la anarquía. 4 A falta de otra cosa, el brillo enfático de barniz retórico o la ingeniosidad de un batido delicuescente. 5 La inteligencia sola no hace más que comprender, es el Amor el único que crea. 6 Según y conforme. 7 ¡Hay que dar al azar lo suyo!
  • 95. 95 Val del Omar 1 Buscamos el todo desde la óptica de nuestro ombligo. 2 Obedezco obedezco obedezco obedezco de la cabeza a los pies las patadas de mi bestia. 3 Vemos desde nuestras cojeras. 4 Tonto! Dios está en ti búscalo en tu cubo de basura. 5 El hombre es dos. Yo y lo que amo. 6 Hacer es herir.
  • 96. 96 José Ángel Valente 1 Mientras pueda decir no moriré. Mientras empañe el hálito las palabras escritas en la noche no moriré. Mientras la sombra de aquel vientre baje hasta el vértice oscuro del encuentro no moriré. No moriré. Ni tú conmigo. 2 Cuando ya no nos queda nada, el vacío del no quedar podía ser al cabo inútil y perfecto. 3 Y todas las cosas para llegar a ser se miran en el vacío espejo de su nada.
  • 97. 97 Álvaro Valverde Una ciudad es todas las ciudades. Cruzas el mismo andén, las avenidas iguales y lejanas, tan inhóspitas como esos edificios que proyectan su luz vítrea y opaca en el asfalto. Una ciudad es sólo un sentimiento de euforia o de catástrofe, un círculo que es suma de otros círculos igual de fantasmales. Es un azar, una ciudad; un tramo entre dos direcciones de ida y vuelta, y un idéntico fin y un mismo origen. Con la mirada hundida, el paso rápido, recorres sin cesar las mismas calles que desoladas cercan tu destino.
  • 98. 98 Lope de Vega 1 Siempre mañana y nunca mañanamos. 2 Amor, no te llame amor el que no te corresponde, pues no hay materia adonde imprima forma el favor. 3 Ni me dejo forzar ni me defiendo; darme quiero a entender sin decir nada: entiéndame quien pueda; yo me entiendo. 4 Ven a alentar mi esperanza, ya que no puedes la fe. 5 Miente quien camina a pie. 6 Quien me quisiere seguir tome su cruz en el hombro.
  • 99. 99 Garcilaso de la Vega 1 Yo no nací sino para quereros; mi alma os ha cortado a su medida; por hábito del alma misma os quiero. Cuanto tengo confieso yo deberos; por vos nací, por vos tengo la vida, por vos he de morir y por vos muero. 2 Escrito está en mi alma vuestro gesto, y cuanto yo escrebir de vos deseo; vos sola lo escrebistes, yo lo leo tan solo, que aun de vos me guardo en esto. En esto estoy y estaré siempre puesto; que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo, de tanto bien lo que no entiendo creo, tomando ya la fe por presupuesto.
  • 100. 100 Francisco Villaespesa 1 -Caperucita, la más pequeña de mis amigas, ¿en dónde está? -Al viejo bosque se fue por leña, por leña seca para quemar. -Caperucita, di, ¿no ha venido? ¿Cómo tan tarde no regresó? -Tras ella todos al bosque han ido pero ninguno se la encontró. -Decidme, niños, ¿qué es lo que os pasa? ¿Qué mala nueva llegó a la casa? ¿Por qué esos llantos? ¿Por qué esos gritos? ¿Caperucita no regresó? -Sólo trajeron sus zapatitos... Dicen que un lobo se la comió. 2 Recemos por las penas que sufrimos, por las que sufriremos, por los que ayer nosotros enterramos, por los que asistirán a nuestro entierro... por ti, por mí, por Dios, por todos juntos... 3 Mi sonrisa es tan triste que da miedo. 4 Esta pasión que ahora nos estremece, encierra el hambre del gusano y la sed de la tierra. Nuestro lecho de bodas es un sepulcro abierto, y cuando se confunden nuestros labios, besamos solamente la boca desdentada del muerto que dentro de nosotros enterrado llevamos.
  • 101. 101 Fernando Villalón 1 Me gustan las mujeres que se quitan las medias a patadas. 2 El mundo se divide en dos: Sevilla y Cádiz. 3 Te vi y no te vi. Por la mañana, “que no”, y por la tarde, “que sí”. -Que sí, que sí, que sí... -¿Qué sí? –Que no, que sí. -Ni te vi, ni no te vi. Yo soy un pez de color dentro de tu aguamanil.
  • 102. 102 Luis Felipe Vivanco 1 Lentamente viviendo pierdo mi preferencia por la muerte. 2 Rayos de un sol de otoño, nuestros pasos no nos quieren llevar fuera del tiempo. Morir —o huido barco entre las olas— no es estar muertos. 3 Aunque el campo esté lejos, amor es fuego. El fuego se enciende por las tardes, dura toda la noche. El fuego son imágenes, silenciosos viajes... Desde la lluvia oblicua de la acera miramos las estampas y pasamos las páginas del fuego solitario: sus llamas interiores. Prontos obedeceres: las luces que se encienden en las calles estrechas, y en los pisos cerrados las fugas en los juegos de los niños que han vuelto del colegio.
  • 103. 103 ÍNDICE Dibujo portada: ©Julio Pollino Tamayo 1-Remigio González “Adares”...................................................3 2-Rafael Alberti...........................................................................4 3-Vicente Aleixandre..................................................................5 4-Julio Alejandro........................................................................6 5-Dámaso Alonso.........................................................................7 6-Manuel Altolaguirre................................................................8 7-Marcos Ana..............................................................................9 8-Manuel Antonio.....................................................................10 9-Antoniorrobles.......................................................................11 10-Max Aub...............................................................................12 11-Calderón de la Barca...........................................................13 12-Joaquín María Bartrina......................................................14 13-Gustavo Adolfo Bécquer.....................................................15 14-Felipe Benítez Reyes............................................................16 15-Juan Boscán.........................................................................17 16-Joan Brossa..........................................................................18 17-Luis Buñuel..........................................................................19 18-José Manuel Caballero Bonald...........................................20 19-Pedro Casariego Córdoba...................................................21 20-Cristóbal de Castillejo.........................................................22 21-Camilo José Cela..................................................................23 22-Gabriel Celaya.....................................................................24 23-Luis Cernuda.......................................................................25 24-Miguel de Cervantes............................................................26 25-Juan Eduardo Cirlot...........................................................27 26-Alfonso Costafreda..............................................................28 27-San Juan de la Cruz............................................................29 28-Eduardo Chillida.................................................................30 29-Miguel Delibes......................................................................31 30-Gerardo Diego......................................................................32 31-Juan del Encina....................................................................33 32-Vicente Escudero.................................................................34 33-Antonio Espina.....................................................................35
  • 104. 104 34-Vicent Andrés Estellés.........................................................36 35-León Felipe...........................................................................37 36-Fernando Fernán Gómez....................................................38 37-José María Fonollosa...........................................................39 38-José María Gabriel y Galán................................................40 39-Antonio Gamoneda..............................................................41 40-Jomi García Ascot...............................................................42 41-Federico García Lorca........................................................43 42-Luis García Montero...........................................................44 43-Francisco García Pavón......................................................45 44-Pedro Garfias.......................................................................46 45-Juan Gil-Albert....................................................................47 46-Jaime Gil de Biedma............................................................48 47-Helios Gómez........................................................................49 48-Ángel González....................................................................50 49-José Agustín Goytisolo........................................................51 50-Baltasar Gracián.................................................................52 51-Jorge Guillén........................................................................53 52-Alfonso Hernández Catá.....................................................54 53-Miguel Hernández...............................................................55 54-José Hierro...........................................................................56 55-Juan Ramón Jiménez..........................................................57 56-César Juarros.......................................................................58 57-Mariano José de Larra........................................................59 58-Juan Larrea..........................................................................60 59-Fray Luis de León................................................................61 60-Antonio López......................................................................62 61-Leopoldo de Luis..................................................................63 62-Antonio Machado................................................................64 63-Jorge Manrique………..............……………..……………65 64-Joan Margarit......................................................................66 65-Julio Mariscal…………........………………...……...…….67 66-Miguel Mihura.....................................................................68 67-José Moreno Villa................................................................69 68-José Antonio Muñoz Rojas.................................................70 69-Eugenio D´Ors......................................................................71 70-Miguel d´Ors........................................................................72 71-Juan Luis Panero.................................................................73
  • 105. 105 72-Leopoldo Panero..................................................................74 73-Leopoldo María Panero......................................................75 74-Gabriel de Peralta................................................................76 75-Benito Pérez Galdós.............................................................77 76-Luis Pimentel........................................................................78 77-Francisco Pino......................................................................79 78-Jardiel Poncela.....................................................................80 79-Francisco de Quevedo.........................................................81 80-Santiago Ramón y Cajal.....................................................82 81-Dionisio Ridruejo.................................................................83 82-Claudio Rodríguez...............................................................84 83-Luis Rosales..........................................................................85 84-Pedro Salinas........................................................................86 85-Álvaro Salvador...................................................................87 86-Tomás Segovia......................................................................88 87-Séneca...................................................................................89 88-Arturo Serrano Plaja...........................................................90 89-Jaime Siles............................................................................91 90-Lorenzo Soler…...................……..………………..............92 91-Jesús Tomé...........................................................................93 92-Miguel Unamuno.................................................................94 93-José Val del Omar................................................................95 94-José Ángel Valente...............................................................96 95-Álvaro Valverde...................................................................97 96-Lope de Vega........................................................................98 97-Garcilaso de la Vega............................................................99 98-Francisco Villaespesa........................................................100 99-Fernando Villalón..............................................................101 100-Luis Felipe Vivanco.........................................................102