El ámbito de la moralidad nos exige no hacer daño, pero también nos puede instar a promover el bienestar del otro.
Benevolencia (buena voluntad):
Es una virtud, una propiedad del agente, no del acto.
Es el rasgo del carácter o la virtud de estar dispuesto a actuar en beneficio del otro.
Beneficencia (hacer bien):
Consiste en aportar un beneficio, conlleva actos de caridad, bondad, generosidad, misericordia.