Este documento resume la doctrina cristiana sobre el uso y propiedad de los bienes materiales. Explica que los bienes deben usarse para beneficio de todos, no solo del individuo, y que los cristianos deben ayudar a los necesitados con sus posesiones. También advierte sobre el robo y la corrupción, y enfatiza la obligación moral de restituir lo que se ha tomado de los demás.