El documento presenta una reflexión teológico-pastoral sobre la mujer y el VIH-SIDA. Discute la historia de la subordinación y estigmatización de la mujer, y cómo Jesús las trató con dignidad e igualdad. También analiza el VIH-SIDA como un signo de los tiempos que requiere una respuesta compasiva e inclusiva, así como una atención pastoral centrada en la prevención, la promoción de la justicia y el apoyo emocional y espiritual a las mujeres afectadas.