Los Austrias Menores que gobernaron España en el siglo XVII (Felipe III, Felipe IV y Carlos II) carecían de interés y capacidad para gobernar, por lo que delegaban el poder en sus validos o favoritos, que gozaban de gran influencia. Este sistema favoreció a la aristocracia pero trajo corrupción. España sufrió problemas económicos, guerras, epidemias y la expulsión de los moriscos. Los intentos de reforma centralizadora de Felipe IV con Olivares provocaron revueltas en varios reinos. El