Este documento presenta una introducción a la ética económica durante la Edad Media a través de las ideas de dos pensadores: Santo Tomás de Aquino y Nicolás Oresme. Resume que Aquino defendió la existencia de un "precio justo" y la obligación de los vendedores de ser transparentes, aunque no definió cómo determinar el precio justo. Oresme consideró que el comercio era importante y que los gobernantes debían crear condiciones para su desarrollo, especialmente una administración financiera sólida. También advirtió