El documento analiza el impacto de la devaluación del peso argentino frente al dólar estadounidense en enero de 2014. Resalta que la devaluación benefició a los grandes exportadores, el capital financiero y las transnacionales, pero perjudicó a los trabajadores y sectores populares cuyos ingresos no se ajustaron. También señala que el gobierno intentó apaciguar a los grandes capitales concentrados y al imperialismo estadounidense con estas políticas, en lugar de enfrentarlos claramente.