La arquitectura neoclásica se caracteriza por el uso de elementos clásicos como columnas, frontones y bóvedas. Busca la sobriedad, proporción y equilibrio. Se desarrolló principalmente en Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, España y Estados Unidos entre los siglos XVIII y XIX, con ejemplos notables como el Panteón de París, la Puerta de Brandeburgo en Berlín y la Rotonda de la Universidad de Virginia.