El arte egipcio, profundamente ligado a la religión y la vida de ultratumba, se manifiesta a través de monumentos como las pirámides de Gizeh y templos dedicados a sus numerosos dioses. La civilización egipcia, organizada en una jerarquía social centrada en el faraón, se desarrolló gracias al río Nilo, con un floreciente sistema agrícola y una rica expresión artística que buscaba garantizar la inmortalidad del faraón y de sus creencias espirituales. A lo largo de su historia, Egipto vio una evolución arquitectónica en sus tumbas desde las mastabas hasta las pirámides, culminando en la construcción de las célebres pirámides que perduran como símbolo del ingenio y poder de esta antigua civilización.