La asfixia neonatal es un síndrome resultante de la grave disminución del intercambio gaseoso, con tasas de mortalidad significativas, especialmente en el período neonatal temprano. Se clasifica en asfixia severa y moderada, y se diagnostica mediante criterios como el pH arterial y el puntaje de Apgar. El pronóstico neurológico puede ser grave, con complicaciones que incluyen daño cerebral y muerte cerebral en casos extremos.