Asi nací yo

Esta historia empezó cuando yo me formé dentro del vientre de mi madre. Yo jugaba siempre con un
cordoncito que había dentro de la tripa de mi mamá pero tuve que parar de jugar con el cordón porque tenía
que tener mucho cuidado para no dar alguna patada a mi madre. Pero aunque me estaba muy quieta en la
barriga de mi madre siempre me estaba divirtiendo mucho, pues imaginaba como sería mi vida en el mundo
exterior. Me imaginaba que iba al cole y que jugaba con mis amigos. Desde el primer momento en el que
empecé a formarme dentro de la barriga de mi madre, quise nacer para poder jugar. Pasaron los meses y
cuanto mas crecía mas deseaba salir, pero justo entonces tuve una idea, di una pequeña patada a mi madre
para que supiese que quería nacer ya, pero como solo tenia 7 meses no pude salir. Me aburría mucho, así que
pensé en algo para entretenerme esos dos meses. Pensé y pensé pero no se me venía nada a la mente hasta
que un día se me ocurrió la misma idea, dar una patada para poder salir. No funcionó porque aún me faltaba 1
mes para salir. Un día empecé a moverme mucho pero no sabia lo que pasaba. Pensé que estábamos en el
coche y había muchas curvas. Pero si íbamos en el coche ¿Adonde iríamos? Me pregunté. Después de un buen
rato en coche paramos, mi madre empezó a andar y oí una voz que no había oído nunca. ¡Era la de un doctor!
Mi madre había ido a ver que tal estaba yo y a hacerse las últimas radiografías. En ese momento pensé que si
daba una patada saldría pues quedaba muy poco para que yo saliese. Di la patada pero vi que algo no iba bien.
Empezó a salirse el agua del que yo estaba rodeada, a mi madre se la llevaron corriendo al quirófano y yo me
asusté un montón. En ese momento el agua que salía me estaba arrastrando y vi a una luz y a unos señores
que me cortaban mi cordón. El doctor me dio una palmadita y de la ilusión que me hacia haber nacido después
de tantos meses dentro de la barriga de mi madre empecé a llorar de alegría.
Y esa es la historia de cómo nací yo. Y ahora que soy más mayor no me acuerdo muy bien de lo que me pasó al
nacer pero siempre pienso que cuando yo nací fue el día más feliz de todo el mundo.

BLANCA

Hola me llamo Lucía y soy la pequeña de la casa, aunque mi padre quería tener más hijos, solo
somos dos.
Mis padres se vinieron a vivir a Zaragoza en noviembre del 2002 y yo fui el regalo de
bienvenida, mi madre se entero de que estaba embarazada el día de nochevieja, fue una noche
muy especial.
Yo me porté muy bien porque no se lo hice pasar mal a mi mamá. Se encontraba tan bien que
durante el embarazo se sacó el carnet de conducir, así que yo pase un examen y unas prácticas de
conducir dentro de la tripa de mi madre por eso me gustan tanto los coches y la velocidad.
Tenía muchas ganas de salir porque con tanto movimiento, tan poco espacio y tanta calor como
hizo en el verano del 2003 quería que me diera el aire.
La madrugada del martes 13 de agosto a las tres menos cuarto por fin me decidí a salir, mi madre
se empezó a encontrar mal, tenía náuseas así que pensó que le había sentado mal la cena pero
no se equivocaba, era yo que estaba llamando a la puerta para salir después de un cuarto de
hora mi mamá llamó a mi papá que iba de noche al trabajo, para que bajara corriendo para
llevarla al hospital.
Cuando nací todo el mundo decía que tenía unos ojos muy vivos y mi tía que vino de Barcelona
decía que le había llamado tía cuando la vi, que solo tenía un día, la verdad no se
equivocaba, porque me encanta hablar y mis ojos son tan vivos y despiertos como entonces.

Lucia Olmos Ortega

METEORÍN

Según me cuentan mis padres nací en enero, porque como siempre
tengo prisa vine un mes antes. Cuando estaba en la tripa de mi
madre era como ahora de movido, para que me estuviese quieto mi
madre tuvo que estar un mes en cama sin moverse.
Enseguida supieron que iba a ser un chico y empezaron a buscarme
un nombre, a prepararme la habitación y a comprarme ropa . Yo no
entendía porque tenían que hacer todo eso.
Cuando nací toda mi familia se puso muy contenta, yo era como
todos me imaginaban, flacucho, largo y muy movido.
Hoy todavía soy así.

David Laborda

Cuando mi madre se enteró de que estaba embarazada, no notaba nada
porque yo era muy pequeña.
Así como fui creciendo me empecé a mover, a dar vueltas, dar patadas, y a
mi mamá le empezó a crecer la tripita. Cuando me movía le hacía cosquillitas
a mi mamá. Cuanto más crecía más molestias sentía pero no le importaba
porque estaba muy ilusionada por la proximidad de mi nacimiento. Mientras
yo estaba en el vientre calentita, mi mamá y mi papá preparaban ilusionados
todas las cosas para mi nacimiento; la cuna, la ropa, el cochecito y el neceser
para ir al hospital.
El día que nací fue un día muy bonito para mi mamá y mi papá y también fue
un día bonito porque toda mi familia estaba muy contenta de que yo hubiese
nacido.
Lucía Castillo

Mi madre al principio no sabía que estaba embarazada y al no saberlo se
montó en muchas atracciones del Pilar. Así que a los pocos días se entero
de que estaba embarazada porque un día le dejo de venir la regla así que
llevó una muestra de orina a la farmacia, la farmacéutica lo analizó y le
dijo que estaba embarazada, mi madre se alegro mucho. Durante el
embarazo mi madre era muy feliz y siguió con su vida normal. En las
primeras ecografías los médicos no sabían si era niño o niña. Hasta la
última ecografía no lo supieron. A mis padres les daba igual lo que fuese
total que saliese sanita o sanito. Cuándo supieron el sexo del
bebé, compraron cosas de niña y me arreglaron la habitación. Durante el
parto que duró 5 o 6 horas, mi madre lo pasó bastante mal porque no le
hacía efecto la epidural, pero en cuanto salí y me vió, se le fueron todos
los dolores y se puso a llorar de la alegría porque había nacido bien y
porque se había cumplido su sueño, ser madre.

Vera Buendía Fanlo

Mis padres siempre pensaron que si un día tenían una hija la llamarían Andrea.
Mamá me ha contado que el día que se hizo las pruebas de embarazo y les dijeron que iban
a ser padres se pusieron muy contentos porque estaban deseando tener un hijo/a.
Cada mes tenía que ir a hacerse pruebas para confirmar que todo estaba bien, mi papá
siempre le acompañaba, le hacían ecografías y podían oír los latidos de mi corazón y como
mes a mes iba cambiando. Mi padre estaba todo el día tocándole la tripa a mamá para ver si
yo, ya daba alguna patadita y yo me preguntaba por qué sería tan pesado. Los notaba
nerviosos cuando tenían que ir al médico, cada día los entendía menos, con lo bien que yo
estaba dentro de ella y ellos tan preocupados. Los oía hablar con un señor de bata blanca
totalmente desconocido para mí, del sexo, del peso…y yo me preguntaba que sería eso tan
importante que les decía para que ellos estuvieran tan atentos.
Pasaba el tiempo y yo veía como mi madre se engordaba mucho y encima yo me movía sin
parar porque me encantaba jugar y cada día era más grande, así que, ella acababa muy
cansada por las noches y siempre decía que tenía ganas de que saliera.
Un día decidí hacerle caso y emprendí mi viaje, no fue un camino fácil, pero mereció la pena
al ver a mis padres tan contentos cuando llegué a la meta y encima chica decían.
Ese momento fue muy feliz para ellos y para mí, porque son los mejores padres del mundo.

Andrea Sánchez Martínez

¡Hola! me llamo Candela ese es el nombre que mis padres eligieron para mí. Tenían muchas ganas de tener otro hijo y
de darle un hermanita a Judith, por eso cuando se hizo la prueba de embarazo y se entero de que estaba embarazada
se puso muy contenta. Durante el embarazo iba al médico para oír mi corazoncito y a las ecografías para ver mis
piececitos, mis manitas, mi cuerpecito mi padre se emocionaba mucho y a mi madre se le iba engordando la tripa, dice
que me movía mucho. Mi hermana estaba muy contenta porque iba a tener una hermana aunque no supieron si era
chica o chico hasta que nací. Era verano y hacía mucho calor, mi padre llevo a mi madre al hospital y allí la ingresaron y
en dos horas naci, cuando mis padres me vieron se pusieron muy contentos y emocionados tenían otra hija y a mí me
pusieron encima de mi madre que se emociono mucho. Cuando ya me llevaron con mi madre dice que llevaba un
gorrito puesto de esos que ponen en los hospitales y que con esa carita tan redondita parecía un bollito. Nací muy
pequeñita ya que pese 2.790kg y medí 47cm, mi madre dice que se recupero enseguida y con solo ver una cosa tan
chiquitina en los brazos se te pasan todos los dolores. Me cuentan que comía mucho y que me bebía unos biberones
de leche muy grandes, ahora no quiero leche dice mi madre que me la debí de beber toda de pequeña. Estaba muy
gordita porque me comía todo que me daban y con poco más de un año comía sola. Un día cuando aún no tenía dos
años, era verano y fuimos a la piscina hacía calor y a mí me gusta mucho el agua, y en un momento que se descuido mi
madre me levante y me fui corriendo a la piscina mi madre salió corriendo detrás de mí y llego a cogerme cuando ya
me había tirado a la piscina, me saco rápidamente y se asusto mucho pero dice que siempre he sido muy valiente para
el agua.
El tiempo se ha pasado muy deprisa ya tengo nueve años y en mayo voy a hacer la comunión, pero mi madre y mi
padre dicen que mi hermana y yo somos lo mejor que les ha pasado en la vida y toda su felicidad.

Candela Fanlo Serrano

ASÍ NACÍ YO
Eran las navidades, mi madre estaba en la cama durmiendo. Y como yo tenía ganas de
conocer a mis padres empecé a dar patatitas a su barriga de repente se despertó y
notó que le estaba dando patadas.
Mi padre José que estaba junto a mi madre, le dijo:
-¿Qué te pasa?
-Que no para de moverse esta chica. Yo creo que tiene ganas de salir.
-Bueno, lo mejor es que vayamos al hospital.
-Vale, vamos.
Mi padre y mi tía, fueron corriendo a por el coche. Pero cuando llegaron al
hospital, les dijeron que todo estaba normal y que se volvieran a casa a descansar.
Pero yo seguía insistiendo e intenté buscar la salida. Todo estaba muy oscuro.
Mi madre seguía diciendo que le dolía y cada vez más.
Mi padre se puso muy nervioso, mi madre aún más y yo que quería salir. Volvimos al
hospital y los médicos pusieron cara rara porque habíamos vuelto otra vez, pero yo
quería nacer. Al final lo conseguí y mis padres estuvieron muy muy felices.

Maite Lesmes San Emeterio

El bebé no sabía muy bien como había llegado hasta allí, pero se encontraba muy a gusto. Estaba
nadando en la tripa de su madre muy calentito y relajado.
Solo le molestaba que tuviese poco espacio. Cuando su mamá gritaba sonaba muy fuerte los
gritos dentro de la barriga.
A veces escuchaba una música muy suave que hacía que se durmiese.
Cuando nadaba le daba patadas sin querer a su mamá en la tripa y ella se acariciaba la barriga
con una sonrisa.
Un día escuchó como sus papás se ponían contentos al saber que el bebé era un chico.
Iban mucho al médico y siempre le decía a la mamá que tenía que comer menos y que quedaba
poco para que naciese el bebé.
El bebé no quería salir porque estaba muy requeté bien por eso se quedó sentado para que
nadie lo molestase.
Al final ante la tozudez del bebé los médicos hicieron una cesárea a la mamá y él tuvo que salir.
A lo mejor, por eso los bebés lloran cuando nacen, porque se está muy bien dentro de la barriga
de su mamá y no quieren salir.
Y los padres llamaron a ese niño, Pablo.
Pablo Serón Salvador

MI FELICIDAD
Tengo nueve años y vivo en Pina con mi madre .Yo nací porque
entonces mis padres se querían y deseaban tener un hijo.
Cuando mi madre se quedó embarazada se pusieron muy
contentos y yo también.
Era pequeño, pequeño pero crecía muy rápido . Pronto me
hice grande y casi no cabía en la tripa de mi mamá. Yo quería
salir de allí porque estaba muy bien , aunque a veces no
entendía a los mayores cuando los oía hablar mí para que
teníamos que ir todos los meses a que un señor le mirase la
tripa a mi mamá pero ellos iban y venían contentos . Los veía
comprar cosas prepararme una habitación … no entendía
nada.
Pero cuando nací comprendí todo eso.

Raúl Ciobanu Costantin

Hola a todos, me llamo Santiago y nací en Argentina y como os imaginare no me
acuerdo de nada que pasó ese día.
Según me ha contado siempre mi madre, el embarazo fue muy tranquilo pero el día
del parto puse las cosas un poco difíciles porque llevaba una vuelta de cordón.
Cuando me pusieron en sus brazos, mamá no paró de llorar de alegría porque por fin
me tenía con ella. Los papás me dicen siempre que no pueden explicarme lo que se
siente cuando nace un hijo, ni el amor que se siente por él, porque dicen que eso sólo
lo entenderé cuando yo mismo tenga hijos. Dicen que a un hijo se le quiere desde el
mismo día en el que te enteras de que estás embarazada, desde ese día me
empezaron a querer con locura.
El día que nací yo fue una gran alegría la de mis padres y abuelos, quienes sintieron
que con mi llegada todos eran más felices
Santiago

Una siestecita de 9 meses
Hola me llamo Micaela y soy la pequeña de la casa. Mi madre se enteró de que iba a
nacer porque se hizo una prueba en el médico, mis padres sintieron una inmensa
alegría porque iban a tener su segundo hijo.
Dentro del vientre de mi madre jugaba un montón, tenía muchas ganas de salir. No
como mi hermano mayor que tardó mucho. Estaba muy impaciente de ver el mundo y
le daba muchas patadas en la tripa a mamá.
Cada mes iba creciendo más, primero era como un renacuajo y a los 9 meses era como
una pelota metida en una bolsa. ¡Ya me estaba hartando quería salir! Un día decidí
relajarme y me quedé dormida. Mi madre al ver que no estaba dando patadas se
preocupó y fue otra vez al médico para ver porque no me movía. Cuando terminaron
las pruebas mi madre se quedó aliviada ya que estaba todo bien y solamente estaba
dormida.
El 20 de agosto estaba dando muchas patadas, mi madre no lo podía soportar y se
preguntaba que quería, al final entendió de que yo quería salir ya, mi sueño al fin se
había cumplido, era el de salir de la barriga de mi madre por fin.

Micaela Amo Ballester

MADRE SOLO HAY UNA
Mi madre no era la primera vez que se quedaba embarazada porque tengo una hermana mayor
que yo así que tenían la ilusión de que esta vez fuese un chico.
Por eso cuando mi madre se hizo la prueba de embarazo que les confirmaba que estaba
embarazada. A pesar de todos los problemas que tuvo mi madre desde el principio, tenía una
hernia inguinal, no le importó.
Yo pensaba que sería eso de una hernia y que mal le daba a mi madre puesto que se esforzarba
mucho. Me daba pena y encima ella tan contenta. Cuando yo les oía decir que tenían que ir al
ginecólogo yo no sabía donde iban. A demás me daba miedo que yo no les gustase porque
siempre les oía hablar de la parejita.
Yo estaba tan nerviosa que no paraba de moverme, dentro de mi casa, tanto que hice que el
cordón umbilical me lo puse para bufanda y eso que no tenia frío.
En una de sus visitas al ginecólogo oí como mis padres se asustaban mucho y que solo querían
que fuese bien, que no les importaba el sexo. Yo me preguntaba que pasaba para que estuvieran
tan preocupados. Pasaba el tiempo y yo tuve que salir me llevaron a una casa grandísima donde
la gente iba y venia. ¿Qué era eso? me preguntaba, de repente una mano me agarró y me dió la
vuelta, a la vez que decía:
-Problema solucionado.
Mis padres al verme se emocionaron y hoy sigo siendo como cuando era una pequeña semilla.
Ángela Sorrosal Gayán

MI VIDA EN EL VIENTRE DE MI MADRE
Hola me llamo Lydia, tengo un hermano que se llama Iker. Mis padres se enteraron de
que iba a nacer porque a mi madre le dolía mucho la tripa, mi abuela llevó a mi madre
al hospital, los médicos le dijeron que iba a tener un niño o una niña.
Durante el embarazo mi madre todo lo que comía lo vomitaba. Yo era como un
garbancito de pequeña, iba creciendo poco a poco. En la primera ecografía parecía un
muñeco pequeño, pero no sabían si era niño o niña. En la segunda, ya se veía que era
una niña, por fin ya podían empezar a comprarme cosas y a pintar las habitaciones de
rosa. Yo al escucharlos me preguntaba que porque hacían todo eso.
Cuando estaba en la tripa de mi madre. Ella comía chocolate, yo me ponía muy
contenta me movía por toda la tripa.
Cuando mi madre escuchaba música, yo también bailaba dentro de la tripa.
Era como un bichito con muchas ganas de nacer.
Pasaban los días y mi abuela no paraba de hacerme muchos jerséis, con lo calentita
que yo estaba en la tripa, pensaba que estaba perdiendo el tiempo. Cuando llegó el
día esperado para mis padres, fue horroroso para mí. Oía a mi madre quejándose de
dolor y yo también lo sentía, porque no quería salir al exterior por aquel estrecho
túnel. Después de un tiempo me oí llorar no se si de alegría o miedo, mis padres
también lloraban.
Hoy sé que ellos lo hacían de felicidad.

Lydia Martínez López

Mis padres se enteraron de que yo iba a nacer en Semana Santa. Sospechaban que mamá estaba
embarazada, y se hizo una prueba en la farmacia,…. Y la prueba confirmó la noticia.
Faltaba mucho hasta diciembre, que es cuando yo nací, y el embarazo se hizo muyyyyy largo. Además estaban
reformando la casa, para hacer una nueva habitación (que sería la mía), y ese verano fue extremadamente
caluroso. Y mamá lo pasó fatal. Para colmo, cuando estaba de 6 meses le dio un ataque de ciática, y además
tenía que estar pendiente de mi hermano, que tenía 2 años y era un trasto. Menos mal que yo no le daba
mucho la lata en la tripita, debía de estar todo el día durmiendo.
Y así llegó el momento de nacer. Era un miércoles por la tarde, y mamá empezó a sentir molestias, así que
llevaron a mi hermano con mi abuela y ellos se fueron al hospital. Fue todo muy rápido y muy bien. Y un poco
antes de las 3 de la madrugada del 17 de diciembre de 2003 llegué yo.
Aquella noche nacieron muchos niños, y hasta muchas horas después no nos llevaron a mamá y a mí a una
habitación. Mientras tanto estuvimos con otras mamás y otros bebes en una habitación muy grande, y
estábamos los bebes todos juntos. Cuando entró mi papá le dijo a mamá: ¿Cuál es nuestra niña?, y ella le
respondió “ la más grande y la más hermosa” ( el resto de los niños habían pesado bastante menos que yo).
Después de tres días en el hospital nos fuimos a casa. Primero pasamos a buscar a mi hermano por casa de la
abuela, y allí nos vimos por primera vez. Por fin estábamos los cuatro juntos.
Ah!, yo soy Ángela, y me llamaron así por mi abuelo materno, al que no llegué a conocer, se llamaba Ángel.

Ángela Lores Rivas

Cuando estaba en la tripa de mi madre daba muchas patadas porque oía como
jugaban mis primos y quería jugar con ellos. Era muy nerviosa y no paraba de nadar en
aquel líquido que me envolvía, o de jugar al fútbol. A veces me quedaba enganchada
en el cordón y me costaba mucho quitármelo del cuello. No sabía estar quieta por eso
un día quise salir de allí para conocer cosas nuevas.
El día que nací no me esperaba nadie porque decidí hacerlo un mes antes, les pillé de
sorpresa, era muy pequeñita, tanto que mi padre me cogía con la palma de la mano
A pesar de mi poco peso y de la preocupación de mis padres los médicos dijeron que
todo estaba bien y que era una niña con mucha vitalidad. Mis padres sintieron una
gran alegría, decían que era como una medallita
Estuve 9 días en el hospital con otros niños como yo y me enseñaron a tomarme el
biberón con la yema del dedo meñique.
Cuando me llevaron a casa estaban esperándome mis abuelos que lloraban de
emoción porque era su primera nieta y mis tíos.
Los médicos no se equivocaron, hoy soy una niña con mucha vitalidad a la que le
encanta el fútbol.

Lucía Horta

LA ENCUBADORA
Como todos los niños yo nací porque mis papas se querían. Durante todo el tiempo
que estuve en la tripa de mamá fui muy tranquila. Allí estaba tan bien y tan caliente
que ni me movía. Veía a mis padres ir al médico todos los meses, como a mi mamá le
sacaban sangre y le hacían una ecografía, pero siempre volvían a casa sin saber si era
un niño o una niña. Un día cuando mi mamá estaba muy gorda, se encontró mal y
fuimos al hospital y nos tuvimos que quedar allí unos días.
De repente una mañana mi mamá empezó a llamar a las enfermeras que vinieran
corriendo. Nos cogieron y nos llevaron a otra habitación más grande y allí nací yo.
Cuando vieron que era una niña empezaron a pensar en mi nombre. Como era muy
pequeñita tuve que estar dentro de una casita muy pequeña un mes. Después me fui
a mi casa y allí estoy muy feliz con mis papas.
Lara Bes Gracia

UNOS OJOS COMO PLATOS
Me llamo Lucía y nací el 23 de Noviembre, 9 meses antes mis papás se enteraron que yo estaba
en camino, porqué a mi madre le hicieron una ecografía y yo estaba allí como un pequeño
garbancito. Desde ese día todos los meses, cuando íbamos a Zaragoza oía como mis papás
hablaban entre ellos y papá siempre decía:
-No te pongas nerviosa estará bien y a lo mejor nos dicen si es chico o chica
Pero mamá hasta que no salía de aquella casa desconocida para mí, no estaba tranquila y pensaba
que a ella le daba igual que fuera chico o chica.
En uno de nuestros viajes, cuando le estaban haciendo la ecografía, mamá preguntó si se veía algo
y se puso muy contenta cuando le dijeron que iba a tener una niña, yo no entendía nada de lo que
allí ocurría.
El tiempo para mí pasaba rápido, estaba muy bien dentro de su tripa y no me faltaba de nada, no
sabía porque ellos solo pensaban en las cosas que tenían que preparar y decían que no les
quedaba tiempo.
Veo todo lo que compran y no sé para qué, pero lo hacen con mucha ilusión, todo lo quieren
blanco o rosa yo pienso que todo es un poco raro.
Cuando me engordé y crecí un montón decidí salir al exterior porque estaba muy incómoda con la
cabeza para abajo, aunque si llego a saber todo el jaleo que organicé me quedo dentro.
Me dicen que nací con unos ojos como platos, pienso que sería de emoción al conocer a mis
padres porque para ellos soy la más importante del mundo.
Lucía Royo Taulés

LA MÚSICA
Mis papás se enamoraron y por eso nací yo. Mi mamá se enteró que estaba embarazada en el
mes de abril porque tenía nauseas. Fue al médico y le hicieron su primera ecografía. Al
principio era tan pequeñita como una semilla, después parecía un renacuajo, más tarde se me
notan las mejillas, la barbilla…no sé cómo mis padres se ponen tan contentos cuando me ven.
A los 4 meses cuando vamos al médico mis padres van muy nerviosos, porque esperan que
les digan si soy niño o niña. Veo a mi madre tumbada en la camilla y a mi padre a su lado
impaciente… de repente oigo una voz que dice:
_¡Es una niña!
Mis padres lloran de emoción, era lo que quería toda la familia.
Cuando volvimos a casa en el coche, les oigo hablar de cuna, habitación, ropa…cuantas
palabras nuevas, se han debido de volver locos, con lo bien que yo me encuentro aquí. Mi
mamá se cuida mucho, me pone música para que me relaje y no le de patadas y mi padre le
pone mano en la tripa porque le gusta notar que yo estoy ahí.
Voy creciendo muy deprisa y cada día estoy más incómoda en mi casa ya no me divierto como
antes, tengo ganas de salir y conocer cosas nuevas.
Cuando nací toda mi familia estaba esperándome en el hospital y cuando vieron mi cara por
primera vez se emocionaron. Cuando llegué a casa la primera noche no paraba de llorar y me
pusieron música y me calme y así descubrieron que me gustaba mucho la música.

Nombre: Ángela Gargallo Laguna

Mi madre se enteró de que estaba embarazada dos días antes de Navidad. Se hizo la
prueba de embarazo y “Sorpresa, Sorpresa”! el gran deseo ya era una realidad.
Cuando tenía un mes le hicieron a mamá la primera ecografía, yo era muy, muy pequeña
más que una semilla de amapola,
Pero iba creciendo rápido y a los 3 meses y medio mis padres se han enterado que van a
tener una niña. Se han puesto muy contentos y encima niña decían entre
ellos, tendremos que buscarle un nombre.
Dentro del vientre de mi mamá, yo me movía mucho, no paraba ni un minuto quieta.
Cuando a los cinco meses le hicieron otra ecografía yo les enseñé como daba patadas y así
ellos vieron mis pies pequeñitos, mi carita redonda como una pelota, mis manos…yo les
escuchaba y veía que estaban contentísimos.
El embarazo fue maravilloso porque mamá sentía nada, solo unos pequeños mareos y
claro se notaba crecer la tripa. El 3 de septiembre, un viernes a las 11 y cuarto de la noche
nací. Mi madre me vio la primera, después mi padre y mi abuela todos estaban
ilusionados. Decidieron ponerme el nombre de Denisa. A los 3 días de nacer me llevaron a
mi nueva casa y para todos fueron unas navidades inolvidables.

Denisa

LOS GOLPECITOS
Me llamo Natalia, tengo 8 años y voy a tercero de primaria .Cuando me dicen
en el colegio que haga un cuento no sé qué poner por eso les pregunto a mis
padres.
Me cuentan que cuando supieron que iban a ser padres se pusieron muy
contentos y estaban deseando ir al médico para ver como crecía mes a mes.
Primero, me vieran como una semilla después como una ciruela más tarde
ya me veían entera. Les daba igual que fuera chico o chica.
Cuando mi madre noto mi primera patada, mi padre me dio un golpecito y
así estuviéramos un rato. Yo parecía un ratón corriendo por la tripa de mi
mama.
Cuando nací fue una gran alegría era la primera nieta, sobrina… No lloraba
nada y estaba siempre durmiendo. Mi madre dice que era una bendición
dentro y fuera de ella.

Natalia Calvo Andrés

En casa tengo una foto de cuando vivía en la tripa de mi madre. Era pequeñita
pero se me nota la cara, las piernas los brazos y el cuerpo, y se ve la posición en
que estaba. Mi madre la guarda muy ilusionada porque dice es mi primera foto.
Yo estaba allí muy calentita, hacía lo que quería y me lo pasaba muy bien, sin
embargo mis papás dicen que estaban muy nerviosos pero se les pasó todo
cuando nací y me vieron. Entonces lloraron de alegría.
Mi papá me cuenta que siempre se acordará del día que di mi primera patada a
mi mamá porque en ese momento metió un gol su equipo preferido
Azucena

Mi vida en la tripa de mi mamá fue muy divertida. Allí tenía de todo:
comida, bebida, podía jugar a nadar, a dar volteretas, patadas etc y nadie me gritaba
al revés todos estaban contentísimos de que yo estuviese allí adentro. Hasta mi mamá
que se pasaba todo el día vomitando y tuvo que estar cinco meses en la cama.
Cuando nací toda mi familia se puso muy contenta y mis padres lloraron de emoción.
Aaron

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