El documento presenta información sobre la evolución del uso de oxígeno en neonatología y el descubrimiento de que altas concentraciones causaban ceguera en prematuros (fibroplasia retrolental). Relata cómo a pesar de las advertencias tempranas, se continuó recomendando el uso de oxígeno sin controlar resultados, hasta que en 1953 un estudio demostró la asociación. Esto llevó a cambios en las prácticas para proteger a los prematuros.