La Basílica de San Apolinar in Classe en Rávena, Italia fue fundada en el siglo VI y consagrada al culto católico en 561. Presenta una planta basilical típica con tres naves separadas por columnas de mármol griego que soportan arcos de medio punto. El interior se destaca por sus mosaicos, particularmente en el ábside, y por la luminosidad lograda por la luz reflejada en las columnas de mármol.