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Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
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Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
Editor general:
Ing. Carlos Estrada Faggioli
Coordinación general de contenido:
Ing. Carlos Estrada Faggioli., El Salvador.
Coordinación de contenido en el exterior:
Bióloga Andrea Castro, Colombia.
Bióloga Jareth Román Heracleo, México.
Bióloga Rosa María Estrada H., Panamá.
Corrección de estilo:
Lic. Rudy Anthony Ramos Sosa.
Bióloga Jareth Román Heracleo.
Maquetación:
Yesica M. Guardado
Carlos Estrada Faggioli
Soporte digital:
Carlos Estrada Faggioli
Saúl Vega
El Salvador, marzo 2015.
La naturaleza en tus manos
Toda comunicación dirigirla a:
edicionbioma@gmail.com
Páginas Web de BIOMA:
http://virtual.ues.edu.sv/BIOMA
https://edicionbioma.wordpress.com
Open Acces
Portada: Evidencia de estragos de incendio en el
Parque Nacional Walter Thilo Deininger
Fotografía: Rubén Sorto
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Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
Ing. Carlos Estrada Faggioli, El Salvador.
Consultor y Director del Proyecto BIOMA.
M.Sc. José Miguel Sermeño Chicas, El Salvador.
Profesor de Entomología, Jefe Dirección de Investigación,
Facultad de Ciencias Agronómicas, Universidad de El Salvador
Bióloga Rosa María Estrada H., Panamá.
Programa Centroamericano de Maestría en Entomología,
Universidad de Panamá.
Yesica Maritza Guardado, El Salvador.
Fotógrafa, Editora Digital.
Estudiante de Periodismo Universidad de El Salvador.
Lic. Rudy Anthony Ramos Sosa, El Salvador.
Técnico Laboratorista en el Laboratorio de Investigación y Diagnóstico de
la Facultad de Ciencias Agronómicas, Universidad de El Salvador.
Bióloga Andrea Castro, Colombia.
Investigadora grupo Biodiversidad de Alta Montaña BAM
Bióloga Jareth Román Heracleo, México.
Consultora independiente Taxonomía de macroinvertebrados Acuáticos
Ph.D. Víctor Carmona, USA.
Profesor de Ecología
Departamento de Biología, Loyola Marymount University
M.Sc. José Linares, Honduras
Profesor Titular II, Departamento de Biología CURLA - UNAH. Honduras.
Ing. Agrónomo Leopoldo Serrano Cervantes, El Salvador.
Jefe del Departamento de Protección Vegetal Facultad de Ciencias
Agronómicas, Universidad de El Salvador
Ph.D. Vianney Castañeda de Abrego, El Salvador.
Coordinadora Nacional del Proyecto Chagas, CENSALUD,
Universidad de El Salvador
La naturaleza en tus manos
Comité editorial
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Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
Editorial
carlos estrada faggioli
Creo que lo cotidiano se nos vuelve normal,
sea bueno o malo, priorizamos eventos partir
de nuestra cotidianeidad, desde comprar
fósforos, hasta los eventos que consideramos más
grandes e importantes en relación directa con quienes
nos rodean o conforman nuestro núcleo familiar.
La inercia de sobrevivencia, que llamamos vida,
nos mantiene absortos creyendo que solucionamos
nuestra vida, cuando en realidad lo que hacemos
es salvar escoyos que a diario se nos presentan, la
inercia de la misma poco nos permite programar un
futuro, culpamos al sistema de no permitir nuestro
avance o el de los nuestros, culpamos a los que están
“arriba” de que las “cosas” no vayan por el sendero
correcto, pero se queda en eso, en buscar culpables,
no existe una conciencia de que las cosas irán bien
cuando nosotros nos preocupemos de hacer que el
sistema vaya por los caminos adecuados, cuando nos
eduquemos y no sólo nos instruyamos, la instrucción
es técnica, es ciencia; la educación es conciencia,
sensibilidad, sabiduría.
Es triste cuando en El Salvador ha habido dos
elecciones consecutivas y en ninguna los candidatos se
comprometieron a trabajar para proteger y recuperar
el medio ambiente, ni siquiera lo abordaron de manera
seria, algunos quizá no saben y confunden proteger
el medio ambiente con el ecoturismo, esto me lleva a
pensar que detrás de esto hay intereses que pretenden
convertir al país en un parque de diversiones gigante,
como otros quisieron convertirlo en una maquila
destruyendo la agricultura, definiendo las ANP´s
como lugares de explotación económica, piensan
que de lo contrario no tienen sentido. ¡Despertemos!
esos recursos naturales no son propiedad de los que
están “arriba”, son propiedad de los 11 millones de
salvadoreños, 6 millones en El Salvador y 5 millones
afuera, son el patrimonio nuestro y quienes nos
precedan. Usted piensa que esto no le atañe, pero
cuando regresa a su casa se va a dormir después
de un día de salvar escollos, siente calor, piensa en
ir a bañarse y no cae el agua, pregúntese ¿Por qué
hay tanto calor? ¿Por qué no hay agua? ¿Interesante
verdad? Se da cuenta que esos temas de las ANP´s
no están lejos de su casa, son parte esencial de su
vida. Últimamente quienes dirigen la comunicación
de masas han tomado el termino Cambio Climático
como una puerta de salida para todo lo que va mal
en cuanto a medio ambiente se refiere, lo han vuelto
cotidiano y culpamos a un concepto abstracto de
los problemas, cuando ese concepto está formado y
potenciado por las actividades diarias que realizamos
tanto en nuestro hogar, como en nuestro trabajo.
A inicios de año conversábamos con El Biólogo
Rubén Sorto sobre la publicación de un trabajo suyo
y del M.Sc. Miguel Sermeño en la revista BIOMA,
dicho trabajo expone la riqueza de Lepidoptera,
Papilionoidea y Hesperioidea en el parque nacional
Walter Thilo Deininger, El Salvador, lejos estábamos
de pensar que de nuevo se desataría un incendio que,
como en años anteriores, arrasó con una extensión
muy importante, 600 manzanas que incluyen el
Coyolar y Chanseñora.
Más incendios se reportaron a lo largo de estos días
en zonas forestales:
ANP La Magdalena, Chalchuapa, departamento
de Santa Ana “70 manzanas del área protegida La
Laguna fueron afectadas por un incendio forestal
provocado, según el ministerio de Medio Ambiente
(MARN). Del total de terreno quemado, 40 manzanas
están dentro de la zona natural protegida.” Reporta la
página web del MARN.
50 hectáreas en el cerro El Molinillo y La Burra en el
municipio de Metapán, departamento de Santa Ana.
25 manzanas de terreno del cantón Agua Caliente,
Suchitoto, Cuscatlán.
80 hectáreas cerro El Caballito y El Comal, en Dulce
Nombre de María, Chalatenango.
300 hectáreas ANP La Joya del municipio de San
Vicente.
La lista es más grande y preocupante, la ministra de
Medio Ambiente, Lina Pohl, se ha hecho presente en
algunos lugares a constatar el daño y debo creer que
a tomar las medidas operativas y legales pertinentes,
como ciudadano eso espero de usted Ministra Pohl,
que así como no le tembló el pulso para tomar el
liderazgo sobre el problema de la basura y los barriles
venenosos, tome ahora cartas en el asunto de “las
quemas”, no es posible que año con año veamos
como el fuego destruye nuestro patrimonio natural
y cultural, todo por la cultura de la haraganería de los
agricultores de no chapodar, por la irresponsabilidad
de los buscadores de miel, de los cazadores, de los
que quieren destruir esas zonas para convertirlas en
zonas de cultivo o urbanizarlas.
Ministra Pohl deje ese legado de justicia ambiental a
nuestro país, no está sola, yo por lo menos estoy con
usted, y le aseguro que muchos lo están, pregunte
y verá que muchos creemos que hay que salvar
el patrimonio natural de esta patria nuestra, tan
pequeña, tan sufrida, pero tan amada…
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Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
Contenido
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Veterinario
Hablemos con el
Diversidad de las mariposas diurnas (Lepidoptera, Papilionoidea y Hesperioidea)
del Parque Nacional Walter Thilo Deininger, El Salvador.
Notas sobre su distribución y fenología
Segunda parte. Pág. 7
Especies del género Tropaeolum L. (Tropaeolaceae) en El Salvador. Pág. 52
Ficha técnica de Espagnola darlingtoni J. A. G. Rehn y J. W. Rehn, 1939. Pág. 59
Tortuga Prieta o Negra del Pacífico Oriental. Pág. 63
Aprender a vivir con el volcán de San Salvador. Percepción del riesgo. Pág. 74
Hematología veterinaria. Pág. 69
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Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
Phoebolampta sp. Brunner von Wattenwyl, 1878
Captada ovipositando.
Locación: pueblo Aguada, Puerto Rico.
Fotografía: William Feliciano
Ph. D. en Biología Celular y Molecular
7
Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
Diversidad de las mariposas diurnas (Lepidoptera, Papilionoidea y
Hesperioidea) del Parque Nacional Walter Thilo Deininger, El Salvador.
Notas sobre su distribución y fenología
Segunda parte.
López-Sorto, R. E.
Sermeño-Chicas, J. M.
Grupo de Entomología El Salvador, Universidad de El Salvador. El Salvador.
Correo electrónico: rubensorto3@yahoo.com
Profesor de Entomología, Jefe Dirección de Investigación,
Facultad de Ciencias Agronómicas, Universidad de El Salvador. El Salvador.
Correo electrónico: jose.sermeno@ues.edu.sv;
sermeno2013@gmail.com
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Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
Gremios alimentarios
La alimentación en las mariposas es muy variada:
Las larvas se alimentan se las hojas de una o varias
especies de plantas; las pupas no se alimentan y
los adultos, cuya función biológica principal es la
reproducción, pueden abarcar una amplia gama de
sustratos, de los cuales tienen en común la presencia
de sustancias en solución que son succionadas por
medio de la proboscis de los imagos.
En el cuadro 6, se observan tres gremios y cuatro
subgremios que fueron propuestos por Luís y
Llorente, en 1990. La obtención de los recursos es
dependiente de las condiciones climático-vegetales y
de la disponibilidad del alimento; los sustratos en los
cuales se dividieron las preferencias alimentarías de
las mariposas son: arena húmeda (gremio alimentario
que se denominara hidrófilos), inflorescencias
(nectarivoros), material vegetal o animal en
descomposición (acimófagos).
Las especies nectarívoras son las más numerosas
(cuadro 5), lo cual comprende potencialmente el
72% de las especies (1 gremio y 3 subgemios); al
comparar con los porcentajes potenciales de especies
de los otros dos gremios, se ve que los hidrófilos
(con 3 subgremios) le corresponde el 31.9% y a los
Acimófagos el 31.0%. Esto refleja la importancia de
las flores como un recurso en la zona con respecto
a las preferencias alimentarías de las especies citadas.
Los hábitos alimentarios y la utilización de los
diferentes recursos dentro de los Papilionoidea varían
de acuerdo con la familia (Figura 12); en el caso de
papilionidae (Figura13), el gremio de los nectarívoros
ocupo el primer lugar, le sigue el de las especies que
recurren a más de un sustrato en el gremio (N+H); en
el caso de la familia Pieridae (Figura 14), el subgremio
de los (N+H) ocupa el primer lugar, seguido del
gremio de los nectarívoros con una especie.
Familia Nectarivoro Acimofago N+H N+A H+A N+H+A
Papilionidae 7 0 1 0 0 0
Pieridae 3 0 7 1 0 0
Nymphalidae 18 27 8 4 3 7
Hesperiidae 21 0 10 0 0 0
Riodinidae 7 0 2 0 0 0
Lycaenidae 5 0 0 0 0 1
Total 61 27 28 5 3 8
Cuadro 6. Número de especies por gremio alimenticio para cada una de las familias estudiadas en el Parque Deininger.
N= Nectarivoros; H= Hidrófilos; A= Acinofagos
Reparticion por Gremio Alimentario
47%
20%
21%
2%6% 4%
Nectarivora
Acimofaga
N+H
N+A
H+A
N+H+A
Figura 12. Porcentaje de especies por gremio alimenticio del total de las familias de mariposas diurnas registradas en el
PNWTD, departamento de La Libertad.
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Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
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Gremios Alimentarios
en Papilionidae
87%
13%
Nectarivora
N+H
Figura 13. Porcentaje de especies por gremio alimenticio del total de los Papilionidae registrados en el PNWTD,
departamento de La Libertad.
Gremios alimentarios
en Pieridae
20%
70%
10%
Nectarivora
N+H
N+A
Figura 14. Porcentaje de especies por gremio alimenticio del total de los Pieridae registrados en el PNWTD,
departamento de La Libertad.
La familia Nymphalidae (Figura 15), es la que presenta
mayor variedad de hábitos, así como de preferencias
alimentarías; se encuentran bien representados los
tres gremios básicos, además de las especies que
recurren a más de un sustrato, al tomar en cuesta
esto último, se tiene que tanto nectarívoros como
acimófagos son los mejor representados con 27 y
40% respectivamente, mientras que los subgremios
alimentarios (N+H),(N+A), (H+A), (N+H+A),
suman en conjunto el 32% del total de especies
registradas en esta familia; esto muestra la gran
variedad de sustratos que son capaces de utilizar.
En el caso de los Riodinidae y Lycaenidae se observa
la mayor preferencia que tienen hacia las flores
(Figuras16 y 17) con sólo unas pocas especies que
recurren a más de un sustrato.
Los hábitos alimentarios y la utilización de los
diferentes recursos dentro de los Hesperioidea,
representados por la familia Hesperiidae, muestran
una clara preferencia al néctar y polen que obtienen
de las flores (Figura 18) con sólo unas pocas especies
que recurren a la obtención de sales minerales en las
arenas de los ríos.
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Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
Gremios alimentarios
en Nymphalidae
27%
41%
12%
6%4%10%
Nectarivora
Acimofaga
N+H
N+A
H+A
N+H+A
Figura 15. Porcentaje de especies por gremio alimenticio del total de los Nymphalidae
registrados en el PNWTD, departamento de La Libertad.
Gremios alimentarios
en Riodinidae
78%
22%
Nectarivora
N+H
Figura 16. Porcentaje de especies por gremio alimenticio del total de los Riodinidae registrados en el
PNWTD, departamento de La Libertad.
Figura 18. Porcentaje de especies por gremio alimenticio del total de los Hesperiidae
registrados en el PNWTD, departamento de La Libertad.
Gremios alimentarios
en Lycaenidae
83%
17%
Nectarivora
N+H+A
Figura 17. Porcentaje de especies por gremio alimenticio del total de los Lycaenidae
registrados en el PNWTD, departamento de La Libertad.
Gremios alimentraios
en Hesperiidae
68%
32%
Nectarivora
N+H
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Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
Trampa Van Someren-Rydon.
Para el registro del gremio alimenticio de los
acimófagos, fue necesaria la utilización de la trampa
Van Someren-Rydon, así como el registro visual
de los individuos que se posaban en las excretas y
frutos en descomposición. La trampa fue utilizada de
manera sistemática a lo largo de los 9 meses que duró
el muestreo, los resultados obtenidos por este método
se analizaron con base a la estacionalidad, se llevó un
control estricto del número de ejemplares liberados
para hacer un análisis con los datos disponibles, sólo
un número representativo de ejemplares de todas las
especies capturadas fue sacrificada (1 a 5 individuos
por especie entre machos y hembras).
Por medio de la trampa Van Someren-Rydon fue
posible recolectar 34 especies, las cuales representan
el 69.38% del total de 49 especies entre el gremio y
los 3 subgremios que conforman en su totalidad a los
acimófagos.
En cuanto al total de especies para este estudio, las 34
especies capturadas con las trampas representan un
25.75% de las 132 especies registradas para el parque
Deininger.
En cuanto al porcentaje de individuos, los 885
ejemplares capturados con las trampas representan
el 42.32% del total de 2090 recolectados por los
diferentes métodos y técnicas aplicadas para este
estudio.
Algunas especies capturadas con trampa,
posiblemente fueron atraídas por factores ajenos a
los efectos de la fermentación del cebo, o sea que
no pertenecen al grupo de las mariposas fruteras,
en tal caso pueden mencionarse algunas especies
como: Hyposcada virginiana, Anartia fatima, y especies
nocturnas como: Coenipetia demonia, Ascalpha odorata y
Letis tuisiana.
De las 34 especies, 14 fueron recolectadas
exclusivamente con las trampas: Anaea eurypyle,
Catonephele numilia, Eunica monima, Hamadryas
amphinome, Hamadryas atlantis, Hamadryas feronia,
Hamadryas glaucome, Historis acheronta, Historis odius,
Hyposcada virginiana, Opsiphanes cassina, Pyrrhogyra
otolais, Zaretis ellops,Temenis laothoe.
Estacionalmente se observa que la época de mayor
eficiencia para las capturas en las trampas Van
Someren-Rydon se presenta en la temporada de
lluvias (Fig.19), ya que de junio a octubre se tiene
representado el 63% de los ejemplares recolectados
y represento el 62% de las especies capturadas en la
trampa, siendo julio el mes donde más especies fueron
capturadas (27) y mayor cantidad de ejemplares (162).
0
25
50
75
100
125
150
175
M A M J J A S O N
Meses
Eficiencia de la trampa Van Someren - Rydon
Ejemplares
Especies
Figura 19. Desempeño de las capturas de especies y ejemplares en las trampas Van Someren-Rydon en el transcurso
del estudio.
En los meses de época seca (Marzo y Abril) se
logró muestrear, el porcentaje de especies obtenidas
fue de 19% y representó el 21% de los ejemplares
recolectados en las trampas, siendo el mes de Marzo
donde más especies fueron capturadas (20) y mayor
cantidad de ejemplares (99) fueron capturados.
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Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
La transición seca-lluviosa que correspondió al mes
de mayo representó el 12% del total de los ejemplares
y el 9% de las especies, con 107 individuos y 14
especies respectivamente.
La época de transición lluviosa-seca que correspondió
al mes de Noviembre, representó el 4% de los
ejemplares y el 9% de las especies, con 35 ejemplares
y 15 especies respectivamente.
Cabe mencionar que se observó una tasa de
crecimiento mayor en el número de ejemplares
recolectados en la época de transición seca-lluviosa
(107) que en la transición lluviosa-seca (35), no así
en el número de especies donde la diferencia en los
registros es mínima dado que el número de capturas
para los meses de transición se diferencian solo por
una especies más capturada en la transición lluviosa-
seca (15).
Distribución en los diferentes tipos
vegetacionales.
La distribución de los Papilionoidea y Hesperioidea,
en función a los tipos de vegetación presentes en
el Parque Nacional Walter Thilo Deininger, está
comprendida implícitamente en el cuadro 7; en este
se sintetiza la distribución total de cada familia para
los dos tipos vegetacionales considerados: Bosque
caducifolio (Bc) y Bosque ripario (Br). En el cuadro
6 se expresa el total de especies para cada familia
presentes en cada uno de los tipos vegetacionales.
Los resultados para ambos tipos de comunidades
vegetales pueden observarse graficados en la figura
20.
En el bosque ripario del Parque Deininger (Br) está
representado el 56.25% del total de especies de
mariposas diurnas del parque Deininger. El Bosque
ripario comprende 108 especies: 7 de Papilionidae,
9 de Pieridae, 54 Nymphalidae, 7 de Riodinidae, 3
de Lycaenidae y 28 de Hesperiidae. En el bosque
caducifolio (Bc) se muestra un leve declinamiento de
Figura 20. Distribución de las especies de mariposas diurnas en cada comunidad vegetal en el transcurso del
estudio dentro del PNWTD, Departamento de La Libertad.
la riqueza pues se reduce a 84 especies que representa
el 43. 75 % de la riqueza de especies del parque
Deiniger.
Estacionalidad de las superfamilias.
Los Papilionodea y Hesperioidea del Parque Nacional
Wlalter Thilo Deininger presentan un patrón de
estacionalidad semejante en fluctuación de la riqueza
de especies y la abundancia de sus imagos (fase adulta)
como lo muestran las figuras 21 y 22, en la época
seca y cálida las poblaciones presentan su mínima
abundancia de especies, igual sucede con la riqueza.
En la época lluviosa, el tamaño de las poblaciones
aumenta y la riqueza llega a su máximo. Debido a
estos resultados puede conocerse una fenología en la
que los patrones estacionales de abundancia y riqueza
en los adultos de ambas superfamilias en el PNWTD
están fuertemente correlacionados con las lluvias.
La fluctuación de la abundancia y riqueza de las
superfamilias se muestra mensualmente en las
figuras 23 y 24. Se observa que de Marzo a Mayo
(parte de la época seca), aunque las poblaciones son
bajas, la riqueza no lo es tanta en comparación con
la proporción entre los números de especies en tales
meses y los máximos de población en los meses de
Julio y Octubre (Fig. 25); cuando el tamaño de las
poblaciones aumenta en Julio, ocurre de manera
considerable, lo que indica que en la primera mitad
del año las poblaciones son pequeñas, pero se tienen
muchas especies representadas con pocos individuos.
En los meses de Julio a Noviembre, las poblaciones
fluctúan, pero no la riqueza, que se mantiene
constante en alrededor de 80 especies.
El aumento de especies es esta época puede deberse a
que las especies univoltinas aparecen en este periodo
y se adicionan a las que son multivoltinas que se
presentan durante todo el año.
Las familias estudiadas muestran una estacionalidad
diferente entre ellas (Fig. 26), pero en general se
presenta mayor diversidad en los meses de época
lluviosa de los meses de Julio a Noviembre
13
Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
Especie Bc Br
Battus polydamas X X
Eurytides ephidaus X X
Eurytides philolaus X
Papilio (Heraclides) cresphontes X
Papilio (Heraclides) thoas X
Parides (Arcas)eurimedes mylotes X X
Parides Iphidamas X X
Parides montezuma X
Ascia monuste X X
Itaballia demophile X X
Eurema daira X X
Eurema mexicana X X
Eurema proterpia X
Eurema xanthoclora X
Phoebis agarithe X X
Phoebis argante X X
Phoebis philea X X
Phoebis senae X X
Zerene cesonia X X
Doxocopa calliarina X X
Doxocopa laure X
Calllicore pitheas X
Catonephele numilia X
Dynamine postvera X
Hamadryas amphinome X
Hamadryas atlantis X
Hamadryas februa X X
Hamadryas feronia X
Hamadryas glaucome X
Hamadryas guatemalena X X
Marpesia chiron X
Marpesia petreus X
Nica flavilla X
Pyrrhogyra neaerea X
Pyrrhogyra otolais X
Temenis laothoe X
Anaea eurypyle X
Archaeprepona demophon centralis X
Archaeprepona demophoon gulina X
Consul fabius X
Prepona laertes (omphale) X
Zaretis ellops X
Licorea cleobaea X
Danaus erisimus X X
Danaus gilipus X X
Agraaulis vanillae X X
Dryadula phaetusa X X
Dryas iulia X
Eueides isabella X X
Euptoieta hegesia X
Heliconius charitonius X X
Heliconius erato X X
Heliconius hecale X X
Heliconius melpomene X
Greta morgane morgane X
Greta morgane oto X
Hyposcada virginiana X
Mechanitis polymnia X
Pteronymia cotytto X
Libytheana carinenta mexicana X
Adelpha fessonia X X
Adelpha seriphia godmani X
Adelpha serpa celerio X X
Caligo memnon X X
Morpho helemor X X
Morpho polyphemus X
Opsiphanes cassina X
Especie Bc Br Especie Bc Br Especie Bc Br
Cuadro 7. Distribución de las especies de mariposas para cada unos de los tipos vegetacionales estudiados en el Parque Deininger.
14
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Anartia fatima X X
Chlosyne erodyle X
Chlosyne (Thessalia) theona X
Chlosyne lacinia X
Chlosyne melanarge X X
Colobura dirce X X
Eunica monima X X
Historis acheronta X
Historis odius X
Junonia evarete X
Microtia elva X X
Phyciodes (Anthnassa) tulcis X
Siproeta stelens X X
Smirna blomfildia X X
Tegosa anieta X X
Cissia confusa X X
Cissia similis X X
Taygetis thamyra X X
Taygetis uncinata X X
Euselasia hieronymi X X
Euselasia mistica X
Anteros carausis X
Baeotis zonata X
Emesis fatimella X
Hypophylla (Calospila) zeuripa X X
Melanis pixe X
Mesosemia lamachus X
Synargis miycone X
Hemiargus ceraunus X X
Phanthiades bathildis X
Phanthiades bitias X
Phanthiades spp. X
Pseudolycaena domo X
Thereus ortalus X
Amblyscirtes fluonia X X
Atrytonopsis ovinia X
Lerodea eufala X X
Achlyodes busiris X X
Aguna metophis X
Anastruas neaeris X X
Astraptes anaphus X X
Astrartes fulgerator X
Bolla imbras X X
Cabares potrillo X
Drephalis oriander X
Drephalys oria X X
Aguna asander X
Heliopetes alana X X
Mylon pelopidas X X
Nascus paulliniae X X
Nisoniades laurentia X X
Ocyba calathana X
Phocides belus X
Polictor cleta X X
Polygonus leo X
Polygonus manueli X
Pyrgus oileus X
Telemiades amphion X
Typedanus ampyx X
Urbanus procne X
Urbanus esta. X X
Urbanus doryssus X X
Urbanus esmeraldus X X
Xenophanes tryxus X X
Achalarus albociliatus X
TOTAL 84 108
Especie Bc Br Especie Bc Br Especie Bc Br
15
Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
0
50
100
150
200
250
300
350
M A M J J A S O N
Ejemplares
Meses
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
M A M J J A S O N
Especies
Meses
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
Marz- May Jun - Ags Sep - Nov
Prom.deEspecies
Estaciones
Estaconalidad de las Superfamilias
Figura 21. Fluctuación de la riqueza de especies durante los meses de muestreo.
Figura 23. Curva promedio indicando la fluctuación de la abundancia de individuos mensualmente. Figura 24. Curva promedio indicando indica la fluctuación de la riqueza de especies mensualmente.
Figura 22. Fluctuación de la abundancia de especimenes durante los meses de muestreo.
0
50
100
150
200
250
300
350
Marz- May Jun - Ags Sep - Nov
PromediodeEjemplares
Estaciones
Abundancia estacional de las Superfamilias
16
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50
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200
250
300
350
M A M J J A S O N
PromSppyEjemplares
Meses Especies
Ejemplares
Figura 25. Curvas promedio contrastando las fluctuaciones entre de la abundancia y la riqueza de
mariposas mensualmente.
Figura 26. Diferencia en estacionalidad entre las seis familias estudiadas, que en general presentan
mayor diversidad en los meses de la época húmeda.
0
10
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30
40
50
60
70
80
M A M J J A S O N
Especies
Meses
Fenologia de las Seis Familias
Papilionidae
Pieridae
Nymphalida
e
Hesperiidae
Riodinidae
Lycaenidae
Fenología de las mariposas.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM),
define la fenología, como el estudio de las fases
de la vida de las plantas y animales en relación
con el tiempo y clima. Encuanto a la fenología,
se pueden sacar consecuencias importantes
relativas al comportamiento climático en general y
fundamentalmente en lo concerniente a un lugar
determinado, que es lo que se denomina microclima,
simplemente observando la fecha del comienzo de
los diferentes fenómenos naturales, como puede ser
la migración de las aves, la aparición de los primeros
insectos o la floración de árboles y arbustos a lo largo
del año.
La fenología de los períodos de la etapa de
reproducción está muy condicionada en los insectos
por factores como la temperatura, humedad o
precipitaciones (Corbet, 1964; Sweeney, 1984)
que actúan como estímulos desencadenando una
respuesta fisiológica, en este caso la maduración y
emergencia de los individuos adultos (Corbet, 1964).
El conocimiento y la comprensión de los patrones
fenológicos de las especies en los ecosistemas
naturales son de interés básico en estudios ecológicos
sobre biodiversidad, productividad y organización
de las comunidades e interacciones de las plantas
con la fauna; además, reviste gran importancia en
programas de conservación de recursos genéticos,
manejo forestal y planificación de áreas silvestres
(Mooney et. al. 1980, Huxley 1983)
Distribución de la biodiversidad.
Biodiversidad.
Variabilidad entre los organismos vivos de toda
procedencia, incluidos los terrestres y los acuáticos,
así como los complejos ecológicos de los cuales
forman parte. Esto comprende la diversidad dentro
de las especies, entre las especies y los ecosistemas
(Convención sobre la diversidad biológica 1992).
Medición de biodiversidad.
Los estudios sobre medición de biodiversidad se
han centrado en la búsqueda de parámetros para
caracterizarla como una propiedad emergente
de las comunidades ecológicas. Sin embargo, las
comunidades no están aisladas en un entorno neutro.
En cada unidad geográfica, en cada paisaje, se
encuentra un número variable de comunidades. Por
ello, para comprender los cambios de la biodiversidad
con relación a la estructura del paisaje, la separación
de los componentes alfa, beta y gamma puede ser de
gran utilidad principalmente para medir y monitorear
los efectos de las actividades humanas (Moreno,
2001).
Ecológicamente existen tres niveles para medir la
biodiversidad (Sugg, 1996; Moreno, 2001):
Diversidad Alfa.
La diversidad alfa se refiere a la diversidad dentro de
un ecosistema particular y generalmente se expresa
como el número de especies (es decir la riqueza de
especies) del ecosistema (Muffe et al., 2002).
Diversidad Beta.
Es una comparación de la diversidad entre
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Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
ecosistemas; generalmente se mide como el cambio
en diversidad de especies entre estos ecosistemas. Es
decir número total de especies que son exclusivas de
cada uno de los ecosistemas que se este comparando
(Hunter, 2002).
Diversidad Gamma.
La diversidad Gamma es una medida de la diversidad
general del conjunto de los ecosistemas diferentes
de una región. Hunter (2002) define la diversidad
Gamma como la “diversidad de especies a una escala
Geográfica”.
Índice de Diversidad.
La diversidad de especies se puede definir como el
número de especies en una unidad de área, tiene
dos componentes principales la riqueza (número de
especies) y la equitatividad (número de individuos de
una sola especie) (Smith, 2001).
Generalmente en las evaluaciones biológicas se usan
índices de diversidad que responden a la riqueza de
especies y a la distribución de los individuos entre las
especies (Clements y Newman, 2002).
Índices de equidad.
Algunos de los índices más reconocidos sobre
diversidad se basan principalmente en el concepto de
equidad. Son índices que toman en cuenta el valor de
importancia de cada especie.
Expresa la uniformidad de los valores de importancia
a través de todas las especies de la muestra. Mide
el grado promedio de incertidumbre en predecir
a que especie pertenecerá un individuo escogido al
azar de una colección (Magurran, 1988; Peet, 1974;
Baev y Penev, 1995). Asume que los individuos son
seleccionados al azar y que todas las especies están
representadas en la muestra.
Índice de Shannon-Wiener
H= -  p1ln p1
Índices de dominancia.
Los índices basados en la dominancia son parámetros
inversos al concepto de uniformidad o equidad de
la comunidad. Toman en cuenta la representatividad
de las especies con mayor valor de importancia sin
evaluar la contribución del resto de las especies.
donde: Pi = Es la abundancia proporcional de la
especie i, es decir el número de individuos de la
especie i entre el número total de individuos de la
muestra.
Índice de Equitatividad.
La equitatividad (J’) es que tan uniformemente
están distribuidos los individuos entre las especies
(Newman, 2003). Esto refleja la distribución de
individuos entre especies (Clements y Newman,
2002).
Es una relación entre Diversidad y Riqueza biológica
o lo que es igual, la proporción entre diversidad
obtenida y máxima posible, la equitatividad obtendrá
siempre valores entre 0 y 1 y debe ser siempre
analizada con los resultados de diversidad.
Una de las formas más sencillas para estimar la
equitatividad es a partir de la abundancia de la
especie dominante. El valor de E se acerca a cero
cuando una especie domina sobre todas las demás
en la comunidad y se acerca a 1 cuando todas las
especies comparten abundancias similares (Clements
y Newman, 2002).
Diversidad y Similitud entre Localidades.
Con respecto a la riqueza de especies ya se menciono
que la vegetación riparia de los ríos y quebradas del
parque Deininger es mas rica que la de la vegetación
caducifolia, la mayor abundancia se muestra en el
Índice de Simpson
= pi2
bosque ripario (104 especies), comparado con el
bosque Caducifolio (84 especies).
Con respecto al índice de Shannon también la
vegetación riparia sobresale con un valor de 4.443
comparado con el valor del bosque caducifolio
de 3.9402 y la equitatividad de 0.80 para bosque
caducifolio y de 0.90 para el bosque ripario, demuestra
la mayor abundancia de individuos de las de especies
dominantes en el bosque caducifolio en comparación
con el bosque ripario.
Con respecto a la dominancia, al observar los datos
obtenidos por el índice de Simpson en el cuadro 8, se
aprecia un mayor valor de dominancia en el bosque
ripario que en bosque caducifolio, con respecto al
número de especies donimantes presentes en las
localidades, no así para el número de individuos
pertenecientes a estas especies que tal como se
menciono anteriormente al analizar los resultados
de equitatividad los individuos de las especies
dominantes muestran una mayor presencia en el
bosque caducifolio.
En el cuadro 8 podemos apreciar que el bosque
Ripario tiene más especies únicas 48 que el bosque
caducifolio 24, estas diferencias influyen en el grado
de perturbación a medida que se reduce el número
de especies únicas el grado de perturbación es mayor.
Con respecto a la diversidad Beta, el valor
obtenido para ambas localidades es de 72 especies,
y la diversidad Gama para todas las localidades en
conjunto para este estudio fue de 132 especies, lo que
indica que la diversidad general de lepidópteros para
el PNWTD es de 132 especies distribuidas en los
diferentes ecosistemas del paisaje.
El cuadro 9 nos indica que existe una similitud con
valores de 45. En el cuadro 10 se aprecia que ambas
localidades también tienen una similitud para los valores
obtenidos por el porcentaje de similitud de 48%; lo cual
se aprecia con las especies compartidas entre las dos
localidades de 60 especies.
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Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
Indicador Bosque Caducifolio Bosque Ripario
Abundancia 1050 1040
S= Riqueza (Diversidad alfa) 84 108
H’=Shannon 3.9402 4.443
Índice de Simpson
(Dominancia)
36.552 71.941
J’ = Equitatividad 0.80695 0.90999
Especies exclusivas 24 48
Diversidad Beta 72
Diversidad Gama 132
Cuadro 8. Resumen de resultados de diversidad del parque Deininger.
Cuadro 10. Comparación del porcentaje de similitud para ambos tipos de vegetación.
Cuadro 9. Comparación de indicadores de similitud de Jaccard entre las localidades.
Comparación entre localidades Bosque caducifolio Bosque ripario
Bosque caducifolio 100 45
Bosque ripario 45 100
Comparación entre localidades Bosque caducifolio Bosque ripario
Bosque caducifolio 100% 48%
Bosque ripario 48% 100%
Especies Exclusivas.
Las especies que a continuación se enlistan fueron
encontradas en una sola localidad, por lo que se
cree que estan restringidas a ciertas condiciones
imperantes en la vegetación u otros factores de la
localidad
Bosque Ripario:
Papilio cresphontes
Papilio thoas
Parides montezuma
Doxocopa laure
Calllicore pitheas
Marpesia chiron
Marpesia petreus
Nica flavilla
Pyrrhogyra neaerea
Pyrrhogyra otolais
Temenis laothoe
Archaeprepona demophoon
Archaeprepona demophon gulina
Consul fabius
Prepona laertes (omphale)
Licorea cleobaea
Heliconius melpomene
Greta morgane morgane
Greta morgane oto
Mechanitis polymnia
Pteronymia cotytto
Libytheana carinenta mexicana
Adelpha seriphia godmani
Urbanus esmeraldas
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Morpho polyphemus
Opsiphanes cassina
Chlosyne erodyle
Chlosyne (Thessalia) theona
Chlosyne lacinia
Phyciodes (Anthnassa) tulcis
Euselasia mistica
Emesis fatimella
Mesosemia lamachus
Hemiargus ceraunus
Phanthiades bathildis
Phanthiades sp.
Achlyodes busiris
Anastruas neaeris
Astraptes anaphus
Astrartes fulgerator
Bolla imbras
Nascus paulliniae
Ocyba calathana
Polictor cleta
Polygonus leo
Pyrgus oileus
Telemiades amphion
Urbanus esta.
Bosque Caducifolio:
Eurytides philolaus
Eurema proterpia
Eurema xanthoclora
Catonephele numilia
Dynamine postvera
Hamadryas amphinome
Hamadryas atlantis
Hamadryas feronia
Hamadryas glaucome
Anaea eurypyle
Zaretis ellops
Euptoieta hegesia
Hyposcada virginiana
Historis acheronta
Historis odius
Junonia evarete
Lerodea eufala
Cabares potrillo
Drephalis sp.
Phocides belus
Typedanus ampyx
Urbanus doryssus
Xenophanes tryxus
Achalarus albociliatus
Curvas de acumulación de especies
En el inventariado de la diversidad biológica a
menudo resulta imposible registrar la totalidad de las
especies presentes en un área determinada. Este es
un grave problema, dado que la riqueza de especies
es la principal variable descriptiva de la biodiversidad
(Valverde y Hortal, 2003).
Las curvas de acumulación de especies, en las que
se representa el número de especies acumulado en el
inventario frente al esfuerzo de muestreo empleado,
son una potente metodología para estandarizar las
estimas de riqueza obtenidas en distintos trabajos de
inventariado. Además, permiten obtener resultados
más fiables en análisis posteriores y comparar
inventarios en los que se han empleado distintas
metodologías y/o diferentes niveles de esfuerzo. Son
también una herramienta muy útil para planificar
el esfuerzo de muestreo que se debe invertir en el
trabajo de inventariado (Valverdey Hortal 2003)
Estado de inventario de mariposas del pnwtd
(curva de acumulación de especies).
La figura 27 muestra la curva de acumulación
de especies de Lepidópteros del parque nacional
Deininger, generada durante el presente estudio,
la cual indica que no todas las especies fueron
registradas, y que mayor esfuerzo de muestreo es
necesario para poder completar el inventario.
Cuando la curva llega a la asuntota se considera
que el inventario se ha completado y que muy
pocas especies hacen falta identificar. Sin embargo
al observar el grafico relativo a los lepidópteros del
parque Deininger, pareciera que el inventario está
incompleto ya que la curva sigue manteniendo una
tendenciadecrecimiento.Lacurvaagrupadoshábitats
estudiados (Bosque Ripario y Bosque Caducifolio). A
pesar del esfuerzo de muestreo 80 días distribuidos
en 18 semanas, la curva sugiere que mayor esfuerzo
de muestreo resultara en el registro de más especies.
Por el momento el nivel de finalización del inventario
es de un 84%.
La mayor estimación de la riqueza de especies en el
parque Deininger fue 177 utilizando el estimador Jack
2 Mean. Esta estimación sugiere que las 132 especies
registradas representaban el 74% de la riqueza de
especies presentes durante el estudio. ACE Mean,
la menos conservadora estimación de esfuerzo
de muestreo (más bajo estimador de la riqueza de
especies) sugiere que el 94% de la fauna de mariposas
presentes fueron detectados (Cuadro 11).
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Especies
Semanas de Muestreo
Figura 27. Curva de acumulación de especies registradas durante el estudio de los lepidópteros
diurnos del parque nacional W. D. 2008.
Figura 28. Curva de acumulación comparativa de las especies registradas en las dos habitats
muestreados durante el estudio de los lepidópteros diurnos del parque nacional W. D. 2008
Cuadro 11. El cuadro reúne los estimadores de riqueza
(Colwell, 2007), generados por la curva de acumulación de especies.
Estimador Número de Especies
ACE Mean 139
ICE Mean 150
Chao 1 Mean 141
Chao 2 Mean 166
Jack 1 Mean 160
Jack 2 Mean 177
La curva de acumulación comparativa del PNWTD
(Grafico) Nos muestra el estado de los inventarios
individuales para cada uno de los hábitats, para ambos
tipos de bosque nos muestra que se necesita aun un
mayor esfuerzo de muestreo para poder contar con
un inventario más avanzado (Fig. 28).
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1 2 3 4 5 6 7 8 9
Especies
Semanas de Muestreo
Ripario
Caducifolio
Discusión
Lista de epecies y abundancia.
Con base en los resultados de este trabajo se han
registrado 132 especies de mariposas diurnas del
Parque Nacional Walter Thilo Deininger, de estas
especiestodassonnuevosregistrospara eláreadebido
a que no hay trabajos de investigación, recolectas o
publicaciones sobre lepidópteros antes del presente
estudio realizado durante el año 2008.
De las 132 especies registradas, 101 especies
pertenecen a la Superfamilia Papilonoidea,
correspondientes a 1891 especímenes repartidos en
5 familias, 18 subfamilias distribuidas en 65 géneros;
mientras que para la Superfamilia Hesperioidea se
recolectaron 199 especímenes correspondientes a
1 familia y 2 subfamilias, distribuidas en 25 géneros
representadas en 31 especies.
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Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
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De las 31 especies colectadas de la familia Hesperiidae
23 habían sido recolectadas ya por Stephen R.
Steinhauser en 1975, aunque no en el área que se
realizo el actual estudio, las colectas de Steinhauser
fueron realizadas en diferentes puntos del país, en el
cual pudo registrar 284 especies de Hesperidos para
el país.
Al hacer un análisis del número de especies y
ejemplares, la familia Nymphalidae presenta la
mayor riqueza abarcando un 50% del total de la
Lepidopterofauna del parque deininger, y una
abundancia relativa de 1353 que representa el 65%
del total de recolectas para el presente estudio, le
siguen en cantidad los Hesperidos pero en este caso
su porcentaje en riqueza representa solamente el 23%
del total de la diversidad de especies de mariposas
para la zona.
Las familias Papilionidae, Riodinidae y Lycaenidae
presentan las cantidades menores de especies, esto
solo en relación con los registros de las otras familias.
Lastimosamente no podemos comparar los
resultados del PNWTD con otros estudios a nivel de
áreas naturales protegidas de El Salvador, debido a
la falta de publicaciones oficiales o formales para los
otros parques nacionales.
Con base al número de especies registradas para el
Parque Nacional Walter Thilo Deninger, se puede
considerar el Parque Nacional de El Salvador mejor
documentado con las especies de insectos de las
Superfamilias de mariposas diurnas Papilionoidea y
Hesperioidea. Estas afirmaciones tienen su base en la
falta de inventarios formales ó la supuesta existencia
de listados de mariposas de algunas áreas naturales
que nunca han sido publicados oficialmente.
Gremios alimentarios.
Elcuadro5muestralacantidaddeespeciesporgremio
que se obtuvo de cada una de las familias. Según esto,
la fuente de alimento más ampliamente utilizada
por ellas son las flores, ya que aquí se han tomado
en cuenta a las especies exclusivamente nectáreas
(47%). Adicionadas a otras que se alimentan de otro
sustrato aparte de néctar (31%), lo que hace un total
de 78%. Esto está en función a la disponibilidad del
recurso, que depende de la época del año; en especies
solamente nectarívoras, su emergencia puede estar
correlacionada con la época de floración, en cambio
si tiene otras preferencias, pueden aprovechar los
frutos en descomposición o las sustancias disueltas
en el agua de la arena húmeda, según sea el caso. La
fonología de la floración y la fenología de los imagos
de insectos en las selvas bajas caducifolias deben
estar estrechamente relacionadas, lo que es un tema
importante a investigar con más detalle.
No solo la presencia de alimento suficiente para
los adultos es decisiva en la época de emergencia,
el alimento de las larvas juega un papel importante,
junto a otros factores de la historia natural de los
lepidópteros. Por tales hechos es necesario hacer
estudios de la fenología de las plantas huésped, la
fenología de la fructificación-floración y la fenología
de la comunidad de mariposas.
Trampas Van Someren-Rydon.
Al analizar la eficiencia de las trampas se encontró
que esta se presenta en la temporada de lluvias ya
que se tiene representado el 63% de los ejemplares
colectados, que representó el 62% de las especies
recolectadas por esta técnica.
La posibilidad de que la efectividad del cebo utilizado
en una trampa puede variar en diferentes estaciones
del año. En el caso particular de los frutos en
descomposición, puede competir con los recursos
naturales de la zona, y ser menor la efectividad cuando
los frutos son localmente abundantes. Sin embargo,
aun cuando se observó esta competencia, las trampas
Van Someren-Rydon fueron regularmente eficientes
en la temporada de mayor fructificación en el área de
estudio.
Las especies que más comúnmente son acimofagas
pertenecen a la familia Nymphalidae, 41% del total
de las especies obtenidas como se observa en la
figura 15 el; además es importante mencionar que el
69.38% de las especies acimofagas se obtuvieron al
menos una vez en trampa. Sin embargo, no todas las
especies que se capturaron en trampas Van Someten-
Rydon pertenecen a tal gremio, algunos nymphalidae
y Noctuidae, tal vez fue por obtener agua, o por
accidente, ya que las trampas permanecían en el día
y la noche instaladas en el sotobosque y el dosel de
los árboles.
Distribución en los diferentes tipos
vegetacionales.
La mayor riqueza encontrada fue en el bosque
ripario (Br), aquí está representado el 56.25% del
total de especies de mariposas diurnas del parque
Deininger. El Bosque ripario comprende 108
especies: 7 Papilionidae, 9 Pieridae, 54 Nymphalidae,
7 Riodinidae, 3 Lycaenidae y 28 Hesperiidae. En el
bosque caducifolio se muestra una menor riqueza
pues se reduce a 84 especies que representa el 43. 75
% de la riqueza de especies del parque Deiniger.
El incremento de especies en el bosque ripario
puede deberse principalmente a dos aspectos: la gran
diversidad de plantas de alimentación larval existentes
en dicho tipo vegetacional y la presencia de flores y
frutos de algunas especies encontradas en esta zona
durante buena parte del año.
Estacionalidad.
Loslepidópterosdiurnosensuetapaadulta,delparque
Deininger presentan un patrón de estacionalidad
cuya mayor riqueza y abundancia coinciden con la
época lluviosa. El hecho de que haya mayor riqueza,
puede significar que esa época reúne las condiciones
favorables (alimentarías y meteorológicas) para la
emergencia y periodos de vuelo de la mayoría de
especies, lo que quiere decir que tanto la temperatura
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Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
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como la humedad, al igual que la fenología de la
vegetación presentan condiciones optimas.
Al estudiar la fenología de los lepidópteros del parque
Deininger se puede mencionar que el vuelo de los
adultos o su fácil visualización, esta relacionado con
la presencia y ausencia del sol, ya que son organismos
heliofilos, lo que puede haber sido un factor que
influyo durante la realización del presente estudio.
La fenología de las familias presenta el mismo
patrón de distribución en la época lluviosa que
las mariposas en general, quizás sea debido a la
presencia del florecimiento de determinadas familias
de plantas para su alimentación adulta o la sincronía
con la estación de crecimiento de sus plantas de
alimentación larval, ya que la cantidad y calidad de
estas, son factores importantes para que el alimento
sea disponible en determinada época.
Estado del inventario.
A pesar del esfuerzo de muestreo 80 días distribuidos
en 18 semanas, la curva sugiere que mayor esfuerzo
de muestreo resultara en el registro de más especies.
Por el momento el nivel de finalización del inventario
es de un 84%, esto se puede observar en el grafico
relativo a los lepidópteros del parque Deininger,
pareciera que el inventario está incompleto ya
que la curva sigue manteniendo una tendencia de
crecimiento. La curva de acumulación de especies
sugiere más tiempo de trabajo de campo ya que se
observó que esta curva tiene tendencias al aumento
de especies.
En cuanto a los estimadores de riqueza de especies,
el estimador Jack 2 Mean sugiere que en el área
habría 177 especies. Esta estimación sugiere que las
132 especies registradas representaban el 74% de
la riqueza de especies presentes durante el estudio.
ACE Mean, la menos conservadora estimación de
esfuerzo de muestreo (sugiere que el 94% de la fauna
de mariposas presentes fueron detectados.
Conclusiones
La superfamilias Papilionoidea y Hesperioidea
del PNWTD de acuerdo con este estudio están
representadas por 6 familias, 90 géneros y 132
especies, de las especies registradas, 8 (Hesperiidae)
son nuevos registros para El Salvador.
Lasespeciesdelparquenacionalpresentarondiferentes
preferencias alimenticias: las que se alimentaban
de néctar fueron las más numerosas, debido
principalmente a la abundancia de inflorescencias
durante buena parte del año en el bosque ripario y
en el bosque seco en la época lluviosa. En menor
proporción las especies acimofagas por ser un gremio
generalmente difícil de colectar y/u observar por que
utiliza un recurso estacional muy abundante, solo en
cierta época, las especies exclusivamente hidrófilas
no se reportaron, no así las que además de sales
disueltas en agua utilizaron otro sustrato, a pesar de
esto fueron las de menor número de registro debido
a que no es un recurso muy común, y en general está
ligado a cuerpos de agua y solamente a determinados
hábitats y época de la zona.
La eficiencia de la trampa Van Someren-Rydon fue
mayor en época, en lluviosa la que había mayor
riqueza de especies y se pudieron recolectar en ella a
la mayoría de especies del gremio acimofago.
La riqueza y abundancia relativa de las especies fue
mayor en la época lluviosa debido a la combinación
de factores climáticos, tales como temperatura y
humedad, y la vegetacionales, que favorecieron
tanto a la abundancia del alimento larval, como el de
fuentes de néctar u otros sustratos alimentarios de
adultos.
La fenología de las especies está relacionada con
los factores climáticos relativos al comportamiento
climático en general y fundamentalmente en lo
concerniente al parque Deininger. El hecho de que
haya mayor riqueza de especies en la época lluviosa,
significa que esa época reúne las condiciones
favorables (alimentarías y meteorológicas) para la
emergencia y periodos de vuelo de la mayoría de
especies, lo que quiere decir que tanto la temperatura
como la lluviosa, al igual que la fenología de la
vegetación presentan condiciones óptimas.
El listado de especies no ha sido completado, ya que la
curva de acumulación de especies sigue manteniendo
una tendencia de crecimiento. Por el momento el nivel
de finalización del inventario, según los estimadores
de riqueza, es de un 84%, debo de aclarar que los
estimadores de riqueza utilizados en el análisis de
los datos evalúan solamente el esfuerzo de muestreo
entre el tiempo que se desarrollo la investigación, lo
que nos hace concluir que aún falta por registrar más
del 50% de las mariposas del parque.
Recomiendo continuar con el muestreo en el Parque
Nacional con énfasis en las Familias Lycaenidae,
Riodinidae y Hesperiidae, ya que estas representan
más del doble de especies reportadas para el
trópico, y lastimosamente no fueron muestreadas
eficientemente.
Agradecimientos
Al Departamento de Protección Vegetal, Facultad
de Ciencias Agronómicas de La Universidad de El
Salvador, por prestar sus instalaciones para realizar
la fase de laboratorio. Al Ingeniero Carlos Alberto
Escobar Flores del Ministerio de Medio Ambiente y
Recursos Naturales, por tomar parte importante en la
iniciativa para la realización de esta investigación. A la
Dra. Jacqueline Miller del museo de historia natural
de la Florida por proporcionar el documento “An
annotated list of the Hesperiidae of El Salvador”,
el cual después de 33 años pudo ser repatriado a El
Salvador. A la Facultad de Ciencias Agronómicas y la
Escuela de Biología de la Universidad de El salvador
por facilitar la consulta de sus colecciones. A Rene
VaqueranoyLyaSamayoaselesagradeceampliamente
por su ayuda y disposición a colaborar con el trabajo
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de campo. Al Ingeniero Miguel Ángel Hernández
Martínez del Laboratorio de Sistemas de Información
Geografía de la Unida de Postgrado de la Facultad
de Ciencias Agronómicas de la Universidad de El
Salvador, por el apoyo en la impresión de los pósteres
a color de las mariposas encontradas en el estudio.
Al Licenciado Vladlen Henríquez del programa de
ciencias para la conservación de Salvanatura, por su
apoyo y valiosa ayuda en la creación de los mapas del
área; así como la enseñanza y manejo de programas
estadísticos utilizados en esta investigación. Al
Licenciado † Jesús Reyes Grande, a quien se le debe la
identificación de la mayoría de las especies vegetales
registradas en la presente investigación. Al Instituto
Salvadoreño de Turismo (ISTU) por la oportunidad
de poder trabajar dentro del parque nacional, al
Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales
(MARN) por los permisos de recolecta; a la señora
Rosa María Araujo del Sistema Nacional de Estudios
Territoriales (SNET) por su amable atención y
proporcionar los datos climáticos del área natural
protegida, a todo el personal administrativo y guarda
recursos del PNWTD, por su indispensable apoyo
en el trabajo de campo en especial al señor Jorge
Ayala, por su entrega y disposición a participar en la
investigación
Base fotográfica de las especies
Superfamilia Papilionoidea
Familia Papilionidae
Euritydes ephidaus (Doubleday, 1846)
Battus polydamas Polydamas (Linneo, 1768) Parides eurimedes mylotes (H. Bates, 1861)
Euritydes philolaus (Boisduval, 1836)
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Parides iphidamas (Fabricius, 1793)
Heraclidas thoas (Rothschild y Jordán, 1906)
Parides montezuma (Westwood, 1842) Heraclides cresphontes (Cramer, 1777)
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Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
Familia Pieridae
Ascia monuste monuste (Linneo, 1764)
Eurema mexicana (Boisduval, 1836) Eurema proterpia (Fabricius, 1775) Eurema xanthochlora (Kollar, 1860)
Itaballia demophile (Joicey y Talbot, 1928) Eurema daira cepio (Godmani y Savin, 1889)
26
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Phoebis agarithe agarithe (Boisduval, 1836)
Zerene cesonia cesonia (Stoll, 1791)Phoebis senae marcellina (Cramer, 1777)
Phoebis argante argante (Fabricius, 1775) Phoebis philea (Linneo y Johanson, 1763)
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Familia Nymphalidae
Doxocopa laure (Drury, 1773)
Marpesia chiron (Fabricius, 1775) Eunica monima (Stoll, 1782) Catonephele numilia (Cramer, 1775)
Doxocopa calliarina (Ménétriés, 1855) Marpesia petreus (Swainson 1833)
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Hamadryas amphinome (Linneo, 1767)
Hamadryas feronia (Linneo, 1758) Hamadryas glauconome (H.W.Bates, 1864) Hamadryas guatemalena (H.W.Bates, 1864)
Hamadryas atlantis (H.W.Bates, 1864) Hamadryas februa (Hübner, 1823)
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Hamadryas feronia (Linneo, 1758)
Temenis laothoe (Cramer, 1777) Dynamine postverta (Cramer, 1779) Callicore pitheas (Latreile, 1813) V. Ventral
Pyrrhogyra neaerea (Linneo, 1758) Pyrrhogira otolais (Bates, 1864)
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Cónsul fabius (Duncan, 1837)
Archaeprepona demophon centralis
Archaeprepona demophoon gulina (Fruhstorfer, 1905) Prepona laertes omphale (Hübner, 1819)
Zaretis ellops (Menetries, 1855) V. Ventral Fountainea eurypyle (Felder y Felder, 1862)
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Lycorea halia (Hübner, 1816)
Agraulis vanillae (Linneo, 1758) Dryadula phaetusa (Linneo, 1758)
Danaus erisimus (Cramer, 1777) Danaus gilipus (Cramer, 1775)
Euptoieta hegesia (Cramer, 1779)
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Dryas iulia (Fabricius, 1775)
Heliconius hecale (Fabricius, 1776)Heliconius erato (Linneo, 1758) Heliconius melpomene (Linneo, 1758)
Euides isabella (Stoll, 1781) Heliconius charitonia (Linneo, 1767)
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Mechanitis polymnia (Linneo, 1758)
Greta morgane morgane (Greyer, 1837) Greta morgane oto (Hewitson, 1855) Libytheana carinenta mexicana
Hyposcada virginiana (Hewitson, 1855) Pteronymia cotytto (Guerin - Meneville, 1844)
34
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Adelpha fessonia (Hewitson, 1847)
Morpho helemor peleides (Kollar, 1850) Morpho helemor peleides V. Ventral Morpho polyphemus (Westwood, 1850)
Adelpha seriphia godmani (Fruhstorfer, 1913) Adelpha serpa celerio (H.W.Bates, 1864)
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Caligo telamonius memnon
Colobura dirce dirce (Linneo, 1758) Historis odius (Fabricius, 1775)
Caligo telamonius memnon V. Ventral Opsiphanes cassina fabricii
Historis acheronta (Fabricius, 1775)
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Smyrna blomfildia datis (Fabricius, 1781) Macho
Siproeta stelenes biplagiata (Linneo, 1758)Junonia evarete (Cramer, 1779) Chlosyne erodyle (H.W.Bates, 1864)
Smyrna blomfildia datis (Fabricius, 1781) Hembra Anartia fatima (Linneo, 1793)
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Chosyne lacinia (Geyer, 1837)
Microtia elva (H.W.Bates, 1864) Anthanassa frisia tulcis (H.W.Bates, 1864) Tegosa anieta (Hewitson, 1864)
Chosyne melanarge (H.W.Bates, 1864) Chosyne theona (Menetries, 1855)
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Cissia similis (Butler, 1867)
Taygetis uncinata (Weymer, 1907) V. Ventral
Cissia confusa (Staudinger, 1887) Taygetis thamyra (Cramer, 1779) V. Ventral
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Familia Riodinidae
Hypophyla zeuripa (Boisduval, 1836)
Euselasia mystica (Schaus 1913) Mesosemia lamachus (Hewitson, 1857) Anteros carausis (Westwood, 1851) V. Ventral
Hypophyla zeuripa V. Ventral Euselasia hieronymi (Salvin & Godman, 1868)
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Emesis fatimella (Westwood, 1851)
Synargis mycone (Hewitson, 1865) V. Ventral
Baeotis zonata (Felder, 1869) Melanis pixe (Boisduval, 1836)
41
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Hemiargus ceraunus (Fabricius, 1793)
Phantiades bitias V. VentralHemiargus ceraunus V. Ventral
Phantiades bitias (Cramer, 1779)
Familia Lycaenidae
Phantiades bathildis (Felder y Felder, 1865)
Phantiades bathildis V.Ventral
42
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Thereus ortalus (Godman & Salvin, 1887)
Thereus ortalus V. VentralPhanthiades phaleros V. Ventral
Phanthiades phaleros (Linnaeeus, 1767) Psudolycaena damo (H. druce, 1875)
Psudolycaena damo V. Ventral
43
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Superfamilia Hesperioidea
Familia Hesperiidae
Achalarus albociliatus (Mabille, 1877)
Anastrus neaeris (Godman & Salvin, 1894) Mylon pelopidas (Fabricius, 1793)Bolla imbras (Godman y Salvin, 1896)
(Nuevo registro para El Salvador)
Aguna metophis (Latreille, 1824) Achlyodes busirus heros V. Ventral
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Telemiades fides (Bell, 1949)
(Nuevo registro para El Salvador)
Nisoniades laurentnia (Williams y Bell, 1939)
(Nuevo registro para El Salvador)
Pyrgus oileus (Linneo, 1767)
Heliopetes alana (Reakirt, 1868) Polyctor cleta (Evans, 1953) Xenophanes tryxus (Stoll, 1780)
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Astraptes anaphus (Cramer, 1777)
Cabares potrillo (Lucas, 1857)
Astraptes fulgerator (Walth, 1775) Nascus paullinae (Godman & Salvin 1896)
Drephalys oria (Evans, 1952)
(Nuevo registro para El Salvador)
Drephalis oriander (Hewitson, 1867)
(Nuevo registro para El Salvador)
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Aguna asander (Hewitson, 1867)
Polygonus leo (Skinner, 1911) Polygonus manueli (Bell y Comstock, 1948)
Ocyba calathana (Hewitson, 1868) Phocides belus (Godman y Salvin, 1893)
Typedanus ampyx (Godman y Salvin, 1893)
(Nuevo registro para El Salvador)
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Urbanus doryssus (Swainson, 1831)
Urbanus procne (Prötz, 1880)
Urbanus. esmeraldus (Butler, 1877) Urbanus esta (Evans, 1952)
Amblyscertes fluonia (Godman, 1900)
(Nuevo registro para El Salvador)
Atrytonopsis ovinia (Hewitsoon, 1886)
(Nuevo registro para El Salvador)
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ISSN 2307-0560
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Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
Cuniculus taczanowskii
En un intento vano y frustrante por pillar búhos
cerca del borde del Parque Nacional Cotapata,
me crucé con este ejemplar solitario de Cuniculus
taczanowskii a una altura de 2628 metros. Si bien
aparentemente pueden trepar muy bien, parecía
más cómodo sentado en un pequeño charco
formado en la base de una vertiente. Se quedó
en ese sitio casi un minuto ignorándome por
completo, hasta que optó por trepar una ladera
baja cubierta de pasto alto y luego bambú donde
era imposible seguirlo. No sé de otros registro de
esta especie en Bolivia, y aun que se les conoce
mejor en otros países andinos, sigue siendo un
animal raro, muy difícil de observar y más aun de
fotografiar. Un verdadero privilegio.
Este carismático roedor, habita las montañas
andinas entre los 1500, y los 3700 metros. A esta
altura, las laderas están cubiertas de un bosque
denso y bajo, casi impenetrable. Cada árbol y
cada piedra están cubiertos de musgos helechos y
orquídeas, y el aire esta saturado de humedad. Las
noches son frías, y a menudo la neblina impide
ver más allá de unos poco metros. Estos bosques
son por supuesto extremadamente difíciles
de explorar, y son el hábitat de algunos de los
animales más raros y menos comprendidos de las
selvas americanas. Las jayupas están bien dentro
deesegrupo.Nosehabíanregistradooficialmente
en Bolivia, sino hasta el 2004, cuando se publicó
el artículo “La jayupa de altura, un nuevo registro
de mamífero para la fauna de Bolivia“, que da
cuenta de un espécimen muerto y varios otros
ejemplares observados en San Juanito, en el Área
Natural de Manejo Integrado Apolobamba, al
noroeste del país, y que sigue siendo hasta hoy el
único sitio confirmado para esta especie.
Mauricio Pacheco Suarez
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Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
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Especies del género Tropaeolum L. (Tropaeolaceae) en El Salvador
Dagoberto Rodríguez Delcid
Licenciado en Biología y Curador del Herbario LAGU
Jardín Botánico La Laguna, Urbanización Industrial Plan de La Laguna,
Antiguo Cuscatlán, La Libertad, El Salvador.
E- mail:darodelcid@gmail.com
Resumen: En el presente artículo se dan a conocer las especies del género Tropaeolum L.,
presentes en El Salvador, con datos de localidades, mapa de ubicación, fotografías de las
especies y registros de herbario.
Palabras clave: Centro América, El Salvador, Taxonomía, Tropaeolum, Tropaeolaceae
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Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
montañas de México hasta la Patagonia (Todzia, C.A.
2001).
Tropaeolum L.
Hierbas anuales o perennes, algunas especies
trepadoras. Hojas alternas, estipuladas (en algunas
especies); láminas enteras, lobadas o palmadamente
divididas, peltadas o sub peltadas. Flores axilares y
solitarias, zigomorfas y con un pedúnculo largo; cáliz
con 5 lobos y terminando en un espolón puntiagudo;
corola con 5 pétalos, libres, imbricados; androceo con
8 estambres; gineceo de un solo pistilo simple, con
3 estigmas, ovario generalmente con 3 lóculos. Fruto
un esquizocarpo con 3 carpelos que no se abren.
El género consta de un aproximado de 86 especies
habitando desde el sur de México hasta la Patagonia
y el sureste de Brasil (Todzia, C.A. 2001).
EnelSalvador, sehaencontrado1género(Tropaeolum)
con 2 especie (Tropaeolum majus L. y Tropaeolum
moritzianum Klotzsch.) (Fig. 1)
Clave de especies
Plantas cultivadas; flores con los sépalos verdes
amarillento, espolón casi alcanzando los 4 cm de
largo, pétalos enteros ondulados de color amarillo,
anaranjado a rojo vistoso…………………T. majus
Plantas nativas silvestres; flores con los sépalos rojos
a verdes, espolón de 2 a 2.5 cm de largo, rojo; pétalos
serrado-ciliados, rojos (algunas veces tornándose
amarillos)……………………… T. moritzianum
Materiales y métodos
Para el presente artículo se efectuó una revisión del
material recolectado en el país (Fig.1) y depositado
en los herbarios locales: Jardín Botánico La Laguna
(LAGU) y Museo de Historia Natural de El
Salvador (MHES), además se realizaron consultas
en bases de datos de herbario y e instituciones
extranjeras en internet, como: www.tropicos.org
(MO), www.fieldmuseum.org (F) y www.plants.
jstor.org (JSTOR), con la intensión de corroborar:
especímenes, determinaciones, colectores, fechas de
colecta, localidades de las especies e información de
distribución de altitud y caracteres fenológicos entre
otros.
Tropaeolaceae DC.
Hierbas anuales o perennes, muchas veces
subsuculentas, escandentes o raramente
procumbentes, a veces con rizomas tuberosos; plantas
hermafroditas.Hojasalternas;láminasenteras,lobadas
o palmadamente divididas, peltadas o subpeltadas,
palmatinervias; pecíolos largos, normalmente del
mismo largo de la lámina o más largos; estípulas
presentes o ausentes. Flores comúnmente solitarias,
axilares, vistosas, marcadamente irregulares o a veces
subactinomorfas (Trophaeastrum), con pedúnculos
largos y péndulos o erectos (Trophaeastrum); sépalos
5, libres, imbricados, uno de ellos en general
largamente espolonado; pétalos 5, libres, imbricados,
unguiculados, los 2 superiores usualmente más
pequeños que los 3 inferiores, enteros, serrados
o lobados, ciliados o no; estambres 8, filamentos
libres, anteras pequeñas, basifijas, con dehiscencia
longitudinal; pistilo simple, estilo delgado, estigma
seco, 3-lobado, ovario 3-locular, con 1 óvulo por
lóculo. Fruto un esquizocarpo con 3 mericarpos o
sámaras (Magallana); semillas con un embrión grande
y recto y 2 cotiledones gruesos, endosperma ausente.
Familia Tropaeolaceae posee 3 géneros y
aproximadamente 90 especies, habitando desde las
El Salvador es el país que presenta menos extensión
de terreno en Centro América con 20,742 Km2, está
limitado al N y NE. por Honduras; al E y SE. por
Honduras y el Golfo de Fonseca que lo separa de
Nicaragua, al S por el Océano Pacifico, al W y NW.
por Guatemala.
Posee 14 Departamentos con 262 municipios. El
país ocupa una planicie disectada con un manto de
materiales volcánicos, que cubren dos tercios de la
superficie; el otro tercio es un aluvión reciente de
llanura costera y se encuentra situado en el interior
del “Cinturón Climático de los Trópicos” por esto
las condiciones que existen son más o menos iguales.
La mayor altura sobre el nivel del mar se encuentra en
el departamento de Chalatenango, específicamente
en la cumbre del cerro El Pital a 2730.06 m.s.n.m.
(Diccionario Geográfico Nacional 1985).
Antecedentes
Unos de los primeros estudios realizados en el país
que se menciona a la familia TROPAEOLACEAE
es la obra Especies Útiles de la Flora Salvadoreña,
Segunda Edición (1926), por el Dr. David J.
Guzmán, este menciona a T. majus L., conocida en
esta vulgarmente como “capuchina “ o “mastuerzo”,
especificando que es una planta originaria de México
y del Perú y que se cultiva en todos los jardines por
sus bellas flores ornamentales; además, hace una
descripción de la especie y aunque menciona que no
es medicinal, indica que en Perú existe una “capuchina
tuberculosa” Tropaeolum tuberosum Ruiz, que produce
tubérculos comestibles, de sabor agradable.
Por otra parte en 1941 el Dr. Salvador Calderón y el
Ing. Agr. Paul C. Stanley integran en la 2da edición
corregidayaumentadadelaListaPreliminardePlantas
de El Salvador, a la familia en mención, con una
especie para el país y se trata de T. majus L., conocida
en ese momento, como “capuchina” o “capuchino”
mencionando que es una planta ornamental de los
jardines e importada de Sud-América.
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ISSN 2307-0560
Tropaeolum majus L., Sp. Pl. 345, errata. 1753.
Sinónimos: T. elatum Salisb., T. hortense Sparre, T.
hybridum L., T. pinnatum Andrews, T. quinquelobum
Bergius
Trepadoras o rastreras anuales. Hojas casi orbiculares
de 3 a 10 cm de diámetro, glabras, enteras o con
los márgenes undulados, peltadas, con 7 a 10
nervios principales; pecíolos de hasta 24 cm de
largo. Pedúnculos floral de aprox. 20 cm de largo;
sépalos casi 2 cm de largo y 0.9 cm de ancho, verde-
amarillentos, espolón casi de 4 cm de largo; pétalos
enteros o undulados, amarillos a rojos con líneas
rojas a moradas, los superiores cuneados de hasta 4
cm de largo, los inferiores con casi 2 cm de largo y
ancho, con uña de casi 1.5 cm de largo, ciliada.
Distribución, fenología y hábitat. Comúnmente
cultivada en regiones tropicales y templadas. Florece
y fructifica casi todo el año y se reporta para El
Salvador como especie ornamental.
Nombre común: “capuchina”
Material examinado: El Salvador. La Libertad.
Antiguo Cuscatlán, Jardín Botánico La Laguna,
Zona 24 S, 22 marzo 1990 (fl), R.Villacorta 560 (F,
LAGU, MO). Santa Ana. Metapán, Los Planes, P.N.
Montecristo,JardíndelacasadeNicomedesCarranza,
15 Enero 2015 (fl, fr), D. Rodríguez 5127 (B, LAGU,
MO); D. Rodríguez 5128 (B, LAGU, MHES, MO) y
D. Rodríguez 5129 (LAGU, MO). (Fig. 2)
Tropaeolum moritzianum Klotzsch, Allg. Gartenzeitung
6: 241. 1838.
Sinónimos: T. bimaculatum Klotzsch ex Buchenau, T.
emarginatum Turcz., T. guatemalense Suess., T. warscewiczii
Buchenau
Trepadora anual expandiéndose hasta 10 m de largo,
glabras. Hojas casi orbiculares de 4 a 12 cm de
largo y 4.5 a casi 11 cm de ancho, ligeramente de 5
hasta 7 lobadas a casi lobadas, peltadas, presentando
Figura 1. Sitios de Recolección de especies de Tropaeolum L. en El Salvador
5 nervios principales, los 3 medios no divididos;
pecíolos de 10 a 15 cm de largo. Pedúnculos 10 a 19
cm de largo; sépalos de 1 a 1.2 cm de largo y 0.4 a 0.5
cm de ancho, rojos a verdes, espolón de 2 a 2.5 cm de
largo, rojo; pétalos serrado-ciliados, amarillos a rojos,
los superiores cuneados a espatulados de 8 a 9 mm de
largo y 0.4 a 0.5 cm de ancho, los inferiores de 1 a 1.2
cm de largo, con uña de casi 0.4 cm de largo, ciliada.
Carpelos triangulares cuando en fruto, 1 cm de largo,
acostillados.
Distribución, fenología y hábitat: Desde
Guatemala a Colombia y Venezuela. Florece y
fructifica de Septiembre a Diciembre. En El Salvador
se le encuentra a en sitios abiertos con derrumbes
de Bosque tropical semideciduo latifoliado montano
inferior, bien drenado a alturas entre 1130 y 1220
msnm (MARN 2011).
Nombre común: “pico de gorrión”
Material visto en: www.tropicos.org. El Salvador.
Santa Ana: Candelaria de La Frontera, Aprox. a
6 km al NO, alrededores de la Finca La Montaña,
casi en la cima del Cerro El Yupe, 2 Nov 1993, J.L.
Linares y C.A. Martínez 1092 (EAP, MO) (ultima
determinación: M.H. Grayum (MO), 2010).
Material examinado. Morazán: Osicala, A.N.P. San
Carlos-Cerro Cacahuatique, Sendero Principal, 26
nov 2013 (fl, fr), D. Rodríguez y J.F. Pineda 4483 (B,
BM, K, LAGU, MO); Sendero a El Cutal, 26 nov
2013 (fl, fr), P. Galán y R. Cabrera 2683 (B, LAGU,
MO) (Fig. 3)
Agradecimientos.Pablo Galán del Herbario LAGU
por la revisión del artículo, Sra. Virginia Hernández
de Carranza por la gentileza en proporcionar las
muestrasdeT.majus,alpersonaldelHerbarioNacional
de El Salvador por la amabilidad de la búsqueda de
las especies en las colecciones que supervisan y a los
guarda recursos del A.N.P. Cerro Cacahuatique por el
tiempo brindado en las visitas de campo.
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Figura 2. Tropaeolum majus L. Forma, tamaño y tonalidad de flores y hojas. Fotografías: Dagoberto Rodríguez Delcid.
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Figura 3. Tropaeolum moritzianum Klotzsch. Forma, tamaño y tonalidad de flores y hojas Fotografía: Dagoberto Rodríguez Delcid.
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ISSN 2307-0560
Bibliografia
Calderón, S. y Stanley, P.C., 1941. Flora Salvadoreña.
Lista Preliminar de las Plantas de El Salvador.
2da. Edición corregida y aumentada. Imprenta
Nacional. San Salvador, El Salvador, C.A.
Ministerio de Obras Públicas, Instituto Geográfico
Nacional “Ing. Pablo Arnoldo Guzmán. 1985.
Diccionario Geográfico de El Salvador. Tomo I.
A-K. San Salvador, El Salvador, C.A.
Ministerio de Obras Públicas, Instituto Geográfico
Nacional “Ing. Pablo Arnoldo Guzmán. 1986.
Diccionario Geográfico de El Salvador. Tomo II.
L-Z. San Salvador, El Salvador, C.A.
Guzmán, D.J., 1926. Especies Útiles de la Flora
Salvadoreña. 2da. Edición. Imprenta Nacional,
San Salvador, El Salvador, C.A.
Todzia, C.A. 2001. Tropaeolaceae. Stevens, W.D.,
C. Ulloa, A. Pool y O.M. Montiel (eds.). Flora
de Nicaragua. Monogr. Syst. Bot. Missouri Bot.
Gard. 85(3): 2469–2471.
Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales
(MARN). 2011. Mapa de los Ecosistemas de El
Salvador.
Fotografía: Dagoberto Rodríguez Delcid.
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Pristimantis sp.
Cutín, durante una expedición académica realizada en bosques montanos y amazónicos del norte, este
espécimen fue encontrado en la Reserva de bosques montanos Yanayacu - San Isidro, 2250 msnm,
localidad de Cosanga, Provincia de Napo, Ecuador.
Fotografía: Ernesto Arbelaez
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Ficha técnica de Espagnola darlingtoni J. A. G. Rehn y J. W. Rehn, 1939
Daniel E. Perez-Gelabert
Research Biologist and Database Specialist,
Integrated Taxonomic Information System (ITIS)
and Department of Entomology, United States National Museum of Natural History,
Smithsonian Institution, P.O. Box 37012, Washington, DC 20013-7012, USA.
E-mail: perezd@si.edu
Phylum: Arthropoda
Clase: Insecta
Orden: Orthoptera
Familia: Episactidae
Subfamilia: Espagnolinae
Género: Espagnola
Especie: darlingtoni
Identificación: Saltamontes pequeños a medianos
(18 - 24 mm). Antenas formadas por 12 segmentos
cilíndricos, más cortas que los fémures anteriores;
fastigio gruesamente sobresaliente por delante del
vértice de la cabeza.
En contraste con muchos eumastacoideos
suramericanos y asiáticos, todos los episáctidos de
La Española casi siempre tienen coloración críptica
marrón a negruzca combinando distintas tonalidades
(Fig.1), lo que les sirve para confundirse entre la
hojarasca del suelo. Espagnola se diferencia de los
otros géneros de episáctidos en la isla por tener alas
completas y funcionales que se extienden más allá del
extremo abdominal en ambos sexos.
Figura 1. Espagnola darlingtoni
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Los géneros hermanos tienen alas más reducidas,
solo extendidas hasta o cerca del extremo abdominal
en Espagnolopsis, muy reducidas hasta cubrir solo los
primeros segmentos abdominales en Espagnoleta,
vestigiales y en forma de escamas en Tainacris y
Neibamastax o completamente ausentes en Antillacris
(Perez et al., 1997a, 1997b). Dorso abdominal
adyacente a genitalia externa en los machos de
Espagnola sin ornamentaciones espinosas, dos pares
de ornamentaciones espinosas en Espagnolopsis y
un par en Espagnoleta (Perez et al., 1997b). Placa
subgenital de las hembras de Espagnola ventralmente
con proyecciones espinosas cuya morfología es algo
variable entre poblaciones, mientras las genitalias
externas de los machos son menos variables (Perez-
Gelabert y Rowell, 2006).
Ecología: Habitan entre la vegetación herbácea y el
suelo cubierto con hojarasca de lugares sombreados
del bosque húmedo en elevaciones bajas a medianas
(200 – 1,000 msnm) (Perez-Gelabert, 1999). Durante
la noche se encuentran a menudo posados sobre
hojas de plantas bajas, por lo que sí tienen actividad
nocturna (Fig. 2). Se les ha encontrado comiendo
helechos(Fig.3),aunqueladietadeEspagnoladarlingtoni
debe incluir una variedad de plantas dicotiledóneas.
Se han recolectado adultos de esta especie en todos
los meses del año.
Comportamiento: Entre los Episactidae en La
Española, Espagnola darlingtoni es la única que vuela.
Aunque no lo hacen muy a menudo, estos saltamontes
vuelan cerca del suelo en un trayecto corto y
arqueado de no más de 1-2 metros. Se necesitan
más observaciones focalizadas para determinar si
la especie realiza un cortejo para el apareamiento.
Las hembras probablemente depositan sus huevos
debajo de la hojarasca.
Distribución: Ampliamente distribuida en la mitad
norte (Cordilleras Central, Septentrional y Oriental)
de República Dominicana, isla de La Española.
Esta especie se ha registrado para las provincias
Monseñor Nouel, La Vega, Sánchez Ramírez,
Duarte, María Trinidad Sánchez, Santiago, Puerto
Plata, El Seibo y Elías Piña (Perez-Gelabert y Rowell,
2006). Todavía no se ha reportado ninguna especie
de Episactidae de Haití, aunque también deben
encontrarse allí (Perez-Gelabert, 1999).
Afinidades: Espagnola junto a los otros géneros de
Episactidae en La Española, Espagnolopsis, Espagnoleta,
Tainacris, Antillacris, Neibamastax y el fósil en ámbar
dominicano †Paleomastacris, integran el clado de los
Espagnolinae, que junto a los Episactinae de América
Central conforman la familia Episactidae (Rowell y
Perez-Gelabert, 2006). Recientemente se descubrió la
presencia de Episactidae en el oriente de Cuba, taxón
todavía no descrito, pero con características que lo
asemejan a Espagnola (Yong y Perez-Gelabert, 2014).
Conservación: Se tiene muy poca información
sobre el estado de conservación de las poblaciones
de episáctidos en La Española. Al igual que para
muchos otros artrópodos, las principales amenazas a
su conservación son la transformación y degradación
de sus habitats.
Figura 2. Durante la noche los individuos de Espagnola darlingtoni comúnmente se posan sobre las hojas de plantas bajas.
Este macho demuestra pose típica en su hábitat natural.
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Bibliografía
Perez, D. E., G. Dominici, B. Hierro y D. Otte. 1997.
New eumastacid grasshopper taxa (Orthoptera:
Eumastacidae: Episactinae) from the Dominican
Republic, including a fossil new genus and species
from Dominican amber. Journal of Orthoptera
Research, 6: 139-151.
Perez, D. E., B. Hierro y D. Otte. 1997. Espagnolopsis
and Espagnolina, two new genera of eumastacid
grasshoppers (Orthoptera: Eumastacidae:
Episactinae) from Hispaniola. Journal of
Orthoptera Research, 6: 153-160.
Perez-Gelabert,D.E.1999.Saltamonteseumastácidos
de la República Dominicana. Novitates Caribaea,
1: 53-57.
Perez-Gelabert, D. E. y C. H. F. Rowell. 2006. Further
investigations of Hispaniolan eumastacoid
grasshoppers (Espagnolinae: Episactidae:
Orthoptera). Journal of Orthoptera Research,
15: 241-249.
Rowell, C. H. F. y D. E. Perez-Gelabert. 2006. The
status of the Espagnolinae (Rehn 1948) and other
subfamilies of the Episactidae (Descamps 1973)
(Eumastacoidea, Caelifera, Orthoptera), with
description of two new genera, Paralethus and
Neibamastax. Journal of Orthoptera Research,
15: 191-240.
Yong, S. Y. y D. E. Perez-Gelabert. 2014.
Grasshoppers, crickets and katydids (Insecta:
Orthoptera) of Cuba: an annotated checklist.
Zootaxa 3827 (4): 401-438.
Figura 3. Ninfa hembra de Espagnola darlingtoni comiendo helechos, demostrando parte de la dieta de los episáctidos dominicanos.
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Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
Geococcyx velox
Locación: Loma “La Cuaresma” ANP San Diego-Las Barras, Municipio de Metapán,
Departamento de Santa Ana el día 5 de Junio de 2013 a las 7:05 am
Fotografía: Lic. Diego Alejandro Molina
Biólogo y técnico de la Asociación ProPericos de El Salvador
y Administrador del Grupo “Fauna Silvestre de El Salvador” en Facebook.
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Tortuga Prieta o Negra del Pacífico Oriental.
Mota-Rodríguez Cristina
Conservación y educación ambiental, 65av. Zona industrial Cozumel Quintana Roo.
E-mail: cris.26.mota@hotmail.com
Rafael Riosmena-Rodriguez
Programa de investigación en Botánica Marina, Departamento de Biología Marina,
Universidad Autónoma de Baja California Sur,
Carretera al Sur Km. 5.5, Col. Mezquitito CP. 23080, Tel. 52(612)1238800 ext. 4150, 4140,
La Paz, Baja California Sur México.
E-mail: Riosmena@uabcs.mx
Isis Santisteban Espíndola
CONANP, Comisión de áreas naturales protegidas, región Península de Baja California y Pacifico Norte, (DRPBCPN CONANP),
Programa Tortugas marinas, Av. Constituyentes esquina Bulevard ballenas s/n, col. Fraccionamiento Fidepaz,
La Paz, Baja California Sur, México, C.P. 23094, tel. 612 1284170, ext. 18107.
E-mail: Isis.santisteban@conanp.gob.mx
Francisco Javier Camacho Romero
CONANP, Comisión de áreas naturales protegidas, región Península de Baja California y Pacifico Norte, (DRPBCPN CONANP),
Programa Tortugas marinas, Av. Constituyentes esquina Bulevard ballenas s/n, col. Fraccionamiento Fidepaz, La Paz,
Baja California Sur, México, C.P. 23094, tel. 612 1284170, ext. 18107.
E-mail: fcamacho@conanp.gob.mx
Lara-Uc Ma. Mónica,
Universidad Autónoma de Baja California Sur,
Carretera al Sur Km. 5.5, Col. Mezquitito CP. 23080, Tel. 52(612)1238800 ext. 4150,
La Paz, Baja California Sur México.
E-mail: mlara@uabcs.mx
Resumen.
La tortuga prieta o negra de Pacifico Oriental (Chelonia
agassizii) es una especie que causa mucha controversia
entre varios autores y expertos, para unos es una
especie y la denominan tortuga negra del Pacífico
Oriental, para otros es una subespecie (Chelonia
mydas agassizii). Esta ficha la considera como Chelonia
agassizii, en México se encuentran protegidas por la
NM-059-ECOL-2001. Los diferentes nombres con
que se conoce son tortuga negra, mestiza, sacacillo,
parlama o torita.
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Características generales
En el Pacífico mexicano es conocida como tortuga
prieta o negra, es posible que esto se deba a la
coloración oscura de la especie C. agassizii que aún
está en discusión si representa una especie distinta
o una subespecie de la tortuga verde. Por lo tanto,
se hará referencia a la especie con el nombre de
tortuga prieta o negra (Monzón-Arguello et al., 2011;
SEMARNAT, 2011; CIT, 2005).
El nombre de tortuga prieta hace referencia al color
del caparazón y es más curvo que el de la tortuga
verde. Presentan un caparazón ovalado con 4 pares
de escudos costales y 5 escudos centrales (Fig. 1). El
Plastrón con 4 pares de escudos inframarginales sin
poros (Fig. 2). Posee una cabeza mediana y chata
menor que la de la tortuga verde; pico córneo filoso
y aserrado en sus bordes. Una sola uña en cada aleta
delantera (CIT, 2012; SEMARNAT-CONANP 2009;
Márquez 2002).
Las crías son café oscuro, casi negras, los jóvenes pre-
adultos tienen el dorso negro, café o amarillo, a veces
con rayas verde oliva. Los adultos son de un negro
brillante en el dorso y a veces en el caparazón por
la presencia de algas les da un color verde brillante;
las aletas casi negras. Ventralmente se observan
desde el crema al gris verdoso, con manchas difusas
e irregulares azul - verdoso, más oscuras en las aletas.
Los adultos tienen una longitud del caparazón entre
71 y 91 cm. llegando a pesar hasta 70 kg, el peso de
las tortugas prietas adultas puede alcanzar los 126
kg (Monzón-Arguello et al., 2011; SEMARNAT-
CONANP 2009; Márquez, 2002).
Distribución y hábitat
Se encuentran en toda la costa pacífica de América
desde Canadá hasta la Tierra del Fuego. Se pueden
encontrar en las Islas Galápagos, Islas del Coco
(Costa Rica), Perú, Guatemala. México y Bahía de
Jiquilisco (El Salvador) en temporada cálida se llegan a
encontrar en Columbia (Canadá). En México, anidan
en las playas el Verde Camacho y Ceuta en el estado
de Sinaloa; Teopa, playón de Mismaloya, el Tecuán y
Cuizmala en el estado de Jalisco; playa Tepalcate en
el estado de Colima; boca de Apiza, Chimapa, Motín
de Oro, Mexiquillo, Maruata y Colola (Fig. 3), estas
playas son las más importantes y se encuentran en
el estado de Michoacán; Tierra Colorada y Piedra
de Tlalcoyunque en Guerrero; La Escobilla, Morro
Ayutla y barra de la Cruz en Oaxaca; puerto Arista en
Chiapas e isla Revillagigedo, México (Seaturtleinc.org,
2015; GTC, 2013, Raymundo, 2010; SEMARNAT-
CONANP 2009, Tiburcio, 2006).
Migración
No migran mucho y no les gusta alejarse de la costa,
lo máximo que se alejan es 500 km. Migran 3.500
km como máximo, lo que es poco para una tortuga
marina. Los juveniles, subadultos y adultos viven en
aguas poco profundas con vegetación abundante.
Durante sus migraciones viajan cerca y paralelamente
a la costa del Pacífico americano. Es raro observarlas
en mar abierto. Utilizan las corrientes marinas y el
sonido de la marea para orientarse y detectar las zonas
de alimentación (Seaturtleinc.org, 2015, Raymundo,
2010, SEMARNAT-CONANP 2009, Tiburcio 2006).
Figura 1. Tortuga prieta. Se marcan los escudos del caparazón en distintas tonalidades para su identificación. Escudos laterales o costales (vino),
vertebrales o centrales (verde) y marginales (azul). Fotografía tomada del Campamento Tortuguero Morro Ayuta 24 Abril 2012.
Modificada por Cristina Mota Rodríguez.
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Figura 2. Plastrón de tortuga prieta. a) se muestran los escudos inframarginales se marcan en azul, los escudos axilares (lila) y los pectorales (verde); b) los escudos inframarginales se marcan en verde, los escudos
axilares (azul) y los pectorales (crema). Infografía: Cristina Mota Rodríguez. Fotografía: Lara-Uc Ma. Mónica
a b
Figura 3. Mapa de las principales zonas de alimentación (en color amarillo)
y anidación (naranja y verde) en México. El ovalo rojo marca las áreas más
importantes en el país, Colola y Maruata en Michoacán. Infografía: Cristina Mota
Rodríguez, con información de ANAA, (2011); SEMARNAT, (2011) Márquez, (2002).
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Anidación, Huevos y crías
La temporada de anidación se da en los meses de
agosto y enero, el pico máximo se presenta en octubre
y noviembre. La madurez sexual la alcanzan entre los
16 y los 25 años (Fig. 4). Su desarrollo reproductivo
es cada dos o tres años y la hembra anida entre una y
siete puestas por temporada con intervalos de tiempo
de 9 a 17 días. El número de huevos por nidada en
promedio es de 65, con un periodo de incubación de
50 a 55 días, número sensiblemente menor que los
que pone la tortuga verde.
Los sitios de anidación regularmente están en playas
anchas, en ensenadas rodeadas por precipicios.
Pueden excavar varios nidos antes de poner los
huevos (Seaturtleinc.org, 2015, Raymundo, 2010,
SEMARNAT-CONANP 2009). Actualmente el
número de nidos promedio de tortuga negra en
Colola, Michoacán, México rebasan los 4,000 nidos
(Delgado, 2015).
Los adultos son depredados principalmente por los
tiburones. Los huevos por zorrillos, perros, cangrejos,
hormigas y larvas de mosca. Y las crías por zorrillos,
perros, cangrejos, aves y peces. Las estimaciones
de población de presente varían de 5,000 a 10,000
individuos.
Alimentación
La Tortuga prieta se alimenta principalmente de algas
y pastos marinos, también pueden llegar a comer
moluscos, equinodermos, crustáceos y esponjas de
mar, se ha observado que los consume de manera
eventual y sólo en pequeñas porciones. Diferentes
trabajos realizados en Baja California Sur, México
han determinado que los diferentes componentes,
dependen de la disponibilidad de los recursos, se
ha visto que tiene preferencia por las algas rojas,
verdes, cafés, fanerógamas e invertebrados marinos
(Riosmena et al.., 2011; Rodríguez-Barón 2010; López-
Mendilaharsu et al.. 2008 y 2005, Villegas, 2006). Figura 4. Tortugas prietas en Colola en el estado de Michoacán, México. Fotografía: Carlos Delgado Trejo UMSNH.
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Estado de conservación y principales amenazas
Las tortugas prietas se reproducen en gran número
en las Islas Galápagos, pero las playas de anidación
más importantes en el mundo son Colola y Maruata
en el Estado de Michoacán, México, protegidas
desde 1982 en el proyecto de la Facultad de Biología
de la Universidad Michoacana de San Nicolás de
Hidalgo (UMSNH) y una estrecha participación de la
comunidad indígena “ El Coire”.
Las comunidades indígenas tienen una gran
participación como la “Seri” que se encuentra en
Punta Chueca Sonora, México (SEMARNAT-
CONANP 2009, Tiburcio, 2006).
En Baja California Sur, la SEMARNAT-CONANP
junto con los grupos tortugueros, comunidades
pesqueras, investigadores apoyan la consevación
por medio de educación ambiental, talleres, cursos
y programas de monitoreos continuos, con muy
buenos resultados en la protección y conservación de
esta especie (GTC, 2013; SEMARNAT-CONANP
2009, Tiburcio, 2006).
Seaturtleinc.org (2015) ha documentado el
comportamiento de esta especie de tomar el sol
a lo largo de las islas hawaianas, especialmente en
el atolón conocido como los Bajos de la Fragata
Francesa. Han observado que la tortuga prieta sale
fuera del agua y se asienta a lo largo de las rocas y
en la arena para asolearse. Exponen que este no es
un comportamiento común de las tortugas marinas.
Algunos científicos manejan hipotesis sobre este
comportamiento, suponen que tiene algo que ver
con la regulación de la temperatura, o una forma de
descanso sin miedo a la depredación.
Conclusión
La tortuga prieta es una especie sobre la que se tiene
mucha controversia, hay autores que no la reconocen
como una especie, porque los estudios genéticos no
han sido contundentes para marcar una diferencia, la
consideran una subespecie de la tortuga verde, pero
existen diferencias significativas entre ellas como se
ha visto en esta revisión.
Agradecimientos.
Agradecemos a la Dirección Península de Baja
California y Pacífico Norte, Área de Protección de
Flora y Fauna Islas del Golfo de California, a todo
el personal que forma parte de esta Área por la labor
que llevan a cabo. Al Biol. Benito Rafael Bermúdez
Almada (Director Regional), Bióloga Irma González
López (Directora de ANP Islas del Golfo), Bióloga
Ruth Verónica Rodríguez Guzmán. Dr. Rafael
Riosmena Rodríguez, M. Sc. Carlos Delgado Trejo,
Laura Sarti por la gran labor que han hecho por años,
Don Jesús Lucero Méndez por las charlas acerca de
las tortugas marinas, Ricardo Calderón (John), Carlos
Salas y al Grupo tortuguero de las Californias y a cada
uno de los campamentos tortugueros y pesqueros
que han trabajo en la protección y conservación de
las tortugas marinas.
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Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
Coccyzus longirostris
El cuco lagartero de La Española, pájaro bobo o tacot es una especie de ave
cuculiforme de la familia Cuculidae que se encuentra en Haití y la República
DominicanaVive en bosques y áreas arboladas, incluso jardines y plantaciones,
generalmente a menos de 1.700 m de altitud, pero a veces hasta los 2.200 msnm.
Locación: República Dominicana
Fotografía: Juan Taveras
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Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
Veterinario
Hablemos con el
Rudy Anthony Ramos Sosa
Médico Veterinario Zootecnista
Correo electónico: escueladepajaros@yahoo.com
Hematología veterinaria
La hematología estudia los elementos constitutivos
de la sangre, sus células y componentes bioquímicos
plasmáticos, desde una perspectiva estructural,
funcional y concentración de los elementos que la
forman.
La sangre se encarga de llevar oxígeno y nutrientes
a las células, también lleva las hormonas hasta su
sitios de estímulo, además se encarga de eliminar los
productosdedesecho.Secomponedediversascélulas:
eritrocitos, plaquetas, granulocitos (neutrófilos,
eosinófilos, basófilos), monocitos, macrófagos y
linfocitos.
Hematopoyesis es el proceso de producción de células
sanguíneas,esteprocesosellevaacaboprincipalmente
en la médula ósea, estas células se originan de una
célula madre común que posteriormente se diferencia
hasta originar a las demás células.
Fuente: http://medicablogs.diariomedico.com
70
Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
Análisis realizados.
El análisis sanguíneo constituye una herramienta del
examen clínico, en aquellos casos donde los síntomas
no son específicos, o característicos de alguna
enfermedad, los valores sanguíneos ayudan a sustentar
un diagnóstico, ya que dado el papel que juega la
sangre, ésta regularmente se afecta cuando se cursa
un proceso patológico. Por tanto se puede establecer
una relación entre lo que se encuentra en el examen
de sangre y lo que sucede al animal, o los riesgos a los
que se expone. De igual forma los análisis sanguíneos
también ayudan a monitorear el comportamiento
fisiológico de un animal que se ha puesto en algún tipo
de tratamiento.
A la sangre se le hace dos tipos de análisis,
hematológicos y bioquímicos, los primeros revisan las
células que forman la sangre mientras que los segundos
se encargan de inspeccionar componentes químicos
que resultan de metabolismos fisiológicos.
El recuento de células puede realizarse a través
de cámara de Neubauer, pero actualmente existen
aparatos especializados que hacen el trabajo más ágil.
Sin embargo para hacer una revisión completa debe
recurrirse a microscopía óptica, realizar un frotis y
hacer coloración de Wrigth o Giemsa, para examinar las
células, verificar sus formas y buscar posibles parásitos
sanguíneos que permitan diagnosticar babesiosis,
hemobartonelosis, filariosis, hepatozoonosis entre
otras afecciones.
Mientras tanto las mediciones de componentes
bioquímicos se realizan mediante espectrofotometría
o kits comerciales disponibles.
Células sanguíneas y alteraciones.
Anemia. Es una alteración sanguínea caracterizada
por la disminución de eritrocitos, hematocrito y
hemoglobina. Sus causas son variadas, los síntomas que
presentan los animales también los son, y dependen de
la gravedad del problema, la duración y si se presenta
otra dificultad conjunta.
Grupo Sitios de punción
Mamíferos Safena, poplítea, femoral, humeral, basílica, braquial, cefálica, yugular.
Aves Basílica (ulnar, radial o braquial), metatarsiana medial, yugular.
Reptiles
Cervical dorsal (supravertebral), coccígea dorsal, caudal, subcarapacial
(subvertebral en quelonios), ulnar (radio-humeral) yugular.
Sitios de punción venosa para extracción de muestras sanguíneas.
Fuente: Copete, M. 2013. Aspectos generales de la evaluación hematológica en fauna silvestre y no convencional.
Dirofilaria immitis en frotis sanguíneo.
Fuente: http://2.bp.blogspot.com
Hepatozoon canis en frotis sanguíneo.
Fuente: http://www.veterinariargentina.com
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Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
Una anemia aguda puede ser causada, por ejemplo,
por una hemorragia (traumatismos, envenenamientos,
ulceras gástricas, neoplasias, entre otros) situaciones
en las cuales la sangre perdida no es reemplazada con
suficiente rapidez y en cuyo caso se produce la muerte,
cuando se ha perdido un volumen superior a un tercio
del total. La anemia crónica (que puede ser causada
por deficiencias nutricionales, parasitosis, secundarias
a otras afecciones) cursa con mayor tiempo y el
animal pasa por una “adaptación”, lo cual hace que
los síntomas comunes sean debilidad, inapetencia
y letargo. En ambos casos se observa palidez de las
mucosas, taquicardia, y otros síntomas particulares a
cada caso.
El diagnóstico indaga aspectos simples de la historia
clínica del animal, como alimentación y controles
antiparasitarios, examen clínico que pueda determinar
otras causas, y exámenes de sangre para hacer una
lectura fisiológica del animal. El tratamiento se enfoca
a la eliminación de las causas primarias y medicación
de apoyo con hematopoyéticos, buena alimentación
entre otros.
Glóbulos blancos. Ejercen funciones de defensa en
el organismo, por eso el aumento de éstos se asocian
a presencia infecciones, procesos inflamatorios y
alergias, entre otros específicos (tumores, parasitosis,
etc.).
Plaquetas y coagulación sanguínea. Las plaquetas
junto a otros agentes actúan para evitar hemorragias
mediante la coagulación. Algunos de los factores de
coagulación se producen en el hígado, por lo que una
dificultad en la producción de estos puede conducir
a alteraciones de la coagulación. Patologías hepáticas
o deficiencia de vitamina K pueden llevar a esta
alteraciones. Si se produce coagulación dentro de
los vasos sanguíneos se le llama trombosis y si este
obstruye un vaso se denomina embolia, situación que
pude causar la muerte.
Perro Gato
Hematocrito (%) 37-55 30-45
Eritrocitos (millones/μL) 6.8 7.5
Lapso de vida de eritrocitos (días) 100-120 66-78
Hemoglobina (g/dL) 14.9 12
Plaquetas (millones/μL) 0.2-0.5 0.4-0.6
Leucocitos (/μL) 11 500 12 500
Neutrófilos en banda (%) 0.8 0.5
Neutrófilos maduros (%) 70 59
Linfocitos (%) 20 32
Monocitos (%) 5.2 3
Eosinófilos (%) 4 5.5
Basófilos (%) Raro Raro
Linfocitos (/μL) 2 800 4 000
Proteínas en sueros (g/dL) 6-7.5 6-7.5
Fibrinógeno en suero (g/dL) 0.15-0.3 0.1-0.6
Valores hematológicos de referencia en perros y gatos*
* Valores pueden varias según las diferentes literaturas disponibles
Fuente: Adaptado de Ripa, M. Sf. Data vet.; Kahn, C (Editor). Manual Merck de veterinaria.; Marcos, E (Director). 2006. Auxiliar
veterinario.
Bioquímica sanguínea.
Estos componentes están en sangre en cantidades
permanentes, mediadas por ciclos bioquímicos que
resultan de la actividad metabólica. Valores altos o
bajos puede indicar cambios en el metabolismo o
daños en órganos. Algunos de interés son:
Urea. Resulta del metabolismo de las proteínas, este
se expulsa a través del riñón. Niveles altos de urea
pueden ser causadas por dietas elevadas en proteínas,
deshidratación, afecciones renales o fallo cardiaco.
Glucosa. Es el azúcar en sangre como resultado de
la ingesta y traslado al organismo como energía. La
cantidad de azúcar en sangre está mediada por dos
hormonas, la insulina y el glucagón, la primera se
secreta en niveles altos y la segunda cuando existe una
carencia. Niveles altos de glucosa podrían asociarse a
diabetes.
Creatinina. Resulta de la degradación de un
componente del músculo y no se ve afectada por
dieta, ejercicio u hormonas por lo que su valor debe
ser constante. Ya que la eliminación de creatinina se da
a través del riñón, una elevación de esta suele asociarse
a problemas renales.
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ISSN 2307-0560
Perros Gatos
Nitrógeno ureico (mg/dL) 8.8-26 15-31
Glucosa (mg/dL) 652-108 61-124
Creatinina (mg/dL) 0.5-1.6 0.5-1.6
Proteínas totales (mg/dL) 5.5-7.5 5.7-8
ALT (U/L) 8.2-57 8.3-53
Fosfatasa alcalina (U/L) 10.6-101 12-65
Potasio (mEq/L) 3.8-5.6 3.8-5.3
Valores de bioquímica sanguínea de referencia en perros y gatos*
* Valores pueden varias según las diferentes literaturas disponibles.
Fuente: Adaptado de Kahn, C (Editor). Manual Merck de veterinaria.
Proteínas totales. Un valor alto puede deberse a deshidratación o inflación crónica; mientras que
valores bajos se asocian a desnutrición, hemorragias, enfermedades renales, hepáticas o cardiacas.
ALT/GPT (transaminasa). Son sensibles a lesiones hepatocelulares, por lo tanto valores altos
refleja muerte celular o inflación en el hígado.
Fosfatasa alcalina. Su incremento se asocia a lesiones hepáticas, enfermedades de conductos
biliares y problemas óseos.
Potasio. Este ion es importante en la actividad nerviosa y muscular, en especial para el corazón.
Variaciones pueden repercutir en cambios en la excitabilidad de las células musculares. Vómito y
diarrea puede llevar una baja de este ión.
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73
Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
El San Pedrito de Puerto Rico habita en
todo tipo de bosque con abundante maleza,
prefiriendo los barrancos para anidar. El
comportamiento reproductivo del San
Pedrito es poco usual entre las aves de Puerto
Rico, el macho escarba un túnel en las paredes
de los barrancos, el túnel tiene un promedio
de 35 centímetros de largo, terminando en
una cámara donde la hembra pone de 2 a 4
huevos blancos. Para conservar energía, el
San Pedrito puede disminuir su temperatura
corporal unos 11 grados centígrados durante
períodos de temperaturas bajas, especialmente
si está anidando. Ambos progenitores
incuban los huevos aproximadamente 21 días.
A veces otros T. mexicanus que no son los
padres de la nidada asisten en la incubación
y la cría de los pichones. Para alimentarse se
percha en silencio mientras busca de insectos,
su estrategia es la inmovilidad, lo que hace
difícil detectarlo, aun cuando su plumaje es de
colores brillantes. El San Pedrito se alimenta
de insectos, especies menores de lagartijas y
frutas
Fotografía: Jose D. Alicea
Texto: BIOMA
Todus mexicanus
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Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
Aprender a vivir con el volcán de San Salvador.
Percepción del riesgo
Ortiz-Pavón, I. A.
Licenciada en Antropología Sociocultural
Correo electrónico: ingrid2486@hotmail.com
Resumen
“No debemos, sin embargo, lisonjearnos demasiado de nuestras victorias humanas sobre la naturaleza. Ésta se venga de nosotros por
cada una de las derrotas que le inferimos. Es cierto que todas ellas se traducen principalmente en los resultados previstos y calculados,
pero acarrean, además, otros imprevistos, con los que no contábamos y que, no pocas veces, contrarrestan los primeros...”
(Engels, en Mansilla, 1996: 63).
Este estudio coloca un referente sobre un problema de riesgo que hace dos décadas afecto la vida de uno de los
lugares más populosos de San Salvador, El Salvador y sobre el cual como sociedad se tiene una deuda en el sentido
que aún no se han ofrecido respuestas satisfactorias para solucionarlo, es más, se están creando nuevos escenarios
de riesgo similares. Tiene como objetivo explicar y comprender los procesos de construcción social del riesgo, por
medio de la percepción y las vulnerabilidades que deben enfrentar día a día los habitantes del Sector San Ramón,
Municipio de Mejicanos, El Salvador. Destaca, cómo las percepciones guían y dan sentido a las prácticas sociales.
Palabras clave: construcción social del riesgo, percepción del riesgo, vulnerabilidad, desastre, participación social.
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Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
Introducción
Este articulo es parte de la investigación titulada:
“Aprender a vivir con el volcán de San Salvador:
Organizaciones sociales de la quebrada Las Lajas
frente al riesgo por deslizamiento en el Picacho.
Mejicanos, San Salvador El Salvador (2012). Que
constituye el Informe Final de Investigación para
optar al grado de Licenciada en Antropología
Sociocultural, Universidad de El Salvador.
El volcán de San Salvador, cuenta con una elevada y
aguda cumbre de 1960 metros sobre el nivel del mar,
en su parte más oriental conocido como el Picacho.
La quebrada Las Lajas cuenta con 3.5 kilómetros
de longitud (Fig. 1.). Dentro de este contexto, se
encuentran los habitantes de San Ramón, que es
un sector poblacional ubicado en la parte sur-
oste del Municipio de Mejicanos perteneciente al
Área Metropolitana de San Salvador, El Salvador
(AMSS). De acuerdo a la distribución administrativa
de Mejicanos, San Ramón abarca 28 colonias y
asentamientos populares urbanos; es decir, personas
de escasos recursos económicos, muchas veces
autoconstruido, que presenta al menos una de tres
características básicas:
1. Incertidumbre de la tenencia de los terrenos
habitados (conflictos de legitimidad vrs legalidad)
2. Edificaciones con materiales de construcción
precarios (desecho, reciclaje) o deteriorados
3. Limitaciones en cobertura o calidad de los servicios
básicos (agua potable, energía eléctrica, drenajes
de aguas negras y aguas lluvias) en accesibilidad y
transitabilidad de las vías de circulación como pasajes
y calles internas (FUNDASAL, 2007).
La gravedad de la situación es muy clara, considerando
la historia de deslizamientos ocurridos en la zona. En
septiembre de 1982 se produjo un deslizamiento de
tierra en la parte alta del Picacho, encauzándose en
la quebrada Las Lajas, arrastrando rocas y árboles
Figura 1: Mapa de ubicación de la quebrada Las Lajas, línea cyan; y área de estudio, San Ramón Mejicanos, San Salvador, El Salvador
a su paso. De acuerdo a los informes oficiales,
el deslizamiento fue desencadenado a partir del
temporal entre los días 17 y 20 de septiembre de ese
año. El área dañada por la zona del deslizamiento
alcanzó entre las 10 y 15 hectáreas, pudiéndose
extender el área afectada hasta las 60 hectáreas. El
volumen estimado de la masa deslizante en la zona
de liberación fue de 425,000 m3
. Debido a procesos
erosivos y depositación en el canal de la quebrada,
el volumen calculado sobre el área urbana de
Montebello fue de 200,000 m3
(KiernanyLedru,1996).
Afectó a unas 2,880 personas, de las cuales 500
perdieron la vida, principalmente del Reparto
Montebello Poniente, dejando sepultados a sus
habitantes. Dejo un total de 2,380 damnificados
(Handal, 2009). Otras zonas afectadas fueron: Col.
Lorena, Col. el Triunfo y Col. San José.
En octubre de 2008, se vivió una situación de lluvias
continuas en el territorio salvadoreño, lo cual generó
un nuevo deslizamiento en la parte alta del Picacho
ladera oriental dejando una cárcava de 180 metros de
largo y un promedio de 30 metros de ancho, con un
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ISSN 2307-0560
área estimada de 5400 m2 (Handal, 2009). A pesar
que este nuevo deslizamiento no dejó víctimas que
lamentar, constituyó el factor condicionante que
condujo a una percepción clara de la vulnerabilidad
física y social de la zona por parte de un grupo de
pobladores, llevándolos a organizarse para hacer
frente al riesgo.
En la actualidad, San Ramón cuenta con dos tipos de
asentamientos humanos totalmente contrapuestos,
los cuales se diferencian de acuerdo a:
Antigüedad: antiguos y nuevos habitantes
Tipo de asentamiento: formal e informal.
Los antiguos habitantes, son familias que han vivido
en ese lugar desde antes de 1982, muchos de ellos
sobrevivientes del acontecimiento de esa fecha,
entre ellos se encuentran las colonias: Montebello
Poniente, Lorena, El Triunfo y San José. Por otro
lado, los nuevos habitantes son aquellas familias
que se han asentado posterior a 1982, como:
asentamiento el Coco y la Fe. Éstas desarrollan
actividades de sobrevivencia, la siembra de hortalizas
y frutos forman parte de su ingreso diario. Asimismo,
poseen pequeños negocios de ventas de tortillas y de
flores. La mayoría de mujeres son amas de casas, en
ocasiones son contratadas para trabajos de servicios
domésticos fuera de la región. Los hombres trabajan
en construcciones, mecánica y electricidad dentro y
fuera de la localidad.
En cuanto al tipo de asentamiento, se encuentra que
los antiguos habitantes pertenecen a zonas urbanas,
cuentan con los servicios básicos como: agua potable,
energía eléctrica, telecomunicaciones, alcantarillados,
servicio de aguas negras.
Por otro lado, la mayor parte de los hogares que se
encuentran en la cercanía de la quebrada Las Lajas,
son familias que se han apropiado de esos espacios,
no cuentan con un respaldo legal del terreno, y por
ello, han buscado localizarse en zonas donde no
puedan ser posteriormente desplazados. Con láminas,
plástico, cartón han construido un lugar dónde
habitar. Carecen de energía eléctrica, agua potable,
aguas negras, un adecuado sistema de aguas lluvias
y de pavimentación de sus calles. El agua potable
debe ser acarreada de acuerdo a sus capacidades y se
obtiene a través de chorros públicos o privados.
En efecto, la presencia de grupos sociales diversos
dentro de la zona de estudio, ha hecho que las
relaciones de los habitantes sean escasas y conflictivas,
pues desde el punto de vista social y cultural sus
formas de vida, no generan espacios compartidos,
precisamente porque cada quien observa una forma
distinta de relacionarse con el entorno natural
(Rodríguez, 2011). Para los antiguos habitantes, es
el lugar donde han reproducido sus vidas y para los
nuevos, es un espacio accesible a sus posibilidades
económicas.
La investigación tiene como objetivo: Analizar los
procesos sociales que intervienen en la construcción
social del riesgo, para revelar su incidencia en las
percepcionesyparticipaciónsocialatravésdelComité
Coordinador Intercomunitario (CCI), las Comisiones
Comunales de Protección Civil (CCPC) y población
no organizada en la cercanía de la quebrada Las
Lajas, Mejicanos, El Salvador. Muestra ese proceso
de construcción social de las vulnerabilidades y la
diferenciación de perspectivas y valoraciones de los
sujetos frente a los riesgos que deben afrontar cada
día. Elementos que deben ser tomados en cuenta
por instituciones gubernamentales para contribuir a
la planeación y diseño de programas de intervención
efectivos para la gestión de riesgos. Además, que
fortalezca los diseños de políticas locales y regionales
en la prevención y mitigación del riesgo por
deslizamientos.
Construyendo el Riesgo
No más de medio siglo atrás se consideraba que
la causa de los desastres se debía a los fenómenos
naturales, donde correspondía a las Ciencias
Naturales y Básicas tratar el problema por medio de
instrumentos y tecnología que permitieran visualizar
posibles escenarios de riesgos o desastres y con ellos
prevenir y evacuar la población en riesgo (Rodríguez,
2011).
En los años recientes, el tema de los riesgos y desastres
es un campo de estudios de diversas disciplinas. Por
parte de las ciencias sociales, los riesgos y desastres
han sido estudiados particularmente desde dos
perspectivas, la primera plantea el carácter social que
influye en las percepciones de los riesgo de los sujetos
sociales, desarrollada por la corriente funcionalista
impulsada con los trabajos de Mary Douglas
(1980) y la segunda, centrándose en las condiciones
materiales generadores de vulnerabilidad y riesgos de
la región latinoamericana, visualizada por los eventos
desastrosos que enfrentó la región a finales del
siglo pasado. Ésta se desarrolla desde la perspectiva
estructural por un grupo de investigadores de la Red
de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en
América Latina (LA RED) (Rodríguez, 2011).
Partiendo de estas dos vertientes, es importante
observar los aportes que cada una de ellas
pueda proporcionar y contar con una adecuada
comprensión de la complejidad del riesgo y el desastre
y sus expresiones sociales donde se manifiestan.
En el entendido, que los riesgos y desastres no
son propiamente naturales sino procesos que se
“Muestra ese proceso de
construcción social de las
vulnerabilidades y la diferenciación
de perspectivas y valoraciones de
los sujetos frente a los riesgos que
deben afrontar cada día”
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construyen socialmente, sean por los modelos del
desarrollo económico, la organización social, la
pobreza estructural, la toma de decisiones sobre
el patrimonio material y natural que representan
factores que condicionan los efectos del impacto
de las amenazas de origen natural (Mansilla, 1996).
Donde, las ideologías y culturas de las sociedades en
las que se presenta un escenario de riesgo, inciden en
las percepciones que de él se tengan.
Dentro de las ciencias sociales, es a partir de la década
de los ochenta que los conceptos de amenaza, riesgo
y vulnerabilidad, asociados a las Ciencias Naturales,
empiezan a ser retomados como categorías sociales
(Rodríguez, 2011). Intrínsecamente, el riesgo supone
la existencia, la interrelación e intersección de estos
dos factores: las amenazas y las vulnerabilidades. La
amenaza consiste en la posibilidad de ocurrencia de
un evento físico que puede causar algún tipo de daño
a la sociedad (Rodríguez, 2011). La vulnerabilidad
refiere un estado de “fragilidad” de una determinada
población, generada por procesos socioeconómicos,
donde influyen amenazas ante fenómenos naturales
o antrópicas que pueden afectar de diversas formas e
intensidades a una población.
Percepción y Construcción Social del Riesgo
El uso del concepto de construcción social del
riesgo asociado con la percepción del riesgo ha sido
desarrollado particularmente en Francia a mediados
de la década de 1980, la principal contribución se
plasmó en la obra titulada La sociétévulnérable, bajo
la conducción de Jean-Louis Fabiani y Jacques Tryes.
Si se dice que el riesgo es socialmente construido
en un espacio determinado y que es construido
desde la cultura de los grupos sociales donde se
manifiesta, las relaciones que cada uno de ellos
desarrollan con su entorno natural relacionada con
imágenes, símbolos, prácticas, experiencias vividas
por los actores sociales que enfrentan una realidad
de amenazas y vulnerabilidades, su reconocimiento
implica un proceso social de valoración y elaboración
que les conduce a aceptar o rechazar un determinado
escenario social (Rodríguez, 2011). Es así, que los
grupos sociales se desenvuelven en este espacio
donde se apropian de referentes culturales y sociales
que le son implícitos los cuales les permiten apreciar
cuando se encuentran ante una amenaza o una
situación de vulnerabilidad. No obstante es de notar,
que lo que para algunos grupos sociales el riesgo es
más rápidamente percibido, para otros no lo es, lo
que demuestra que el concepto en si es “diverso y
complejo” (Rodríguez, 2006).
Para Mary Douglas el riesgo es una construcción
cultural de las sociedades, producida en su devenir
histórico, a partir de la asociación entre las amenazas
y determinadas condiciones de vulnerabilidad que se
construyen y reconstruyen con el tiempo (Douglas,
en García, 2005). La propuesta de Douglas se
deriva de la influencia durkheimiana, al “considerar
el pensamiento humano como originariamente
social”. Douglas analiza como los seres humanos
distinguen entre lo que es y lo que no es riesgoso
y lo que aceptan o no como riesgo. Cada “forma
de organización social está dispuesta a aceptar o
evitar determinados riesgos… los individuos están
dispuestos a aceptar riesgos a partir de su adhesión
a una determinada forma de sociedad” (Bestard, en
Douglas, 1996). El pensamiento humano tiene una
base social, refiere Bestard en el prólogo de la obra de
Douglas, es en el mundo social donde los individuos
construyen sus conceptos. El uso que cada uno de
ellos hace de las categorías culturales, es decir de los
sistemas de clasificación, depende de su posición
en determinado orden social. Así, las nociones de
riesgo son construidas culturalmente, en las cuales
se enfatiza algunas categorías y aspectos que se
consideran riesgosos y otros no, lo cual depende de
la cultura de cada sociedad. Queda pues, al alcance
de los actores sociales inmersos en una determinada
sociedad la forma de percibir los riesgos.
“Es así, que los grupos sociales
se desenvuelven en este espacio
donde se apropian de referentes
culturales y sociales que le son
implícitos los cuales les permiten
apreciar cuando se encuentran
ante una amenaza o una situación
de vulnerabilidad. No obstante es
de notar, que lo que para algunos
grupos sociales el riesgo es más
rápidamente percibido, para otros
no lo es, lo que demuestra que
el concepto en si es “diverso y
complejo” (Rodríguez, 2006).”
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Y es, en este espacio relacional entre cultura y riesgo,
donde los grupos sociales aprehenden una serie
de normas y valores, construyendo asimismo una
“cultura del riesgo” que varía según la posición social
de cada actor social.
Cuando los individuos sienten o perciben el riesgo,
se acepta más fácilmente (Douglas, 1996). Es decir,
que la percepción del riesgo incide en una mayor o
menor aceptabilidad hacia él. Entre más sensibles
sean los individuos, menor aceptación tendrán ante
un situación de riesgo.
Así, la construcción social del riesgos se entiende
como las formas en que la sociedad a través del
tiempo, ya sea por el modelo de desarrollo o los
procesos sociales, construye contextos vulnerables
que provocan desajustes o desadaptaciones al
medio ambiente, donde el propio medio ambiente
se convierte en una amenaza y en un generador de
riesgos. La percepción del riesgo, implica un proceso
social de valoración y elaboración del riesgo de los
sujetos sociales que conduce a aceptar o rechazar un
determinado escenario social, por ello, se comprende
que la percepción del riesgo es heterogénea. En
este sentido, la construcción social del riesgo, la
percepción y aceptación denotan también una
adaptación al riesgo.
Participación Social
Uno de los elementos claves que definen como la
sociedad enfrenta los riesgos y los desastres es la
participación social. La participación se entiende
como un proceso, donde se establece una relación
entre los individuos y su entorno, en ella tiene la
libertad de pensar, expresar y actuar, que se traduce
en la capacidad para acceder a los recursos y al control
de sus propias vidas.
La participación social de los habitantes de San
Ramón, se manifiesta a través de los comités
y del riesgo percibido, el Comité Coordinador
Intercomunitario (CCI) creado en 2009 como una
iniciativa comunitaria, donde sus fundadores son
sobrevivientes del deslave de 1982, y las Comisiones
Comunales de Protección Civil (CCPC) en 2010,
los cuales surgen a raíz del riesgo que representa el
movimiento de tierra que se generó en el Picacho,
volcán de San Salvador, durante la finalización del
invierno en octubre de 2008. El objetivo de ambas
iniciativas es estar preparados, tanto ellos como
la población en general, ante un posible evento y
minimizar el impacto del desastre.
Así, la participación social cuenta con una expresión
sociocultural, construida desde un contexto histórico,
que puede extenderse de los ámbitos cotidianos a los
políticos, su efectividad depende de los procesos de
organización y de conformación de las identidades
colectivas (Rodríguez, 2011).
Percepción del Riesgo de los Habitantes de San
Ramón
Aceptar o reconocer el riesgo, dependerá, de las
percepciones que cada individuo tenga de el. Pues, la
construcción social del riesgo, es construida a través
de procesos sociales, pero, es también en sí misma una
construcción cultural (Douglas, 1996) en la medida
que condiciona la forma de percibir los riesgos.
De manera general, las diferentes percepciones,
creadas a través del tiempo y el espacio, están
determinadas de acuerdo a cómo la sociedad
condiciona lo que es, lo que se puede considerar,
riesgoso y que no. Incluso, lo que se acepta o no
como riesgo. En este caso, la sociedad salvadoreña
ha sido impactada con diferentes desastres asociados
a fenómenos naturales. Donde las zonas afectadas,
han sido nuevamente habitadas, convirtiéndolas
en áreas con riesgos eminentes, especialmente los
asentamientos populares que se ubican en zonas
físicamente vulnerables debido a la pobreza. En
efecto, son los mismos procesos sociales los que
inciden en la creación de escenarios de riesgos, donde
el propio Estado muestra su debilidad en atender los
efectos de los procesos de desarrollo implementados
en El Salvador, y no se promueve la gestión del riesgo.
Las percepciones del riesgo son construidas de
acuerdo al sector económico, social, cultural donde
se manifiestan. Estas construcciones sociales, por
formar parte de diferentes sectores, sus valoraciones
del riesgo son diferentes. Por ello, la percepción del
riesgo es heterogénea y varía según éstos indicadores
sociales (Rodríguez, 2006). Es que, los individuos no
pueden prescindir del sesgo cultural que ordena la
forma de percibirlos.
La investigación evidenció diferentes percepciones
del riesgo de los habitantes en la zona de estudio,
en primer lugar, el riesgo percibido ha llevado a
una acción, es decir, una parte de la población se
ha organizado para afrontar el riesgo condicionado
por su percepción del tiempo; segundo, muchos
de sus pobladores expresan sin ninguna dificultad
la situación de “peligro” y “riesgo”, es decir, no es
una realidad olvidada o sin interés, sin embargo,
hay cierta aceptación hacia él o tienden a minimizar
su propio riesgo al compararlo con otros que para
ellos son más significativos; y tercero, hay una parte
de la población, que su percepción les promueve
confianza del lugar que habitan, es decir, cuentan con
una inmunidad al riesgo.
“Estas construcciones sociales, por formar
parte de diferentes sectores, sus valoraciones
del riesgo son diferentes. Por ello, la
percepción del riesgo es heterogénea y varía
según éstos indicadores sociales (Rodríguez,
2006).”
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1. El Riesgo Percibido lleva a una Acción
Se observa, que el riesgo percibido de los habitantes
dentro de la zona de estudio y de las organizaciones
gubernamentales, representa el factor para la acción,
el liderazgo y las decisiones políticas que se deben
de tomar para una organización social que vele por
el bienestar de sus habitantes. El riesgo percibido,
se convierte en un proceso cotidiano, donde las
valoraciones y las responsabilidades deben de
relativizar los impactos.
Con el propósito de prepararse para dar respuesta
y hacer frente al riesgo las entidades del Estado;
Alcaldía de Mejicanos y Protección Civil, han
establecido organizaciones de contingencia en
la zona. Las medidas preparatorias tienen como
objetivo enfrentar los acontecimientos inesperados,
proporcionar capacitación y educación a la población,
de tal manera crear grupos de respuesta de mayor
alcance.
Sin embargo, este contexto denota dos puntos
importante: el primero referido a las Comisiones
Comunales de Protección Civil (CCPC), donde el
componente más débil ha sido la falta de seguimiento
tanto por los entes encargados de la alcaldía como de
la población en generar, ya que de las 13 comisiones
creadas en 2010, en 2011 sólo se encontró activas
3 de ellas. A pesar, que se acepta la importancia de
organizar a la población por parte de la alcaldía, no
se han desplegado suficientes esfuerzos para crear
una acción colectiva funcional tanto en tiempo
de invierno como en verano, pues, presenta una
debilidad: la no participación de la población, lo cual
incide que sus esfuerzos en el área de la gestión del
riesgo sean insuficientes.
El segundo, si bien las articulaciones de las actividades
de las organizaciones se afianzan en el ámbito
político, su buen desempeño dificulta la gestión del
riesgo en los distintos ámbitos de su funcionamiento,
debido a que en muchos casos no se toman en cuenta
las diferentes experiencias de la realidad social de
cada uno de los habitantes, lo que resulta en una
gestión del riesgo marcada por la desmovilización y
el divisionismo entre los habitantes.
Por su parte, los integrantes del Comité Coordinador
Intercomunitario (CCI), ante la situación del riesgo
actual y a través de sus percepciones, forman una
cohesión. Esta cohesión está elaborada por medio de
acontecimientos pasados, ya que son sobrevivientes
del desastres de 1982, y marca la forma de percibir
los diferentes contextos que puedan llevarlos a un
hecho similar, al vivido anteriormente.
“Lo primero que hay que saber es que un comité o un sistema
organizativo nace por una iniciativa, hay un problema, hay
que buscar alguna alternativas, entonces nosotros empezamos
a trabajar, hay un fenómeno como éste, que es un fenómeno
muchos dicen que provocado por la naturaleza, pero eso hay
que investigarlo más a fondo por algunos antecedentes que hay
dentro de la información histórica acerca del suceso de 1982”
(Integrante del CCI.12 abril 2011).
En este sentido, la percepción del riesgo de los
integrantes del CCI está estrechamente relacionada
con la idea del tiempo futuro.
“La idea sobre el tiempo (Futuro y cambio) son creadas
durante un proceso de desarrollo del individuo, de manera que
cambian y maduran conforme van pasando las distintas etapas
de la vida” (Piaget, 1969 en Evans, 1994: 5).
Estas ideas pueden cambiar temporalmente en
respuesta a eventos destructivos. Cada individuo
posee sus conceptos sobre el tiempo, pero, las
“influencias sociales” aumentan la probabilidad que
se compartan ideas parecidas.
El riesgo percibido por parte de los integrantes del
CCI los lleva a dedican parte de su tiempo presente
a planificar y realizar metas, con el fin de conservar
la posibilidad de vida en el futuro, de tal modo, que
los eventos futuros sean sumamente relevantes y sus
posibilidades estén bien enfocadas.
“Esto de la prevención es algo nuevo para nosotros, como
comunidad, no lo podemos aceptar fácilmente…El trabajo que
nosotros hacemos está previniendo a futuro” (Integrante del
CCI. 19 abril 2011).
Las diferentes formas que los integrantes del CCI
recuerdan los sucesos del pasado, dependerá para
valorar con mayor claridad lo que podría pasar en el
presente o en el futuro. “La sensibilidad más aguda
de los riesgos hace que los individuos sean más
prudentes a la hora de evitarlos” (Douglas, 1996). Su
memoria del pasado les condiciona a actuar. En otras
palabras, el grado de conocimiento de sus integrantes
les promueve menos obstáculos para modificar sus
concepciones, de tal manera, que repercutan en las
planificaciones de acciones que se requieran emplear.
Puede decirse, que los integrantes del CCI, comparten
un conjunto de valores y creencias formados a lo
largo de la vida, a través de fenómenos históricos que
ellos han experimentado.
“Cuando nosotros andamos haciendo trabajos, por ejemplo
en la zona, hay gente que te discrimina, uno, porque como
no estamos acostumbrados al concepto de prevención, sino al
de recoger los muertos, por eso es que la gente es incrédula”
(Integrante del CCI. 19 de abril 2011).
“No es para alarmar, es para educar. No queremos que a nadie
agarre desprevenido un desastre. Como habitantes de estas
colonias debemos aprender a vivir con el riesgo de deslaves desde
El Picacho, es una realidad…Pero nos sentimos satisfechos.
Al menos, el panorama ya está anunciado” (Integrante del
CCI. 19 de abril 2011).
La creación de las organizaciones sociales representa
la forma más evidente de aceptación y adaptación al
riesgo. Con ello, se espera estar preparado ante las
situaciones adversas que se pueda presentar. Lo que
las organizaciones están tratando de hacer es anticipar
la situación de un evento, lo cual se espera que los
individuos estén alertas y evitar que una tragedia los
afecte en el futuro.
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La percepción del riesgo de los habitantes dentro de
la zona de estudio, proporciona el sentido y cumple
el papel movilizador para la participación en las
organizaciones sociales creadas en la zona.
2. Aceptación al Riesgo
Hay diversas formas significativas de percepción
del riesgo en la zona de estudio. Unas de ellas están
basadas en la aceptación al riesgo y otras basadas en la
mayor valoración a otros riesgos. Estas percepciones,
han sido construidas a través de situaciones
socioculturales existente en la sociedad, ya que,
los individuos tienden a realizar una comparación
entre diferentes riesgos, se identifica lo que puede
considerarse como riesgoso y aquello, que si bien es
riesgo para otros, para ellos puede ser traspuesto a un
segundo plano. Por ejemplo, los habitantes de la zona
expresaban:
“Hay vienen preguntándome a mí: mira! por aquí pasó la
lava, mira! no los han venido a sacar? Y aunque vengan yo de
aquí no me salgo, ¿por qué?, porque yo confío en Dios, me va
caer esta casa, me va caer. No es porque yo tenga que me van
a robar, sino porque aquí ni le pasa nada a uno y afuera, sí
le puede pasar algo. Allá en la calle nana, no sabe si usted va
llegar a su casa o no va llegar. Que dan vuelta los buses, que ya
la mataron en el bus, que le roban y si no les da las cosas ya
la mataron, tanta cosa, entonces no ve” (Habitante Col. El
Triunfo. 19 de sept. 2011).
“Nosotros estamos en riesgo porque se supone que si sigue
lloviendo, se va venir un pedazo de lodo, por eso. Pero a saber,
porque ya hace un montón que dicen eso” (Habitante Col.
San José. 19 de sept. 2011).
“Si llegara a ocurrir algo, ya no va ser algo pequeño como fue
esa vez, porque esa vez fue algo pequeño, comparado con otras
noticias que he visto en el noticiero, que son deslave como en
Colombia, en Chile que se ve que se vienen el deslave porque
las pendiente son bien pronunciadas, así como en las Colinas.
En las Colinas sí, es bien pronunciada la pendiente y las
casas en las faldas. En este caso no, si llegara hacer el deslave,
no sabemos para donde va agarrar. Porque cuando uno sube
allá arriba, al volcán, uno ve todo San Salvador. Quién va
determinar o va decir por dónde va deslizarse el deslave”
(Habitante Col. Lorena.19 de sept. 2011).
En este sentido, muchas de las personas son capaces
de considerar situaciones de riesgo de manera muy
general, pero denotan una incapacidad de evaluar
su propio grado de vulnerabilidad. En efecto, no
logran concebir las consecuencias de una situación
de crisis, ya que no se sienten realmente vulnerables
o minimizan el riesgo haciendo comparaciones con
otros, no son capaces de imaginarse un desastre,
sobre todo cuando nunca lo han sufrido.
La gravedad y la aceptación de las distintas situaciones
de riesgos, además de las acciones que la población
debe de llevar a cabo, ante tales situaciones, se vuelve
una cuestión de probabilidades. Los problemas de
saber quiénes o qué decide si un riesgo debe ser
considerado, depende de las valoraciones sociales
y culturales de estos habitantes, las cuales enfatizan
algunos aspectos de “peligro” y tienden a ignorar
otros, determinados por su cultura de riesgo. Al
preguntarles a las personas de la zona de estudio,
si consideran que su comunidad está en riesgo,
mencionaban:
“Fíjese que creo que sí, porque nos vienen a sacar cuando llueve
demasiado, pero yo no me voy, como voy a dejar todo lo que
mis hijos me dan. El problema es que se rebalsan todas estas
quebradas que están [ahí]” (Habitante asentamiento El
Coco. 28 de octubre. 2011).
“Mire, sólo Dios lo sabe, allí si no le puedo decir. Lo que la
gente dice puede ser, pero yo confío en mi Señor. Porque esté o
no esté en peligro, porque mire uno no sabe, que ya se me va
venir el volcán y que ya se viene todo esto, sólo Dios sabe”.
(Habitante Col. El Triunfo. 28 de octubre 2011).
Los diferentes grupos sociales en situación de
riesgo han elaborado variadas concepciones sobre la
gravedad y aceptabilidad del riesgo, así como también
acerca de las respuestas ante tal condición. Dichos
patrones se rigen por factores económicos, políticos
y culturales, en consecuencia es posible afirmar que
habrá una diferenciación entre la percepción del riego
y el riesgo objetivo. Estas formas de aceptación al
riesgo, quedan en evidencia a la hora que se presenta
una situación de lluvias prolongadas, donde las
diferentes entidades en realizar las evacuaciones, se
encuentran con la negación de las personas en acatar
las medidas de evacuación.
“Mi nuera y los niños se van [evacuan] pero nosotros los adultos
nos quedamos. Es que, cuando ya llueve mucho siempre nos
sacan, como tienen miedo al deslave que se puede venir, pero
bueno. Es que uno no puede irse, porque cuando venga ya no
haya nada” (Habitante asentamiento el Coco. 28 de
octubre 2011).
Otra forma de aceptación al riesgo, es la idea de
“aprender a vivir con el volcán”. Si se sabe que el
volcán representa un riesgo, es probable pensar
retirarse de esos lugares, sin embargo, no es el caso.
La estrecha relación con su medio ambiente impide
a los habitantes alejarse de esos lugares. Por ejemplo,
los grupos asentados sobre la quebrada Las Lajas,
viven de una manera precaria, se ubican en situación
más vulnerable y refieren un sentido de apropiación a
su tierra. Esto crea que toleren el riesgo en que viven.
Pero, el problema aquí recae en dos referentes; ellos
aceptan conscientes e inconscientemente el riesgo.
“Cuando los individuos sienten o
perciben el riesgo, se acepta más
fácilmente (Douglas, 1996)”
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La población expresa varios niveles de percepción,
todos motivados por la impresión de que la situación
vivida en su lugar de habitación con relación a la
exposición a las amenazas y a la vulnerabilidad, no
es de las más críticas, ya sea porque se ha adaptado
a ella o porque se puede observar condiciones más
peligrosas en otros sectores, lo que permite relativizar
su gravedad. Esta falta de consciencia con respecto a
la realidad, explica la imposibilidad de la población
de imaginar una situación desastrosa potencial. Por
ello, la valoración del riesgo y su aceptación son
fundamentalmente sociales.
3. Inmunidad del Riesgo
Mary Douglas denomina inmunidad subjetiva, como
la tendencia a ignorar los peligros cotidianos más
comunes, o bien, restar importancia a los peligros
de baja probabilidad de ocurrencia, con lo que el
individuo corta la percepción de riesgos altamente
probables, de manera que “su mundo inmediato
parece más seguro de lo que es en realidad”, y como
corta también su interés en los acontecimientos de
baja probabilidad, “los peligros distantes también
palidecen” (1996).
Parte de los habitantes sobre la quebrada Las Lajas
tienden a ignorar los riesgos que ocurren con menos
frecuencia,puesseenmarcanenescaladepercepciones
y de bajas probabilidades, donde el vivir cotidiano,
su realidad inmediata se considera más segura, ya
que está condicionada por los años pasados. En
esta realidad, los peligros asociados con los riesgos
que se perfilan a la distancia, quedan excluidos en
la baja probabilidad. Este grupo de personas, se ha
concentrado en el corto plazo y en la calidad de
vida presente, ya que no esperan ser afectados por
deslizamientos en ninguna circunstancia.
“Quién va determinar o va decir por dónde va deslizarse el
deslave. Para allá [norte] está la Gloria, aquí esta San Ramón,
aquí la Miralvalle [sur]. Por eso yo no estoy preocupado”
(Habitante Col. Lorena.19 de sept. 2011).
“Hay veces viene la Policía a alarmar a la gente. Pero fíjese
que si algo va pasar, va pasar en la misma zona, por eso es
que sólo vienen a sacar [evacuar] a la gente de aquí [quebrada
Las Lajas]” (Habitante Col. Lorena. 19 de sept. 2011).
“Una señora me dijo a mí que ella iba a vender porque aquí
con esto, ya me va caer encima. No señora, le digo yo, tal vez
aquí no le cae nada y allá donde se vaya a saber dónde va ir
a dar. Aquí no está pasando nada. Aquella vez que vino
Funes [Presidente de la República] y se agarró el puente, y ahí
andaba gente salgase que ya se viene eso, y mire aquí no ha
pasado nada, gracias a Dios” (Habitante Col. El Triunfo.
19 de sept. 2011).
El sentido de la inmunidad subjetiva representa una
adaptación al riesgo, la serenidad y la omisión al riesgo
no “desestabiliza” la vida diaria de esta población,
donde su estrategia parece altamente razonable. En
este sentido, la percepción de los individuos sobre
lo que podría pasar, depende de la capacidad para
reconocer que se encuentran en un lugar riesgoso.
Es evidente que la negación a las evacuaciones es una
forma de inmunidad y de adaptación al riesgo, dado
que si en inviernos anteriores no ha ocurrido nada, en
la actualidad es probable que su condición, su estilo
de vida siga sin cambiar. Estas representaciones,
de actuar y pensar ante el riesgo de este grupo de
personas, son formas adquiridas culturalmente, por
medio de las cuales se reconoce y se clasifican los
sistemas que “guían el juicio” (Douglas, 1996) ante
las determinadas situaciones presentes del riesgo.
Relación Individuo-Medio Ambiente
La debilidad del marco legal en la regulación del
ordenamiento del uso del territorio, la pobreza
estructural, la fragmentación y exclusión social,
han llevado a la construcción de nuevos riesgos
y de contextos vulnerables. El incremento de los
asentamientos humanos ubicadas en zonas de alto
riesgo, la desforestación, el mal uso de los recursos, la
creciente urbanización en partes altas como volcanes
y sus consecuencias socio ambientales, forman parte
de este panorama. Esta situación no se ha generado
espontáneamente, es el resultado de la interacción
sociedad-medio ambiente, del débil y progresivo
modelo de desarrollo y de su institucionalidad con un
marco legal incompetente. Por ello, debe entenderse
a los desastres no como el evento inmediato, sino
como procesos que se han desarrollado a través del
tiempo.
Se percibe que la naturaleza necesita ser protegida
porque se considera que determinados grupos
sociales han rebasado sus límites de intervención.
Dentro de esa línea el CCI menciona:
“Como CCI venimos pidiendo desde nuestra creación que se
declare al volcán como zona de alto riesgo y para protección de
toda la comunidad que no se haga más daño al ambiente, que
no hayan más construcciones. Necesitamos que se hagan obras
y también dentro de esta situación pensemos que el volcán tiene
vida y debemos de aprender a vivir con el volcán” (Integrante
del CCI. 12 abril 2011).
En efecto, el CCI presenta su relación con su medio
en términos de un contacto protector. La forma de
pertenencia de “su volcán”, de protegerlo, constituye
las relaciones que refieren con su entorno. El rechazo
a otros proyectos urbanísticos ha reflejado que los
integrantes del CCI están conscientes y perciben que
viven en una zona vulnerable y, que si se construyen
más proyecto, agudizará más la problemática, debido
a que se talaran los árboles y el daño será irreversible.
Dentro del marco legal, el CCI está consciente de las
consecuencias ambientales de las prácticas humanas,
que la vulnerabilidad de la zona no es producto
específicamente de la naturaleza, sino que intervienen
otros factores, entre ellos, esta relación dual. Por
tanto, expresan que se debe hacer un cambio en la
interacción que el ser humano debe tener con su
entorno natural:
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“…lo primero que debemos hacer, es hacer un cambio en
nuestra vida y en la manera de relacionarnos con la naturaleza.
No solamente a nivel de grandes empresas, a nivel de las
estructuras del capitalismo, sino también de nosotros mismos,
en qué medida yo puedo dejar de tirar tanta basura, en qué
medida yo puede dejar de desperdiciar el agua, en qué medida
yo puedo respetar el arbolito que está en mi propiedad y que me
da sombra, en qué medida puedo enseñar a mi hijo a respetar
a las aves y no andarlas matando con ondilla, a no maltratar
al más mínimo perro callejero. Debemos quizás, hacer una
relectura de la historia y de la vida y de la naturaleza. Y saber
que la naturaleza es un don que Dios nos ha dado. No nos la
ha dado en un sentido de patronos o dueños de la naturaleza,
sino en un sentido de administradores y guardianes de ella, de
cuidarla, no de destruirla (Integrante del CCI. 25 de sept.
2011).
“Este día a la luz de la palabra de Dios, hay una reflexión
muy importante, me gustaría rescatar del evangelio dos frases
de Jesús. En primer lugar Jesús dice hipócritas, una palabra
bastante fuerte, que nos sacude, que nos conmueve hasta lo
hondo y, en segundo lugar, una frase que dice si no cambian
de vida ustedes también perecerán. Nosotros podemos decir
hipócritas ¿por qué? Porque creemos que los desastres socio
ambientales, como el aluvión de Montebello, es un castigo de
Dios y decimos ¡ah Dios castiga! Pero que hipocresías la nuestra
y de todos los sistemas religiosos que atribuyen a Dios algo tan
cruel, tan terrible, cuando es algo hecho por la responsabilidad
humana, tal vez no por la responsabilidad de todos, sino la
responsabilidad de aquellos que tienen el privilegio de tomar
decisiones en este país. En segundo lugar, que más nos dice, sino
cambian de vida ustedes también perecerán. A que se refiere con
eso, a que si no cambiamos de una lógica de desarrollo que está
matando a la naturaleza, que está terminando con el último
árbol, también a nosotros nos va pasar eso” (Integrante del
CCI. 25 de sept. 2011).
Evidentemente, es aquí donde se cristaliza
la construcción social del riesgo, se refleja la
vulnerabilidad creada a través del tiempo que los
seres humanos con su interacción individuo-medio
ambiente han elaborado.
Sin embargo, no todos los habitantes cuentan con
un sentido de protección a su medio, por ejemplo,
aquellos que viven en la cercanía de la quebrada, la
utilizan como botadero de basura y aguas servidas.
La idea del daño que esto causa al medio ambiente
no les perturba, sin considerar que esa misma acción
puede repercutirles en un daño mayor. En la mayoría
de los casos ven la naturaleza como un objeto que
se puede dominar y manipular, o perciben el daño al
medio ambiente causado por agentes externos, pero
en pocas ocasiones visualizan el daño realizado por
ellos mismos.
Puede afirmarse, por tanto, que las situaciones de
riesgos y los desastres actúan como reveladores de
estas dos facetas: muestran cómo la sociedad crea
riesgos, la construcción social del riesgo asociada con
larelaciónindividuo-medioambienteyvulnerabilidad,
a la vez, revelan cómo la sociedad percibe los riesgos
aprendidos culturalmente.
Conclusión	
El estudio sobre deslizamientos de tierra ocurridos
en El Picacho y la quebrada Las Lajas en San Ramón,
Mejicanos, El Salvador, sugiere una realidad: el riesgo
y los desastres, son el producto de la combinación,
interrelación y conjunción de una serie de factores
que se construyen a partir de procesos sociales
(Mansilla, 1996). Es decir, aquellas manifestaciones
económicas, sociales y culturales que afectan
directa o indirectamente al medio ambiente, y ante
la ocurrencia de fenómenos de origen natural es
evidente el riesgo y la vulnerabilidad de la población.
Los procesos sociales, las prácticas humanas
inadecuadas, la debilidad en las regulaciones sobre
los procesos constructivos y la ausencia de un
manejo ambiental o gestión del riesgo adecuado en la
proyección del desarrollo, muestra las consecuencias
del modelo de desarrollo en nuestro país, reflejado
en la construcción de la vulnerabilidad física y social
que coloca a grupo sociales en escenarios de riesgos.
Tal es el caso de San Ramón, donde la planificación
urbana ha transformado el territorio natural de la
zona baja del volcán de San Salvador y en la cercanía
de la quebrada Las Lajas, donde las empresas
constructoras no tomaron en cuenta la seguridad
de sus habitantes, ya que redujeron la quebrada y
desviaron su curso natural. Por lo que se considera
de vital importancia, la planeación del desarrollo
sectorial, territorial y ambiental para reducir el riesgo,
es decir, un desarrollo sustentable, priorizando
como un componente fundamental la reducción
de la vulnerabilidad y redefiniendo la participación
de los agentes sociales involucrados, desde lo local
hasta lo estatal (Rodríguez, 2011). Es necesario, por
tanto, concebir el riesgo integrando la existencia de
amenazas de origen natural y antrópicas y los factores
económicos, sociales, políticos y culturales que hacen
vulnerable a los habitantes sobre la quebrada Las
Lajas en San Ramón.
Dentro de este espacio de riesgo, se ha establecido un
sistema de relaciones sociales entre “nosotros” y “los
otros”. Donde el CCI muestra un sentido de identidad
ante la interacción con los agentes de la alcaldía,
protección civil o los habitantes de las colonias en
riesgo. En su discurso, el “nosotros” corresponde
a aquellos que llevan muchos años viviendo en ese
lugar, herederos del acontecimiento de 1982, y “los
otros” los nuevos, los que cuentan con pocos años,
los que se han apropiado de terrenos inadecuados.
En efecto, se identificó que por ser grupos sociales
heterogéneos y algunos de ellos de recién formación,
ha contribuido a una mayor vulnerabilidad social,
ya que presentan una falta de identidad colectiva,
es decir, la cohesión de todos los habitantes en
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riesgo, y ha dificultado que se establezca una acción
comunitaria capaz de gestionar el riesgo en la zona.
Se evidenció que los integrantes del CCI sus propias
experiencias relacionada con su historia pasada, les
ha permitido tener una actitud favorable en el ámbito
organizativo, han encontrado un camino para la
gestión del riesgo, estos recuerdos constituyen el
elemento central en la configuración de la identidad
de este nuevo grupo, les ha permitido una adaptación
al riesgo y a la aplicación de medidas de prevención
y mitigación creadas por sus percepciones, de tal
manera, que han sobrevivir dentro de este espacio
de riesgo. Por su parte, los nuevos habitantes no
denotan con mucha claridad de cómo responder a la
situación del riesgo.
El riesgo es percepción subjetiva con base en
las condiciones de vulnerabilidad identificadas.
Por ello, la percepción y vulnerabilidad están
intensamente vinculadas e influidas por valores y
creencias culturales (Padilla, 2010). Estas diferentes
concepciones constituyen lo que para cada individuo
es actuar con racionalidad y con las formas apropiadas
para afrontar y lidiar con el riesgo. Así, la percepción
del riesgo de los habitantes en la zona de estudio es
heterogénea, ya que la amenaza de deslizamiento no
incide más en los habitantes más expuesto al riesgo,
es decir aquellas familias que se encuentran dentro de
la quebrada, todo depende de la cultura del riesgo. En
este sentido, muestran una aceptación al riesgo, pues,
si se percibe que el riesgo puede ser sobrellevado hay
mayor aceptabilidad. Esto se manifestó cuando ante
las lluvias prolongadas se realizaban las evacuaciones
y las autoridades se encontraban con la negación
de los habitantes a ese proceso. Es que, la actitud
de estos pobladores es considerar que se les ha
infringido el riesgo y para ellos eso es política, por
ello, algunos de ellos, más que temerosos ante el
riesgo son excesivamente intrépidos y reacios a no
dejarse persuadir a pesar de la realidad del riesgo
que representa el lugar donde habitan. La cultura
del riesgo de estos habitantes creada por vivir en
un contexto de riesgo, connota aceptar y rechazar
diferentes escenarios de riesgos.
También influye, las valoraciones del espacio donde
habitan, pues estos habitantes ya se posesionaron de
ese territorio como una zona de refugio, como fuente
de producción y recurso económico, como objeto de
apego afectivo, como espacio de inscripción de un
pasado histórico. Así, el territorio no es percibido
como un espacio exterior, sino como una dimensión
donde se relacionan con su medio natural y social.
Es así, que los procesos sociales inciden en la
incrementación de la fragmentación y exclusión
social, creando grupos socioculturales y económicos
diversos, los cuales han creado relaciones sociales
de oposición y conflicto debido a las variadas
interpretaciones que cada uno tiene del riesgo. La
cultura del riesgo creada por vivir en un contexto
de riesgo condiciona las percepciones que de él se
tengan, de tal manera que lleva a aceptar y rechazar
determinados escenarios, ya que están estrechamente
relacionadas con los valores y creencias que revela
el particular estilo de vida de los habitantes de San
Ramón, Municipio de Mejicanos, El Salvador.
Bibliografía
Congreso Iberoamericano de Ciencia, Tecnología, Sociedad
e Innovación CTS+I (1, 2006, Guerrero México) 2006.
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Donaldo Colosio, en el MPO., de Acapulco Guerrero
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flanco este de El Picacho. Tesis para optar el grado
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Colección de Piezas de un Rompecabezas Social. (en
línea) consultado 7 Sep. 2010. Disponible en http://
www.desenredando.org/public/libros/1996/dma/
DesastresModeloParaArmar-1.0.0.pdf
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afmedios.com/raymundo-padilla-lozoya/9849-cultura-
de-riesgo.html
Rodríguez A. 2011. Las inundaciones en Llano Largo,
Acapulco: Riesgo, turismo y desarrollo. 1 ed. México.
CONACYT
El riesgo es percepción subjetiva
con base en las condiciones de
vulnerabilidad identificadas. Por
ello, la percepción y vulnerabilidad
están intensamente vinculadas e
influidas por valores y creencias
culturales (Padilla, 2010).
84
Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
Euchroma gigantea Linnaeus, 1758
Locación: Golfito, Costa Rica.
Fotografía: Allan Castillo.
85
Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
La naturaleza en tus manos
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que representen una contribución significativa al conocimiento, comprensión y difusión de
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ambiente, técnicas de cultivo y animales, biotecnología, fitoprotección, zootecnia, veterinaria,
agroindustria, Zoonosis, inocuidad y otras alternativas de agricultura tropical sostenible,
seguridad alimentaria nutricional y cambio climático y otras alternativas de sostenibilidad.
La revista admitirá artículos científicos, revisiones bibliográficas de temas de actualidad,
notas cortas, guías, manuales técnicos, fichas técnicas, fotografías de temas vinculados al
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páginas como máximo. Cuando amerite debe incluir los elemento de apoyo tales como:
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el mismo trabajo se podrá colocar un link o vinculo electrónico que permita a los interesados
buscar el trabajo completo y hacer uso de acuerdo a las condiciones que el autor principal
o el medio de difusión establezcan. No se aceptarán trabajos que no sean acompañados de
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científicos que se escriben en cursivas. Establecer títulos, subtitulos, subtemas y otros, si
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artículo.
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en la comunidad académica científico y/o área de trabajo, su nivel académico actual.
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iniciales y los apellidos. Ejemplo: Morales-Baños, P.L.
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86
Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015
ISSN 2307-0560
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Bioma marzo 2015

  • 1. 1 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560
  • 2. 2 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Editor general: Ing. Carlos Estrada Faggioli Coordinación general de contenido: Ing. Carlos Estrada Faggioli., El Salvador. Coordinación de contenido en el exterior: Bióloga Andrea Castro, Colombia. Bióloga Jareth Román Heracleo, México. Bióloga Rosa María Estrada H., Panamá. Corrección de estilo: Lic. Rudy Anthony Ramos Sosa. Bióloga Jareth Román Heracleo. Maquetación: Yesica M. Guardado Carlos Estrada Faggioli Soporte digital: Carlos Estrada Faggioli Saúl Vega El Salvador, marzo 2015. La naturaleza en tus manos Toda comunicación dirigirla a: [email protected] Páginas Web de BIOMA: http://virtual.ues.edu.sv/BIOMA https://edicionbioma.wordpress.com Open Acces Portada: Evidencia de estragos de incendio en el Parque Nacional Walter Thilo Deininger Fotografía: Rubén Sorto
  • 3. 3 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Ing. Carlos Estrada Faggioli, El Salvador. Consultor y Director del Proyecto BIOMA. M.Sc. José Miguel Sermeño Chicas, El Salvador. Profesor de Entomología, Jefe Dirección de Investigación, Facultad de Ciencias Agronómicas, Universidad de El Salvador Bióloga Rosa María Estrada H., Panamá. Programa Centroamericano de Maestría en Entomología, Universidad de Panamá. Yesica Maritza Guardado, El Salvador. Fotógrafa, Editora Digital. Estudiante de Periodismo Universidad de El Salvador. Lic. Rudy Anthony Ramos Sosa, El Salvador. Técnico Laboratorista en el Laboratorio de Investigación y Diagnóstico de la Facultad de Ciencias Agronómicas, Universidad de El Salvador. Bióloga Andrea Castro, Colombia. Investigadora grupo Biodiversidad de Alta Montaña BAM Bióloga Jareth Román Heracleo, México. Consultora independiente Taxonomía de macroinvertebrados Acuáticos Ph.D. Víctor Carmona, USA. Profesor de Ecología Departamento de Biología, Loyola Marymount University M.Sc. José Linares, Honduras Profesor Titular II, Departamento de Biología CURLA - UNAH. Honduras. Ing. Agrónomo Leopoldo Serrano Cervantes, El Salvador. Jefe del Departamento de Protección Vegetal Facultad de Ciencias Agronómicas, Universidad de El Salvador Ph.D. Vianney Castañeda de Abrego, El Salvador. Coordinadora Nacional del Proyecto Chagas, CENSALUD, Universidad de El Salvador La naturaleza en tus manos Comité editorial
  • 4. 4 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Editorial carlos estrada faggioli Creo que lo cotidiano se nos vuelve normal, sea bueno o malo, priorizamos eventos partir de nuestra cotidianeidad, desde comprar fósforos, hasta los eventos que consideramos más grandes e importantes en relación directa con quienes nos rodean o conforman nuestro núcleo familiar. La inercia de sobrevivencia, que llamamos vida, nos mantiene absortos creyendo que solucionamos nuestra vida, cuando en realidad lo que hacemos es salvar escoyos que a diario se nos presentan, la inercia de la misma poco nos permite programar un futuro, culpamos al sistema de no permitir nuestro avance o el de los nuestros, culpamos a los que están “arriba” de que las “cosas” no vayan por el sendero correcto, pero se queda en eso, en buscar culpables, no existe una conciencia de que las cosas irán bien cuando nosotros nos preocupemos de hacer que el sistema vaya por los caminos adecuados, cuando nos eduquemos y no sólo nos instruyamos, la instrucción es técnica, es ciencia; la educación es conciencia, sensibilidad, sabiduría. Es triste cuando en El Salvador ha habido dos elecciones consecutivas y en ninguna los candidatos se comprometieron a trabajar para proteger y recuperar el medio ambiente, ni siquiera lo abordaron de manera seria, algunos quizá no saben y confunden proteger el medio ambiente con el ecoturismo, esto me lleva a pensar que detrás de esto hay intereses que pretenden convertir al país en un parque de diversiones gigante, como otros quisieron convertirlo en una maquila destruyendo la agricultura, definiendo las ANP´s como lugares de explotación económica, piensan que de lo contrario no tienen sentido. ¡Despertemos! esos recursos naturales no son propiedad de los que están “arriba”, son propiedad de los 11 millones de salvadoreños, 6 millones en El Salvador y 5 millones afuera, son el patrimonio nuestro y quienes nos precedan. Usted piensa que esto no le atañe, pero cuando regresa a su casa se va a dormir después de un día de salvar escollos, siente calor, piensa en ir a bañarse y no cae el agua, pregúntese ¿Por qué hay tanto calor? ¿Por qué no hay agua? ¿Interesante verdad? Se da cuenta que esos temas de las ANP´s no están lejos de su casa, son parte esencial de su vida. Últimamente quienes dirigen la comunicación de masas han tomado el termino Cambio Climático como una puerta de salida para todo lo que va mal en cuanto a medio ambiente se refiere, lo han vuelto cotidiano y culpamos a un concepto abstracto de los problemas, cuando ese concepto está formado y potenciado por las actividades diarias que realizamos tanto en nuestro hogar, como en nuestro trabajo. A inicios de año conversábamos con El Biólogo Rubén Sorto sobre la publicación de un trabajo suyo y del M.Sc. Miguel Sermeño en la revista BIOMA, dicho trabajo expone la riqueza de Lepidoptera, Papilionoidea y Hesperioidea en el parque nacional Walter Thilo Deininger, El Salvador, lejos estábamos de pensar que de nuevo se desataría un incendio que, como en años anteriores, arrasó con una extensión muy importante, 600 manzanas que incluyen el Coyolar y Chanseñora. Más incendios se reportaron a lo largo de estos días en zonas forestales: ANP La Magdalena, Chalchuapa, departamento de Santa Ana “70 manzanas del área protegida La Laguna fueron afectadas por un incendio forestal provocado, según el ministerio de Medio Ambiente (MARN). Del total de terreno quemado, 40 manzanas están dentro de la zona natural protegida.” Reporta la página web del MARN. 50 hectáreas en el cerro El Molinillo y La Burra en el municipio de Metapán, departamento de Santa Ana. 25 manzanas de terreno del cantón Agua Caliente, Suchitoto, Cuscatlán. 80 hectáreas cerro El Caballito y El Comal, en Dulce Nombre de María, Chalatenango. 300 hectáreas ANP La Joya del municipio de San Vicente. La lista es más grande y preocupante, la ministra de Medio Ambiente, Lina Pohl, se ha hecho presente en algunos lugares a constatar el daño y debo creer que a tomar las medidas operativas y legales pertinentes, como ciudadano eso espero de usted Ministra Pohl, que así como no le tembló el pulso para tomar el liderazgo sobre el problema de la basura y los barriles venenosos, tome ahora cartas en el asunto de “las quemas”, no es posible que año con año veamos como el fuego destruye nuestro patrimonio natural y cultural, todo por la cultura de la haraganería de los agricultores de no chapodar, por la irresponsabilidad de los buscadores de miel, de los cazadores, de los que quieren destruir esas zonas para convertirlas en zonas de cultivo o urbanizarlas. Ministra Pohl deje ese legado de justicia ambiental a nuestro país, no está sola, yo por lo menos estoy con usted, y le aseguro que muchos lo están, pregunte y verá que muchos creemos que hay que salvar el patrimonio natural de esta patria nuestra, tan pequeña, tan sufrida, pero tan amada…
  • 5. 5 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Contenido Antes de imprimir esta revista piense en el medio ambiente. Rechace - Reduzca - Responsabilícese Veterinario Hablemos con el Diversidad de las mariposas diurnas (Lepidoptera, Papilionoidea y Hesperioidea) del Parque Nacional Walter Thilo Deininger, El Salvador. Notas sobre su distribución y fenología Segunda parte. Pág. 7 Especies del género Tropaeolum L. (Tropaeolaceae) en El Salvador. Pág. 52 Ficha técnica de Espagnola darlingtoni J. A. G. Rehn y J. W. Rehn, 1939. Pág. 59 Tortuga Prieta o Negra del Pacífico Oriental. Pág. 63 Aprender a vivir con el volcán de San Salvador. Percepción del riesgo. Pág. 74 Hematología veterinaria. Pág. 69
  • 6. 6 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Phoebolampta sp. Brunner von Wattenwyl, 1878 Captada ovipositando. Locación: pueblo Aguada, Puerto Rico. Fotografía: William Feliciano Ph. D. en Biología Celular y Molecular
  • 7. 7 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Diversidad de las mariposas diurnas (Lepidoptera, Papilionoidea y Hesperioidea) del Parque Nacional Walter Thilo Deininger, El Salvador. Notas sobre su distribución y fenología Segunda parte. López-Sorto, R. E. Sermeño-Chicas, J. M. Grupo de Entomología El Salvador, Universidad de El Salvador. El Salvador. Correo electrónico: [email protected] Profesor de Entomología, Jefe Dirección de Investigación, Facultad de Ciencias Agronómicas, Universidad de El Salvador. El Salvador. Correo electrónico: [email protected]; [email protected]
  • 8. 8 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Gremios alimentarios La alimentación en las mariposas es muy variada: Las larvas se alimentan se las hojas de una o varias especies de plantas; las pupas no se alimentan y los adultos, cuya función biológica principal es la reproducción, pueden abarcar una amplia gama de sustratos, de los cuales tienen en común la presencia de sustancias en solución que son succionadas por medio de la proboscis de los imagos. En el cuadro 6, se observan tres gremios y cuatro subgremios que fueron propuestos por Luís y Llorente, en 1990. La obtención de los recursos es dependiente de las condiciones climático-vegetales y de la disponibilidad del alimento; los sustratos en los cuales se dividieron las preferencias alimentarías de las mariposas son: arena húmeda (gremio alimentario que se denominara hidrófilos), inflorescencias (nectarivoros), material vegetal o animal en descomposición (acimófagos). Las especies nectarívoras son las más numerosas (cuadro 5), lo cual comprende potencialmente el 72% de las especies (1 gremio y 3 subgemios); al comparar con los porcentajes potenciales de especies de los otros dos gremios, se ve que los hidrófilos (con 3 subgremios) le corresponde el 31.9% y a los Acimófagos el 31.0%. Esto refleja la importancia de las flores como un recurso en la zona con respecto a las preferencias alimentarías de las especies citadas. Los hábitos alimentarios y la utilización de los diferentes recursos dentro de los Papilionoidea varían de acuerdo con la familia (Figura 12); en el caso de papilionidae (Figura13), el gremio de los nectarívoros ocupo el primer lugar, le sigue el de las especies que recurren a más de un sustrato en el gremio (N+H); en el caso de la familia Pieridae (Figura 14), el subgremio de los (N+H) ocupa el primer lugar, seguido del gremio de los nectarívoros con una especie. Familia Nectarivoro Acimofago N+H N+A H+A N+H+A Papilionidae 7 0 1 0 0 0 Pieridae 3 0 7 1 0 0 Nymphalidae 18 27 8 4 3 7 Hesperiidae 21 0 10 0 0 0 Riodinidae 7 0 2 0 0 0 Lycaenidae 5 0 0 0 0 1 Total 61 27 28 5 3 8 Cuadro 6. Número de especies por gremio alimenticio para cada una de las familias estudiadas en el Parque Deininger. N= Nectarivoros; H= Hidrófilos; A= Acinofagos Reparticion por Gremio Alimentario 47% 20% 21% 2%6% 4% Nectarivora Acimofaga N+H N+A H+A N+H+A Figura 12. Porcentaje de especies por gremio alimenticio del total de las familias de mariposas diurnas registradas en el PNWTD, departamento de La Libertad.
  • 9. 9 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Gremios Alimentarios en Papilionidae 87% 13% Nectarivora N+H Figura 13. Porcentaje de especies por gremio alimenticio del total de los Papilionidae registrados en el PNWTD, departamento de La Libertad. Gremios alimentarios en Pieridae 20% 70% 10% Nectarivora N+H N+A Figura 14. Porcentaje de especies por gremio alimenticio del total de los Pieridae registrados en el PNWTD, departamento de La Libertad. La familia Nymphalidae (Figura 15), es la que presenta mayor variedad de hábitos, así como de preferencias alimentarías; se encuentran bien representados los tres gremios básicos, además de las especies que recurren a más de un sustrato, al tomar en cuesta esto último, se tiene que tanto nectarívoros como acimófagos son los mejor representados con 27 y 40% respectivamente, mientras que los subgremios alimentarios (N+H),(N+A), (H+A), (N+H+A), suman en conjunto el 32% del total de especies registradas en esta familia; esto muestra la gran variedad de sustratos que son capaces de utilizar. En el caso de los Riodinidae y Lycaenidae se observa la mayor preferencia que tienen hacia las flores (Figuras16 y 17) con sólo unas pocas especies que recurren a más de un sustrato. Los hábitos alimentarios y la utilización de los diferentes recursos dentro de los Hesperioidea, representados por la familia Hesperiidae, muestran una clara preferencia al néctar y polen que obtienen de las flores (Figura 18) con sólo unas pocas especies que recurren a la obtención de sales minerales en las arenas de los ríos.
  • 10. 10 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Gremios alimentarios en Nymphalidae 27% 41% 12% 6%4%10% Nectarivora Acimofaga N+H N+A H+A N+H+A Figura 15. Porcentaje de especies por gremio alimenticio del total de los Nymphalidae registrados en el PNWTD, departamento de La Libertad. Gremios alimentarios en Riodinidae 78% 22% Nectarivora N+H Figura 16. Porcentaje de especies por gremio alimenticio del total de los Riodinidae registrados en el PNWTD, departamento de La Libertad. Figura 18. Porcentaje de especies por gremio alimenticio del total de los Hesperiidae registrados en el PNWTD, departamento de La Libertad. Gremios alimentarios en Lycaenidae 83% 17% Nectarivora N+H+A Figura 17. Porcentaje de especies por gremio alimenticio del total de los Lycaenidae registrados en el PNWTD, departamento de La Libertad. Gremios alimentraios en Hesperiidae 68% 32% Nectarivora N+H
  • 11. 11 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Trampa Van Someren-Rydon. Para el registro del gremio alimenticio de los acimófagos, fue necesaria la utilización de la trampa Van Someren-Rydon, así como el registro visual de los individuos que se posaban en las excretas y frutos en descomposición. La trampa fue utilizada de manera sistemática a lo largo de los 9 meses que duró el muestreo, los resultados obtenidos por este método se analizaron con base a la estacionalidad, se llevó un control estricto del número de ejemplares liberados para hacer un análisis con los datos disponibles, sólo un número representativo de ejemplares de todas las especies capturadas fue sacrificada (1 a 5 individuos por especie entre machos y hembras). Por medio de la trampa Van Someren-Rydon fue posible recolectar 34 especies, las cuales representan el 69.38% del total de 49 especies entre el gremio y los 3 subgremios que conforman en su totalidad a los acimófagos. En cuanto al total de especies para este estudio, las 34 especies capturadas con las trampas representan un 25.75% de las 132 especies registradas para el parque Deininger. En cuanto al porcentaje de individuos, los 885 ejemplares capturados con las trampas representan el 42.32% del total de 2090 recolectados por los diferentes métodos y técnicas aplicadas para este estudio. Algunas especies capturadas con trampa, posiblemente fueron atraídas por factores ajenos a los efectos de la fermentación del cebo, o sea que no pertenecen al grupo de las mariposas fruteras, en tal caso pueden mencionarse algunas especies como: Hyposcada virginiana, Anartia fatima, y especies nocturnas como: Coenipetia demonia, Ascalpha odorata y Letis tuisiana. De las 34 especies, 14 fueron recolectadas exclusivamente con las trampas: Anaea eurypyle, Catonephele numilia, Eunica monima, Hamadryas amphinome, Hamadryas atlantis, Hamadryas feronia, Hamadryas glaucome, Historis acheronta, Historis odius, Hyposcada virginiana, Opsiphanes cassina, Pyrrhogyra otolais, Zaretis ellops,Temenis laothoe. Estacionalmente se observa que la época de mayor eficiencia para las capturas en las trampas Van Someren-Rydon se presenta en la temporada de lluvias (Fig.19), ya que de junio a octubre se tiene representado el 63% de los ejemplares recolectados y represento el 62% de las especies capturadas en la trampa, siendo julio el mes donde más especies fueron capturadas (27) y mayor cantidad de ejemplares (162). 0 25 50 75 100 125 150 175 M A M J J A S O N Meses Eficiencia de la trampa Van Someren - Rydon Ejemplares Especies Figura 19. Desempeño de las capturas de especies y ejemplares en las trampas Van Someren-Rydon en el transcurso del estudio. En los meses de época seca (Marzo y Abril) se logró muestrear, el porcentaje de especies obtenidas fue de 19% y representó el 21% de los ejemplares recolectados en las trampas, siendo el mes de Marzo donde más especies fueron capturadas (20) y mayor cantidad de ejemplares (99) fueron capturados.
  • 12. 12 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 La transición seca-lluviosa que correspondió al mes de mayo representó el 12% del total de los ejemplares y el 9% de las especies, con 107 individuos y 14 especies respectivamente. La época de transición lluviosa-seca que correspondió al mes de Noviembre, representó el 4% de los ejemplares y el 9% de las especies, con 35 ejemplares y 15 especies respectivamente. Cabe mencionar que se observó una tasa de crecimiento mayor en el número de ejemplares recolectados en la época de transición seca-lluviosa (107) que en la transición lluviosa-seca (35), no así en el número de especies donde la diferencia en los registros es mínima dado que el número de capturas para los meses de transición se diferencian solo por una especies más capturada en la transición lluviosa- seca (15). Distribución en los diferentes tipos vegetacionales. La distribución de los Papilionoidea y Hesperioidea, en función a los tipos de vegetación presentes en el Parque Nacional Walter Thilo Deininger, está comprendida implícitamente en el cuadro 7; en este se sintetiza la distribución total de cada familia para los dos tipos vegetacionales considerados: Bosque caducifolio (Bc) y Bosque ripario (Br). En el cuadro 6 se expresa el total de especies para cada familia presentes en cada uno de los tipos vegetacionales. Los resultados para ambos tipos de comunidades vegetales pueden observarse graficados en la figura 20. En el bosque ripario del Parque Deininger (Br) está representado el 56.25% del total de especies de mariposas diurnas del parque Deininger. El Bosque ripario comprende 108 especies: 7 de Papilionidae, 9 de Pieridae, 54 Nymphalidae, 7 de Riodinidae, 3 de Lycaenidae y 28 de Hesperiidae. En el bosque caducifolio (Bc) se muestra un leve declinamiento de Figura 20. Distribución de las especies de mariposas diurnas en cada comunidad vegetal en el transcurso del estudio dentro del PNWTD, Departamento de La Libertad. la riqueza pues se reduce a 84 especies que representa el 43. 75 % de la riqueza de especies del parque Deiniger. Estacionalidad de las superfamilias. Los Papilionodea y Hesperioidea del Parque Nacional Wlalter Thilo Deininger presentan un patrón de estacionalidad semejante en fluctuación de la riqueza de especies y la abundancia de sus imagos (fase adulta) como lo muestran las figuras 21 y 22, en la época seca y cálida las poblaciones presentan su mínima abundancia de especies, igual sucede con la riqueza. En la época lluviosa, el tamaño de las poblaciones aumenta y la riqueza llega a su máximo. Debido a estos resultados puede conocerse una fenología en la que los patrones estacionales de abundancia y riqueza en los adultos de ambas superfamilias en el PNWTD están fuertemente correlacionados con las lluvias. La fluctuación de la abundancia y riqueza de las superfamilias se muestra mensualmente en las figuras 23 y 24. Se observa que de Marzo a Mayo (parte de la época seca), aunque las poblaciones son bajas, la riqueza no lo es tanta en comparación con la proporción entre los números de especies en tales meses y los máximos de población en los meses de Julio y Octubre (Fig. 25); cuando el tamaño de las poblaciones aumenta en Julio, ocurre de manera considerable, lo que indica que en la primera mitad del año las poblaciones son pequeñas, pero se tienen muchas especies representadas con pocos individuos. En los meses de Julio a Noviembre, las poblaciones fluctúan, pero no la riqueza, que se mantiene constante en alrededor de 80 especies. El aumento de especies es esta época puede deberse a que las especies univoltinas aparecen en este periodo y se adicionan a las que son multivoltinas que se presentan durante todo el año. Las familias estudiadas muestran una estacionalidad diferente entre ellas (Fig. 26), pero en general se presenta mayor diversidad en los meses de época lluviosa de los meses de Julio a Noviembre
  • 13. 13 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Especie Bc Br Battus polydamas X X Eurytides ephidaus X X Eurytides philolaus X Papilio (Heraclides) cresphontes X Papilio (Heraclides) thoas X Parides (Arcas)eurimedes mylotes X X Parides Iphidamas X X Parides montezuma X Ascia monuste X X Itaballia demophile X X Eurema daira X X Eurema mexicana X X Eurema proterpia X Eurema xanthoclora X Phoebis agarithe X X Phoebis argante X X Phoebis philea X X Phoebis senae X X Zerene cesonia X X Doxocopa calliarina X X Doxocopa laure X Calllicore pitheas X Catonephele numilia X Dynamine postvera X Hamadryas amphinome X Hamadryas atlantis X Hamadryas februa X X Hamadryas feronia X Hamadryas glaucome X Hamadryas guatemalena X X Marpesia chiron X Marpesia petreus X Nica flavilla X Pyrrhogyra neaerea X Pyrrhogyra otolais X Temenis laothoe X Anaea eurypyle X Archaeprepona demophon centralis X Archaeprepona demophoon gulina X Consul fabius X Prepona laertes (omphale) X Zaretis ellops X Licorea cleobaea X Danaus erisimus X X Danaus gilipus X X Agraaulis vanillae X X Dryadula phaetusa X X Dryas iulia X Eueides isabella X X Euptoieta hegesia X Heliconius charitonius X X Heliconius erato X X Heliconius hecale X X Heliconius melpomene X Greta morgane morgane X Greta morgane oto X Hyposcada virginiana X Mechanitis polymnia X Pteronymia cotytto X Libytheana carinenta mexicana X Adelpha fessonia X X Adelpha seriphia godmani X Adelpha serpa celerio X X Caligo memnon X X Morpho helemor X X Morpho polyphemus X Opsiphanes cassina X Especie Bc Br Especie Bc Br Especie Bc Br Cuadro 7. Distribución de las especies de mariposas para cada unos de los tipos vegetacionales estudiados en el Parque Deininger.
  • 14. 14 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Anartia fatima X X Chlosyne erodyle X Chlosyne (Thessalia) theona X Chlosyne lacinia X Chlosyne melanarge X X Colobura dirce X X Eunica monima X X Historis acheronta X Historis odius X Junonia evarete X Microtia elva X X Phyciodes (Anthnassa) tulcis X Siproeta stelens X X Smirna blomfildia X X Tegosa anieta X X Cissia confusa X X Cissia similis X X Taygetis thamyra X X Taygetis uncinata X X Euselasia hieronymi X X Euselasia mistica X Anteros carausis X Baeotis zonata X Emesis fatimella X Hypophylla (Calospila) zeuripa X X Melanis pixe X Mesosemia lamachus X Synargis miycone X Hemiargus ceraunus X X Phanthiades bathildis X Phanthiades bitias X Phanthiades spp. X Pseudolycaena domo X Thereus ortalus X Amblyscirtes fluonia X X Atrytonopsis ovinia X Lerodea eufala X X Achlyodes busiris X X Aguna metophis X Anastruas neaeris X X Astraptes anaphus X X Astrartes fulgerator X Bolla imbras X X Cabares potrillo X Drephalis oriander X Drephalys oria X X Aguna asander X Heliopetes alana X X Mylon pelopidas X X Nascus paulliniae X X Nisoniades laurentia X X Ocyba calathana X Phocides belus X Polictor cleta X X Polygonus leo X Polygonus manueli X Pyrgus oileus X Telemiades amphion X Typedanus ampyx X Urbanus procne X Urbanus esta. X X Urbanus doryssus X X Urbanus esmeraldus X X Xenophanes tryxus X X Achalarus albociliatus X TOTAL 84 108 Especie Bc Br Especie Bc Br Especie Bc Br
  • 15. 15 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 0 50 100 150 200 250 300 350 M A M J J A S O N Ejemplares Meses 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 M A M J J A S O N Especies Meses 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 Marz- May Jun - Ags Sep - Nov Prom.deEspecies Estaciones Estaconalidad de las Superfamilias Figura 21. Fluctuación de la riqueza de especies durante los meses de muestreo. Figura 23. Curva promedio indicando la fluctuación de la abundancia de individuos mensualmente. Figura 24. Curva promedio indicando indica la fluctuación de la riqueza de especies mensualmente. Figura 22. Fluctuación de la abundancia de especimenes durante los meses de muestreo. 0 50 100 150 200 250 300 350 Marz- May Jun - Ags Sep - Nov PromediodeEjemplares Estaciones Abundancia estacional de las Superfamilias
  • 16. 16 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 0 50 100 150 200 250 300 350 M A M J J A S O N PromSppyEjemplares Meses Especies Ejemplares Figura 25. Curvas promedio contrastando las fluctuaciones entre de la abundancia y la riqueza de mariposas mensualmente. Figura 26. Diferencia en estacionalidad entre las seis familias estudiadas, que en general presentan mayor diversidad en los meses de la época húmeda. 0 10 20 30 40 50 60 70 80 M A M J J A S O N Especies Meses Fenologia de las Seis Familias Papilionidae Pieridae Nymphalida e Hesperiidae Riodinidae Lycaenidae Fenología de las mariposas. La Organización Meteorológica Mundial (OMM), define la fenología, como el estudio de las fases de la vida de las plantas y animales en relación con el tiempo y clima. Encuanto a la fenología, se pueden sacar consecuencias importantes relativas al comportamiento climático en general y fundamentalmente en lo concerniente a un lugar determinado, que es lo que se denomina microclima, simplemente observando la fecha del comienzo de los diferentes fenómenos naturales, como puede ser la migración de las aves, la aparición de los primeros insectos o la floración de árboles y arbustos a lo largo del año. La fenología de los períodos de la etapa de reproducción está muy condicionada en los insectos por factores como la temperatura, humedad o precipitaciones (Corbet, 1964; Sweeney, 1984) que actúan como estímulos desencadenando una respuesta fisiológica, en este caso la maduración y emergencia de los individuos adultos (Corbet, 1964). El conocimiento y la comprensión de los patrones fenológicos de las especies en los ecosistemas naturales son de interés básico en estudios ecológicos sobre biodiversidad, productividad y organización de las comunidades e interacciones de las plantas con la fauna; además, reviste gran importancia en programas de conservación de recursos genéticos, manejo forestal y planificación de áreas silvestres (Mooney et. al. 1980, Huxley 1983) Distribución de la biodiversidad. Biodiversidad. Variabilidad entre los organismos vivos de toda procedencia, incluidos los terrestres y los acuáticos, así como los complejos ecológicos de los cuales forman parte. Esto comprende la diversidad dentro de las especies, entre las especies y los ecosistemas (Convención sobre la diversidad biológica 1992). Medición de biodiversidad. Los estudios sobre medición de biodiversidad se han centrado en la búsqueda de parámetros para caracterizarla como una propiedad emergente de las comunidades ecológicas. Sin embargo, las comunidades no están aisladas en un entorno neutro. En cada unidad geográfica, en cada paisaje, se encuentra un número variable de comunidades. Por ello, para comprender los cambios de la biodiversidad con relación a la estructura del paisaje, la separación de los componentes alfa, beta y gamma puede ser de gran utilidad principalmente para medir y monitorear los efectos de las actividades humanas (Moreno, 2001). Ecológicamente existen tres niveles para medir la biodiversidad (Sugg, 1996; Moreno, 2001): Diversidad Alfa. La diversidad alfa se refiere a la diversidad dentro de un ecosistema particular y generalmente se expresa como el número de especies (es decir la riqueza de especies) del ecosistema (Muffe et al., 2002). Diversidad Beta. Es una comparación de la diversidad entre
  • 17. 17 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 ecosistemas; generalmente se mide como el cambio en diversidad de especies entre estos ecosistemas. Es decir número total de especies que son exclusivas de cada uno de los ecosistemas que se este comparando (Hunter, 2002). Diversidad Gamma. La diversidad Gamma es una medida de la diversidad general del conjunto de los ecosistemas diferentes de una región. Hunter (2002) define la diversidad Gamma como la “diversidad de especies a una escala Geográfica”. Índice de Diversidad. La diversidad de especies se puede definir como el número de especies en una unidad de área, tiene dos componentes principales la riqueza (número de especies) y la equitatividad (número de individuos de una sola especie) (Smith, 2001). Generalmente en las evaluaciones biológicas se usan índices de diversidad que responden a la riqueza de especies y a la distribución de los individuos entre las especies (Clements y Newman, 2002). Índices de equidad. Algunos de los índices más reconocidos sobre diversidad se basan principalmente en el concepto de equidad. Son índices que toman en cuenta el valor de importancia de cada especie. Expresa la uniformidad de los valores de importancia a través de todas las especies de la muestra. Mide el grado promedio de incertidumbre en predecir a que especie pertenecerá un individuo escogido al azar de una colección (Magurran, 1988; Peet, 1974; Baev y Penev, 1995). Asume que los individuos son seleccionados al azar y que todas las especies están representadas en la muestra. Índice de Shannon-Wiener H= -  p1ln p1 Índices de dominancia. Los índices basados en la dominancia son parámetros inversos al concepto de uniformidad o equidad de la comunidad. Toman en cuenta la representatividad de las especies con mayor valor de importancia sin evaluar la contribución del resto de las especies. donde: Pi = Es la abundancia proporcional de la especie i, es decir el número de individuos de la especie i entre el número total de individuos de la muestra. Índice de Equitatividad. La equitatividad (J’) es que tan uniformemente están distribuidos los individuos entre las especies (Newman, 2003). Esto refleja la distribución de individuos entre especies (Clements y Newman, 2002). Es una relación entre Diversidad y Riqueza biológica o lo que es igual, la proporción entre diversidad obtenida y máxima posible, la equitatividad obtendrá siempre valores entre 0 y 1 y debe ser siempre analizada con los resultados de diversidad. Una de las formas más sencillas para estimar la equitatividad es a partir de la abundancia de la especie dominante. El valor de E se acerca a cero cuando una especie domina sobre todas las demás en la comunidad y se acerca a 1 cuando todas las especies comparten abundancias similares (Clements y Newman, 2002). Diversidad y Similitud entre Localidades. Con respecto a la riqueza de especies ya se menciono que la vegetación riparia de los ríos y quebradas del parque Deininger es mas rica que la de la vegetación caducifolia, la mayor abundancia se muestra en el Índice de Simpson = pi2 bosque ripario (104 especies), comparado con el bosque Caducifolio (84 especies). Con respecto al índice de Shannon también la vegetación riparia sobresale con un valor de 4.443 comparado con el valor del bosque caducifolio de 3.9402 y la equitatividad de 0.80 para bosque caducifolio y de 0.90 para el bosque ripario, demuestra la mayor abundancia de individuos de las de especies dominantes en el bosque caducifolio en comparación con el bosque ripario. Con respecto a la dominancia, al observar los datos obtenidos por el índice de Simpson en el cuadro 8, se aprecia un mayor valor de dominancia en el bosque ripario que en bosque caducifolio, con respecto al número de especies donimantes presentes en las localidades, no así para el número de individuos pertenecientes a estas especies que tal como se menciono anteriormente al analizar los resultados de equitatividad los individuos de las especies dominantes muestran una mayor presencia en el bosque caducifolio. En el cuadro 8 podemos apreciar que el bosque Ripario tiene más especies únicas 48 que el bosque caducifolio 24, estas diferencias influyen en el grado de perturbación a medida que se reduce el número de especies únicas el grado de perturbación es mayor. Con respecto a la diversidad Beta, el valor obtenido para ambas localidades es de 72 especies, y la diversidad Gama para todas las localidades en conjunto para este estudio fue de 132 especies, lo que indica que la diversidad general de lepidópteros para el PNWTD es de 132 especies distribuidas en los diferentes ecosistemas del paisaje. El cuadro 9 nos indica que existe una similitud con valores de 45. En el cuadro 10 se aprecia que ambas localidades también tienen una similitud para los valores obtenidos por el porcentaje de similitud de 48%; lo cual se aprecia con las especies compartidas entre las dos localidades de 60 especies.
  • 18. 18 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Indicador Bosque Caducifolio Bosque Ripario Abundancia 1050 1040 S= Riqueza (Diversidad alfa) 84 108 H’=Shannon 3.9402 4.443 Índice de Simpson (Dominancia) 36.552 71.941 J’ = Equitatividad 0.80695 0.90999 Especies exclusivas 24 48 Diversidad Beta 72 Diversidad Gama 132 Cuadro 8. Resumen de resultados de diversidad del parque Deininger. Cuadro 10. Comparación del porcentaje de similitud para ambos tipos de vegetación. Cuadro 9. Comparación de indicadores de similitud de Jaccard entre las localidades. Comparación entre localidades Bosque caducifolio Bosque ripario Bosque caducifolio 100 45 Bosque ripario 45 100 Comparación entre localidades Bosque caducifolio Bosque ripario Bosque caducifolio 100% 48% Bosque ripario 48% 100% Especies Exclusivas. Las especies que a continuación se enlistan fueron encontradas en una sola localidad, por lo que se cree que estan restringidas a ciertas condiciones imperantes en la vegetación u otros factores de la localidad Bosque Ripario: Papilio cresphontes Papilio thoas Parides montezuma Doxocopa laure Calllicore pitheas Marpesia chiron Marpesia petreus Nica flavilla Pyrrhogyra neaerea Pyrrhogyra otolais Temenis laothoe Archaeprepona demophoon Archaeprepona demophon gulina Consul fabius Prepona laertes (omphale) Licorea cleobaea Heliconius melpomene Greta morgane morgane Greta morgane oto Mechanitis polymnia Pteronymia cotytto Libytheana carinenta mexicana Adelpha seriphia godmani Urbanus esmeraldas
  • 19. 19 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Morpho polyphemus Opsiphanes cassina Chlosyne erodyle Chlosyne (Thessalia) theona Chlosyne lacinia Phyciodes (Anthnassa) tulcis Euselasia mistica Emesis fatimella Mesosemia lamachus Hemiargus ceraunus Phanthiades bathildis Phanthiades sp. Achlyodes busiris Anastruas neaeris Astraptes anaphus Astrartes fulgerator Bolla imbras Nascus paulliniae Ocyba calathana Polictor cleta Polygonus leo Pyrgus oileus Telemiades amphion Urbanus esta. Bosque Caducifolio: Eurytides philolaus Eurema proterpia Eurema xanthoclora Catonephele numilia Dynamine postvera Hamadryas amphinome Hamadryas atlantis Hamadryas feronia Hamadryas glaucome Anaea eurypyle Zaretis ellops Euptoieta hegesia Hyposcada virginiana Historis acheronta Historis odius Junonia evarete Lerodea eufala Cabares potrillo Drephalis sp. Phocides belus Typedanus ampyx Urbanus doryssus Xenophanes tryxus Achalarus albociliatus Curvas de acumulación de especies En el inventariado de la diversidad biológica a menudo resulta imposible registrar la totalidad de las especies presentes en un área determinada. Este es un grave problema, dado que la riqueza de especies es la principal variable descriptiva de la biodiversidad (Valverde y Hortal, 2003). Las curvas de acumulación de especies, en las que se representa el número de especies acumulado en el inventario frente al esfuerzo de muestreo empleado, son una potente metodología para estandarizar las estimas de riqueza obtenidas en distintos trabajos de inventariado. Además, permiten obtener resultados más fiables en análisis posteriores y comparar inventarios en los que se han empleado distintas metodologías y/o diferentes niveles de esfuerzo. Son también una herramienta muy útil para planificar el esfuerzo de muestreo que se debe invertir en el trabajo de inventariado (Valverdey Hortal 2003) Estado de inventario de mariposas del pnwtd (curva de acumulación de especies). La figura 27 muestra la curva de acumulación de especies de Lepidópteros del parque nacional Deininger, generada durante el presente estudio, la cual indica que no todas las especies fueron registradas, y que mayor esfuerzo de muestreo es necesario para poder completar el inventario. Cuando la curva llega a la asuntota se considera que el inventario se ha completado y que muy pocas especies hacen falta identificar. Sin embargo al observar el grafico relativo a los lepidópteros del parque Deininger, pareciera que el inventario está incompleto ya que la curva sigue manteniendo una tendenciadecrecimiento.Lacurvaagrupadoshábitats estudiados (Bosque Ripario y Bosque Caducifolio). A pesar del esfuerzo de muestreo 80 días distribuidos en 18 semanas, la curva sugiere que mayor esfuerzo de muestreo resultara en el registro de más especies. Por el momento el nivel de finalización del inventario es de un 84%. La mayor estimación de la riqueza de especies en el parque Deininger fue 177 utilizando el estimador Jack 2 Mean. Esta estimación sugiere que las 132 especies registradas representaban el 74% de la riqueza de especies presentes durante el estudio. ACE Mean, la menos conservadora estimación de esfuerzo de muestreo (más bajo estimador de la riqueza de especies) sugiere que el 94% de la fauna de mariposas presentes fueron detectados (Cuadro 11).
  • 20. 20 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 0 20 40 60 80 100 120 140 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 Especies Semanas de Muestreo Figura 27. Curva de acumulación de especies registradas durante el estudio de los lepidópteros diurnos del parque nacional W. D. 2008. Figura 28. Curva de acumulación comparativa de las especies registradas en las dos habitats muestreados durante el estudio de los lepidópteros diurnos del parque nacional W. D. 2008 Cuadro 11. El cuadro reúne los estimadores de riqueza (Colwell, 2007), generados por la curva de acumulación de especies. Estimador Número de Especies ACE Mean 139 ICE Mean 150 Chao 1 Mean 141 Chao 2 Mean 166 Jack 1 Mean 160 Jack 2 Mean 177 La curva de acumulación comparativa del PNWTD (Grafico) Nos muestra el estado de los inventarios individuales para cada uno de los hábitats, para ambos tipos de bosque nos muestra que se necesita aun un mayor esfuerzo de muestreo para poder contar con un inventario más avanzado (Fig. 28). 0 20 40 60 80 100 120 140 1 2 3 4 5 6 7 8 9 Especies Semanas de Muestreo Ripario Caducifolio Discusión Lista de epecies y abundancia. Con base en los resultados de este trabajo se han registrado 132 especies de mariposas diurnas del Parque Nacional Walter Thilo Deininger, de estas especiestodassonnuevosregistrospara eláreadebido a que no hay trabajos de investigación, recolectas o publicaciones sobre lepidópteros antes del presente estudio realizado durante el año 2008. De las 132 especies registradas, 101 especies pertenecen a la Superfamilia Papilonoidea, correspondientes a 1891 especímenes repartidos en 5 familias, 18 subfamilias distribuidas en 65 géneros; mientras que para la Superfamilia Hesperioidea se recolectaron 199 especímenes correspondientes a 1 familia y 2 subfamilias, distribuidas en 25 géneros representadas en 31 especies.
  • 21. 21 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 De las 31 especies colectadas de la familia Hesperiidae 23 habían sido recolectadas ya por Stephen R. Steinhauser en 1975, aunque no en el área que se realizo el actual estudio, las colectas de Steinhauser fueron realizadas en diferentes puntos del país, en el cual pudo registrar 284 especies de Hesperidos para el país. Al hacer un análisis del número de especies y ejemplares, la familia Nymphalidae presenta la mayor riqueza abarcando un 50% del total de la Lepidopterofauna del parque deininger, y una abundancia relativa de 1353 que representa el 65% del total de recolectas para el presente estudio, le siguen en cantidad los Hesperidos pero en este caso su porcentaje en riqueza representa solamente el 23% del total de la diversidad de especies de mariposas para la zona. Las familias Papilionidae, Riodinidae y Lycaenidae presentan las cantidades menores de especies, esto solo en relación con los registros de las otras familias. Lastimosamente no podemos comparar los resultados del PNWTD con otros estudios a nivel de áreas naturales protegidas de El Salvador, debido a la falta de publicaciones oficiales o formales para los otros parques nacionales. Con base al número de especies registradas para el Parque Nacional Walter Thilo Deninger, se puede considerar el Parque Nacional de El Salvador mejor documentado con las especies de insectos de las Superfamilias de mariposas diurnas Papilionoidea y Hesperioidea. Estas afirmaciones tienen su base en la falta de inventarios formales ó la supuesta existencia de listados de mariposas de algunas áreas naturales que nunca han sido publicados oficialmente. Gremios alimentarios. Elcuadro5muestralacantidaddeespeciesporgremio que se obtuvo de cada una de las familias. Según esto, la fuente de alimento más ampliamente utilizada por ellas son las flores, ya que aquí se han tomado en cuenta a las especies exclusivamente nectáreas (47%). Adicionadas a otras que se alimentan de otro sustrato aparte de néctar (31%), lo que hace un total de 78%. Esto está en función a la disponibilidad del recurso, que depende de la época del año; en especies solamente nectarívoras, su emergencia puede estar correlacionada con la época de floración, en cambio si tiene otras preferencias, pueden aprovechar los frutos en descomposición o las sustancias disueltas en el agua de la arena húmeda, según sea el caso. La fonología de la floración y la fenología de los imagos de insectos en las selvas bajas caducifolias deben estar estrechamente relacionadas, lo que es un tema importante a investigar con más detalle. No solo la presencia de alimento suficiente para los adultos es decisiva en la época de emergencia, el alimento de las larvas juega un papel importante, junto a otros factores de la historia natural de los lepidópteros. Por tales hechos es necesario hacer estudios de la fenología de las plantas huésped, la fenología de la fructificación-floración y la fenología de la comunidad de mariposas. Trampas Van Someren-Rydon. Al analizar la eficiencia de las trampas se encontró que esta se presenta en la temporada de lluvias ya que se tiene representado el 63% de los ejemplares colectados, que representó el 62% de las especies recolectadas por esta técnica. La posibilidad de que la efectividad del cebo utilizado en una trampa puede variar en diferentes estaciones del año. En el caso particular de los frutos en descomposición, puede competir con los recursos naturales de la zona, y ser menor la efectividad cuando los frutos son localmente abundantes. Sin embargo, aun cuando se observó esta competencia, las trampas Van Someren-Rydon fueron regularmente eficientes en la temporada de mayor fructificación en el área de estudio. Las especies que más comúnmente son acimofagas pertenecen a la familia Nymphalidae, 41% del total de las especies obtenidas como se observa en la figura 15 el; además es importante mencionar que el 69.38% de las especies acimofagas se obtuvieron al menos una vez en trampa. Sin embargo, no todas las especies que se capturaron en trampas Van Someten- Rydon pertenecen a tal gremio, algunos nymphalidae y Noctuidae, tal vez fue por obtener agua, o por accidente, ya que las trampas permanecían en el día y la noche instaladas en el sotobosque y el dosel de los árboles. Distribución en los diferentes tipos vegetacionales. La mayor riqueza encontrada fue en el bosque ripario (Br), aquí está representado el 56.25% del total de especies de mariposas diurnas del parque Deininger. El Bosque ripario comprende 108 especies: 7 Papilionidae, 9 Pieridae, 54 Nymphalidae, 7 Riodinidae, 3 Lycaenidae y 28 Hesperiidae. En el bosque caducifolio se muestra una menor riqueza pues se reduce a 84 especies que representa el 43. 75 % de la riqueza de especies del parque Deiniger. El incremento de especies en el bosque ripario puede deberse principalmente a dos aspectos: la gran diversidad de plantas de alimentación larval existentes en dicho tipo vegetacional y la presencia de flores y frutos de algunas especies encontradas en esta zona durante buena parte del año. Estacionalidad. Loslepidópterosdiurnosensuetapaadulta,delparque Deininger presentan un patrón de estacionalidad cuya mayor riqueza y abundancia coinciden con la época lluviosa. El hecho de que haya mayor riqueza, puede significar que esa época reúne las condiciones favorables (alimentarías y meteorológicas) para la emergencia y periodos de vuelo de la mayoría de especies, lo que quiere decir que tanto la temperatura
  • 22. 22 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 como la humedad, al igual que la fenología de la vegetación presentan condiciones optimas. Al estudiar la fenología de los lepidópteros del parque Deininger se puede mencionar que el vuelo de los adultos o su fácil visualización, esta relacionado con la presencia y ausencia del sol, ya que son organismos heliofilos, lo que puede haber sido un factor que influyo durante la realización del presente estudio. La fenología de las familias presenta el mismo patrón de distribución en la época lluviosa que las mariposas en general, quizás sea debido a la presencia del florecimiento de determinadas familias de plantas para su alimentación adulta o la sincronía con la estación de crecimiento de sus plantas de alimentación larval, ya que la cantidad y calidad de estas, son factores importantes para que el alimento sea disponible en determinada época. Estado del inventario. A pesar del esfuerzo de muestreo 80 días distribuidos en 18 semanas, la curva sugiere que mayor esfuerzo de muestreo resultara en el registro de más especies. Por el momento el nivel de finalización del inventario es de un 84%, esto se puede observar en el grafico relativo a los lepidópteros del parque Deininger, pareciera que el inventario está incompleto ya que la curva sigue manteniendo una tendencia de crecimiento. La curva de acumulación de especies sugiere más tiempo de trabajo de campo ya que se observó que esta curva tiene tendencias al aumento de especies. En cuanto a los estimadores de riqueza de especies, el estimador Jack 2 Mean sugiere que en el área habría 177 especies. Esta estimación sugiere que las 132 especies registradas representaban el 74% de la riqueza de especies presentes durante el estudio. ACE Mean, la menos conservadora estimación de esfuerzo de muestreo (sugiere que el 94% de la fauna de mariposas presentes fueron detectados. Conclusiones La superfamilias Papilionoidea y Hesperioidea del PNWTD de acuerdo con este estudio están representadas por 6 familias, 90 géneros y 132 especies, de las especies registradas, 8 (Hesperiidae) son nuevos registros para El Salvador. Lasespeciesdelparquenacionalpresentarondiferentes preferencias alimenticias: las que se alimentaban de néctar fueron las más numerosas, debido principalmente a la abundancia de inflorescencias durante buena parte del año en el bosque ripario y en el bosque seco en la época lluviosa. En menor proporción las especies acimofagas por ser un gremio generalmente difícil de colectar y/u observar por que utiliza un recurso estacional muy abundante, solo en cierta época, las especies exclusivamente hidrófilas no se reportaron, no así las que además de sales disueltas en agua utilizaron otro sustrato, a pesar de esto fueron las de menor número de registro debido a que no es un recurso muy común, y en general está ligado a cuerpos de agua y solamente a determinados hábitats y época de la zona. La eficiencia de la trampa Van Someren-Rydon fue mayor en época, en lluviosa la que había mayor riqueza de especies y se pudieron recolectar en ella a la mayoría de especies del gremio acimofago. La riqueza y abundancia relativa de las especies fue mayor en la época lluviosa debido a la combinación de factores climáticos, tales como temperatura y humedad, y la vegetacionales, que favorecieron tanto a la abundancia del alimento larval, como el de fuentes de néctar u otros sustratos alimentarios de adultos. La fenología de las especies está relacionada con los factores climáticos relativos al comportamiento climático en general y fundamentalmente en lo concerniente al parque Deininger. El hecho de que haya mayor riqueza de especies en la época lluviosa, significa que esa época reúne las condiciones favorables (alimentarías y meteorológicas) para la emergencia y periodos de vuelo de la mayoría de especies, lo que quiere decir que tanto la temperatura como la lluviosa, al igual que la fenología de la vegetación presentan condiciones óptimas. El listado de especies no ha sido completado, ya que la curva de acumulación de especies sigue manteniendo una tendencia de crecimiento. Por el momento el nivel de finalización del inventario, según los estimadores de riqueza, es de un 84%, debo de aclarar que los estimadores de riqueza utilizados en el análisis de los datos evalúan solamente el esfuerzo de muestreo entre el tiempo que se desarrollo la investigación, lo que nos hace concluir que aún falta por registrar más del 50% de las mariposas del parque. Recomiendo continuar con el muestreo en el Parque Nacional con énfasis en las Familias Lycaenidae, Riodinidae y Hesperiidae, ya que estas representan más del doble de especies reportadas para el trópico, y lastimosamente no fueron muestreadas eficientemente. Agradecimientos Al Departamento de Protección Vegetal, Facultad de Ciencias Agronómicas de La Universidad de El Salvador, por prestar sus instalaciones para realizar la fase de laboratorio. Al Ingeniero Carlos Alberto Escobar Flores del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, por tomar parte importante en la iniciativa para la realización de esta investigación. A la Dra. Jacqueline Miller del museo de historia natural de la Florida por proporcionar el documento “An annotated list of the Hesperiidae of El Salvador”, el cual después de 33 años pudo ser repatriado a El Salvador. A la Facultad de Ciencias Agronómicas y la Escuela de Biología de la Universidad de El salvador por facilitar la consulta de sus colecciones. A Rene VaqueranoyLyaSamayoaselesagradeceampliamente por su ayuda y disposición a colaborar con el trabajo
  • 23. 23 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 de campo. Al Ingeniero Miguel Ángel Hernández Martínez del Laboratorio de Sistemas de Información Geografía de la Unida de Postgrado de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de El Salvador, por el apoyo en la impresión de los pósteres a color de las mariposas encontradas en el estudio. Al Licenciado Vladlen Henríquez del programa de ciencias para la conservación de Salvanatura, por su apoyo y valiosa ayuda en la creación de los mapas del área; así como la enseñanza y manejo de programas estadísticos utilizados en esta investigación. Al Licenciado † Jesús Reyes Grande, a quien se le debe la identificación de la mayoría de las especies vegetales registradas en la presente investigación. Al Instituto Salvadoreño de Turismo (ISTU) por la oportunidad de poder trabajar dentro del parque nacional, al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) por los permisos de recolecta; a la señora Rosa María Araujo del Sistema Nacional de Estudios Territoriales (SNET) por su amable atención y proporcionar los datos climáticos del área natural protegida, a todo el personal administrativo y guarda recursos del PNWTD, por su indispensable apoyo en el trabajo de campo en especial al señor Jorge Ayala, por su entrega y disposición a participar en la investigación Base fotográfica de las especies Superfamilia Papilionoidea Familia Papilionidae Euritydes ephidaus (Doubleday, 1846) Battus polydamas Polydamas (Linneo, 1768) Parides eurimedes mylotes (H. Bates, 1861) Euritydes philolaus (Boisduval, 1836)
  • 24. 24 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Parides iphidamas (Fabricius, 1793) Heraclidas thoas (Rothschild y Jordán, 1906) Parides montezuma (Westwood, 1842) Heraclides cresphontes (Cramer, 1777)
  • 25. 25 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Familia Pieridae Ascia monuste monuste (Linneo, 1764) Eurema mexicana (Boisduval, 1836) Eurema proterpia (Fabricius, 1775) Eurema xanthochlora (Kollar, 1860) Itaballia demophile (Joicey y Talbot, 1928) Eurema daira cepio (Godmani y Savin, 1889)
  • 26. 26 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Phoebis agarithe agarithe (Boisduval, 1836) Zerene cesonia cesonia (Stoll, 1791)Phoebis senae marcellina (Cramer, 1777) Phoebis argante argante (Fabricius, 1775) Phoebis philea (Linneo y Johanson, 1763)
  • 27. 27 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Familia Nymphalidae Doxocopa laure (Drury, 1773) Marpesia chiron (Fabricius, 1775) Eunica monima (Stoll, 1782) Catonephele numilia (Cramer, 1775) Doxocopa calliarina (Ménétriés, 1855) Marpesia petreus (Swainson 1833)
  • 28. 28 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Hamadryas amphinome (Linneo, 1767) Hamadryas feronia (Linneo, 1758) Hamadryas glauconome (H.W.Bates, 1864) Hamadryas guatemalena (H.W.Bates, 1864) Hamadryas atlantis (H.W.Bates, 1864) Hamadryas februa (Hübner, 1823)
  • 29. 29 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Hamadryas feronia (Linneo, 1758) Temenis laothoe (Cramer, 1777) Dynamine postverta (Cramer, 1779) Callicore pitheas (Latreile, 1813) V. Ventral Pyrrhogyra neaerea (Linneo, 1758) Pyrrhogira otolais (Bates, 1864)
  • 30. 30 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Cónsul fabius (Duncan, 1837) Archaeprepona demophon centralis Archaeprepona demophoon gulina (Fruhstorfer, 1905) Prepona laertes omphale (Hübner, 1819) Zaretis ellops (Menetries, 1855) V. Ventral Fountainea eurypyle (Felder y Felder, 1862)
  • 31. 31 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Lycorea halia (Hübner, 1816) Agraulis vanillae (Linneo, 1758) Dryadula phaetusa (Linneo, 1758) Danaus erisimus (Cramer, 1777) Danaus gilipus (Cramer, 1775) Euptoieta hegesia (Cramer, 1779)
  • 32. 32 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Dryas iulia (Fabricius, 1775) Heliconius hecale (Fabricius, 1776)Heliconius erato (Linneo, 1758) Heliconius melpomene (Linneo, 1758) Euides isabella (Stoll, 1781) Heliconius charitonia (Linneo, 1767)
  • 33. 33 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Mechanitis polymnia (Linneo, 1758) Greta morgane morgane (Greyer, 1837) Greta morgane oto (Hewitson, 1855) Libytheana carinenta mexicana Hyposcada virginiana (Hewitson, 1855) Pteronymia cotytto (Guerin - Meneville, 1844)
  • 34. 34 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Adelpha fessonia (Hewitson, 1847) Morpho helemor peleides (Kollar, 1850) Morpho helemor peleides V. Ventral Morpho polyphemus (Westwood, 1850) Adelpha seriphia godmani (Fruhstorfer, 1913) Adelpha serpa celerio (H.W.Bates, 1864)
  • 35. 35 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Caligo telamonius memnon Colobura dirce dirce (Linneo, 1758) Historis odius (Fabricius, 1775) Caligo telamonius memnon V. Ventral Opsiphanes cassina fabricii Historis acheronta (Fabricius, 1775)
  • 36. 36 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Smyrna blomfildia datis (Fabricius, 1781) Macho Siproeta stelenes biplagiata (Linneo, 1758)Junonia evarete (Cramer, 1779) Chlosyne erodyle (H.W.Bates, 1864) Smyrna blomfildia datis (Fabricius, 1781) Hembra Anartia fatima (Linneo, 1793)
  • 37. 37 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Chosyne lacinia (Geyer, 1837) Microtia elva (H.W.Bates, 1864) Anthanassa frisia tulcis (H.W.Bates, 1864) Tegosa anieta (Hewitson, 1864) Chosyne melanarge (H.W.Bates, 1864) Chosyne theona (Menetries, 1855)
  • 38. 38 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Cissia similis (Butler, 1867) Taygetis uncinata (Weymer, 1907) V. Ventral Cissia confusa (Staudinger, 1887) Taygetis thamyra (Cramer, 1779) V. Ventral
  • 39. 39 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Familia Riodinidae Hypophyla zeuripa (Boisduval, 1836) Euselasia mystica (Schaus 1913) Mesosemia lamachus (Hewitson, 1857) Anteros carausis (Westwood, 1851) V. Ventral Hypophyla zeuripa V. Ventral Euselasia hieronymi (Salvin & Godman, 1868)
  • 40. 40 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Emesis fatimella (Westwood, 1851) Synargis mycone (Hewitson, 1865) V. Ventral Baeotis zonata (Felder, 1869) Melanis pixe (Boisduval, 1836)
  • 41. 41 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Hemiargus ceraunus (Fabricius, 1793) Phantiades bitias V. VentralHemiargus ceraunus V. Ventral Phantiades bitias (Cramer, 1779) Familia Lycaenidae Phantiades bathildis (Felder y Felder, 1865) Phantiades bathildis V.Ventral
  • 42. 42 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Thereus ortalus (Godman & Salvin, 1887) Thereus ortalus V. VentralPhanthiades phaleros V. Ventral Phanthiades phaleros (Linnaeeus, 1767) Psudolycaena damo (H. druce, 1875) Psudolycaena damo V. Ventral
  • 43. 43 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Superfamilia Hesperioidea Familia Hesperiidae Achalarus albociliatus (Mabille, 1877) Anastrus neaeris (Godman & Salvin, 1894) Mylon pelopidas (Fabricius, 1793)Bolla imbras (Godman y Salvin, 1896) (Nuevo registro para El Salvador) Aguna metophis (Latreille, 1824) Achlyodes busirus heros V. Ventral
  • 44. 44 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Telemiades fides (Bell, 1949) (Nuevo registro para El Salvador) Nisoniades laurentnia (Williams y Bell, 1939) (Nuevo registro para El Salvador) Pyrgus oileus (Linneo, 1767) Heliopetes alana (Reakirt, 1868) Polyctor cleta (Evans, 1953) Xenophanes tryxus (Stoll, 1780)
  • 45. 45 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Astraptes anaphus (Cramer, 1777) Cabares potrillo (Lucas, 1857) Astraptes fulgerator (Walth, 1775) Nascus paullinae (Godman & Salvin 1896) Drephalys oria (Evans, 1952) (Nuevo registro para El Salvador) Drephalis oriander (Hewitson, 1867) (Nuevo registro para El Salvador)
  • 46. 46 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Aguna asander (Hewitson, 1867) Polygonus leo (Skinner, 1911) Polygonus manueli (Bell y Comstock, 1948) Ocyba calathana (Hewitson, 1868) Phocides belus (Godman y Salvin, 1893) Typedanus ampyx (Godman y Salvin, 1893) (Nuevo registro para El Salvador)
  • 47. 47 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Urbanus doryssus (Swainson, 1831) Urbanus procne (Prötz, 1880) Urbanus. esmeraldus (Butler, 1877) Urbanus esta (Evans, 1952) Amblyscertes fluonia (Godman, 1900) (Nuevo registro para El Salvador) Atrytonopsis ovinia (Hewitsoon, 1886) (Nuevo registro para El Salvador)
  • 48. 48 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Lerodea eufala (Edwards, 1869) Bibliorafía AECI y MAR. 2005. Inventario de Mariposas y Plantas Hospederas del Parque Nacional Los Volcanes, Agencia Española de Cooperación Internacional y ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Consultoría: Raúl Francisco Villacorta APAZA TICONA, M. A. 2005. Evaluación del grado de amenaza al hábitat a través de bioindicadores (Lepidoptera) en dos comunidades dentro del área de influencia del PN ANMI MADIDI. Tesis de Ingeniería Agronómica, Universidad Mayor de San Andrés, Facultad de Agronomía. La Paz, Bolivia. 123p. BONEBRAKE, T. C. y R. SORTO. 2008 Butterfly (Papilionoidea and Hesperioidea) rapid assessment of a coastal countryside in El Salvador.Tropical Conservation Science Vol.2 (1): Consultado el 15 de Abril del 2009 y disponible en: www. tropicalconservationscience.org CAMERO,E.yA.M.CALDERÓN.2007.Comunidad de mariposas diurnas (Lepidoptera: Rhopalocera) en un gradiente altitudinal del Cañón del río Combeima-Tolima, Colombia. Vol. 12 No. 2, Acta Biol. Colomb., 95 – 110 p. Consultado el 20 de Enero 2009 y disponible en: http://www.scielo. org.co/pdf/abc/v12n2/v12n2a8.pdf BOGGS, C. L., W. B. WATT y P. R. EHRLICH. 2003. Butterflies: Ecology and Evolution Taking Flight. University of Chicago Press, Chicago, U.S.A. 739 pp. CHACON, I. y J. MONTERO. 2007. Mariposas de Costa Rica. Instituto Nacional de la biodiversidad (INBio). Santo Domingo de Heredia, Costa Rica. 366p. CHAO, A., R. L. CHAZDON, R. K. COLWELL y T.-J SHEN. 2005. A new statistical approach for assessing similarity of species composition with incidence and abundance data. Ecology Letters. 150 p. COLWEL, R. K. 2004. Estimates: statistical estimation of species richness and shared species from samples. Version 7. Guía para el usuario y aplicación Publicado en: http://viceroy.eeb.uconn. edu/estimates CORTEZ DE GALÁN, M. E. 1978. Mamíferos del Parque Nacional Walter Thilo Deininger. Tesis de licenciatura, Departamento de Biología, Facultad de Ciencias y Humanidades, Universidad de El Salvador. 55 pp. DE LA MAZA, R. 1987a. Mariposas mexicanas. Fondo de Cultura Económica, S. A. de C. V. México, D. F. 302p. ________. 1987b. Mariposas Mexicanas. Guía para su colecta y determinación. Fondo de Cultura Económica. México. DeVRIES, P. J. 1987a. The butterflies of Costa Rica and their natural history Papilionidae, Pieridae, Nymphalidae. Princeton University Press. 327p. ________. 1997b. The butterflies of Costa Rica and rehire natural history. Volume II: Riodinidae. Princeton University Press. 288p. ________. 2001. Butterflies. Center for Biodiversity Studies, Milwaukee Public Museum. Overview of Butterfly Taxonomic Diversity. Volumen I. Consultado el 20 de Enero 2009 Disponible en: www.urbanwildlands.org/devries/ DeVriesButterflyDiversity2001.pdf. DeVRIES, P. J. y T. WALL. 1999 Species diversity in spatial and temporal dimensions of fruit-feeding butterflies from two Ecuadorian rainforests. Biological Journal of the Linnean Society (1999), 68: 333–353. DeVRIES, P. J., MURRAY, D. y R. LANDE. 1997. Species diversity in vertical, horizontal, and temporal dimensions of a fruit feeding butterfly community in an Ecuadorian rainforest. Biological Journal of the Linnean Society, 62: 343-364.
  • 49. 49 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 FLORES, J. S. 1980. Tipos de Vegetación de El Salvador y su Estado Actual, un estudio ecológico. Editorial Universitaria, Ciudad Universitaria, El Salvador, C.A. 273 pp. FRANKIE, G. W. et al (eds). 2004. Biodiversity Conservation in Costa Rica: Learning the Lessons in a Seasonal Dry Forest. University of California Press, Berkeley 341 pp. FUNDACIÓN TÉCNICA PRO MEDIO AMBIENTE. 1994. General Management Plan for the Walter Thilo Deininger National Park, Santa Tecla, El Salvador. 50 pp. GARCÍA BOYERO A. y J. A. LÓPEZ.1998. Guía de mariposas diurnas de la zona norte del Parque del sureste. 58 p. consultado el 20 de Enero 2009 y disponible en http://www.elsoto.org/folleto_ libro_mariposas.pdf GLASSBERG, J. 2007. A Swift Guide to the Butterflies of Mexico and Central America. Sunstreak Books 266 pp. GUZMÁN, P. A. 1985. Diccionario Geográfico de El Salvador. Tomo I A-K. Ministerio de Obras Publica. El Salvador. Pp. 688. GUZMÁN, P. A. 1986. Diccionario Geográfico de El Salvador. Tomo II L-Z. Ministerio de Obras Pública. El Salvador. Pp. 1369-1370. HARTSHORN, G. 2001. Tropical Forest Ecosystems. Enyclopedia of Biodiversity. Vol. 5. Pdf. Pp: 701- 710. HOLDRIDDE, L. R. 1975. Zonas de Vida Ecológicas de El Salvador. Memoria Explicativa. Dirección General de Recursos Naturales Renovables. Documento de Trabajo No. 6, FAO. San Salvador. 98 pp. ISTU. 1983. Resumen de análisis del Parque Nacional Walter Thilo Deininger, Sección de Información y guías, División de Turicentros y Parques Nacionales, Instituto Salvadoreño deTurismo, SanSalvador, ElSalvador. 5pp. JANZEN, D. H. 1986. Parque Nacional Guanacaste; restauración ecológica y cultural en el trópico. San José Costa Rica. 117 pp. KAPPELLE M. 2008. Diccionario de la Biodiversidad. Instituto Nacional de la biodiversidad (INBio). Santo Domingo de Heredia, Costa Rica. 416 pp. LAMAS, G. 2004. Atlas of Neotropical Lepidoptera. Association of Tropical Lepidoptera, Scientific Publishers LÖTSCHERT, W. 1955. La Vegetación de El Salvador. Comunicaciones del Instituto Tropical de Investigaciones Científicas, Universidad de El Salvador. Año IV, No. 3 - 4: 65 - 79. LUIS, A. M., I. F. VARGAS y J. LLÓRENTE.1991. Lepidopterofauna de Oaxaca I: Distribución y fenología de los Papilionoidea de la Sierra de Juárez. Pubi. esp. Mus. Zool. UNAM, 3: 1-119 MAES, J. M. 1999. Insectos de Nicaragua. Secretaria Técnica BOSAWAS MARENA, Managua, Nicaragua. Imprenta Print. Volumen 3. pp: 1899. MAG. 1994. Ley de conservación de vida silvestre. Dirección General de Recursos Naturales Renovables, servicio de Parques Nacionales y vida silvestre. Decreto 844 Asamblea Legislativa de El Salvador. Diario Oficial, tomo 323, número 96. MENÉNDEZ, M. J. 2003. Hábitos alimentarios de Herpailurus yagouaroundi Geoffroy, Leopardus pardalis Linnaeus Y Puma concolor Linnaeus, en el área natural protegida Walter Thilo Deininger, departamento de la Libertad, El Salvador. Tesis de licenciatura, Departamento de Biología, Facultad de Ciencias y Humanidades, Universidad de El Salvador. 113 pp. MONTERO, J. 2007. Manual para el manejo de mariposarios.InstitutoNacionaldelabiodiversidad (INBio). Santo Domingo de Heredia, Costa Rica. 204 pp. MUYSHONDT CONTRERAS, A. 2005. Notas sobre el Ciclo y la Historia Natural de algunas Mariposa de El Salvador. Editorial Imprenta Universitaria, San Salvador. El Salvador. 455 pp. RICO N, M. A. 1995. Suelos de El Salvador pp. 99- 168.Historia Natural y Ecológica de El Salvador, tomo I. Comisión Nacional El Salvador MINED (Ministerio de Educación). SEMA, 1994. Sistema Salvadoreño de Áreas protegidas. Ministerio de Agricultura y ganadería, San Salvador, El Salvador, C.A. SERRANO, F. 1992. Lista Preliminar de las Mariposas de El Salvador, I etapa: Lepidoptera. SEMA/ CONAM. MAG. 20pp ________. 2003 Las Mariposas. Capitulo 6.Pp: 123- 137 en Álvarez, J.M y O. Komar. 2003. El Parque Nacional El Imposible y su vida silvestre Salva NATURA. Editorial Imprenta Criterio, San Salvador, El Salvador. 227 pp. SMITH, B. y WILSON, J. B. 1996. A costumer´s guide to evenness indices. Oikos 76: 70 82 SMITH, R. L y T. M. SMITH, 2001. Ecología. 4ª Ed. Pearson Educación, S. A. Madrid. 642 pp. SNET.2008a.ClimadeElSalvador.Consultadoel21de Abril 2009 y disponible en: http://www.snet.gob. sv/ver/meteorologia/clima+en+el+salvador/ ________. 2008b. Perfiles Climatológicos. Consultado el 21 de Abril y disponible en: http:// www.snet.gob.sv/ver/meteorologia/clima/ perfiles+climatologicos/ STEINHAUSER, S. R. 1975. An annotated list of the Hesperiidae of El Salvador. Allyn Museum of Entomology ,Sarasota, Florida 34 pp. THOMAS, C. D. 1991. Habitat use and geographic range of butterflies from the wet lowlands of Costa Rica. Biological Conservation, 55, 269-282
  • 50. 50 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 TORRES, M., S. ARANA y J. M. MAES. 2007. Especies de las familias Saturniidae, Sphingidae, Papilionidae,Pieridae,Nymphalidae(Lepidoptera), Scarabidae (Coleoptera) y su potencial uso como indicadores de perturbación en la Reserva Biología Indio Maíz. Suplemento 2, Reb. Nica. Ent, 67, 38 p. Consultado el 20 de Enero del 2009 y disponible en: http://www.bio-nica.info/ RevNicaEntomo/67-2007-S2.pdf VALVERDE, A. J. y J. HORTAL. 2003. Las curvas de acumulación de especies y la necesidad de evaluar la calidad de los inventarios Biológicos. Revista IbéricadeAracnologíaVol.8,31-XII-2003Sección: Artículos y Notas. 151 – 161 p. Consultado el y disponible en: gia.sea-entomologia.org VARGAS,I.F.,J.LLÓRENTEyA.LUIS.1992.Listado lepidoptero faunístico de la Sierra de Atoyac de Alvarez en el estado de Guerrero: notas acerca de su distribución local y estacional (Rhopalocera: Papilionoidea) Folia entomol. Mexico, 41-178 VENTURA, N. E. 1980. Análisis de la distribución, dispersión y dominancia de la vegetación arbórea del Parque Nacional Walter Thilo Deininger. Tesis de licenciatura, Departamento de Biología, Facultad de Ciencias y Humanidades, Universidad de El Salvador. 58 pp. WITSBERGER, D., D. CURRENT y E. ARCHER. 1982. Árboles del Parque Deininger. Ministerio de Agricultura y Ganadería. Dirección de Publicaciones del Ministerio de Educación, San Salvador, El Salvador. 342 pp
  • 51. 51 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Cuniculus taczanowskii En un intento vano y frustrante por pillar búhos cerca del borde del Parque Nacional Cotapata, me crucé con este ejemplar solitario de Cuniculus taczanowskii a una altura de 2628 metros. Si bien aparentemente pueden trepar muy bien, parecía más cómodo sentado en un pequeño charco formado en la base de una vertiente. Se quedó en ese sitio casi un minuto ignorándome por completo, hasta que optó por trepar una ladera baja cubierta de pasto alto y luego bambú donde era imposible seguirlo. No sé de otros registro de esta especie en Bolivia, y aun que se les conoce mejor en otros países andinos, sigue siendo un animal raro, muy difícil de observar y más aun de fotografiar. Un verdadero privilegio. Este carismático roedor, habita las montañas andinas entre los 1500, y los 3700 metros. A esta altura, las laderas están cubiertas de un bosque denso y bajo, casi impenetrable. Cada árbol y cada piedra están cubiertos de musgos helechos y orquídeas, y el aire esta saturado de humedad. Las noches son frías, y a menudo la neblina impide ver más allá de unos poco metros. Estos bosques son por supuesto extremadamente difíciles de explorar, y son el hábitat de algunos de los animales más raros y menos comprendidos de las selvas americanas. Las jayupas están bien dentro deesegrupo.Nosehabíanregistradooficialmente en Bolivia, sino hasta el 2004, cuando se publicó el artículo “La jayupa de altura, un nuevo registro de mamífero para la fauna de Bolivia“, que da cuenta de un espécimen muerto y varios otros ejemplares observados en San Juanito, en el Área Natural de Manejo Integrado Apolobamba, al noroeste del país, y que sigue siendo hasta hoy el único sitio confirmado para esta especie. Mauricio Pacheco Suarez
  • 52. 52 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Especies del género Tropaeolum L. (Tropaeolaceae) en El Salvador Dagoberto Rodríguez Delcid Licenciado en Biología y Curador del Herbario LAGU Jardín Botánico La Laguna, Urbanización Industrial Plan de La Laguna, Antiguo Cuscatlán, La Libertad, El Salvador. E- mail:[email protected] Resumen: En el presente artículo se dan a conocer las especies del género Tropaeolum L., presentes en El Salvador, con datos de localidades, mapa de ubicación, fotografías de las especies y registros de herbario. Palabras clave: Centro América, El Salvador, Taxonomía, Tropaeolum, Tropaeolaceae
  • 53. 53 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 montañas de México hasta la Patagonia (Todzia, C.A. 2001). Tropaeolum L. Hierbas anuales o perennes, algunas especies trepadoras. Hojas alternas, estipuladas (en algunas especies); láminas enteras, lobadas o palmadamente divididas, peltadas o sub peltadas. Flores axilares y solitarias, zigomorfas y con un pedúnculo largo; cáliz con 5 lobos y terminando en un espolón puntiagudo; corola con 5 pétalos, libres, imbricados; androceo con 8 estambres; gineceo de un solo pistilo simple, con 3 estigmas, ovario generalmente con 3 lóculos. Fruto un esquizocarpo con 3 carpelos que no se abren. El género consta de un aproximado de 86 especies habitando desde el sur de México hasta la Patagonia y el sureste de Brasil (Todzia, C.A. 2001). EnelSalvador, sehaencontrado1género(Tropaeolum) con 2 especie (Tropaeolum majus L. y Tropaeolum moritzianum Klotzsch.) (Fig. 1) Clave de especies Plantas cultivadas; flores con los sépalos verdes amarillento, espolón casi alcanzando los 4 cm de largo, pétalos enteros ondulados de color amarillo, anaranjado a rojo vistoso…………………T. majus Plantas nativas silvestres; flores con los sépalos rojos a verdes, espolón de 2 a 2.5 cm de largo, rojo; pétalos serrado-ciliados, rojos (algunas veces tornándose amarillos)……………………… T. moritzianum Materiales y métodos Para el presente artículo se efectuó una revisión del material recolectado en el país (Fig.1) y depositado en los herbarios locales: Jardín Botánico La Laguna (LAGU) y Museo de Historia Natural de El Salvador (MHES), además se realizaron consultas en bases de datos de herbario y e instituciones extranjeras en internet, como: www.tropicos.org (MO), www.fieldmuseum.org (F) y www.plants. jstor.org (JSTOR), con la intensión de corroborar: especímenes, determinaciones, colectores, fechas de colecta, localidades de las especies e información de distribución de altitud y caracteres fenológicos entre otros. Tropaeolaceae DC. Hierbas anuales o perennes, muchas veces subsuculentas, escandentes o raramente procumbentes, a veces con rizomas tuberosos; plantas hermafroditas.Hojasalternas;láminasenteras,lobadas o palmadamente divididas, peltadas o subpeltadas, palmatinervias; pecíolos largos, normalmente del mismo largo de la lámina o más largos; estípulas presentes o ausentes. Flores comúnmente solitarias, axilares, vistosas, marcadamente irregulares o a veces subactinomorfas (Trophaeastrum), con pedúnculos largos y péndulos o erectos (Trophaeastrum); sépalos 5, libres, imbricados, uno de ellos en general largamente espolonado; pétalos 5, libres, imbricados, unguiculados, los 2 superiores usualmente más pequeños que los 3 inferiores, enteros, serrados o lobados, ciliados o no; estambres 8, filamentos libres, anteras pequeñas, basifijas, con dehiscencia longitudinal; pistilo simple, estilo delgado, estigma seco, 3-lobado, ovario 3-locular, con 1 óvulo por lóculo. Fruto un esquizocarpo con 3 mericarpos o sámaras (Magallana); semillas con un embrión grande y recto y 2 cotiledones gruesos, endosperma ausente. Familia Tropaeolaceae posee 3 géneros y aproximadamente 90 especies, habitando desde las El Salvador es el país que presenta menos extensión de terreno en Centro América con 20,742 Km2, está limitado al N y NE. por Honduras; al E y SE. por Honduras y el Golfo de Fonseca que lo separa de Nicaragua, al S por el Océano Pacifico, al W y NW. por Guatemala. Posee 14 Departamentos con 262 municipios. El país ocupa una planicie disectada con un manto de materiales volcánicos, que cubren dos tercios de la superficie; el otro tercio es un aluvión reciente de llanura costera y se encuentra situado en el interior del “Cinturón Climático de los Trópicos” por esto las condiciones que existen son más o menos iguales. La mayor altura sobre el nivel del mar se encuentra en el departamento de Chalatenango, específicamente en la cumbre del cerro El Pital a 2730.06 m.s.n.m. (Diccionario Geográfico Nacional 1985). Antecedentes Unos de los primeros estudios realizados en el país que se menciona a la familia TROPAEOLACEAE es la obra Especies Útiles de la Flora Salvadoreña, Segunda Edición (1926), por el Dr. David J. Guzmán, este menciona a T. majus L., conocida en esta vulgarmente como “capuchina “ o “mastuerzo”, especificando que es una planta originaria de México y del Perú y que se cultiva en todos los jardines por sus bellas flores ornamentales; además, hace una descripción de la especie y aunque menciona que no es medicinal, indica que en Perú existe una “capuchina tuberculosa” Tropaeolum tuberosum Ruiz, que produce tubérculos comestibles, de sabor agradable. Por otra parte en 1941 el Dr. Salvador Calderón y el Ing. Agr. Paul C. Stanley integran en la 2da edición corregidayaumentadadelaListaPreliminardePlantas de El Salvador, a la familia en mención, con una especie para el país y se trata de T. majus L., conocida en ese momento, como “capuchina” o “capuchino” mencionando que es una planta ornamental de los jardines e importada de Sud-América.
  • 54. 54 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Tropaeolum majus L., Sp. Pl. 345, errata. 1753. Sinónimos: T. elatum Salisb., T. hortense Sparre, T. hybridum L., T. pinnatum Andrews, T. quinquelobum Bergius Trepadoras o rastreras anuales. Hojas casi orbiculares de 3 a 10 cm de diámetro, glabras, enteras o con los márgenes undulados, peltadas, con 7 a 10 nervios principales; pecíolos de hasta 24 cm de largo. Pedúnculos floral de aprox. 20 cm de largo; sépalos casi 2 cm de largo y 0.9 cm de ancho, verde- amarillentos, espolón casi de 4 cm de largo; pétalos enteros o undulados, amarillos a rojos con líneas rojas a moradas, los superiores cuneados de hasta 4 cm de largo, los inferiores con casi 2 cm de largo y ancho, con uña de casi 1.5 cm de largo, ciliada. Distribución, fenología y hábitat. Comúnmente cultivada en regiones tropicales y templadas. Florece y fructifica casi todo el año y se reporta para El Salvador como especie ornamental. Nombre común: “capuchina” Material examinado: El Salvador. La Libertad. Antiguo Cuscatlán, Jardín Botánico La Laguna, Zona 24 S, 22 marzo 1990 (fl), R.Villacorta 560 (F, LAGU, MO). Santa Ana. Metapán, Los Planes, P.N. Montecristo,JardíndelacasadeNicomedesCarranza, 15 Enero 2015 (fl, fr), D. Rodríguez 5127 (B, LAGU, MO); D. Rodríguez 5128 (B, LAGU, MHES, MO) y D. Rodríguez 5129 (LAGU, MO). (Fig. 2) Tropaeolum moritzianum Klotzsch, Allg. Gartenzeitung 6: 241. 1838. Sinónimos: T. bimaculatum Klotzsch ex Buchenau, T. emarginatum Turcz., T. guatemalense Suess., T. warscewiczii Buchenau Trepadora anual expandiéndose hasta 10 m de largo, glabras. Hojas casi orbiculares de 4 a 12 cm de largo y 4.5 a casi 11 cm de ancho, ligeramente de 5 hasta 7 lobadas a casi lobadas, peltadas, presentando Figura 1. Sitios de Recolección de especies de Tropaeolum L. en El Salvador 5 nervios principales, los 3 medios no divididos; pecíolos de 10 a 15 cm de largo. Pedúnculos 10 a 19 cm de largo; sépalos de 1 a 1.2 cm de largo y 0.4 a 0.5 cm de ancho, rojos a verdes, espolón de 2 a 2.5 cm de largo, rojo; pétalos serrado-ciliados, amarillos a rojos, los superiores cuneados a espatulados de 8 a 9 mm de largo y 0.4 a 0.5 cm de ancho, los inferiores de 1 a 1.2 cm de largo, con uña de casi 0.4 cm de largo, ciliada. Carpelos triangulares cuando en fruto, 1 cm de largo, acostillados. Distribución, fenología y hábitat: Desde Guatemala a Colombia y Venezuela. Florece y fructifica de Septiembre a Diciembre. En El Salvador se le encuentra a en sitios abiertos con derrumbes de Bosque tropical semideciduo latifoliado montano inferior, bien drenado a alturas entre 1130 y 1220 msnm (MARN 2011). Nombre común: “pico de gorrión” Material visto en: www.tropicos.org. El Salvador. Santa Ana: Candelaria de La Frontera, Aprox. a 6 km al NO, alrededores de la Finca La Montaña, casi en la cima del Cerro El Yupe, 2 Nov 1993, J.L. Linares y C.A. Martínez 1092 (EAP, MO) (ultima determinación: M.H. Grayum (MO), 2010). Material examinado. Morazán: Osicala, A.N.P. San Carlos-Cerro Cacahuatique, Sendero Principal, 26 nov 2013 (fl, fr), D. Rodríguez y J.F. Pineda 4483 (B, BM, K, LAGU, MO); Sendero a El Cutal, 26 nov 2013 (fl, fr), P. Galán y R. Cabrera 2683 (B, LAGU, MO) (Fig. 3) Agradecimientos.Pablo Galán del Herbario LAGU por la revisión del artículo, Sra. Virginia Hernández de Carranza por la gentileza en proporcionar las muestrasdeT.majus,alpersonaldelHerbarioNacional de El Salvador por la amabilidad de la búsqueda de las especies en las colecciones que supervisan y a los guarda recursos del A.N.P. Cerro Cacahuatique por el tiempo brindado en las visitas de campo.
  • 55. 55 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Figura 2. Tropaeolum majus L. Forma, tamaño y tonalidad de flores y hojas. Fotografías: Dagoberto Rodríguez Delcid.
  • 56. 56 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Figura 3. Tropaeolum moritzianum Klotzsch. Forma, tamaño y tonalidad de flores y hojas Fotografía: Dagoberto Rodríguez Delcid.
  • 57. 57 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Bibliografia Calderón, S. y Stanley, P.C., 1941. Flora Salvadoreña. Lista Preliminar de las Plantas de El Salvador. 2da. Edición corregida y aumentada. Imprenta Nacional. San Salvador, El Salvador, C.A. Ministerio de Obras Públicas, Instituto Geográfico Nacional “Ing. Pablo Arnoldo Guzmán. 1985. Diccionario Geográfico de El Salvador. Tomo I. A-K. San Salvador, El Salvador, C.A. Ministerio de Obras Públicas, Instituto Geográfico Nacional “Ing. Pablo Arnoldo Guzmán. 1986. Diccionario Geográfico de El Salvador. Tomo II. L-Z. San Salvador, El Salvador, C.A. Guzmán, D.J., 1926. Especies Útiles de la Flora Salvadoreña. 2da. Edición. Imprenta Nacional, San Salvador, El Salvador, C.A. Todzia, C.A. 2001. Tropaeolaceae. Stevens, W.D., C. Ulloa, A. Pool y O.M. Montiel (eds.). Flora de Nicaragua. Monogr. Syst. Bot. Missouri Bot. Gard. 85(3): 2469–2471. Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN). 2011. Mapa de los Ecosistemas de El Salvador. Fotografía: Dagoberto Rodríguez Delcid.
  • 58. 58 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Pristimantis sp. Cutín, durante una expedición académica realizada en bosques montanos y amazónicos del norte, este espécimen fue encontrado en la Reserva de bosques montanos Yanayacu - San Isidro, 2250 msnm, localidad de Cosanga, Provincia de Napo, Ecuador. Fotografía: Ernesto Arbelaez
  • 59. 59 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Ficha técnica de Espagnola darlingtoni J. A. G. Rehn y J. W. Rehn, 1939 Daniel E. Perez-Gelabert Research Biologist and Database Specialist, Integrated Taxonomic Information System (ITIS) and Department of Entomology, United States National Museum of Natural History, Smithsonian Institution, P.O. Box 37012, Washington, DC 20013-7012, USA. E-mail: [email protected] Phylum: Arthropoda Clase: Insecta Orden: Orthoptera Familia: Episactidae Subfamilia: Espagnolinae Género: Espagnola Especie: darlingtoni Identificación: Saltamontes pequeños a medianos (18 - 24 mm). Antenas formadas por 12 segmentos cilíndricos, más cortas que los fémures anteriores; fastigio gruesamente sobresaliente por delante del vértice de la cabeza. En contraste con muchos eumastacoideos suramericanos y asiáticos, todos los episáctidos de La Española casi siempre tienen coloración críptica marrón a negruzca combinando distintas tonalidades (Fig.1), lo que les sirve para confundirse entre la hojarasca del suelo. Espagnola se diferencia de los otros géneros de episáctidos en la isla por tener alas completas y funcionales que se extienden más allá del extremo abdominal en ambos sexos. Figura 1. Espagnola darlingtoni
  • 60. 60 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Los géneros hermanos tienen alas más reducidas, solo extendidas hasta o cerca del extremo abdominal en Espagnolopsis, muy reducidas hasta cubrir solo los primeros segmentos abdominales en Espagnoleta, vestigiales y en forma de escamas en Tainacris y Neibamastax o completamente ausentes en Antillacris (Perez et al., 1997a, 1997b). Dorso abdominal adyacente a genitalia externa en los machos de Espagnola sin ornamentaciones espinosas, dos pares de ornamentaciones espinosas en Espagnolopsis y un par en Espagnoleta (Perez et al., 1997b). Placa subgenital de las hembras de Espagnola ventralmente con proyecciones espinosas cuya morfología es algo variable entre poblaciones, mientras las genitalias externas de los machos son menos variables (Perez- Gelabert y Rowell, 2006). Ecología: Habitan entre la vegetación herbácea y el suelo cubierto con hojarasca de lugares sombreados del bosque húmedo en elevaciones bajas a medianas (200 – 1,000 msnm) (Perez-Gelabert, 1999). Durante la noche se encuentran a menudo posados sobre hojas de plantas bajas, por lo que sí tienen actividad nocturna (Fig. 2). Se les ha encontrado comiendo helechos(Fig.3),aunqueladietadeEspagnoladarlingtoni debe incluir una variedad de plantas dicotiledóneas. Se han recolectado adultos de esta especie en todos los meses del año. Comportamiento: Entre los Episactidae en La Española, Espagnola darlingtoni es la única que vuela. Aunque no lo hacen muy a menudo, estos saltamontes vuelan cerca del suelo en un trayecto corto y arqueado de no más de 1-2 metros. Se necesitan más observaciones focalizadas para determinar si la especie realiza un cortejo para el apareamiento. Las hembras probablemente depositan sus huevos debajo de la hojarasca. Distribución: Ampliamente distribuida en la mitad norte (Cordilleras Central, Septentrional y Oriental) de República Dominicana, isla de La Española. Esta especie se ha registrado para las provincias Monseñor Nouel, La Vega, Sánchez Ramírez, Duarte, María Trinidad Sánchez, Santiago, Puerto Plata, El Seibo y Elías Piña (Perez-Gelabert y Rowell, 2006). Todavía no se ha reportado ninguna especie de Episactidae de Haití, aunque también deben encontrarse allí (Perez-Gelabert, 1999). Afinidades: Espagnola junto a los otros géneros de Episactidae en La Española, Espagnolopsis, Espagnoleta, Tainacris, Antillacris, Neibamastax y el fósil en ámbar dominicano †Paleomastacris, integran el clado de los Espagnolinae, que junto a los Episactinae de América Central conforman la familia Episactidae (Rowell y Perez-Gelabert, 2006). Recientemente se descubrió la presencia de Episactidae en el oriente de Cuba, taxón todavía no descrito, pero con características que lo asemejan a Espagnola (Yong y Perez-Gelabert, 2014). Conservación: Se tiene muy poca información sobre el estado de conservación de las poblaciones de episáctidos en La Española. Al igual que para muchos otros artrópodos, las principales amenazas a su conservación son la transformación y degradación de sus habitats. Figura 2. Durante la noche los individuos de Espagnola darlingtoni comúnmente se posan sobre las hojas de plantas bajas. Este macho demuestra pose típica en su hábitat natural.
  • 61. 61 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Bibliografía Perez, D. E., G. Dominici, B. Hierro y D. Otte. 1997. New eumastacid grasshopper taxa (Orthoptera: Eumastacidae: Episactinae) from the Dominican Republic, including a fossil new genus and species from Dominican amber. Journal of Orthoptera Research, 6: 139-151. Perez, D. E., B. Hierro y D. Otte. 1997. Espagnolopsis and Espagnolina, two new genera of eumastacid grasshoppers (Orthoptera: Eumastacidae: Episactinae) from Hispaniola. Journal of Orthoptera Research, 6: 153-160. Perez-Gelabert,D.E.1999.Saltamonteseumastácidos de la República Dominicana. Novitates Caribaea, 1: 53-57. Perez-Gelabert, D. E. y C. H. F. Rowell. 2006. Further investigations of Hispaniolan eumastacoid grasshoppers (Espagnolinae: Episactidae: Orthoptera). Journal of Orthoptera Research, 15: 241-249. Rowell, C. H. F. y D. E. Perez-Gelabert. 2006. The status of the Espagnolinae (Rehn 1948) and other subfamilies of the Episactidae (Descamps 1973) (Eumastacoidea, Caelifera, Orthoptera), with description of two new genera, Paralethus and Neibamastax. Journal of Orthoptera Research, 15: 191-240. Yong, S. Y. y D. E. Perez-Gelabert. 2014. Grasshoppers, crickets and katydids (Insecta: Orthoptera) of Cuba: an annotated checklist. Zootaxa 3827 (4): 401-438. Figura 3. Ninfa hembra de Espagnola darlingtoni comiendo helechos, demostrando parte de la dieta de los episáctidos dominicanos.
  • 62. 62 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Geococcyx velox Locación: Loma “La Cuaresma” ANP San Diego-Las Barras, Municipio de Metapán, Departamento de Santa Ana el día 5 de Junio de 2013 a las 7:05 am Fotografía: Lic. Diego Alejandro Molina Biólogo y técnico de la Asociación ProPericos de El Salvador y Administrador del Grupo “Fauna Silvestre de El Salvador” en Facebook.
  • 63. 63 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Tortuga Prieta o Negra del Pacífico Oriental. Mota-Rodríguez Cristina Conservación y educación ambiental, 65av. Zona industrial Cozumel Quintana Roo. E-mail: [email protected] Rafael Riosmena-Rodriguez Programa de investigación en Botánica Marina, Departamento de Biología Marina, Universidad Autónoma de Baja California Sur, Carretera al Sur Km. 5.5, Col. Mezquitito CP. 23080, Tel. 52(612)1238800 ext. 4150, 4140, La Paz, Baja California Sur México. E-mail: [email protected] Isis Santisteban Espíndola CONANP, Comisión de áreas naturales protegidas, región Península de Baja California y Pacifico Norte, (DRPBCPN CONANP), Programa Tortugas marinas, Av. Constituyentes esquina Bulevard ballenas s/n, col. Fraccionamiento Fidepaz, La Paz, Baja California Sur, México, C.P. 23094, tel. 612 1284170, ext. 18107. E-mail: [email protected] Francisco Javier Camacho Romero CONANP, Comisión de áreas naturales protegidas, región Península de Baja California y Pacifico Norte, (DRPBCPN CONANP), Programa Tortugas marinas, Av. Constituyentes esquina Bulevard ballenas s/n, col. Fraccionamiento Fidepaz, La Paz, Baja California Sur, México, C.P. 23094, tel. 612 1284170, ext. 18107. E-mail: [email protected] Lara-Uc Ma. Mónica, Universidad Autónoma de Baja California Sur, Carretera al Sur Km. 5.5, Col. Mezquitito CP. 23080, Tel. 52(612)1238800 ext. 4150, La Paz, Baja California Sur México. E-mail: [email protected] Resumen. La tortuga prieta o negra de Pacifico Oriental (Chelonia agassizii) es una especie que causa mucha controversia entre varios autores y expertos, para unos es una especie y la denominan tortuga negra del Pacífico Oriental, para otros es una subespecie (Chelonia mydas agassizii). Esta ficha la considera como Chelonia agassizii, en México se encuentran protegidas por la NM-059-ECOL-2001. Los diferentes nombres con que se conoce son tortuga negra, mestiza, sacacillo, parlama o torita.
  • 64. 64 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Características generales En el Pacífico mexicano es conocida como tortuga prieta o negra, es posible que esto se deba a la coloración oscura de la especie C. agassizii que aún está en discusión si representa una especie distinta o una subespecie de la tortuga verde. Por lo tanto, se hará referencia a la especie con el nombre de tortuga prieta o negra (Monzón-Arguello et al., 2011; SEMARNAT, 2011; CIT, 2005). El nombre de tortuga prieta hace referencia al color del caparazón y es más curvo que el de la tortuga verde. Presentan un caparazón ovalado con 4 pares de escudos costales y 5 escudos centrales (Fig. 1). El Plastrón con 4 pares de escudos inframarginales sin poros (Fig. 2). Posee una cabeza mediana y chata menor que la de la tortuga verde; pico córneo filoso y aserrado en sus bordes. Una sola uña en cada aleta delantera (CIT, 2012; SEMARNAT-CONANP 2009; Márquez 2002). Las crías son café oscuro, casi negras, los jóvenes pre- adultos tienen el dorso negro, café o amarillo, a veces con rayas verde oliva. Los adultos son de un negro brillante en el dorso y a veces en el caparazón por la presencia de algas les da un color verde brillante; las aletas casi negras. Ventralmente se observan desde el crema al gris verdoso, con manchas difusas e irregulares azul - verdoso, más oscuras en las aletas. Los adultos tienen una longitud del caparazón entre 71 y 91 cm. llegando a pesar hasta 70 kg, el peso de las tortugas prietas adultas puede alcanzar los 126 kg (Monzón-Arguello et al., 2011; SEMARNAT- CONANP 2009; Márquez, 2002). Distribución y hábitat Se encuentran en toda la costa pacífica de América desde Canadá hasta la Tierra del Fuego. Se pueden encontrar en las Islas Galápagos, Islas del Coco (Costa Rica), Perú, Guatemala. México y Bahía de Jiquilisco (El Salvador) en temporada cálida se llegan a encontrar en Columbia (Canadá). En México, anidan en las playas el Verde Camacho y Ceuta en el estado de Sinaloa; Teopa, playón de Mismaloya, el Tecuán y Cuizmala en el estado de Jalisco; playa Tepalcate en el estado de Colima; boca de Apiza, Chimapa, Motín de Oro, Mexiquillo, Maruata y Colola (Fig. 3), estas playas son las más importantes y se encuentran en el estado de Michoacán; Tierra Colorada y Piedra de Tlalcoyunque en Guerrero; La Escobilla, Morro Ayutla y barra de la Cruz en Oaxaca; puerto Arista en Chiapas e isla Revillagigedo, México (Seaturtleinc.org, 2015; GTC, 2013, Raymundo, 2010; SEMARNAT- CONANP 2009, Tiburcio, 2006). Migración No migran mucho y no les gusta alejarse de la costa, lo máximo que se alejan es 500 km. Migran 3.500 km como máximo, lo que es poco para una tortuga marina. Los juveniles, subadultos y adultos viven en aguas poco profundas con vegetación abundante. Durante sus migraciones viajan cerca y paralelamente a la costa del Pacífico americano. Es raro observarlas en mar abierto. Utilizan las corrientes marinas y el sonido de la marea para orientarse y detectar las zonas de alimentación (Seaturtleinc.org, 2015, Raymundo, 2010, SEMARNAT-CONANP 2009, Tiburcio 2006). Figura 1. Tortuga prieta. Se marcan los escudos del caparazón en distintas tonalidades para su identificación. Escudos laterales o costales (vino), vertebrales o centrales (verde) y marginales (azul). Fotografía tomada del Campamento Tortuguero Morro Ayuta 24 Abril 2012. Modificada por Cristina Mota Rodríguez.
  • 65. 65 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Figura 2. Plastrón de tortuga prieta. a) se muestran los escudos inframarginales se marcan en azul, los escudos axilares (lila) y los pectorales (verde); b) los escudos inframarginales se marcan en verde, los escudos axilares (azul) y los pectorales (crema). Infografía: Cristina Mota Rodríguez. Fotografía: Lara-Uc Ma. Mónica a b Figura 3. Mapa de las principales zonas de alimentación (en color amarillo) y anidación (naranja y verde) en México. El ovalo rojo marca las áreas más importantes en el país, Colola y Maruata en Michoacán. Infografía: Cristina Mota Rodríguez, con información de ANAA, (2011); SEMARNAT, (2011) Márquez, (2002).
  • 66. 66 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Anidación, Huevos y crías La temporada de anidación se da en los meses de agosto y enero, el pico máximo se presenta en octubre y noviembre. La madurez sexual la alcanzan entre los 16 y los 25 años (Fig. 4). Su desarrollo reproductivo es cada dos o tres años y la hembra anida entre una y siete puestas por temporada con intervalos de tiempo de 9 a 17 días. El número de huevos por nidada en promedio es de 65, con un periodo de incubación de 50 a 55 días, número sensiblemente menor que los que pone la tortuga verde. Los sitios de anidación regularmente están en playas anchas, en ensenadas rodeadas por precipicios. Pueden excavar varios nidos antes de poner los huevos (Seaturtleinc.org, 2015, Raymundo, 2010, SEMARNAT-CONANP 2009). Actualmente el número de nidos promedio de tortuga negra en Colola, Michoacán, México rebasan los 4,000 nidos (Delgado, 2015). Los adultos son depredados principalmente por los tiburones. Los huevos por zorrillos, perros, cangrejos, hormigas y larvas de mosca. Y las crías por zorrillos, perros, cangrejos, aves y peces. Las estimaciones de población de presente varían de 5,000 a 10,000 individuos. Alimentación La Tortuga prieta se alimenta principalmente de algas y pastos marinos, también pueden llegar a comer moluscos, equinodermos, crustáceos y esponjas de mar, se ha observado que los consume de manera eventual y sólo en pequeñas porciones. Diferentes trabajos realizados en Baja California Sur, México han determinado que los diferentes componentes, dependen de la disponibilidad de los recursos, se ha visto que tiene preferencia por las algas rojas, verdes, cafés, fanerógamas e invertebrados marinos (Riosmena et al.., 2011; Rodríguez-Barón 2010; López- Mendilaharsu et al.. 2008 y 2005, Villegas, 2006). Figura 4. Tortugas prietas en Colola en el estado de Michoacán, México. Fotografía: Carlos Delgado Trejo UMSNH.
  • 67. 67 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Estado de conservación y principales amenazas Las tortugas prietas se reproducen en gran número en las Islas Galápagos, pero las playas de anidación más importantes en el mundo son Colola y Maruata en el Estado de Michoacán, México, protegidas desde 1982 en el proyecto de la Facultad de Biología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) y una estrecha participación de la comunidad indígena “ El Coire”. Las comunidades indígenas tienen una gran participación como la “Seri” que se encuentra en Punta Chueca Sonora, México (SEMARNAT- CONANP 2009, Tiburcio, 2006). En Baja California Sur, la SEMARNAT-CONANP junto con los grupos tortugueros, comunidades pesqueras, investigadores apoyan la consevación por medio de educación ambiental, talleres, cursos y programas de monitoreos continuos, con muy buenos resultados en la protección y conservación de esta especie (GTC, 2013; SEMARNAT-CONANP 2009, Tiburcio, 2006). Seaturtleinc.org (2015) ha documentado el comportamiento de esta especie de tomar el sol a lo largo de las islas hawaianas, especialmente en el atolón conocido como los Bajos de la Fragata Francesa. Han observado que la tortuga prieta sale fuera del agua y se asienta a lo largo de las rocas y en la arena para asolearse. Exponen que este no es un comportamiento común de las tortugas marinas. Algunos científicos manejan hipotesis sobre este comportamiento, suponen que tiene algo que ver con la regulación de la temperatura, o una forma de descanso sin miedo a la depredación. Conclusión La tortuga prieta es una especie sobre la que se tiene mucha controversia, hay autores que no la reconocen como una especie, porque los estudios genéticos no han sido contundentes para marcar una diferencia, la consideran una subespecie de la tortuga verde, pero existen diferencias significativas entre ellas como se ha visto en esta revisión. Agradecimientos. Agradecemos a la Dirección Península de Baja California y Pacífico Norte, Área de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California, a todo el personal que forma parte de esta Área por la labor que llevan a cabo. Al Biol. Benito Rafael Bermúdez Almada (Director Regional), Bióloga Irma González López (Directora de ANP Islas del Golfo), Bióloga Ruth Verónica Rodríguez Guzmán. Dr. Rafael Riosmena Rodríguez, M. Sc. Carlos Delgado Trejo, Laura Sarti por la gran labor que han hecho por años, Don Jesús Lucero Méndez por las charlas acerca de las tortugas marinas, Ricardo Calderón (John), Carlos Salas y al Grupo tortuguero de las Californias y a cada uno de los campamentos tortugueros y pesqueros que han trabajo en la protección y conservación de las tortugas marinas. Bibliografia CIT. Convención Interamericana para la Protección de las Tortugas Marinas. 2012. Estado de Conservación y uso de hábitats de las tortugas marinas en el océano Pacífico oriental. Cc8.Tec.1. Delgado Trejo Carlos, 2015. Investigación de la protección, reproducción y supervivencia de la Tortuga Negra en la costa Michoacana. Universidad Michoacana de San Nicolas de Hidaldo, México. bios.biologia.umich.mx. López-Mendilaharsu, M., S.C. Gardner, J.A. Seminoff y R. Riosmena-Rodriguez. 2005. Identifying critical foraging habitats of the green turtle (Chelonia mydas) along the Pacific coast of the Baja California peninsula, Mexico. Aquatic Conserv: Mar Freshwter Ecosyst. 15: 259-269. López-Mendilaharsu, M., S.C. Gardner, R. Riosmena- Rodriguez y J.A. Seminoff .2008. Diet selection by immature green turtles (Chelonia mydas) at Bahía Magdalena foraging ground in the Pacific Coast of the Baja California Peninsula, Mexico. Journal of the Marine Biological Association of the United Kingdom. 1-7. Márquez, R. 2002. Las tortugas marinas y nuestro tiempo. Fondo de cultura económica. México, D.F. Monzón-Arguello C., Tomás, J., Naro-Maciel, E. y Marco, A. 2011. Tortuga verde-Chelonia mydas. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A. y Marco, A. (Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. Disponible en: http:// www.vertebradosibericos.org/. Consultado del 2/ Dic./2014. Secretaría de Manejo de Recursos Naturales. 2011. Chelonia agassizii. Ficha de identificación. Riosmena-Rodríguez R. Talavera A.L., Hinojosa- Arango G., Lara-Uc M.M. and Gardner S. 2011. The Foragining Ecology of the Green Turtle in the Baja California Peninsula: Health issues (Zobic P., editor) Health Management, ISBN 978-953-307-336-1. In Tech Viena Austria. Rodríguez Barón Juan Manuel. Afinidad trófica a zonas de alimentación de la tortuga verde (Chelonia mydas) en la costa occidental de Baja California Sur, México, Tesis de Maestría. Centro Interdicliplinario de Ciencias Marinas (CICIMAR), Instituto Politécnico Nacional. 98 p. Villegas-Nava,F.E.2006.Análisisnutricionaldemacroalgas y pastos asociados a la alimentación de tortuga prieta Chelonia mydas agassizii (Bocourt, 1968), en Bahía Magdalena, B.C.S., México. Tesis de Licenciatura. UABCS. México. 55pp. Tiburcio Pintos Graciela. 2006. Anidación de tortugas marinas en el municipio de los cabos, baja california sur, México y propuestas para su conservación. Tesis de Maestría. Área Interdisciplinaria de Ciencias del Mar Programa de Ciencias Marinas y Costeras. Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS). 139p
  • 68. 68 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Coccyzus longirostris El cuco lagartero de La Española, pájaro bobo o tacot es una especie de ave cuculiforme de la familia Cuculidae que se encuentra en Haití y la República DominicanaVive en bosques y áreas arboladas, incluso jardines y plantaciones, generalmente a menos de 1.700 m de altitud, pero a veces hasta los 2.200 msnm. Locación: República Dominicana Fotografía: Juan Taveras
  • 69. 69 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Veterinario Hablemos con el Rudy Anthony Ramos Sosa Médico Veterinario Zootecnista Correo electónico: [email protected] Hematología veterinaria La hematología estudia los elementos constitutivos de la sangre, sus células y componentes bioquímicos plasmáticos, desde una perspectiva estructural, funcional y concentración de los elementos que la forman. La sangre se encarga de llevar oxígeno y nutrientes a las células, también lleva las hormonas hasta su sitios de estímulo, además se encarga de eliminar los productosdedesecho.Secomponedediversascélulas: eritrocitos, plaquetas, granulocitos (neutrófilos, eosinófilos, basófilos), monocitos, macrófagos y linfocitos. Hematopoyesis es el proceso de producción de células sanguíneas,esteprocesosellevaacaboprincipalmente en la médula ósea, estas células se originan de una célula madre común que posteriormente se diferencia hasta originar a las demás células. Fuente: http://medicablogs.diariomedico.com
  • 70. 70 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Análisis realizados. El análisis sanguíneo constituye una herramienta del examen clínico, en aquellos casos donde los síntomas no son específicos, o característicos de alguna enfermedad, los valores sanguíneos ayudan a sustentar un diagnóstico, ya que dado el papel que juega la sangre, ésta regularmente se afecta cuando se cursa un proceso patológico. Por tanto se puede establecer una relación entre lo que se encuentra en el examen de sangre y lo que sucede al animal, o los riesgos a los que se expone. De igual forma los análisis sanguíneos también ayudan a monitorear el comportamiento fisiológico de un animal que se ha puesto en algún tipo de tratamiento. A la sangre se le hace dos tipos de análisis, hematológicos y bioquímicos, los primeros revisan las células que forman la sangre mientras que los segundos se encargan de inspeccionar componentes químicos que resultan de metabolismos fisiológicos. El recuento de células puede realizarse a través de cámara de Neubauer, pero actualmente existen aparatos especializados que hacen el trabajo más ágil. Sin embargo para hacer una revisión completa debe recurrirse a microscopía óptica, realizar un frotis y hacer coloración de Wrigth o Giemsa, para examinar las células, verificar sus formas y buscar posibles parásitos sanguíneos que permitan diagnosticar babesiosis, hemobartonelosis, filariosis, hepatozoonosis entre otras afecciones. Mientras tanto las mediciones de componentes bioquímicos se realizan mediante espectrofotometría o kits comerciales disponibles. Células sanguíneas y alteraciones. Anemia. Es una alteración sanguínea caracterizada por la disminución de eritrocitos, hematocrito y hemoglobina. Sus causas son variadas, los síntomas que presentan los animales también los son, y dependen de la gravedad del problema, la duración y si se presenta otra dificultad conjunta. Grupo Sitios de punción Mamíferos Safena, poplítea, femoral, humeral, basílica, braquial, cefálica, yugular. Aves Basílica (ulnar, radial o braquial), metatarsiana medial, yugular. Reptiles Cervical dorsal (supravertebral), coccígea dorsal, caudal, subcarapacial (subvertebral en quelonios), ulnar (radio-humeral) yugular. Sitios de punción venosa para extracción de muestras sanguíneas. Fuente: Copete, M. 2013. Aspectos generales de la evaluación hematológica en fauna silvestre y no convencional. Dirofilaria immitis en frotis sanguíneo. Fuente: http://2.bp.blogspot.com Hepatozoon canis en frotis sanguíneo. Fuente: http://www.veterinariargentina.com
  • 71. 71 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Una anemia aguda puede ser causada, por ejemplo, por una hemorragia (traumatismos, envenenamientos, ulceras gástricas, neoplasias, entre otros) situaciones en las cuales la sangre perdida no es reemplazada con suficiente rapidez y en cuyo caso se produce la muerte, cuando se ha perdido un volumen superior a un tercio del total. La anemia crónica (que puede ser causada por deficiencias nutricionales, parasitosis, secundarias a otras afecciones) cursa con mayor tiempo y el animal pasa por una “adaptación”, lo cual hace que los síntomas comunes sean debilidad, inapetencia y letargo. En ambos casos se observa palidez de las mucosas, taquicardia, y otros síntomas particulares a cada caso. El diagnóstico indaga aspectos simples de la historia clínica del animal, como alimentación y controles antiparasitarios, examen clínico que pueda determinar otras causas, y exámenes de sangre para hacer una lectura fisiológica del animal. El tratamiento se enfoca a la eliminación de las causas primarias y medicación de apoyo con hematopoyéticos, buena alimentación entre otros. Glóbulos blancos. Ejercen funciones de defensa en el organismo, por eso el aumento de éstos se asocian a presencia infecciones, procesos inflamatorios y alergias, entre otros específicos (tumores, parasitosis, etc.). Plaquetas y coagulación sanguínea. Las plaquetas junto a otros agentes actúan para evitar hemorragias mediante la coagulación. Algunos de los factores de coagulación se producen en el hígado, por lo que una dificultad en la producción de estos puede conducir a alteraciones de la coagulación. Patologías hepáticas o deficiencia de vitamina K pueden llevar a esta alteraciones. Si se produce coagulación dentro de los vasos sanguíneos se le llama trombosis y si este obstruye un vaso se denomina embolia, situación que pude causar la muerte. Perro Gato Hematocrito (%) 37-55 30-45 Eritrocitos (millones/μL) 6.8 7.5 Lapso de vida de eritrocitos (días) 100-120 66-78 Hemoglobina (g/dL) 14.9 12 Plaquetas (millones/μL) 0.2-0.5 0.4-0.6 Leucocitos (/μL) 11 500 12 500 Neutrófilos en banda (%) 0.8 0.5 Neutrófilos maduros (%) 70 59 Linfocitos (%) 20 32 Monocitos (%) 5.2 3 Eosinófilos (%) 4 5.5 Basófilos (%) Raro Raro Linfocitos (/μL) 2 800 4 000 Proteínas en sueros (g/dL) 6-7.5 6-7.5 Fibrinógeno en suero (g/dL) 0.15-0.3 0.1-0.6 Valores hematológicos de referencia en perros y gatos* * Valores pueden varias según las diferentes literaturas disponibles Fuente: Adaptado de Ripa, M. Sf. Data vet.; Kahn, C (Editor). Manual Merck de veterinaria.; Marcos, E (Director). 2006. Auxiliar veterinario. Bioquímica sanguínea. Estos componentes están en sangre en cantidades permanentes, mediadas por ciclos bioquímicos que resultan de la actividad metabólica. Valores altos o bajos puede indicar cambios en el metabolismo o daños en órganos. Algunos de interés son: Urea. Resulta del metabolismo de las proteínas, este se expulsa a través del riñón. Niveles altos de urea pueden ser causadas por dietas elevadas en proteínas, deshidratación, afecciones renales o fallo cardiaco. Glucosa. Es el azúcar en sangre como resultado de la ingesta y traslado al organismo como energía. La cantidad de azúcar en sangre está mediada por dos hormonas, la insulina y el glucagón, la primera se secreta en niveles altos y la segunda cuando existe una carencia. Niveles altos de glucosa podrían asociarse a diabetes. Creatinina. Resulta de la degradación de un componente del músculo y no se ve afectada por dieta, ejercicio u hormonas por lo que su valor debe ser constante. Ya que la eliminación de creatinina se da a través del riñón, una elevación de esta suele asociarse a problemas renales.
  • 72. 72 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Perros Gatos Nitrógeno ureico (mg/dL) 8.8-26 15-31 Glucosa (mg/dL) 652-108 61-124 Creatinina (mg/dL) 0.5-1.6 0.5-1.6 Proteínas totales (mg/dL) 5.5-7.5 5.7-8 ALT (U/L) 8.2-57 8.3-53 Fosfatasa alcalina (U/L) 10.6-101 12-65 Potasio (mEq/L) 3.8-5.6 3.8-5.3 Valores de bioquímica sanguínea de referencia en perros y gatos* * Valores pueden varias según las diferentes literaturas disponibles. Fuente: Adaptado de Kahn, C (Editor). Manual Merck de veterinaria. Proteínas totales. Un valor alto puede deberse a deshidratación o inflación crónica; mientras que valores bajos se asocian a desnutrición, hemorragias, enfermedades renales, hepáticas o cardiacas. ALT/GPT (transaminasa). Son sensibles a lesiones hepatocelulares, por lo tanto valores altos refleja muerte celular o inflación en el hígado. Fosfatasa alcalina. Su incremento se asocia a lesiones hepáticas, enfermedades de conductos biliares y problemas óseos. Potasio. Este ion es importante en la actividad nerviosa y muscular, en especial para el corazón. Variaciones pueden repercutir en cambios en la excitabilidad de las células musculares. Vómito y diarrea puede llevar una baja de este ión. Bibliografía. Acero, E.; Ramírez, C.; Cuadros L., Bernal, J.; Molano, F.; Sánchez, A; Mahecha, Y. 2012? Manual de procedimientos para el laboratorio clínico veterinario en el centro de recepción y rehabilitación de fauna silvestre del dama [en línea]. Consultado: 27 feb 2015. Disponible en: http://ambientebogota.gov.codocuments/1015 7/2447683/7.+MANUAL+DE+PROCEDIM IENTOS+PARA+EL+LABORATORIO+CL INICO+VETERINARIO+EN+EL+CENTR O+DE+RECEPCION+Y+REHABILITACI ON.pdf Marcos, E (Director). 2006. Auxiliar veterinario. Asociación madrileña de veterinarios de animales de compañía. Axón comunicación. 0:5-15. Copete, M. 2013. Aspectos generales de la evaluación hematológica en fauna silvestre y no convencional [en línea]. Asociación de Veterinarios de Vida Silvestre. Consultado: 27 feb 2015. Vol 9, nº1:17- 55. Disponible en: http://www.google.com.sv/ url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd= 1&ved=0CBwQFjAA&url=https%3A%2F%2Fptop.only.wip.la%3A443%2Fhttp%2Fv eterinariosvs.org%2Fpub%2Findex.php%2Fcim a%2Farticle%2Fview%2F126%2FPDF&ei=fmz 4VPeaG4_6yASk4ILADQ&usg=AFQjCNG48t r3wJMSYKUIpIom6hREGnCugQ&bvm=bv.87 519884,d.aWw Kahn, C (Editor). Manual Merck de veterinaria. 6ta ed. Océano/Centrum. Barcelona, España. Reagan, W.; Sanders, T.; DeNicofa, D.; 2007?. Hematología veterinaria. Ripa, M. sf. Data vet. Inter-médica editorial.
  • 73. 73 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 El San Pedrito de Puerto Rico habita en todo tipo de bosque con abundante maleza, prefiriendo los barrancos para anidar. El comportamiento reproductivo del San Pedrito es poco usual entre las aves de Puerto Rico, el macho escarba un túnel en las paredes de los barrancos, el túnel tiene un promedio de 35 centímetros de largo, terminando en una cámara donde la hembra pone de 2 a 4 huevos blancos. Para conservar energía, el San Pedrito puede disminuir su temperatura corporal unos 11 grados centígrados durante períodos de temperaturas bajas, especialmente si está anidando. Ambos progenitores incuban los huevos aproximadamente 21 días. A veces otros T. mexicanus que no son los padres de la nidada asisten en la incubación y la cría de los pichones. Para alimentarse se percha en silencio mientras busca de insectos, su estrategia es la inmovilidad, lo que hace difícil detectarlo, aun cuando su plumaje es de colores brillantes. El San Pedrito se alimenta de insectos, especies menores de lagartijas y frutas Fotografía: Jose D. Alicea Texto: BIOMA Todus mexicanus
  • 74. 74 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Aprender a vivir con el volcán de San Salvador. Percepción del riesgo Ortiz-Pavón, I. A. Licenciada en Antropología Sociocultural Correo electrónico: [email protected] Resumen “No debemos, sin embargo, lisonjearnos demasiado de nuestras victorias humanas sobre la naturaleza. Ésta se venga de nosotros por cada una de las derrotas que le inferimos. Es cierto que todas ellas se traducen principalmente en los resultados previstos y calculados, pero acarrean, además, otros imprevistos, con los que no contábamos y que, no pocas veces, contrarrestan los primeros...” (Engels, en Mansilla, 1996: 63). Este estudio coloca un referente sobre un problema de riesgo que hace dos décadas afecto la vida de uno de los lugares más populosos de San Salvador, El Salvador y sobre el cual como sociedad se tiene una deuda en el sentido que aún no se han ofrecido respuestas satisfactorias para solucionarlo, es más, se están creando nuevos escenarios de riesgo similares. Tiene como objetivo explicar y comprender los procesos de construcción social del riesgo, por medio de la percepción y las vulnerabilidades que deben enfrentar día a día los habitantes del Sector San Ramón, Municipio de Mejicanos, El Salvador. Destaca, cómo las percepciones guían y dan sentido a las prácticas sociales. Palabras clave: construcción social del riesgo, percepción del riesgo, vulnerabilidad, desastre, participación social.
  • 75. 75 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Introducción Este articulo es parte de la investigación titulada: “Aprender a vivir con el volcán de San Salvador: Organizaciones sociales de la quebrada Las Lajas frente al riesgo por deslizamiento en el Picacho. Mejicanos, San Salvador El Salvador (2012). Que constituye el Informe Final de Investigación para optar al grado de Licenciada en Antropología Sociocultural, Universidad de El Salvador. El volcán de San Salvador, cuenta con una elevada y aguda cumbre de 1960 metros sobre el nivel del mar, en su parte más oriental conocido como el Picacho. La quebrada Las Lajas cuenta con 3.5 kilómetros de longitud (Fig. 1.). Dentro de este contexto, se encuentran los habitantes de San Ramón, que es un sector poblacional ubicado en la parte sur- oste del Municipio de Mejicanos perteneciente al Área Metropolitana de San Salvador, El Salvador (AMSS). De acuerdo a la distribución administrativa de Mejicanos, San Ramón abarca 28 colonias y asentamientos populares urbanos; es decir, personas de escasos recursos económicos, muchas veces autoconstruido, que presenta al menos una de tres características básicas: 1. Incertidumbre de la tenencia de los terrenos habitados (conflictos de legitimidad vrs legalidad) 2. Edificaciones con materiales de construcción precarios (desecho, reciclaje) o deteriorados 3. Limitaciones en cobertura o calidad de los servicios básicos (agua potable, energía eléctrica, drenajes de aguas negras y aguas lluvias) en accesibilidad y transitabilidad de las vías de circulación como pasajes y calles internas (FUNDASAL, 2007). La gravedad de la situación es muy clara, considerando la historia de deslizamientos ocurridos en la zona. En septiembre de 1982 se produjo un deslizamiento de tierra en la parte alta del Picacho, encauzándose en la quebrada Las Lajas, arrastrando rocas y árboles Figura 1: Mapa de ubicación de la quebrada Las Lajas, línea cyan; y área de estudio, San Ramón Mejicanos, San Salvador, El Salvador a su paso. De acuerdo a los informes oficiales, el deslizamiento fue desencadenado a partir del temporal entre los días 17 y 20 de septiembre de ese año. El área dañada por la zona del deslizamiento alcanzó entre las 10 y 15 hectáreas, pudiéndose extender el área afectada hasta las 60 hectáreas. El volumen estimado de la masa deslizante en la zona de liberación fue de 425,000 m3 . Debido a procesos erosivos y depositación en el canal de la quebrada, el volumen calculado sobre el área urbana de Montebello fue de 200,000 m3 (KiernanyLedru,1996). Afectó a unas 2,880 personas, de las cuales 500 perdieron la vida, principalmente del Reparto Montebello Poniente, dejando sepultados a sus habitantes. Dejo un total de 2,380 damnificados (Handal, 2009). Otras zonas afectadas fueron: Col. Lorena, Col. el Triunfo y Col. San José. En octubre de 2008, se vivió una situación de lluvias continuas en el territorio salvadoreño, lo cual generó un nuevo deslizamiento en la parte alta del Picacho ladera oriental dejando una cárcava de 180 metros de largo y un promedio de 30 metros de ancho, con un
  • 76. 76 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 área estimada de 5400 m2 (Handal, 2009). A pesar que este nuevo deslizamiento no dejó víctimas que lamentar, constituyó el factor condicionante que condujo a una percepción clara de la vulnerabilidad física y social de la zona por parte de un grupo de pobladores, llevándolos a organizarse para hacer frente al riesgo. En la actualidad, San Ramón cuenta con dos tipos de asentamientos humanos totalmente contrapuestos, los cuales se diferencian de acuerdo a: Antigüedad: antiguos y nuevos habitantes Tipo de asentamiento: formal e informal. Los antiguos habitantes, son familias que han vivido en ese lugar desde antes de 1982, muchos de ellos sobrevivientes del acontecimiento de esa fecha, entre ellos se encuentran las colonias: Montebello Poniente, Lorena, El Triunfo y San José. Por otro lado, los nuevos habitantes son aquellas familias que se han asentado posterior a 1982, como: asentamiento el Coco y la Fe. Éstas desarrollan actividades de sobrevivencia, la siembra de hortalizas y frutos forman parte de su ingreso diario. Asimismo, poseen pequeños negocios de ventas de tortillas y de flores. La mayoría de mujeres son amas de casas, en ocasiones son contratadas para trabajos de servicios domésticos fuera de la región. Los hombres trabajan en construcciones, mecánica y electricidad dentro y fuera de la localidad. En cuanto al tipo de asentamiento, se encuentra que los antiguos habitantes pertenecen a zonas urbanas, cuentan con los servicios básicos como: agua potable, energía eléctrica, telecomunicaciones, alcantarillados, servicio de aguas negras. Por otro lado, la mayor parte de los hogares que se encuentran en la cercanía de la quebrada Las Lajas, son familias que se han apropiado de esos espacios, no cuentan con un respaldo legal del terreno, y por ello, han buscado localizarse en zonas donde no puedan ser posteriormente desplazados. Con láminas, plástico, cartón han construido un lugar dónde habitar. Carecen de energía eléctrica, agua potable, aguas negras, un adecuado sistema de aguas lluvias y de pavimentación de sus calles. El agua potable debe ser acarreada de acuerdo a sus capacidades y se obtiene a través de chorros públicos o privados. En efecto, la presencia de grupos sociales diversos dentro de la zona de estudio, ha hecho que las relaciones de los habitantes sean escasas y conflictivas, pues desde el punto de vista social y cultural sus formas de vida, no generan espacios compartidos, precisamente porque cada quien observa una forma distinta de relacionarse con el entorno natural (Rodríguez, 2011). Para los antiguos habitantes, es el lugar donde han reproducido sus vidas y para los nuevos, es un espacio accesible a sus posibilidades económicas. La investigación tiene como objetivo: Analizar los procesos sociales que intervienen en la construcción social del riesgo, para revelar su incidencia en las percepcionesyparticipaciónsocialatravésdelComité Coordinador Intercomunitario (CCI), las Comisiones Comunales de Protección Civil (CCPC) y población no organizada en la cercanía de la quebrada Las Lajas, Mejicanos, El Salvador. Muestra ese proceso de construcción social de las vulnerabilidades y la diferenciación de perspectivas y valoraciones de los sujetos frente a los riesgos que deben afrontar cada día. Elementos que deben ser tomados en cuenta por instituciones gubernamentales para contribuir a la planeación y diseño de programas de intervención efectivos para la gestión de riesgos. Además, que fortalezca los diseños de políticas locales y regionales en la prevención y mitigación del riesgo por deslizamientos. Construyendo el Riesgo No más de medio siglo atrás se consideraba que la causa de los desastres se debía a los fenómenos naturales, donde correspondía a las Ciencias Naturales y Básicas tratar el problema por medio de instrumentos y tecnología que permitieran visualizar posibles escenarios de riesgos o desastres y con ellos prevenir y evacuar la población en riesgo (Rodríguez, 2011). En los años recientes, el tema de los riesgos y desastres es un campo de estudios de diversas disciplinas. Por parte de las ciencias sociales, los riesgos y desastres han sido estudiados particularmente desde dos perspectivas, la primera plantea el carácter social que influye en las percepciones de los riesgo de los sujetos sociales, desarrollada por la corriente funcionalista impulsada con los trabajos de Mary Douglas (1980) y la segunda, centrándose en las condiciones materiales generadores de vulnerabilidad y riesgos de la región latinoamericana, visualizada por los eventos desastrosos que enfrentó la región a finales del siglo pasado. Ésta se desarrolla desde la perspectiva estructural por un grupo de investigadores de la Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina (LA RED) (Rodríguez, 2011). Partiendo de estas dos vertientes, es importante observar los aportes que cada una de ellas pueda proporcionar y contar con una adecuada comprensión de la complejidad del riesgo y el desastre y sus expresiones sociales donde se manifiestan. En el entendido, que los riesgos y desastres no son propiamente naturales sino procesos que se “Muestra ese proceso de construcción social de las vulnerabilidades y la diferenciación de perspectivas y valoraciones de los sujetos frente a los riesgos que deben afrontar cada día”
  • 77. 77 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 construyen socialmente, sean por los modelos del desarrollo económico, la organización social, la pobreza estructural, la toma de decisiones sobre el patrimonio material y natural que representan factores que condicionan los efectos del impacto de las amenazas de origen natural (Mansilla, 1996). Donde, las ideologías y culturas de las sociedades en las que se presenta un escenario de riesgo, inciden en las percepciones que de él se tengan. Dentro de las ciencias sociales, es a partir de la década de los ochenta que los conceptos de amenaza, riesgo y vulnerabilidad, asociados a las Ciencias Naturales, empiezan a ser retomados como categorías sociales (Rodríguez, 2011). Intrínsecamente, el riesgo supone la existencia, la interrelación e intersección de estos dos factores: las amenazas y las vulnerabilidades. La amenaza consiste en la posibilidad de ocurrencia de un evento físico que puede causar algún tipo de daño a la sociedad (Rodríguez, 2011). La vulnerabilidad refiere un estado de “fragilidad” de una determinada población, generada por procesos socioeconómicos, donde influyen amenazas ante fenómenos naturales o antrópicas que pueden afectar de diversas formas e intensidades a una población. Percepción y Construcción Social del Riesgo El uso del concepto de construcción social del riesgo asociado con la percepción del riesgo ha sido desarrollado particularmente en Francia a mediados de la década de 1980, la principal contribución se plasmó en la obra titulada La sociétévulnérable, bajo la conducción de Jean-Louis Fabiani y Jacques Tryes. Si se dice que el riesgo es socialmente construido en un espacio determinado y que es construido desde la cultura de los grupos sociales donde se manifiesta, las relaciones que cada uno de ellos desarrollan con su entorno natural relacionada con imágenes, símbolos, prácticas, experiencias vividas por los actores sociales que enfrentan una realidad de amenazas y vulnerabilidades, su reconocimiento implica un proceso social de valoración y elaboración que les conduce a aceptar o rechazar un determinado escenario social (Rodríguez, 2011). Es así, que los grupos sociales se desenvuelven en este espacio donde se apropian de referentes culturales y sociales que le son implícitos los cuales les permiten apreciar cuando se encuentran ante una amenaza o una situación de vulnerabilidad. No obstante es de notar, que lo que para algunos grupos sociales el riesgo es más rápidamente percibido, para otros no lo es, lo que demuestra que el concepto en si es “diverso y complejo” (Rodríguez, 2006). Para Mary Douglas el riesgo es una construcción cultural de las sociedades, producida en su devenir histórico, a partir de la asociación entre las amenazas y determinadas condiciones de vulnerabilidad que se construyen y reconstruyen con el tiempo (Douglas, en García, 2005). La propuesta de Douglas se deriva de la influencia durkheimiana, al “considerar el pensamiento humano como originariamente social”. Douglas analiza como los seres humanos distinguen entre lo que es y lo que no es riesgoso y lo que aceptan o no como riesgo. Cada “forma de organización social está dispuesta a aceptar o evitar determinados riesgos… los individuos están dispuestos a aceptar riesgos a partir de su adhesión a una determinada forma de sociedad” (Bestard, en Douglas, 1996). El pensamiento humano tiene una base social, refiere Bestard en el prólogo de la obra de Douglas, es en el mundo social donde los individuos construyen sus conceptos. El uso que cada uno de ellos hace de las categorías culturales, es decir de los sistemas de clasificación, depende de su posición en determinado orden social. Así, las nociones de riesgo son construidas culturalmente, en las cuales se enfatiza algunas categorías y aspectos que se consideran riesgosos y otros no, lo cual depende de la cultura de cada sociedad. Queda pues, al alcance de los actores sociales inmersos en una determinada sociedad la forma de percibir los riesgos. “Es así, que los grupos sociales se desenvuelven en este espacio donde se apropian de referentes culturales y sociales que le son implícitos los cuales les permiten apreciar cuando se encuentran ante una amenaza o una situación de vulnerabilidad. No obstante es de notar, que lo que para algunos grupos sociales el riesgo es más rápidamente percibido, para otros no lo es, lo que demuestra que el concepto en si es “diverso y complejo” (Rodríguez, 2006).”
  • 78. 78 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Y es, en este espacio relacional entre cultura y riesgo, donde los grupos sociales aprehenden una serie de normas y valores, construyendo asimismo una “cultura del riesgo” que varía según la posición social de cada actor social. Cuando los individuos sienten o perciben el riesgo, se acepta más fácilmente (Douglas, 1996). Es decir, que la percepción del riesgo incide en una mayor o menor aceptabilidad hacia él. Entre más sensibles sean los individuos, menor aceptación tendrán ante un situación de riesgo. Así, la construcción social del riesgos se entiende como las formas en que la sociedad a través del tiempo, ya sea por el modelo de desarrollo o los procesos sociales, construye contextos vulnerables que provocan desajustes o desadaptaciones al medio ambiente, donde el propio medio ambiente se convierte en una amenaza y en un generador de riesgos. La percepción del riesgo, implica un proceso social de valoración y elaboración del riesgo de los sujetos sociales que conduce a aceptar o rechazar un determinado escenario social, por ello, se comprende que la percepción del riesgo es heterogénea. En este sentido, la construcción social del riesgo, la percepción y aceptación denotan también una adaptación al riesgo. Participación Social Uno de los elementos claves que definen como la sociedad enfrenta los riesgos y los desastres es la participación social. La participación se entiende como un proceso, donde se establece una relación entre los individuos y su entorno, en ella tiene la libertad de pensar, expresar y actuar, que se traduce en la capacidad para acceder a los recursos y al control de sus propias vidas. La participación social de los habitantes de San Ramón, se manifiesta a través de los comités y del riesgo percibido, el Comité Coordinador Intercomunitario (CCI) creado en 2009 como una iniciativa comunitaria, donde sus fundadores son sobrevivientes del deslave de 1982, y las Comisiones Comunales de Protección Civil (CCPC) en 2010, los cuales surgen a raíz del riesgo que representa el movimiento de tierra que se generó en el Picacho, volcán de San Salvador, durante la finalización del invierno en octubre de 2008. El objetivo de ambas iniciativas es estar preparados, tanto ellos como la población en general, ante un posible evento y minimizar el impacto del desastre. Así, la participación social cuenta con una expresión sociocultural, construida desde un contexto histórico, que puede extenderse de los ámbitos cotidianos a los políticos, su efectividad depende de los procesos de organización y de conformación de las identidades colectivas (Rodríguez, 2011). Percepción del Riesgo de los Habitantes de San Ramón Aceptar o reconocer el riesgo, dependerá, de las percepciones que cada individuo tenga de el. Pues, la construcción social del riesgo, es construida a través de procesos sociales, pero, es también en sí misma una construcción cultural (Douglas, 1996) en la medida que condiciona la forma de percibir los riesgos. De manera general, las diferentes percepciones, creadas a través del tiempo y el espacio, están determinadas de acuerdo a cómo la sociedad condiciona lo que es, lo que se puede considerar, riesgoso y que no. Incluso, lo que se acepta o no como riesgo. En este caso, la sociedad salvadoreña ha sido impactada con diferentes desastres asociados a fenómenos naturales. Donde las zonas afectadas, han sido nuevamente habitadas, convirtiéndolas en áreas con riesgos eminentes, especialmente los asentamientos populares que se ubican en zonas físicamente vulnerables debido a la pobreza. En efecto, son los mismos procesos sociales los que inciden en la creación de escenarios de riesgos, donde el propio Estado muestra su debilidad en atender los efectos de los procesos de desarrollo implementados en El Salvador, y no se promueve la gestión del riesgo. Las percepciones del riesgo son construidas de acuerdo al sector económico, social, cultural donde se manifiestan. Estas construcciones sociales, por formar parte de diferentes sectores, sus valoraciones del riesgo son diferentes. Por ello, la percepción del riesgo es heterogénea y varía según éstos indicadores sociales (Rodríguez, 2006). Es que, los individuos no pueden prescindir del sesgo cultural que ordena la forma de percibirlos. La investigación evidenció diferentes percepciones del riesgo de los habitantes en la zona de estudio, en primer lugar, el riesgo percibido ha llevado a una acción, es decir, una parte de la población se ha organizado para afrontar el riesgo condicionado por su percepción del tiempo; segundo, muchos de sus pobladores expresan sin ninguna dificultad la situación de “peligro” y “riesgo”, es decir, no es una realidad olvidada o sin interés, sin embargo, hay cierta aceptación hacia él o tienden a minimizar su propio riesgo al compararlo con otros que para ellos son más significativos; y tercero, hay una parte de la población, que su percepción les promueve confianza del lugar que habitan, es decir, cuentan con una inmunidad al riesgo. “Estas construcciones sociales, por formar parte de diferentes sectores, sus valoraciones del riesgo son diferentes. Por ello, la percepción del riesgo es heterogénea y varía según éstos indicadores sociales (Rodríguez, 2006).”
  • 79. 79 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 1. El Riesgo Percibido lleva a una Acción Se observa, que el riesgo percibido de los habitantes dentro de la zona de estudio y de las organizaciones gubernamentales, representa el factor para la acción, el liderazgo y las decisiones políticas que se deben de tomar para una organización social que vele por el bienestar de sus habitantes. El riesgo percibido, se convierte en un proceso cotidiano, donde las valoraciones y las responsabilidades deben de relativizar los impactos. Con el propósito de prepararse para dar respuesta y hacer frente al riesgo las entidades del Estado; Alcaldía de Mejicanos y Protección Civil, han establecido organizaciones de contingencia en la zona. Las medidas preparatorias tienen como objetivo enfrentar los acontecimientos inesperados, proporcionar capacitación y educación a la población, de tal manera crear grupos de respuesta de mayor alcance. Sin embargo, este contexto denota dos puntos importante: el primero referido a las Comisiones Comunales de Protección Civil (CCPC), donde el componente más débil ha sido la falta de seguimiento tanto por los entes encargados de la alcaldía como de la población en generar, ya que de las 13 comisiones creadas en 2010, en 2011 sólo se encontró activas 3 de ellas. A pesar, que se acepta la importancia de organizar a la población por parte de la alcaldía, no se han desplegado suficientes esfuerzos para crear una acción colectiva funcional tanto en tiempo de invierno como en verano, pues, presenta una debilidad: la no participación de la población, lo cual incide que sus esfuerzos en el área de la gestión del riesgo sean insuficientes. El segundo, si bien las articulaciones de las actividades de las organizaciones se afianzan en el ámbito político, su buen desempeño dificulta la gestión del riesgo en los distintos ámbitos de su funcionamiento, debido a que en muchos casos no se toman en cuenta las diferentes experiencias de la realidad social de cada uno de los habitantes, lo que resulta en una gestión del riesgo marcada por la desmovilización y el divisionismo entre los habitantes. Por su parte, los integrantes del Comité Coordinador Intercomunitario (CCI), ante la situación del riesgo actual y a través de sus percepciones, forman una cohesión. Esta cohesión está elaborada por medio de acontecimientos pasados, ya que son sobrevivientes del desastres de 1982, y marca la forma de percibir los diferentes contextos que puedan llevarlos a un hecho similar, al vivido anteriormente. “Lo primero que hay que saber es que un comité o un sistema organizativo nace por una iniciativa, hay un problema, hay que buscar alguna alternativas, entonces nosotros empezamos a trabajar, hay un fenómeno como éste, que es un fenómeno muchos dicen que provocado por la naturaleza, pero eso hay que investigarlo más a fondo por algunos antecedentes que hay dentro de la información histórica acerca del suceso de 1982” (Integrante del CCI.12 abril 2011). En este sentido, la percepción del riesgo de los integrantes del CCI está estrechamente relacionada con la idea del tiempo futuro. “La idea sobre el tiempo (Futuro y cambio) son creadas durante un proceso de desarrollo del individuo, de manera que cambian y maduran conforme van pasando las distintas etapas de la vida” (Piaget, 1969 en Evans, 1994: 5). Estas ideas pueden cambiar temporalmente en respuesta a eventos destructivos. Cada individuo posee sus conceptos sobre el tiempo, pero, las “influencias sociales” aumentan la probabilidad que se compartan ideas parecidas. El riesgo percibido por parte de los integrantes del CCI los lleva a dedican parte de su tiempo presente a planificar y realizar metas, con el fin de conservar la posibilidad de vida en el futuro, de tal modo, que los eventos futuros sean sumamente relevantes y sus posibilidades estén bien enfocadas. “Esto de la prevención es algo nuevo para nosotros, como comunidad, no lo podemos aceptar fácilmente…El trabajo que nosotros hacemos está previniendo a futuro” (Integrante del CCI. 19 abril 2011). Las diferentes formas que los integrantes del CCI recuerdan los sucesos del pasado, dependerá para valorar con mayor claridad lo que podría pasar en el presente o en el futuro. “La sensibilidad más aguda de los riesgos hace que los individuos sean más prudentes a la hora de evitarlos” (Douglas, 1996). Su memoria del pasado les condiciona a actuar. En otras palabras, el grado de conocimiento de sus integrantes les promueve menos obstáculos para modificar sus concepciones, de tal manera, que repercutan en las planificaciones de acciones que se requieran emplear. Puede decirse, que los integrantes del CCI, comparten un conjunto de valores y creencias formados a lo largo de la vida, a través de fenómenos históricos que ellos han experimentado. “Cuando nosotros andamos haciendo trabajos, por ejemplo en la zona, hay gente que te discrimina, uno, porque como no estamos acostumbrados al concepto de prevención, sino al de recoger los muertos, por eso es que la gente es incrédula” (Integrante del CCI. 19 de abril 2011). “No es para alarmar, es para educar. No queremos que a nadie agarre desprevenido un desastre. Como habitantes de estas colonias debemos aprender a vivir con el riesgo de deslaves desde El Picacho, es una realidad…Pero nos sentimos satisfechos. Al menos, el panorama ya está anunciado” (Integrante del CCI. 19 de abril 2011). La creación de las organizaciones sociales representa la forma más evidente de aceptación y adaptación al riesgo. Con ello, se espera estar preparado ante las situaciones adversas que se pueda presentar. Lo que las organizaciones están tratando de hacer es anticipar la situación de un evento, lo cual se espera que los individuos estén alertas y evitar que una tragedia los afecte en el futuro.
  • 80. 80 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 La percepción del riesgo de los habitantes dentro de la zona de estudio, proporciona el sentido y cumple el papel movilizador para la participación en las organizaciones sociales creadas en la zona. 2. Aceptación al Riesgo Hay diversas formas significativas de percepción del riesgo en la zona de estudio. Unas de ellas están basadas en la aceptación al riesgo y otras basadas en la mayor valoración a otros riesgos. Estas percepciones, han sido construidas a través de situaciones socioculturales existente en la sociedad, ya que, los individuos tienden a realizar una comparación entre diferentes riesgos, se identifica lo que puede considerarse como riesgoso y aquello, que si bien es riesgo para otros, para ellos puede ser traspuesto a un segundo plano. Por ejemplo, los habitantes de la zona expresaban: “Hay vienen preguntándome a mí: mira! por aquí pasó la lava, mira! no los han venido a sacar? Y aunque vengan yo de aquí no me salgo, ¿por qué?, porque yo confío en Dios, me va caer esta casa, me va caer. No es porque yo tenga que me van a robar, sino porque aquí ni le pasa nada a uno y afuera, sí le puede pasar algo. Allá en la calle nana, no sabe si usted va llegar a su casa o no va llegar. Que dan vuelta los buses, que ya la mataron en el bus, que le roban y si no les da las cosas ya la mataron, tanta cosa, entonces no ve” (Habitante Col. El Triunfo. 19 de sept. 2011). “Nosotros estamos en riesgo porque se supone que si sigue lloviendo, se va venir un pedazo de lodo, por eso. Pero a saber, porque ya hace un montón que dicen eso” (Habitante Col. San José. 19 de sept. 2011). “Si llegara a ocurrir algo, ya no va ser algo pequeño como fue esa vez, porque esa vez fue algo pequeño, comparado con otras noticias que he visto en el noticiero, que son deslave como en Colombia, en Chile que se ve que se vienen el deslave porque las pendiente son bien pronunciadas, así como en las Colinas. En las Colinas sí, es bien pronunciada la pendiente y las casas en las faldas. En este caso no, si llegara hacer el deslave, no sabemos para donde va agarrar. Porque cuando uno sube allá arriba, al volcán, uno ve todo San Salvador. Quién va determinar o va decir por dónde va deslizarse el deslave” (Habitante Col. Lorena.19 de sept. 2011). En este sentido, muchas de las personas son capaces de considerar situaciones de riesgo de manera muy general, pero denotan una incapacidad de evaluar su propio grado de vulnerabilidad. En efecto, no logran concebir las consecuencias de una situación de crisis, ya que no se sienten realmente vulnerables o minimizan el riesgo haciendo comparaciones con otros, no son capaces de imaginarse un desastre, sobre todo cuando nunca lo han sufrido. La gravedad y la aceptación de las distintas situaciones de riesgos, además de las acciones que la población debe de llevar a cabo, ante tales situaciones, se vuelve una cuestión de probabilidades. Los problemas de saber quiénes o qué decide si un riesgo debe ser considerado, depende de las valoraciones sociales y culturales de estos habitantes, las cuales enfatizan algunos aspectos de “peligro” y tienden a ignorar otros, determinados por su cultura de riesgo. Al preguntarles a las personas de la zona de estudio, si consideran que su comunidad está en riesgo, mencionaban: “Fíjese que creo que sí, porque nos vienen a sacar cuando llueve demasiado, pero yo no me voy, como voy a dejar todo lo que mis hijos me dan. El problema es que se rebalsan todas estas quebradas que están [ahí]” (Habitante asentamiento El Coco. 28 de octubre. 2011). “Mire, sólo Dios lo sabe, allí si no le puedo decir. Lo que la gente dice puede ser, pero yo confío en mi Señor. Porque esté o no esté en peligro, porque mire uno no sabe, que ya se me va venir el volcán y que ya se viene todo esto, sólo Dios sabe”. (Habitante Col. El Triunfo. 28 de octubre 2011). Los diferentes grupos sociales en situación de riesgo han elaborado variadas concepciones sobre la gravedad y aceptabilidad del riesgo, así como también acerca de las respuestas ante tal condición. Dichos patrones se rigen por factores económicos, políticos y culturales, en consecuencia es posible afirmar que habrá una diferenciación entre la percepción del riego y el riesgo objetivo. Estas formas de aceptación al riesgo, quedan en evidencia a la hora que se presenta una situación de lluvias prolongadas, donde las diferentes entidades en realizar las evacuaciones, se encuentran con la negación de las personas en acatar las medidas de evacuación. “Mi nuera y los niños se van [evacuan] pero nosotros los adultos nos quedamos. Es que, cuando ya llueve mucho siempre nos sacan, como tienen miedo al deslave que se puede venir, pero bueno. Es que uno no puede irse, porque cuando venga ya no haya nada” (Habitante asentamiento el Coco. 28 de octubre 2011). Otra forma de aceptación al riesgo, es la idea de “aprender a vivir con el volcán”. Si se sabe que el volcán representa un riesgo, es probable pensar retirarse de esos lugares, sin embargo, no es el caso. La estrecha relación con su medio ambiente impide a los habitantes alejarse de esos lugares. Por ejemplo, los grupos asentados sobre la quebrada Las Lajas, viven de una manera precaria, se ubican en situación más vulnerable y refieren un sentido de apropiación a su tierra. Esto crea que toleren el riesgo en que viven. Pero, el problema aquí recae en dos referentes; ellos aceptan conscientes e inconscientemente el riesgo. “Cuando los individuos sienten o perciben el riesgo, se acepta más fácilmente (Douglas, 1996)”
  • 81. 81 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 La población expresa varios niveles de percepción, todos motivados por la impresión de que la situación vivida en su lugar de habitación con relación a la exposición a las amenazas y a la vulnerabilidad, no es de las más críticas, ya sea porque se ha adaptado a ella o porque se puede observar condiciones más peligrosas en otros sectores, lo que permite relativizar su gravedad. Esta falta de consciencia con respecto a la realidad, explica la imposibilidad de la población de imaginar una situación desastrosa potencial. Por ello, la valoración del riesgo y su aceptación son fundamentalmente sociales. 3. Inmunidad del Riesgo Mary Douglas denomina inmunidad subjetiva, como la tendencia a ignorar los peligros cotidianos más comunes, o bien, restar importancia a los peligros de baja probabilidad de ocurrencia, con lo que el individuo corta la percepción de riesgos altamente probables, de manera que “su mundo inmediato parece más seguro de lo que es en realidad”, y como corta también su interés en los acontecimientos de baja probabilidad, “los peligros distantes también palidecen” (1996). Parte de los habitantes sobre la quebrada Las Lajas tienden a ignorar los riesgos que ocurren con menos frecuencia,puesseenmarcanenescaladepercepciones y de bajas probabilidades, donde el vivir cotidiano, su realidad inmediata se considera más segura, ya que está condicionada por los años pasados. En esta realidad, los peligros asociados con los riesgos que se perfilan a la distancia, quedan excluidos en la baja probabilidad. Este grupo de personas, se ha concentrado en el corto plazo y en la calidad de vida presente, ya que no esperan ser afectados por deslizamientos en ninguna circunstancia. “Quién va determinar o va decir por dónde va deslizarse el deslave. Para allá [norte] está la Gloria, aquí esta San Ramón, aquí la Miralvalle [sur]. Por eso yo no estoy preocupado” (Habitante Col. Lorena.19 de sept. 2011). “Hay veces viene la Policía a alarmar a la gente. Pero fíjese que si algo va pasar, va pasar en la misma zona, por eso es que sólo vienen a sacar [evacuar] a la gente de aquí [quebrada Las Lajas]” (Habitante Col. Lorena. 19 de sept. 2011). “Una señora me dijo a mí que ella iba a vender porque aquí con esto, ya me va caer encima. No señora, le digo yo, tal vez aquí no le cae nada y allá donde se vaya a saber dónde va ir a dar. Aquí no está pasando nada. Aquella vez que vino Funes [Presidente de la República] y se agarró el puente, y ahí andaba gente salgase que ya se viene eso, y mire aquí no ha pasado nada, gracias a Dios” (Habitante Col. El Triunfo. 19 de sept. 2011). El sentido de la inmunidad subjetiva representa una adaptación al riesgo, la serenidad y la omisión al riesgo no “desestabiliza” la vida diaria de esta población, donde su estrategia parece altamente razonable. En este sentido, la percepción de los individuos sobre lo que podría pasar, depende de la capacidad para reconocer que se encuentran en un lugar riesgoso. Es evidente que la negación a las evacuaciones es una forma de inmunidad y de adaptación al riesgo, dado que si en inviernos anteriores no ha ocurrido nada, en la actualidad es probable que su condición, su estilo de vida siga sin cambiar. Estas representaciones, de actuar y pensar ante el riesgo de este grupo de personas, son formas adquiridas culturalmente, por medio de las cuales se reconoce y se clasifican los sistemas que “guían el juicio” (Douglas, 1996) ante las determinadas situaciones presentes del riesgo. Relación Individuo-Medio Ambiente La debilidad del marco legal en la regulación del ordenamiento del uso del territorio, la pobreza estructural, la fragmentación y exclusión social, han llevado a la construcción de nuevos riesgos y de contextos vulnerables. El incremento de los asentamientos humanos ubicadas en zonas de alto riesgo, la desforestación, el mal uso de los recursos, la creciente urbanización en partes altas como volcanes y sus consecuencias socio ambientales, forman parte de este panorama. Esta situación no se ha generado espontáneamente, es el resultado de la interacción sociedad-medio ambiente, del débil y progresivo modelo de desarrollo y de su institucionalidad con un marco legal incompetente. Por ello, debe entenderse a los desastres no como el evento inmediato, sino como procesos que se han desarrollado a través del tiempo. Se percibe que la naturaleza necesita ser protegida porque se considera que determinados grupos sociales han rebasado sus límites de intervención. Dentro de esa línea el CCI menciona: “Como CCI venimos pidiendo desde nuestra creación que se declare al volcán como zona de alto riesgo y para protección de toda la comunidad que no se haga más daño al ambiente, que no hayan más construcciones. Necesitamos que se hagan obras y también dentro de esta situación pensemos que el volcán tiene vida y debemos de aprender a vivir con el volcán” (Integrante del CCI. 12 abril 2011). En efecto, el CCI presenta su relación con su medio en términos de un contacto protector. La forma de pertenencia de “su volcán”, de protegerlo, constituye las relaciones que refieren con su entorno. El rechazo a otros proyectos urbanísticos ha reflejado que los integrantes del CCI están conscientes y perciben que viven en una zona vulnerable y, que si se construyen más proyecto, agudizará más la problemática, debido a que se talaran los árboles y el daño será irreversible. Dentro del marco legal, el CCI está consciente de las consecuencias ambientales de las prácticas humanas, que la vulnerabilidad de la zona no es producto específicamente de la naturaleza, sino que intervienen otros factores, entre ellos, esta relación dual. Por tanto, expresan que se debe hacer un cambio en la interacción que el ser humano debe tener con su entorno natural:
  • 82. 82 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 “…lo primero que debemos hacer, es hacer un cambio en nuestra vida y en la manera de relacionarnos con la naturaleza. No solamente a nivel de grandes empresas, a nivel de las estructuras del capitalismo, sino también de nosotros mismos, en qué medida yo puedo dejar de tirar tanta basura, en qué medida yo puede dejar de desperdiciar el agua, en qué medida yo puedo respetar el arbolito que está en mi propiedad y que me da sombra, en qué medida puedo enseñar a mi hijo a respetar a las aves y no andarlas matando con ondilla, a no maltratar al más mínimo perro callejero. Debemos quizás, hacer una relectura de la historia y de la vida y de la naturaleza. Y saber que la naturaleza es un don que Dios nos ha dado. No nos la ha dado en un sentido de patronos o dueños de la naturaleza, sino en un sentido de administradores y guardianes de ella, de cuidarla, no de destruirla (Integrante del CCI. 25 de sept. 2011). “Este día a la luz de la palabra de Dios, hay una reflexión muy importante, me gustaría rescatar del evangelio dos frases de Jesús. En primer lugar Jesús dice hipócritas, una palabra bastante fuerte, que nos sacude, que nos conmueve hasta lo hondo y, en segundo lugar, una frase que dice si no cambian de vida ustedes también perecerán. Nosotros podemos decir hipócritas ¿por qué? Porque creemos que los desastres socio ambientales, como el aluvión de Montebello, es un castigo de Dios y decimos ¡ah Dios castiga! Pero que hipocresías la nuestra y de todos los sistemas religiosos que atribuyen a Dios algo tan cruel, tan terrible, cuando es algo hecho por la responsabilidad humana, tal vez no por la responsabilidad de todos, sino la responsabilidad de aquellos que tienen el privilegio de tomar decisiones en este país. En segundo lugar, que más nos dice, sino cambian de vida ustedes también perecerán. A que se refiere con eso, a que si no cambiamos de una lógica de desarrollo que está matando a la naturaleza, que está terminando con el último árbol, también a nosotros nos va pasar eso” (Integrante del CCI. 25 de sept. 2011). Evidentemente, es aquí donde se cristaliza la construcción social del riesgo, se refleja la vulnerabilidad creada a través del tiempo que los seres humanos con su interacción individuo-medio ambiente han elaborado. Sin embargo, no todos los habitantes cuentan con un sentido de protección a su medio, por ejemplo, aquellos que viven en la cercanía de la quebrada, la utilizan como botadero de basura y aguas servidas. La idea del daño que esto causa al medio ambiente no les perturba, sin considerar que esa misma acción puede repercutirles en un daño mayor. En la mayoría de los casos ven la naturaleza como un objeto que se puede dominar y manipular, o perciben el daño al medio ambiente causado por agentes externos, pero en pocas ocasiones visualizan el daño realizado por ellos mismos. Puede afirmarse, por tanto, que las situaciones de riesgos y los desastres actúan como reveladores de estas dos facetas: muestran cómo la sociedad crea riesgos, la construcción social del riesgo asociada con larelaciónindividuo-medioambienteyvulnerabilidad, a la vez, revelan cómo la sociedad percibe los riesgos aprendidos culturalmente. Conclusión El estudio sobre deslizamientos de tierra ocurridos en El Picacho y la quebrada Las Lajas en San Ramón, Mejicanos, El Salvador, sugiere una realidad: el riesgo y los desastres, son el producto de la combinación, interrelación y conjunción de una serie de factores que se construyen a partir de procesos sociales (Mansilla, 1996). Es decir, aquellas manifestaciones económicas, sociales y culturales que afectan directa o indirectamente al medio ambiente, y ante la ocurrencia de fenómenos de origen natural es evidente el riesgo y la vulnerabilidad de la población. Los procesos sociales, las prácticas humanas inadecuadas, la debilidad en las regulaciones sobre los procesos constructivos y la ausencia de un manejo ambiental o gestión del riesgo adecuado en la proyección del desarrollo, muestra las consecuencias del modelo de desarrollo en nuestro país, reflejado en la construcción de la vulnerabilidad física y social que coloca a grupo sociales en escenarios de riesgos. Tal es el caso de San Ramón, donde la planificación urbana ha transformado el territorio natural de la zona baja del volcán de San Salvador y en la cercanía de la quebrada Las Lajas, donde las empresas constructoras no tomaron en cuenta la seguridad de sus habitantes, ya que redujeron la quebrada y desviaron su curso natural. Por lo que se considera de vital importancia, la planeación del desarrollo sectorial, territorial y ambiental para reducir el riesgo, es decir, un desarrollo sustentable, priorizando como un componente fundamental la reducción de la vulnerabilidad y redefiniendo la participación de los agentes sociales involucrados, desde lo local hasta lo estatal (Rodríguez, 2011). Es necesario, por tanto, concebir el riesgo integrando la existencia de amenazas de origen natural y antrópicas y los factores económicos, sociales, políticos y culturales que hacen vulnerable a los habitantes sobre la quebrada Las Lajas en San Ramón. Dentro de este espacio de riesgo, se ha establecido un sistema de relaciones sociales entre “nosotros” y “los otros”. Donde el CCI muestra un sentido de identidad ante la interacción con los agentes de la alcaldía, protección civil o los habitantes de las colonias en riesgo. En su discurso, el “nosotros” corresponde a aquellos que llevan muchos años viviendo en ese lugar, herederos del acontecimiento de 1982, y “los otros” los nuevos, los que cuentan con pocos años, los que se han apropiado de terrenos inadecuados. En efecto, se identificó que por ser grupos sociales heterogéneos y algunos de ellos de recién formación, ha contribuido a una mayor vulnerabilidad social, ya que presentan una falta de identidad colectiva, es decir, la cohesión de todos los habitantes en
  • 83. 83 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 riesgo, y ha dificultado que se establezca una acción comunitaria capaz de gestionar el riesgo en la zona. Se evidenció que los integrantes del CCI sus propias experiencias relacionada con su historia pasada, les ha permitido tener una actitud favorable en el ámbito organizativo, han encontrado un camino para la gestión del riesgo, estos recuerdos constituyen el elemento central en la configuración de la identidad de este nuevo grupo, les ha permitido una adaptación al riesgo y a la aplicación de medidas de prevención y mitigación creadas por sus percepciones, de tal manera, que han sobrevivir dentro de este espacio de riesgo. Por su parte, los nuevos habitantes no denotan con mucha claridad de cómo responder a la situación del riesgo. El riesgo es percepción subjetiva con base en las condiciones de vulnerabilidad identificadas. Por ello, la percepción y vulnerabilidad están intensamente vinculadas e influidas por valores y creencias culturales (Padilla, 2010). Estas diferentes concepciones constituyen lo que para cada individuo es actuar con racionalidad y con las formas apropiadas para afrontar y lidiar con el riesgo. Así, la percepción del riesgo de los habitantes en la zona de estudio es heterogénea, ya que la amenaza de deslizamiento no incide más en los habitantes más expuesto al riesgo, es decir aquellas familias que se encuentran dentro de la quebrada, todo depende de la cultura del riesgo. En este sentido, muestran una aceptación al riesgo, pues, si se percibe que el riesgo puede ser sobrellevado hay mayor aceptabilidad. Esto se manifestó cuando ante las lluvias prolongadas se realizaban las evacuaciones y las autoridades se encontraban con la negación de los habitantes a ese proceso. Es que, la actitud de estos pobladores es considerar que se les ha infringido el riesgo y para ellos eso es política, por ello, algunos de ellos, más que temerosos ante el riesgo son excesivamente intrépidos y reacios a no dejarse persuadir a pesar de la realidad del riesgo que representa el lugar donde habitan. La cultura del riesgo de estos habitantes creada por vivir en un contexto de riesgo, connota aceptar y rechazar diferentes escenarios de riesgos. También influye, las valoraciones del espacio donde habitan, pues estos habitantes ya se posesionaron de ese territorio como una zona de refugio, como fuente de producción y recurso económico, como objeto de apego afectivo, como espacio de inscripción de un pasado histórico. Así, el territorio no es percibido como un espacio exterior, sino como una dimensión donde se relacionan con su medio natural y social. Es así, que los procesos sociales inciden en la incrementación de la fragmentación y exclusión social, creando grupos socioculturales y económicos diversos, los cuales han creado relaciones sociales de oposición y conflicto debido a las variadas interpretaciones que cada uno tiene del riesgo. La cultura del riesgo creada por vivir en un contexto de riesgo condiciona las percepciones que de él se tengan, de tal manera que lleva a aceptar y rechazar determinados escenarios, ya que están estrechamente relacionadas con los valores y creencias que revela el particular estilo de vida de los habitantes de San Ramón, Municipio de Mejicanos, El Salvador. Bibliografía Congreso Iberoamericano de Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación CTS+I (1, 2006, Guerrero México) 2006. La percepción del riesgo en la Unidad Habitación Luis Donaldo Colosio, en el MPO., de Acapulco Guerrero México, diferentes actores, diferentes perspectivas. A. Rodríguez. Guerrero, México, OEI. 1-18 p. Douglas, M. 1996. La aceptabilidad del riesgo según las ciencias sociales. Traducción de V. A. Martínez. 1 ed. Barcelona, España. Paidós Ibérica Evans V. 1994. Percepción del riesgo y noción del tiempo. En Derechos y Sociedad. Desastre y Sociedad 2(3): 1-13 Fundación Salvadoreña de Desarrollo y Vivienda Mínima. 2007. Caracterización de los Asentamientos Populares Urbanos en El Salvador. (en línea) San Salvador, El Salvador. Consultado 22 de marzo 2010. Disponible en http://repo.fundasal.org.sv/115/1/carta%20 urbana145.pdf García V. 2005. El Riesgo como Construcción Social y La Construcción Social del Riesgo. Desacatos 019:11-24 HandalJ.2009.Simulacióndeflujosdeescombrosutilizando el modelo numérico-dinámico DAN-3D sobre el flanco este de El Picacho. Tesis para optar el grado de: Ingeniero Civil. Universidad Centroamericana José Simeón Cañas. San Salvador, El Salvador Kiernan S.H. L. 1996. Remedial measures against landslide hazards at the San Salvador volcano. Royal Institute of Technology, Stockholm. San Salvador, El Salvador Mansilla E. 1996. Desastres Modelo para Armar. Colección de Piezas de un Rompecabezas Social. (en línea) consultado 7 Sep. 2010. Disponible en http:// www.desenredando.org/public/libros/1996/dma/ DesastresModeloParaArmar-1.0.0.pdf Padilla R. 2010. Cultura del Riesgo. (en líneas) Consultado 22 de marzo 2010. Disponible en http://www. afmedios.com/raymundo-padilla-lozoya/9849-cultura- de-riesgo.html Rodríguez A. 2011. Las inundaciones en Llano Largo, Acapulco: Riesgo, turismo y desarrollo. 1 ed. México. CONACYT El riesgo es percepción subjetiva con base en las condiciones de vulnerabilidad identificadas. Por ello, la percepción y vulnerabilidad están intensamente vinculadas e influidas por valores y creencias culturales (Padilla, 2010).
  • 84. 84 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 Euchroma gigantea Linnaeus, 1758 Locación: Golfito, Costa Rica. Fotografía: Allan Castillo.
  • 85. 85 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 La naturaleza en tus manos Normativa para la publicación de artículos en la revista BIOMA Naturaleza de los trabajos: Se consideran para su publicación trabajos científicos originales que representen una contribución significativa al conocimiento, comprensión y difusión de los fenómenos relativos a: recursos naturales (suelo, agua, planta, atmósfera,etc) y medio ambiente, técnicas de cultivo y animales, biotecnología, fitoprotección, zootecnia, veterinaria, agroindustria, Zoonosis, inocuidad y otras alternativas de agricultura tropical sostenible, seguridad alimentaria nutricional y cambio climático y otras alternativas de sostenibilidad. La revista admitirá artículos científicos, revisiones bibliográficas de temas de actualidad, notas cortas, guías, manuales técnicos, fichas técnicas, fotografías de temas vinculados al item anterior. En el caso que el documento original sea amplio, deberá ser publicado un resumen de 6 páginas como máximo. Cuando amerite debe incluir los elemento de apoyo tales como: tablas estadísticas, fotografías, ilustraciones y otros elementos que fortalezcan el trabajo. En el mismo trabajo se podrá colocar un link o vinculo electrónico que permita a los interesados buscar el trabajo completo y hacer uso de acuerdo a las condiciones que el autor principal o el medio de difusión establezcan. No se aceptarán trabajos que no sean acompañados de fotografías e imágenes o documentos incompletos. Los trabajos deben presentarse en texto llano escritos en el procesador de texto word de Microsoft o un editor de texto compatible o que ofrezca la opción de guardar como RTF. A un espacio, letra arial 10 y con márgenes de 1/4” . El texto debe enviarse con las indicaciones específicas como en el caso de los nombres científicos que se escriben en cursivas. Establecer títulos, subtitulos, subtemas y otros, si son necesarios. Elementos de organización del documento científico. 1. El título, debe ser claro y reflejar en un máximo de 16 palabras, el contenido del artículo. 2. Los autores deben establecer su nombre como desea ser identificado o es reconocido en la comunidad académica científico y/o área de trabajo, su nivel académico actual. Estos deben ser igual en todas sus publicaciones, se recomienda usar en los nombres: las iniciales y los apellidos. Ejemplo: Morales-Baños, P.L. Regulations For the publication of articles in BIOMA Magazine Nature of work: For its publication, it is considered original research papers that represent a significant contribution to knowledge, understanding and dissemination of related phenomena: natural resources (soil, water, plant, air, etc.) and the environment, cultivation techniques and animal biotechnology, plant protection, zootechnics, veterinary medicine, agribusiness, Zoonoses, safety and other alternative sustainable tropical agriculture, food and nutrition security in addition to climate change and sustainable alternatives. Scientists will admit magazine articles, literature reviews of current topics of interest, short notes, guides, technical manuals, technical specifications, photographs of subjects related to the previous item. In the event that the original document is comprehensive, a summary of 6 pages must be published. When warranted, it must include elements of support such as: tables statistics, photographs, illustrations and other elements that strengthen the work. In the same paper, an electronic link can be included in order to allow interested people search complete work and use it according to the conditions that the author or the broadcast medium has established. Papers not accompanied by photographs and images as well as incomplete documents will not be accepted. Entries should be submitted in plain text written in the word processor Microsoft Word or a text editor that supports or provides the option to save as RTF. Format: 1 line spacing, Arial 10 and ¼“ margins. The text should be sent with specific instructions just like scientific names are written in italics. Set titles, captions, subtitles and others, if needed. Organizational elements of the scientific paper. 1. Title must be clear and reflect the content of the article in no more than 16 words. 2. Authors, set academic standards. Name as you wish to be identified or recognized in the academic-scientific community and/or work area. Your presentation should be equal in all publications, we recommend using the names: initials and surname. Example: Morales-Baños, P.L. #love #vergara #biologia #biología #obama #istu #istagram #vengalaalegría #religión #tigo #claro #discovery #wifi #salud #academia #conacyt #playa #bieber #sexo #orgasmo
  • 86. 86 Bioma Nº 29, Año 3, marzo 2015 ISSN 2307-0560 3. Filiación/Dirección. Identificación plena de la institución donde trabaja cada autor o coautores, sus correos electrónicos, país de procedencia del articulo. 4. Resumen, debe ser lo suficientemente informativo para permitir al lector identificar el contenido e interés del trabajo y poder decidir sobre su lectura. Se recomienda no sobrepasar las 200 palabras e irá seguido de un máximo de siete palabras clave para su tratamiento de texto. También puede enviar una versión en inglés. Si el autor desea que su artículo tenga un formato específico deberá enviar editado el artículo para que pueda ser adaptado tomando su artículo como referencia para su artículo final. Fotografías en tamaño mínimo de 800 x 600 pixeles o 4” x 6” 300 dpi reales como mínimo, estas deben de ser propiedad del autor o en su defecto contar con la autorización de uso. También puede hacer la referencia de la propiedad de un tercero. Gráficas deben de ser enviadas en Excel. Fotografías y gráficas enviadas por separado en sus formatos originales. Citas bibliográficas: Al final del trabajo se incluirá la lista de las fuentes bibliográficas consultadas. Para la redacción de referencias bibliográficas se tienen que usar las Normas técnicas del IICA y CATIE, preparadas por la biblioteca conmemorativa ORTON en su edición más actualizada. Revisión y Edición: Cada original será revisado en su formato y presentación por él o los editores, para someterlos a revisión de ortografía y gramática, quienes harán por escrito los comentarios y sugerencias al autor principal. El editor de BIOMA mantendrá informado al autor principal sobre los cambios, adaptaciones y sugerencias, a fin de que aporte oportunamente las aclaraciones del caso o realicen los ajustes correspondientes. BIOMA podrá hacer algunas observaciones al contenido de áreas de dominio del grupo editor, pero es responsabilidad del autor principal la veracidad y calidad del contenido expuesto en el articulo enviado a la revista. BIOMA se reserva el derecho a publicar los documentos enviados así como su devolución. No se publicará artículos de denuncia directa de ninguna índole, cada lector sacará conclusiones y criterios de acuerdo a los artículos en donde se establecerán hechos basados en investigaciones científicas. No hay costos por publicación, así como no hay pago por las mismas. Los artículos publicados en BIOMA serán de difusión pública y su contenido podrá ser citado por los interesados, respetando los procedimiento de citas de las Normas técnicas del IICA y CATIE, preparadas por la biblioteca conmemorativa ORTON en su edición más actualizada. Fecha límite de recepción de materiales es el 20 de cada mes, solicitando que se envíe el material antes del límite establecido, para efectos de revisión y edición. Los materiales recibidos después de esta fecha se incluirán en publicaciones posteriores. La publicación y distribución se realizará mensualmente por medios electrónicos, colocando la revista en la página Web www.edicionbioma.wordspress.com, en el Repositorio de la Universidad de El Salvador, distribución directa por medio de correos electrónicos, grupos académicos y de interés en Facebook. 3. Affiliation / Address. Full identification of the institution where every author or co-authors practice their work and their emails, country procedence of paper. 4. Summary. this summary should be sufficiently informative to enable the reader to identify the contents and interests of work and be able to decide on their reading. It is recommended not to exceed 200 words and will be followed by up to seven keywords for text processing. 5. If the author wishes his or her article has a specific format, he or she will have to send the edited article so it can be adapted to take it as reference. 6. Photographs at a minimum size of 800 x 600 pixels or 4 “x 6” 300 dpi output. These should an author’s property or have authorization to use them if not. Reference to the property of a third party can also be made. Charts should be sent in Excel. Photographs and graphics sent separately in their original formats. 7. Citations: At the end of the paper, a list of bibliographical sources consulted must be included. For writing references, IICA and CATIE Technical Standards must be applied, prepared by the Orton Memorial Library in its current edition. Proofreading and editing: Each original paper will be revised in format and presentation by the publisher or publishers for spelling and grammar checking who will also make written comments and suggestions to the author. Biome editor will keep the lead author updated on the changes, adaptations and suggestions, so that a timely contribution is made regarding clarifications or making appropriate adjustments. Biome will make some comments on the content of the domain areas of the publishing group, but is the responsibility of the author of the accuracy and quality of the content posted on the paper submitted to the magazine. Biome reserves the right to publish the documents sent and returned. No articles of direct complaint of any kind will be published. Each reader is to draw conclusions and criteria according to articles in which facts based on scientific research are established. There are no publication costs or payments. 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