La arquitectura bizantina se caracteriza por el uso extensivo de cúpulas, el desarrollo de técnicas como las pechinas para soportar cúpulas, y el uso de mosaicos en lugar de esculturas. Puede dividirse en tres períodos: el inicial con obras majestuosas como Santa Sofía; el intermedio con iglesias de cruz griega y cúpulas altas; y el final con cúpulas abombadas sobre tambores poligonales.