Calderón de la Barca dedicó su vida a escribir como dramaturgo oficial de la corte de Felipe IV. Reflejó una visión pesimista y conservadora propia del Barroco a través de obras cultas que planteaban temas profundos mediante personajes simbólicos. Escribió diferentes tipos de obras como comedias de enredo, dramas filosóficos y autos sacramentales donde mejor desarrolló su pensamiento filosófico y teológico.