El cambio climático, impulsado principalmente por las actividades humanas y el aumento del dióxido de carbono, está remodelando el planeta con un ritmo sin precedentes. Este fenómeno provoca un aumento de temperaturas, eventos climáticos extremos y pérdida de biodiversidad, amenazando la salud humana y la estabilidad ambiental. La conservación de los bosques y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero son esenciales para mitigar estas consecuencias.