La Escuela Tradicional del siglo XVII se caracterizaba por el magistercentrismo, el enciclopedismo, el verbalismo y la pasividad de los estudiantes, el uso del castigo como disciplina y la falta de innovación. Jovellanos propuso una escuela pública, universal y basada en métodos más dinámicos e interesantes para los estudiantes, rechazando los métodos pasivos de la Escuela Tradicional a favor de una educación cívica y humanística que estimule el aprendizaje.