El documento de Cristian Camilo Cárdenas Aguirre presenta una crítica a la postmodernidad, destacando el desencanto de la razón, el fin de las utopías y el rechazo a los metarrelatos, incluido el cristianismo. Se argumenta que vivimos en una era sin horizonte histórico, dominada por el presentismo y el hiperindividualismo hedonista, donde los valores son múltiples y transitorios. Se aboga por un enfoque estético de la vida que resista las limitaciones de una sociedad tecnocrática y fomente la micropolítica y los consensos flexibles.