El documento critica las declaraciones de un político que afirmó que un radar puede hacer el trabajo de diez guardias civiles. El autor enumera seis situaciones en las que un radar no podría reemplazar a los guardias civiles, como poner cadenas en la nieve, ayudar a personas en accidentes, o interceptar a conductores borrachos. Concluye diciendo que el político se equivoca al amenazar a los guardias civiles y que aunque un radar pueda recaudar más dinero, un mono borracho haría un mejor trabajo que los políticos.