El joven futbolista escribe una carta a su padre expresando su incomodidad con la actitud de su padre en los partidos de fútbol. El padre se ha vuelto demasiado apasionado, insultando a árbitros, entrenadores, otros jugadores y padres. Esto hace sentir al hijo avergonzado y agobiado, al punto que ha considerado dejar de jugar al fútbol, a pesar de que le gusta mucho. El hijo le pide a su padre que cambie su comportamiento para que pueda seguir disfrutando del deporte