Las cefalosporinas son antibióticos β-lactámicos cuyo descubrimiento se remonta a 1928 cuando Fleming observó los efectos antibióticos de la penicilina. Inhiben la síntesis de la pared bacteriana de forma similar a las penicilinas. Se clasifican en generaciones dependiendo de su espectro y mecanismo de acción. Son ampliamente utilizadas para tratar infecciones, aunque la resistencia bacteriana es un problema creciente.