Las cefalosporinas son antibióticos betalactámicos aislados originalmente de hongos en 1948. Se clasifican en generaciones basadas en su espectro de actividad contra bacterias. Contienen un núcleo betalactámico que interfiere con la síntesis de la pared celular bacteriana. Son efectivos para el tratamiento de infecciones como meningitis y endocarditis, aunque pueden causar efectos adversos como reacciones cutáneas o diarrea.