El documento analiza la realidad de la violencia y la inseguridad en América Latina en 2015, destacando que estas problemáticas afectan gravemente a las sociedades y la gobernabilidad de la región, a pesar de ciertos avances económicos y democráticos. Se resaltan las altas tasas de homicidio y los costos sociales y económicos de la violencia, así como la creciente percepción de inseguridad entre la población. Además, se mencionan las contradicciones de un crecimiento económico que no se traduce en una mejora en la seguridad y bienestar de los ciudadanos.