El aumento del nivel de bancarización en una economía contribuye al desarrollo al fomentar el ahorro, facilitar el acceso al crédito y mejorar la cultura financiera. Además, optimiza las transacciones comerciales y proporciona información valiosa sobre riesgos y oportunidades de crédito, beneficiando tanto a familias como a empresas. En general, los sistemas financieros son cruciales para canalizar fondos y promover la competitividad y productividad de la economía.