Para mantenerse a sí mismo y a los demás motivados, un líder debe comprender primero qué lo motiva a él, luego identificar qué motiva a sus colaboradores, y alinear las metas organizacionales con las metas individuales. La motivación requiere un enfoque continuo en lugar de una tarea única, comenzando con el autoconocimiento y continuando con el apoyo a las motivaciones de los demás.