El documento analiza la reactivación del arte argentino contemporáneo en el contexto histórico y sociopolítico de Argentina post-dictadura, enfatizando la importancia de los colectivos artísticos en la resistencia a la desintegración social. Se discute la transformación de la práctica artística desde una perspectiva individual hacia enfoques más colectivos y comunitarios, cuestionando las nociones tradicionales de autoría y belleza en el arte. Finalmente, se aborda cómo las obras contemporáneas reflejan críticas a las instituciones, la estética y el sistema de explotación, proponiendo la creación artística como espacio para la intervención social y la re-significación de la realidad.