El Coliseo Romano, originalmente conocido como Anfiteatro Flavio, fue inaugurado en el 80 d.C. y albergó espectáculos de gladiadores y ejecuciones durante casi 500 años, representando un símbolo de la grandeza del Imperio Romano. A pesar de sufrir múltiples daños a lo largo de los siglos, fue reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1980 y como una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo Moderno en 2007. Actualmente, es uno de los principales atractivos turísticos de Roma, recibiendo anualmente a millones de visitantes.