El capataz llama al patrón a las 3 de la madrugada para informarle que su loro murió después de comer carne podrida de unos caballos muertos de cansancio por tener que apagar un incendio en la casa del patrón causado por una vela del velorio de la madre del patrón, a quien el capataz accidentalmente baleó al confundirla con un ladrón. El capataz le dice al patrón que no exagere por la muerte de un simple loro.