El documento analiza la intersección entre la comunicación política y el marketing, destacando cómo los políticos deben utilizar los medios de comunicación para influir en la opinión pública y establecer su agenda. Se abordan conceptos clave como la segmentación del público objetivo y la importancia de la investigación de la opinión pública, así como la necesidad de aplicar estrategias coherentes de comunicación durante y después de las campañas electorales. También se enfatiza que el marketing político debe ser una práctica continua que mantenga el compromiso de la población con los objetivos gubernamentales.