El documento describe la contaminación de la cuenca Salí-Dulce en Argentina. La cuenca recibe desechos industriales y residuos urbanos sin tratamiento de fábricas, ingenios azucareros, papeleras, mineras y ciudades, lo que ha causado un colapso del sistema hídrico. Las autoridades han comenzado acciones legales contra los contaminantes y planean invertir $100 millones en cinco años para sanear la cuenca.