La mortalidad infantil es un grave problema mundial, con 22,000 niños que mueren cada día. Las principales causas son neumonía, diarrea, nacimiento prematuro, infecciones neonatales, malaria y falta de oxígeno al nacer. Aunque la situación es trágica, la mayoría de las muertes son prevenibles a través de intervenciones sencillas como mejorar la nutrición y salud materna de los niños. Reducir la alta tasa de mortalidad infantil es posible, como demuestra la disminución del 35% en