El documento habla sobre la corrupción política en Latinoamérica y África y cómo ha condenado a la pobreza a sus pueblos. Pide a la ONU y la OEA que tomen acciones contundentes para reconocer la corrupción como un crimen contra la humanidad y que ya no existan países ricos con pueblos marginados. Finalmente, insta a luchar contra la corrupción para salvar a millones de personas.