El documento se centra en el crecimiento espiritual a través de la discipulado y el liderazgo, estableciendo objetivos como ser fructíferos para Dios y combatir enseñanzas falsas. Describe un proceso de crecimiento espiritual en etapas, resaltando la importancia de la intimidad con Dios, el desarrollo del carácter cristiano y la necesidad de discernimiento y disciplina en la vida del creyente. Finalmente, enfatiza la necesidad de renovar la mente y mantener una relación constante y obediente con Dios para lograr un crecimiento efectivo.